Los
Bander-log
La
Promesa del Lobato
La
Danza del Hambre de Kaa
Los Bander-log
HACE MUCHO TIEMPO,
cuando fui a la India por primera vez, mi mi hermano mayor, que ya había estado
ahí, me enseñó la forma correcta de dirigirse a un caballero indio: -"Choop u
bunder ke butch jao"- que me dijo significaba -"buenos días, señor".
Cuando usé esta
frase con los caballeros indios me encontré con que no les gustaba, y entonces
me informé con más detenimiento sobre su significado, y encontré que no quería
decir "buenos días"; y que lo que yo les decía era: -"Cállese, hijo de mono y
lárguese".
Vosotros podréis
llamar a un muchacho monito, en vuestro país, y esto nada significa; pero llamar
a un hombre mono, en la India, es el mayor insulto que se le pueda
dirigir.
A alguno de
vosotros os habrá cabido la suerte de leer las historietas de Rudyard Kipling,
contenidas en "El Libro de las Tierras Vírgenes". Una de ellas nos relata
la aventura de Mowgli con los monos "bander-log". Mowgli, el niño criado por los
lobos, se ha convertido en miembro de la manada, y es por tanto gran amigo de
los animales de la selva.
Una vez le dijo a
Baloo, el oso, y a Bagheera. la pantera, que a él le gustaban los Bander-log
porque eran muy activos y alegres. Pero Baloo le explicó que estaba equivocado y
que no debía tener tratos con los Bander-log. Ellos no tienen una Ley como los
Lobos: solamente hablan de lo que han oído referir a otros; se consideran muy
chistosos e inteligentes; mas no saben nada y son bobos; anuncian mucho lo que
van a hacer y nunca hacen nada; hablan mucho en vez de trabajar, son malos y
sucios.
Nadie en la selva
tiene que ver con ellos. Son cobardes y se suben a los árboles a tirar cocos y
palos a los animales heridos. Nunca se acuerdan de nada; siempre están pensando
en formar sus leyes, pero se olvidan constantemente de sus propósitos.
Yo creo que muchas
veces se encuentra uno con niños que debieran estar entre los Bander-log, porque
hablan mucho y hacen poco; son sucios y desarreglados; son cobardes, no obedecen
ninguna ley, y no tienen disciplina como la tienen los Lobos.
Cómo los monos se llevaron a Mowgli
Un día, los
Bander-log se apoderaron de Mowgli; lo hablan estado observando por entre los
árboles mientras construía una casa pequeña con ramas y enredaderas para
albergarse: pensaron lo bien que les saldría apresarlo para que les enseñara a
construir sus casas. Mientras dormía se arrastraron y lo cogieron dos de los más
fuertes de entre ellos, lo tomaron por los brazos y lo subieron a las copas de
los árboles y corrieron kilómetros y kilómetros con él saltando de árbol en
árbol, y se lo llevaron lejos de sus amigos arrastrándolo por las ramas; de
cuando en cuando él alcanzaba a ver pedazos de tierra, muy bajo, por entre las
hojas. A veces saltaban con él por espacios abiertos, de un árbol a otro, y se
detenían en una rama movediza.
Con un grito y un
brinco se lanzaban al aire, saltando de un lado a otro: hacia arriba, hacia
abajo, colgándose con las manos de las ramas bajas del siguiente árbol.
Así, con saltos y
gritos, caminó la tribu entera de Bander-log, de árbol en árbol, un largo
trecho, llevando a Mowgli prisionero.
Mowgli da la Llamada de la Selva
Conforme caminaba,
Mowgli iba dando la Llamada de la Selva pidiendo auxilio a los animales amigos.
Arriba, en el cielo, Chil, el Milano, se dio cuenta de lo que pasaba, y
observando a donde lo llevaban los monos, dio aviso de ello a Baloo y a
Bagheera.
Estos se abrieron
paso entre la floresta lo mejor que pudieron, en la dirección en que los monos
se lo habían llevado, pero Baloo ya estaba viejo y no podía ir de prisa, como lo
habían hecho los Bander-log.
En el camino se
encontraron con Kaa, la gran Serpiente Pitón de nueve metros de largo. Esta, de
buenos instintos pero muy despaciosa, deseaba ardientemente comer, y con
facilidad fue persuadida de ayudar en la caza de los Bander-log. Bagheera,
además, le contó que los monos habían hablado despectivamente de ella llamándola
"Lombriz amarilla de tierra, sin pies".
