Un oiseau vivant dans la gueule

Obra de teatro del 1990

Obra de Jeanne-Mance Delisle (fragmento del original en francés) traducido al español por Clara Varela
 

Estracto de la obra: El personaje de Adrien está interpretado por Roy Dupuis

Adrien (Roy) está en el bosque con su hermano Xabier. Su cuñada Helene está sola en casa, Adrien aparece de repente en la casa y empiezan a hablar:

ADRIEN, serio, muy suavemente.- ¿Tienes miedo por las noches?

HELENE.- A veces.

ADRIEN.- La casa está en calma. La cocina de leña, el calor, el silencio. Se está bien en vuestra casa.

HELENE, ruda.- Yo no quería comprar esta casa. Cuando la venimos a ver la primera vez, la propietaria estaba a punto de morir en la habitación amarilla. Hacía un fuerte viento del oeste que parecía que quería llevárselo todo.

ADRIEN, con un risita burlona, dándose la vuelta en la silla.- ¿Es cierto?

HELENE.- Durante meses traté de borrar la marca del crucifijo en la pared. Finalmente puse un reloj en su sitio pero arranqué el péndulo.

ADRIEN.- Finalmente Xavier te dio un montón de citas entre el heno y tu acabaste olvidándote de la causa. Acabaste quedándote.

HELENE.- No sé se ha sido mi corazón que ha olvidado la causa o...

ADRIEN.- ¿Es el corazón el que traiciona o la razón, eh? ¿Cuál de los dos es el más cobarde?

HELENE.- Es la sombra quien traiciona.

ADRIEN, estirando el cuello por encima de las hojas escritas sobre la mesa, leyendo.- Siento el viento cargar como una manada negra... El rayo desmenuza las estrellas... espero un drama.

Adrien emite un corto silbido.

ADRIEN.- Tienes ambición para ser una mujer que ni siquiera tiene cerradura en la puerta.

Helene vuelve vivamente las hojas.

ADRIEN.- No quieres contentarte con una vida ordinaria, princesa, quieres sobrepasar los límites. Irónico: creo que es un maleficio lo que ha hecho que sea de cristal...

HELENE.- El maleficio es que yo sea de carne.

ADRIEN, levantándose y girando en torno a Helene.- Y quieres que yo te tome. Lo he sentido la otra noche cuando te metí la lengua en la boca. Sabes que no tengo corazón, ni razón, ni sombra. Tengo una polla Soy un bruto y soy capaz de comerte cruda.

HELENE, un poco sofocada.- ¡Te pasas en tiempo en el gran Norte, la cabeza al viento como un salvaje!

ADRIEN, comenzando a caminar luego, agitándose.- Tengo necesidad del viento helado. Golpeándose la cabeza con un golpe seco. ¡Ahí dentro, me quemo!

HELENE, la mano en el corazón.- Adrien, soy frágil...

ADRIEN, con una risa seca.- Como el papel de seda, si. No, no eres frágil, eres una bruja. Estoy seguro de que sacas la lengua y el fuego se apaga en la estufa. ¡Eso es lo que me excita!

Se aproxima mucho a ella, apoyada contra la mesa

HELENE, muy emotiva.- No me toques, ¡voy a morir!

ADRIEN, tiernamente zalamero.- No, ¡es la vida!

HELENE, intensa.- ¡Ah, amo la vida!

ADRIEN.- No te imaginas lo excitante que es una mujer, cuando tienes una gruesa polla para meterle dentro.

HELENE, con un deseo y una cólera contenidos.- ¡Eres asqueroso!

ADRIEN.- Bien, vamos a cabalgar juntos en el viento.

HELENE.- Me vas a dejar entre la tierra y el cielo y no tengo alas.

ADRIEN, frotándose contra ella.- Al diablo la poesía, lo vamos a hacer igual.

HELENE.- ¿Y a tu hermano, que le haces?

ADRIEN, más excitado, todavía más cerca de ella.- Lo mismo

HELENE.- Es asqueroso.

ADRIEN, mordiendo el cuello de Helene y apretándole las nalgas.- Si, si, si. Levantate la falda. Eres tú, solo tú, no hay duda en eso.

HELENE, sordamente.- Xavier me ha dicho que lo violaste de pequeños.

ADRIEN, sordamente.- No

HELENE.- Has sido tú quien quemó la casa.

ADRIEN.- No

HELENE.- No te creo

Adrien coge el puñal de la mesa, se lo pone en la mano a Helene que se le enfrenta.

ADRIEN.- ¡Córtame la lengua si miento!

Saca la lengua. Respiran muy fuerte. Helene le roza con un gesto muy rápido. Adrien está locamente excitado. Da la vuelta a Helene, levanta su falda y la empuja contra sí. Medio tumbada sobre la mesa, Helene agarra con fuerza, con las manos, la masa de pan ante ella.

HELENE.- ¡Desfóndame, desfóndame!

ADRIEN.- ¡Ah, mi chica, mi hermosa chica!
Silencio
HELENE, sin aliento.- Xavier no puede pasar de ti, ¿vas a quedarte?

ADRIEN, enderezándose.- me ha dicho que si no quedaba, se iría conmigo.

HELENE, con una rabia asfixiante.- ¡Adrien, si me sacas a mi corazón, te estrangulo!

ADRIEN, agarrándola por los cabellos.- Escucha tonta, ¡todavía no has comprendido que tu corazón, soy yo!

La puerta se abre suavemente, Xavier entra, el rostro atormentado por la angustia. Helene lanza grititos desesperados hundiendo salvajemente sus puños cerrados en la masa de pan.

Para saber más cosas sobre el personaje de Adrien os recomiendo veáis la página de Danièle fan quebequesa,  que con gran talento nos introduce en cada uno de sus personajes,de forma muy especial.
Los personajes de Roy Dupuis de Danièle