FOGATA 20
Capítulo 7
Hidalguía de los caballeros
Fogata 20 - Caballerosidad para con los demás
"Antaño, cuando los
caballeros eran intrépidos", debe haber sido algo digno de ver a uno de esos
caballeros cubierto de acero, montando valiente caballo de guerra, fuerte para
soportar su carga y lleno de fuego para el ataque contra el enemigo, caminando
por entre la espesura del bosque, brillante su armadura, con su escudo y su
lanza y su penacho flotando al aire. Cerca de él cabalgaba su escudero, un joven
ayudante y compañero, que algún día también había de convertlrse en
caballero.
Detrás de ellos
marchaba su grupo, o patrulla de hombres de armas, robustos, guerreros de
corazón, listos para seguir a su caballero a las puertas de la muerte si era
necesario. Eran los hombres recios de antaño, que ganaron tantas buenas batallas
para su patria, por su decisión y leal devoción a sus caballeros.
En tiempo de paz,
cuando no había batallas, los caballeros cabalgaban diariamente en busca de
oportunidades para ejecutar una buena acción con alguien que necesitara de
ayuda, especialmente con las mujeres y los niños que se encontraran en apuro.
Cuando se dedicaban a ejecutar estas buenas acciones se les llamaba "caballeros
andantes". Los hombres de su patrulla, naturalmente, obraban de acuerdo con su
jefe y, por tanto, uno de aquellos hombres de armas, estaba igualmente listo
siempre, para ayudar a los que se encontraban en apuros, defendiéndolos con su
fuerte brazo.
Los caballeros de
antaño eran los Guias de Patrulla y los hombres de armas, los Scouts.
Vosotros, los Guías
de Patrulla, y los Scouts, sois, por tanto, muy parecidos a los caballeros y sus
seguidores, especialmente si conservaís siempre el honor ante vuestros ojos y
hacéis cuanto podáis para ayudar a los demás cuando éstos se encuentren en
apuros, o soliciten vuestra ayuda. Vuestra divisa es "Siempre Listos" para hacer
esto y la divisa de los caballeros era parecida: "Estad siempre listos"
Caballería
La Caballería, es
decir, la Orden de los caballeros, nació en Inglaterra hace unos mil quinientos
años, con el rey Arturo.
A la muerte de su
padre, el rey Uther Pendragon vivía al lado de su tío y nadie sabia quién era el
rey. Él mismo no sabia que era hijo del rey muerto.
Mas sucedió que se
encontró una gran losa en el cementerio, en la cual estaba clavada una espada y
que tenía la siguiente inscripción:
“Quienquiera que
arranque esta espada será el rey de Inglaterra”.
A todos los
principales “lords’ se les dio la oportunidad de tratar de sacarla, pero ninguno
pudo siquiera moverla.
Ese día, habia un
torneo en el cual debía pelear el primo de Arturo; pero sucedió que al llegar
éste al lugar señalado, se dio cuenta de que había olvidado su espada y envió a
Arturo a buscarla. Éste no pudo encontrarla, pero recordando aquella espada que
había en el cementerio, fue en busca de ella y la arrancó con toda facilidad.
Después de los deportes, la volvió a su lugar en la losa y todos ensayaron el
arrancarla, pero no pudieron moverla. Sin embargo, cuando llegó su turno a
Arturo, pudo arrancarla fácilmente, por lo que fue proclamado rey.
Después reunió a un
grupo de caballeros y solía sentarse con ellos alrededor de una gran mesa
redonda, por lo que se les llamó los “caballeros de la mesa redonda”.
San
Jorge
Tenían por patrón a
San Jorge, porque éste era el único santo a caballo. Es el santo patrón de la
Caballería y el santo patrono de Inglaterra.
También es el santo
patrono universal de los Scouts, por tanto, todos ellos deben conocer su
historia.
