CORTESIA
Hablando de
cortesía, me dio gusto ver el otro día que un turista alemán en Inglaterra,
había escrito para decir qué agradablemente sorprendido estaba de haber
encontrado que los conductores en nuestro país eran en general más educados
entre sí que en otros países que había visitado. La mayoría de los conductores
ingleses conducen sus vehículos con un espíritu bien intencionado de dar y
recibir mutuamente en vez de correr y presionar o egoistamente dejar fuera a
otro compañero.
El resultado de
esta buena práctica es que tenemos menos accidentes y el trabajo de la policía
de tránsito ha disminuido.
El mencionó como
ejemplo, la multitud de carros reunidos en una reunión de Brooklands. Pensó que
habría una confusión enorme cuando todos trataran de salir al fin del
espectáculo, pero se asombró al ver que todo se desarrolló tranquilamente, sin
gritos, empujones o malas palabras, todo el mundo tomando su lugar en
silencio.
Lo que
especialmente lo impresionó fue el número reducido de policías presentes para
regular el tránsito. Él decía que en su país tendría que haber cincuenta
policías donde aquí hay uno. Todo debido a la cortesía entre los conductores que
en gran modo regula el tránsito.
Durante mucho
tiempo los ciclistas fueron un peligro, no sólo para los conductores sino para
ellos mismos. Se apoderaban del camino más de lo que necesitaban y esperaban que
los conductores les cedieran el paso y, lo que era más difícil, verlos en la
oscuridad cuando sólo llevaban un pequeño reflector en la salpicadera
trasera.
Ahora eso ha
cambiado, y lo mismo sucede con el espíritu de camaradería con los conductores,
que ha crecido, estando ahora en buenos términos, cuando antes la situación era
tensa. La buena naturaleza y la cortesía triunfaron.
Me he dado cuenta
que los peatones se apropian de la carretera para usarla a su arbitrio, aún
cuando hay un sendero junto a la carretera para que lo usen, algunos de los más
valientes (no me atrevo a usar una palabra más dura) prefieren caminar por la
carretera... y casi siempre de espaldas al tráfico.
Y digo más
“valientes” porque aunque camino mucho por las carreteras rurales, no tengo la
audacia de caminar con el tráfico a mis espaldas. Prefiero tenerlo de frente a
modo de poder esquivarlos si el conductor pierde el control, lo que a veces
sucede.
De nuevo se
necesitan aquí la buena naturaleza y el ceder. Significa lo que a menudo repito:
"No pienses sólo en tus derechos o tus deseos, considera el punto de vista de
los demás y ayúdalos".
Si todos los
muchachos obedecen el quinto artículo "El Scout es cortés" será la ley de la
Gran Bretaña, y cuando todos seamos corteses seremos más felices y estaremos más
seguros.