La vieja Kaa no era
muy excitable; sin embargo, esta falta de respeto la hizo arder en cólera, y por
tanto cuando Baloo le dijo: -¿Vienes en nuestra ayuda para ir a coger a los
monos? -Contestó: -Iré, especialmente porque me han llamado lombriz amarilla.
Conque lombriz ¡eh!
Ahora, ya estando
lista Kaa para unirse a Baloo y a Bagheera encamináronse los tres hacia una
ciudad en ruinas donde los monos vivían y gustaban representar la comedia de que
eran hombres. Bagheera, afanosa, se adelantó a los otros dos, y cuando vio a los
monos reunidos alrededor de Mowgli, se lanzó sobre ellos y los atacó
irreflexivamente; mas había miles de ellos y se le vinieron encima en seguida,
dominándola hasta obligarla a refugiarse en un pozo profundo lleno de agua,
mientras que llegó Baloo y los atacó también.
Hubo un encuentro
glorioso; mas para asegurarse de que Mowgli no les sería arrebatado, los monos
lo subieron al techo de una pequeña casa de verano dejándolo caer por un agujero
en un lugar del cual no habla escape, pues se encontraba lleno de culebras
venenosas. Mas él, rápidamente, silbó la señal que usan las culebras en la
selva, y de este modo las convirtió en sus amigas, con lo cual ya no le hicieron
daño.
Kaa hace el Salvamento
A Bagheera y a
Baloo les estaba costando la lucha gran trabajo y ya llevaban la peor parte en
la batalla, cuando la vieja Kaa apareció en escena y haciendo acopio de todas
sus fuerzas, se lanzó sobre la banda de monos, dando golpes con su dura cabeza a
derecha e izquierda, e infundiéndoles terror con sus silbidos. Los monos todos
saben que su carne es la que más apetecen las serpientes; así pues, poseídos de
terror inmenso, se echaron a correr. Los tres animales amigos se dirigieron
inmediatamente a sacar a Mowgli de su prisión: pero fue Kaa la que logró
rescatarlo haciendo con su cabeza un agujero en la pared. por donde pudo escapar
Mowgli. Kaa inmediatamente comenzó a hacer una serie de contorsiones, dando
vueltas curiosas en campo abierto, a la vez que silbaba. Los monos, que se
habían ido reuniendo en las copas de los árboles, se figuraron que iba a bailar
la Danza del Hambre. Conforme se enroscaba y daba vueltas sobre sí misma, los
monos no podían resistir la tentación de observarla, a tal grado, que perdieron
el dominio sobre sí mismos y entonces ella les pidió que se acercasen, lo que
fueron haciendo gradualmente, hasta que los tuvo tan cerca que pudo tomar los
que deseaba haciéndolos pedazos entre sus poderosos anillos, para después
comérselos y satisfacer su hambre. Así terminó la aventura de Mowgli con los
Bander-log.
La Promesa del Lobato
"Saber
de memoria, entender y practicar en la vida la Promesa..."
No creo que haya
ningún niño que desee pertenecer a los Bander-log, es decir, que desee ser un
niño tonto, que se pasa la vida sin hacer ningún trabajo de provecho, sin
divertirse en juegos útiles, o sin tener leyes que obedecer. Los Lobatos no son
así: tienen deberes que ejecutar dentro de la Manada, y en ellos se divierten
cuanto pueden, mucho más que los Bander-log, pues se dedican a juegos
debidamente reglamentados y su trabajo es de utilidad.
Como los Scouts, un
muchacho, antes de convenirse en Lobato, tiene que hacer una Promesa. Hela
aquí:
"Prometo hacer siempre lo mejor
por cumplir mis deberes para con Dios
y la Patria.
Observar la Ley de la Manada;
y hacerle una Buena Acción a
alguien cada día".
Cuando alguien
promete hacer algo, quiere decir que sería terriblemente deshonroso para él
descuidarse u olvidarse de hacerlo; en otras palabras: cuando un Lobato promete
hacer algo, se puede estar perfectamente cierto de que lo hará.