San Jorge nació en
Capadocia, en el año 303. A los diecisiete años se alistó en la caballería,
donde pronto se destacó por su valor.
El Scout preparado y alerta sigue la huella de San Jorge, nuestro
santo patrono, y de su bravo corcel.
En cierta ocasión,
fue a una ciudad llamada Selem, cerca de la cual había un dragón, que tenía que
ser alimentado diariamente con un ciudadano, escogido en suerte.
El día que San
Jorge llegó allá, la suerte había recaído sobre la hija del rey, Cleolinda. San
Jorge resolvió que aquella doncella no debía morir y fue en busca del dragón,
que vivía en un pantano vecino y lo mató.
San Jorge es el
tipo que deben seguirlos Scouts.
Cuando se le
presentaba una dificultad o un peligro por grande que pareciera -aún en la forma
de un dragón- ni la esquivaba, ni la temía, sino que le hacía frente con todas
sus fuerzas y las de su caballo. Aún cuando armado inadecuadamente, pues sólo
contaba con una lanza, se arrojó sobre el dragón e hizo cuanto pudo, venciendo
la dificultad que nadie se había atrevido a arrostrar.
De esta manera
exactamente es como los Scouts deben enfrentarse a las dificultades y a los
peligros, sin tomar en consideración los grandes y terroríficos que pueden
parecer, o lo mal equipados que se encuentren para hacerles frente.
Deberán
arrostrarlos valientes y confiados, usando de todas sus fuerzas para vencerlos y
las probabilidades son que saldrán victoriosos.
San Jorge se
celebra el día 23 de abril. En ese día todo buen Scout se compromete
especialmente a meditar acerca de la Promesa y de la Ley Scout. Recordad esto el
próximo 23 de abril y enviad felicitaciones en ese día a vuestros hermanos
Scouts alrededor del mundo.
El código
de los caballeros
La Ley de los
caballeros era ésta:
Estad siempre listos, con vuestra armadura puesta,
excepto durante el descanso por la noche.
En cualquier cosa en que trabajéis,
tratad de ganar honor y fama de honestidad.
Defended al pobre y al
débil.
No hagáis nada que hiera u ofende a alguien.
Estad preparados para
pelear en defensa de vuestra patria.
Jamás faltéis a vuestra
palabra.
Defended al honor de vuestra patria con vuestra vida.
Es mejor
morir con honor, que vivir con vergüenza.
La Caballería
requería que la juventud se adiestrara en oficios laboriosos y humildes, con
alegría y gracia, y ejecutara buenas acciones para los demás.
Éstas eran las
reglas principales de los antiguos caballeros y de las cuales se deriva
actualmente la Ley Scout.
Un caballero o un
Scout es siempre un caballero. Muchas gentes piensan que un caballero ha
menester mucho dinero; pero el dinero no hace al caballero. Un caballero es
aquel que guarda las leyes de la "Caballería".
Desinterés
El capitán John
Smith, el aventurero inglés de hace trescientos años, era un sujeto muy difícil
de tratar. Había peleado en todas las partes del mundo y había sido herido
muchas veces, pero tenía en su pecho un corazón bueno y tierno.
Era tan buen tipo
de Scout como el mejor que pueda uno encontrar en cualquier parte. Una de sus
expresiones favoritas era:
"No hemos nacido
para nosotros, sino para hacer el bien a los demás" y lo cumplía puntualmente,
pues era muy desinteresado.
Sacrificio
de sí mismo
Uno de los mejores
ejemplos de sacrificio de sí mismo es el del capitan Lawrence Oates, que tomó
parte en la última expedición de Scott al Polo Sur.
El pequeño grupo
había llegado al Polo el 18 de enero de 1912, encontrándose con la amarga
sorpresa de que el explorador noruego Roald Amudsen, se les había adelantado
sólo unas cuantas semanas.
