Fiestas y costumbres


    En Cambil se celebraban antes las fiestas a primeros de octubre, para la festividad de la Virgen del Rosario, y solía haber 2 ó 3 corridas de toros en plaza portátil, a las que acudían aficionados de los pueblos vecinos, pues en toda esta zona es la gente muy aficionada a los toros.

Desde hace ya más de veinte años, se calebran el 15 de agosto, que como también es fiesta de la Virgen pues es lo mismo. Esta decisión fue acertada, debido a que en los tiempos actuales hay mucha gente viviendo lejos del pueblo en otras ciudades y poblaciones; al ser el verano época de vacaciones, estos cambileños acuden a su pueblo con sus hijos -muchos ya nacidos fuera de él- a disfrutar en las fiestas con sus parientes, amigos y paisanos, y el pueblo se anima mucho.

    Además de estas fiestas -que son las principales-, se celebran las de Santiago y Santa Ana en julio. En tiempos de inviernos más rigurosos, subían al Almadén, al llamado "corral de la nieve", y bajaban la refrescante carga para hacer el agua de cebada, tan típica en estas fieatas. Hace años, ponían muchos puestos de dulces en las calles. Decían las personas mayores que en su juventud los puestos de dulces subían por la calle "Santa Ana alta", donde estuvo, parece ser, la ermita dedicada a esta Santa y hoy desaparecida.

    Y existe otra fiesta, ésta de un sólo día, la de La Tambora, que últimamente ha adquirido más relieve al acudir al pueblo los ausentes con ese motivo. Se celebra para La Concebida (como allí la llaman), en la noche del 7 al 8 de diciembre. Hace años, salía tambien la tambora el día de Nochebuena y recorrían las calles cantando una canción alusiva a las ánimas del purgatorio, para sufragio de las cuales iban a la vez pidiendo limosna. Cuando pasaban por delante de una casa en la que hubiera luto reciente no se detenían porque el canto, aunque fuera con tan benéfico fin, iba mal con los severos lutos de antes.

El "tan tán tan tararán tan" de la tambora, acompasado, sonoro y enérgico les llega al alma a los cambileños. Sé de una persona que alguna vez llamó a un pariente que vivía en una lejana ciudad, aprovechando el momento en que pasaba la tambora, para que éste la oyera desde allí a través del teléfono.

En tiempos no lejanos, se celebraba todavía la misa de la Aurora muy temprano. Se pasaba un frio horrible algunos años porque el helazo caía sobre los devotos que iban a la ermita del Señor del Mármol a buscar la imagen de la Aurora para llevarla a la iglesia y allí celebrar la misa este día de la Inmaculada Concepción.

Durante toda la noche del 7 al 8, la tambora recorre las calles del pueblo y, en el silencio del invierno, se oyen los cantos -un tanto quejumbrosos- acercándose poco a poco, pasando y retirándose luego hasta desvanecerse. Así toda la noche, repitiendo una y otra vez <<A la Aurora venimos buscando, que dicen que anda por este lugar; recogiendo flores y jazmines para los devotos que van a rezar>>. Hay muchas estrofas, el poeta no escatimó, pero la gente repite sólo unas pocas y éstas cantadas con desorden y un poco atropelladamente. El frío no permite dedicarse a las filigranas; hay que dar buenas voces para así disimular los tiritones. También algunos echan sus traguillos, los que van toda la noche acompañando con sus instrumentos de cuerda. Es una bonita y hondamente querida fiesta para los cambileños.

Si queréis escuchar nuestra tambora, aquí tenéis algunos fragmentos:

    Tambora-1.mp3     Tambora-2.mp3     Tambora-3.mp3

    Tambora-4.mp3


    Y, finalmente, la fiesta más importante y más brillante: la del Señor del Mármol, el Santo Cristo patrón de Cambil. Se celebra el último domingo de febrero.


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