Respecto a
Dios. Cumplir con su deber para con Dios significa nunca olvidarse de El y
tenerlo presente en cada uno de sus actos; si vosotros estáis haciendo algo
malo, al acordaros de Dios, lo dejaréis de hacer inmediatamente. Se os enseña a
bendecir la mesa antes de comer, y a dar gracias después. Bien, yo creo, que hay
que dar gracias también después de cada cosa de la que uno ha disfrutado, ya sea
la comida, un buen trago o un día feliz. Ya que Dios os ha proporcionado
aquellos placeres, a Él deberéis darle las gracias, tal como lo haríais con
cualquier persona que os hubiere proporcionado algo que os gustase.
Respecto a la
Patria. Ya os he dicho, cómo los Lobatos en la Manada obedecen todos al
Viejo Lobo. Así en cada nación, el pueblo forma una enorme Manada, la que tiene
su Jefe de Estado. Mientras todos reconozcamos en él la majestad, nuestro
trabajo tendrá buen éxito, como lo tiene la caza en la Manada o un equipo de
fútbol cuando todos obedecen al capitán.
Si cada quien
llevara el juego a su modo, no habría reglas, pero tampoco habría éxito. Por
eso, si todos jugamos el juego ayudándonos unos a otros, tal como el Presidente
lo quiere, nuestro país siempre triunfará.
Del mismo modo,
como Lobatos deberéis obedecer a los Jefes de Manada y a vuestro
Seisenero.
Respecto a la
Ley. Todo juego tiene sus reglas. Así pues, si deseáis jugar con corrección,
se deben obedecer las reglas.
En la próxima
Dentellada aprenderéis las Leyes del Juego de los Lobatos.
La Buena
Acción. Ahora veamos lo referente a hacer un servicio a alguien cada
día.
Los Lobatos tienen
un sistema patentado de ser felices. ¿Cómo suponéis que logren tal cosa?
¿Corriendo de un
lado para otro y practicando juegos de Lobatos? ¿Saliendo de campamento?
¿Explorando el país? ¿Aprendiendo todo lo relativo a los animales y a las aves?
Sí; los Lobatos hacen todo esto y con ello son felices; pero tienen un camino
mejor que es muy sencillo: ser felices haciendo felices a otros. Es decir, todos
los días hacen un favor a alguien. sin importarles quién sea la persona (siempre
y cuando no sean ellos mismos), amigo o extraño, hombre, mujer o niño. Aun
cuando, como los caballeros de antaño, prefieran servir a una mujer o a un
niño.
El servicio no
necesita ser grande. Generalmente vosotros tendréis oportunidad de hacer un acto
bueno en vuestra propia casa, tal como ayudar en alguno de los quehaceres; o, si
os encontráis fuera de ella, ayudando a cruzar la calle a un chiquitín, o algo
semejante.
Estad siempre
listos para ayudar a llevar un bulto a una persona, a ceder el asiento en el
autobús atestado, indicar el camino a alguien; abrir las puertas para que pasen
las damas; ayudar a las mujeres ancianas, a los ciegos, y a los niños a cruzar
la calle; darle de beber a un perro o a un caballo sediento; proteger a las aves
del robo o destrucción de sus nidos por otros muchachos. Esto y cientos de cosas
como éstas. son ejemplos de Buenas Acciones que todo Lobato puede hacer y
debe hacer si ha de cumplir con su Promesa de hacer un servicio.
Jamás aceptéis una
recompensa por hacer una buena acción; si habéis llevado un bulto pesado o
llamado un automóvil para una dama anciana, y por ello se os ofrece algún
dinero, debéis saludar y decir: -Gracias, soy Lobato y es mi deber hacer una
buena acción.- Si aceptárais dinero no habríais hecho una Buena Acción, sino tan
sólo desempeñado un trabajo que os habría sido retribuido.
Hay muchachos que,
cuando han hecho algún servicio, lo publican por todas partes. lo cuentan a
otros muchachos, a sus padres y a sus amigos como si hubieran hecho algo nunca
visto. No sucede así con los Lobatos o con los Scouts, quienes guardan en
silencio las buenas acciones que hacen.