En el viaje de
regreso sufrieron grandes penalidades, por el frío Intenso y el mal tiempo. Los
hombres se debilitaban cada vez más y más. Uno de ellos, el oficial subalterno
Evans, murió.
El capitán Lawrence Oates demostró ser hombre de gran valor durante la
última expedición de Scott al Polo Sur.
Se sacrificó para que sus compañeros
pudieran vivir.
Oates comenzó a
sufrir grandemente de congelación de las manos y los pies. Sabía que aún cuando
pudiera luchar, sólo seria una carga para sus camaradas, retrasándolos. Si
desapareciera seria una boca menos que alimentar, lo que daría oportunidad a los
demás para llegar a la próxima estación.
Por tanto, una
mañana, se arrastró fuera de la pequeña tienda, en medio de la ventisca y jamás
se le volvió a ver. Dio su vida para que sus camaradas pudieran seguir
viviendo.
Desgraciadamente el
sacrificio de Cates resultó inútil, ya que sus camaradas también murieron al
fin, todos juntos, helados y hambrientos. Varios meses más tarde se encontraron
sus cadáveres acostados dentro de la tienda, como si estuvieran dormidos.
Los muchachos
también pueden mostrar ese espíritu.
Un joven de
dieciocho años llamado Currie vio a una niña pequeña que jugaba en la vía del
ferrocarril, en Clydebank, frente a un tren que se aproximaba. Desgraciadamente
estaba cojo, debido a un accidente que había sufrido jugando al fútbol y tardó
en quitarla del peligro, por lo que ambos fueron atropellados por el tren y
murieron; pero el valiente intento de Currie es un verdadero ejemplo de
hidalguía. Se sacrificó a sí mismo en un intento de salvar a la niña.
En miles de casos
los Scouts han demostrado su valor salvando vidas.
Bondad
"La bondad y la
gentileza son dos grandes virtudes" dice un viejo refrán español. Y otro dice:
"Haz el bien y no mires a quién", lo que significa que hay que ser bondadoso lo
mismo con los grandes, que con los pequeños; con los ricos, que con los
pobres.
Un Scout hace cuanto puede por ayudar los demás, especialmente a los
ancianos y a los niños.
Haced por lo menos, una buena acción
diariamente.
Lo grande acerca de
un caballero era que siempre estaba haciendo alguna buena acción en favor de
alguien. Tenían la idea de que todos tenemos que morir y que antes hay que hacer
algo bueno y hacerlo cuanto antes, ya que nadie sabe cuándo va a morir.
Lo mismo es con los
Scouts; vosotros hacéis promesa de ayudar a vuestro prójimo en toda ocasión. No
importa cuán pequeña sea esa ayuda, así sea solamente ayudar a una anciana con
un bulto, o guiar a un niño en una calle muy transitada, o poner una moneda en
un cepillo para los pobres.
Alguna buena acción
deberéis ejecutar todos los días de vuestra vida. Principiad hoy mismo y nunca
lo olvidéis mientras viváis. Recordad que el nudo en vuestra pañoleta y en
vuestra insignia son recordatorios para que cumpláis con vuestra "Buena Acción"
cotidiana. Haced vuestra buena acción, no sólo con vuestros amigos, sino también
con los desconocidos.
Generosidad
Algunas personas
gustan de acumular dinero y nunca gastarlo. Es bueno ser ahorrativo, pero
también es bueno gastar cuando es necesario; de hecho, éste es uno de los
objetos del ahorro.
En vuestras
caridades tened cuidado de no caer en la falsa caridad. Es decir, es muy fácil y
consolador dar a un pordiosero un centavo en la calle, pero eso no debéis
hacerlo. La mendicidad, en noventa y nueve, de cien casos, es solamente un timo
y al darle el centavo a un mendigo, sólo estáis estimulando a él y a otros a
seguir con ese negocio. Hay por el contrario una multitud de pobres de verdad,
escondidos, a los que nunca véis y para quienes ese centavo seria una verdadera
bendición del cielo. Las organizaciones de caridad saben en dónde se encuentran
esos pobres y quiénes son; de manera que, si les dáis a ellas vuestro centavo,
éste llegará a quien verdaderamente lo necesite.
