Desde hace ya más de veinte años, se calebran
el 15 de agosto, que como
también es fiesta de la Virgen pues es lo mismo. Esta decisión fue
acertada, debido a que en los tiempos actuales hay mucha gente
viviendo lejos del pueblo en otras ciudades y poblaciones; al ser
el verano época de vacaciones, estos cambileños acuden a su pueblo
con sus hijos -muchos ya nacidos fuera de él- a disfrutar en las
fiestas con sus parientes, amigos y paisanos, y el pueblo se anima
mucho.
El "tan tán tan tararán tan" de la tambora, acompasado, sonoro y
enérgico les llega al alma a los cambileños. Sé de una persona que
alguna vez llamó a un pariente que vivía en una lejana ciudad,
aprovechando el momento en que pasaba la tambora, para que éste la
oyera desde allí a través del teléfono.
En tiempos no lejanos, se celebraba todavía la misa de la Aurora
muy temprano. Se pasaba un frio horrible algunos años porque el
helazo caía sobre los devotos que iban a la ermita del Señor del
Mármol a buscar la imagen de la Aurora para llevarla a la iglesia y
allí celebrar la misa este día de la Inmaculada Concepción.
Durante toda la noche del 7 al 8, la tambora recorre las calles del
pueblo y, en el silencio del invierno, se oyen los cantos -un tanto
quejumbrosos- acercándose poco a poco, pasando y retirándose luego
hasta desvanecerse. Así toda la noche, repitiendo una y otra vez
<<A la Aurora venimos buscando, que dicen
que anda por este lugar; recogiendo flores y jazmines para los
devotos que van a rezar>>. Hay muchas estrofas, el
poeta no escatimó, pero la gente repite sólo unas pocas y éstas
cantadas con desorden y un poco atropelladamente. El frío no
permite dedicarse a las filigranas; hay que dar buenas voces para
así disimular los tiritones. También algunos echan sus traguillos,
los que van toda la noche acompañando con sus instrumentos de
cuerda. Es una bonita y hondamente querida fiesta para los
cambileños.
Si queréis escuchar nuestra tambora, aquí tenéis algunos
fragmentos:
En Cambil se celebraban antes las fiestas a primeros de octubre,
para la festividad de la Virgen del Rosario, y solía haber 2 ó 3
corridas de toros en plaza portátil, a las que acudían aficionados
de los pueblos vecinos, pues en toda esta zona es la gente muy
aficionada a los toros.
Además de estas fiestas -que
son las principales-, se celebran las
de Santiago y Santa Ana
en julio. En tiempos de inviernos más rigurosos, subían al Almadén,
al llamado "corral de la nieve", y bajaban la refrescante carga
para hacer el agua de cebada, tan
típica en estas fieatas. Hace años, ponían muchos puestos de dulces
en las calles. Decían las personas mayores que en su juventud los
puestos de dulces subían por la calle "Santa Ana alta", donde
estuvo, parece ser, la ermita dedicada a esta Santa y hoy
desaparecida.
Y existe otra fiesta, ésta de
un sólo día, la de
La Tambora, que
últimamente ha adquirido más relieve al acudir al pueblo los
ausentes con ese motivo. Se celebra para La Concebida (como allí la
llaman), en la noche del 7 al 8 de diciembre. Hace años, salía
tambien la tambora el día de Nochebuena y recorrían las calles
cantando una canción alusiva a las ánimas del purgatorio, para
sufragio de las cuales iban a la vez pidiendo limosna. Cuando
pasaban por delante de una casa en la que hubiera luto reciente no
se detenían porque el canto, aunque fuera con tan benéfico fin, iba
mal con los severos lutos de antes.
Tambora-1.mp3
Tambora-2.mp3
Tambora-3.mp3
Y, finalmente, la fiesta más
importante y más brillante: la del Señor del Mármol, el Santo Cristo
patrón de Cambil. Se celebra el último domingo de
febrero.
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