Un día, un
caballero anciano, amigo mio, fue atacado en un callejón por un ratero, quien
después de haberlo golpeado en el estómago, le arrebató su reloj de oro y huyo
con él. Un Scout se encontraba cerca, y solo, se lanzó en persecución del
ladrón. No pudo darle alcance, pero lo llevaba tan cerca, que pensando el hombre
que podía ser cogido con el reloj en su poder, lo soltó y siguió corriendo. El
Scout recogió el reloj y en la imposibilidad de coger al ladrón, regresó a donde
estaba el anciano caballero, le devolvió su reloj, llamó un coche de alquiler,
lo ayudó a subir en él y se retiró sin decir quién era, ni a qué Tropa
pertenecía. El caballero aquel me pidió que le buscara al muchacho para poder
recompensarlo, pero jamás puede encontrarlo. El Scout había cumplido con su
deber sin ostentación, sin decir a nadie nada. Había hecho eso porque era su
deber, no porque esperara obtener por aquello ninguna alabanza ni recompensa.
Así hacen los Scouts y así hacen también los Lobatos.
Los Lobatos tiene
los ojos bien abiertos. ¿Habéis notado en el dibujo del Lobato que está
saludando, qué cosa tiene en la pañoleta? Pues hay dos nudos en él. El de abajo
lo ata el Lobato para que le recuerde que tiene que hacer su Buena Acción
durante el día. Tan luego como la ejecuta desata el nudo.
La Sonrisa del Lobato
Hay otra cosa que
si vosotros tenéis los ojos abiertos, como buenos Lobatos, habréis ya notado, y
es que en toda pintura de un Lobato, éste está siempre sonriendo. Pues bien, si
observáis a un lobo real, o a un perro que ha estado jugueteando, observaréis
que tiene una sonrisa en su boca. De igual manera el Lobato deberá siempre
sonreír, aun cuando no se sienta con ganas de sonreír, y muchas veces tenga más
ganas de llorar. (Recordad que los Lobatos nunca lloran)
De hecho. los
Lobatos siempre sonríen aunque se hallen en un trance difícil, aunque tengan una
pena, o alguna dificultad, o estén en peligro. Siempre sonríen y se
aguantan.
Tal es lo que
hicieron nuestros soldados y marinos durante la guerra, y estoy seguro que lo
mismo podéis hacer vosotros los Lobatos.
No hace mucho que
un niño, muy pequeño, llamado Francis Palmer, perteneciente a la Manada de
Lobatos del Grupo número 18 de Brístol, fue alcanzado por un automóvil, que le
rompió en dos la pierna izquierda y le hizo una grave herida en la cara
El niño sufría
mucho, pero sorprendió grandemente a los doctores y enfermeras que no llorara ni
se quejara. Uno de los médicos le preguntó qué era lo que le hacía ser tan
valiente, y su contestación fue: "Soy Lobato, y no debo llorar".
Un Lobato Japonés
Durante la tarde
del primero de septiembre de 1923, después de un terrible temblor en el Japón,
se reunió una multitud en la Tierra Reclamada, al pie del Morro de Yokohama. Esa
gran multitud habla escapado de la muerte al caerse las casas. Algunos no
presentaban ninguna herida, pero la mayor parte tenían cortadas, y varios
estaban seriamente heridos. El Capellán británico atendía a los más graves,
trataba de levantar el ánimo del pueblo. De repente, entre la hierba vio tirado
a un niñito; trataba de reconocerlo, cuando éste levantó una manecita y con voz
muy débil le dijo: "Aquí estoy señor Strong, todos los demás están en el
cielo". Todos los demás eran su padre, su madre, su institutriz y un
amigo, aun cuando más tarde se supo que su madre había escapado sin ser herida.
El nombre de este pequeño era Frank Purington, Lobato de nueve años de edad, uno
de los muchachos más listos de la Colonia, que tenía su brazo derecho y su pie
izquierdo hechos papilla. Vinieron por fin a levantarlo para trasladarlo a un
bote, y al tratar de levantarlo dio un ligero quejido, peo inmediatamente se
sobrepuso. -"No, yo no debo llorar. Soy un Lobato. Pero por favor tengan cuidado
con mi brazo y mi pierna, que me duelen mucho". Lo llevaron con toda suavidad a
un bote y más tarde a bordo del Dongola, y cuando por fin lo pusieron en su cama
dijo a los que tal hacían cómo debían colocarlo para que sus heridas no le
molestaran. A la mañana siguiente, cuando el doctor se acercó a verlo, le dijo:
-"No se preocupe por mi, doctor. Atienda a los otros; mi fin ha llegado ya".
Poco después murió.
Volvamos a la
selva, recordando la Historía de Kaa y los Bander-log.
Juego: LA DANZA DEL HAMBRE DE KAA, LA
SERPIENTE PITÓN.
Un Lobato es la cabeza de Kaa, y el resto de la
Manada forma detrás de él la cola, tomando cada uno al Lobato que tiene
enfrente, poniéndole las manos sobre los hombros, y siguiendo al que hace
cabeza a donde quiera que vaya, moviéndose todos tan lentamente como les
sea posible, y llevando cada quien el paso con el de enfrente. El que va a
la cabeza, lentamente se deslizará haciendo en su recorrido la figura de
un ocho, y en seguida enroscará su cola en forma de círculo que se va
reduciendo poco a poco hasta que da la vuelta para deshacerlo en forma de
espiral.
Durante el
tiempo que tarda la danza todos los Lobatos silban a la vez que caminan,
sobre las puntas de los pies, sin hacer el menor ruido, de tal manera que
el conjunto imite el ruido de una serpiente al arrastrarse sobre el pasto,
lanzando de cuando en cuando un silbido más agudo, como lo hacen las
serpientes para llamar a sus amigos.

Cuando Kaa ha
terminado de enroscarse y desenroscarse, como queda dicho, el guía da la
voz de: "Bander-log’’, e inmediatamente la serpiente se desbarata y cada
Lobato corre por su lado, imitando a los monos.
Uno correrá
en cierta dirección, como si fuese a atender un negocio urgente,
deteniéndose repentinamente y sentándose con la cara hacia el cielo. Otro
bailará en cuatro pies dando vueltas y más vueltas sin objeto real
ninguno. Otro tratará de agarrarse la cola. Otros treparan por las ramas
imaginarias sentándose en ellas a rascarse. Uno se pondrá a correr
dibujando la figura de un ocho. Otro correrá en cuatro pies hacia un
enemigo ilusorio, sentándose de repente a contemplar las estrellas. Otro
correrá detrás de su propia cola, caminará unos cuantos pasos y luego
volverá de nuevo a correr tras de su cola. Otro estará haciendo cabriolas,
cogerá una paja imaginaria, la examinará, y luego volverá a sus cabriolas,
de nuevo. Otro más, pondrá la cabeza entre sus talones y se sentará a
rascarse. Otro caminará rápidamente como si fuera en pos de un negocio
importante; se detendrá, y olvidando a dónde iba, se rascará la cabeza y
volverá a caminar rápidamente en una nueva dirección, repitiendo esto una
y otra vez.
Todos harán
las boberías que se les vengan a la cabeza, exactamente como lo hacen los
monos; pero no se fijarán en lo que están haciendo los demás. Estarán
constantemente ocupados y harán diferentes cosas por turno. Durante todo
este tiempo seguirán dando continuamente la llamada de los monos. El
cuadro será un estado de confusión en que todos hagan cosas bobas sin
finalidad ninguna y al mismo tiempo lanzarán constantemente el grito de
los monos: "¡Gurrukk, gurrukk, jau, jau, gurruk!"
De repente,
el guía gritará "Kaa", los monos se hielan de espanto, pues saben
perfectamente lo que hará con ellos este terrible enemigo. El Lobato que
hace de cabeza de Kaa se pone de pie con los brazos extendidos hacia el
frente, la cabeza agachada y lentamente balancea su cuerpo de un lado para
otro. Silba una vez y los monos dan un paso involuntario hacia adelante y
entonces la serpiente señala a uno de ellos.
La
aterrorizada víctima se arrastra pasando por en medio de sus piernas dando
a entender que se lo han engullido y en seguida se coloca detrás del Guía,
con las manos sobre sus hombros como en la primera parte de la Danza.
Hasta una docena de monos son engullidos en esta forma, Uno después de
otro, para formar de nuevo el cuerpo de Kaa; los otros lentamente se van
colocando a la cola para completar el cuerpo de la serpiente. Cuando todos
están ya reunidos, la serpiente se mueve pesadamente formando un círculo y
por fin se echa al suelo y se duerme para hacer la digestión de la buena
comida que ha dado. Esto último se lleva al cabo tirándose al suelo uno
después de otro, principiando por el Guía, descansando cada Lobato su
cabeza sobre el compañero de enfrente. A la llamada de ¡Manada, Manada,
Manada!, todos se ponen de un salto sobre sus pies, gritando la respuesta
"¡Manada!", y forman en seguida el Círculo de
Parada.
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