No hay necesidad de
ser rico para ser caritativo. Muchos de los caballeros de antaño eran hombres
pobres. En cierta ocasión, varios de ellos usaban en su escudo dos caballeros
montados en el mismo caballo, para indicar que eran demasiado pobres para poder
tener cada uno el suyo.
Propinas
Las "propinas" son
malas.
A cualquier parte
que va uno, la gente quiere que se le dé propina aún por las cosas más
insignificantes que deberían hacer tan sólo por buenos sentimientos.
Un Scout jamás
acepta una propina; lo que puede aceptar es el pago por un trabajo hecho. Para
algunos es difícil negarse a aceptar, pero para un Scout no lo es. Él solamente
dice: "Muchas gracias, pero soy Scout y nuestro reglamento nos prohibe aceptar
cosa alguna en pago de una buena acción".
Las propinas
colocan en posición falsa al que las recibe.
Es imposible
trabajar de buena voluntad si estáis pensando cuánto le vais a sacar de propina
a aquel para quien estáis trabajando y éste está pensando cuánto tendrá que
daros: El trabajo que los Scouts ejecuten para otras personas, deberán hacerlo
de buena voluntad.
He aquí un ejemplo
de lo que puede significar rehusar una propina como pago de una buena
acción:
Los Scouts de los
Estados Unidos actualmente suman dos millones de muchachos. (Téngase en cuenta
la época en que se escribió el libro. N. del E.)
Su número es en
verdad grande y principió gracias a la buena acción de un Scout inglés, de
Londres, en 1909. Este Scout se ofreció a servir de guía a un caballero para
cumplir con su buena acción de ese día. Cuando el forastero quiso pagarle el
servicio que le había prestado, el Scout le dijo con toda naturalidad: "No,
gracias, soy Scout".
-"¿Scout? ¿Qué es
eso?" Aquel caballero jamás había oído hablar de los Scouts. Hizo entonces
algunas preguntas al muchacho y acabó por hacer una visita a las oficinas de los
Scouts en Londres, donde le proporcionaron toda la información que deseaba
acerca de los Scouts.
Aquel caballero era
ciudadano de los Estados Unidos. Regresó a su país con una magnífica impresión
de la Hermandad de los Scouts, siempre dispuestos a hacer una buena acción en
favor de cualquiera que lo necesitare y sin recibir nada en pago.
Su idea de fundar
la Asociación en los Estados Unidos tuvo eco y se extendió con mucha rapidez,
formándose Tropas en todos los Estados. Actualmente hay en ese país casi tantos
Scouts como en el resto del mundo.
He ahí el resultado
de haber prestado un servicio sin pensar en propina alguna.
Yo he recibido un
sinnúmero de cartas de admiración por los Scouts, por haber ejecutado éstos
buenas acciones, declinando recibir propinas por ellas. Y a mí, Scouts, me da
mucho gusto saber esto.
Por supuesto, la
paga debida por un trabajo es otra cosa y vosotros haréis bien en
recibirla.
Amistad
La gran diferencia
entre un hombre del campo y uno de la ciudad es que el primero está acostumbrado
a andar en camisa y el segundo, enfundado en su chaqueta. El hombre del campo es
abierto y alegre con todo el mundo, mientras el de la ciudad es reservado y se
retrae ante sus vecinos, necesitando algún tiempo para franquearse. El aire
libre, el hábito de andar en camisa y la libertad a que está acostumbrado el
hombre del campo acaban con ese estiramiento y hacen que la vida sea más
agradable para todos los que le rodean.
Un Scout debe
recordar que es, como Kim, "el amigo de todo el mundo". Pero no hay que dejar
que esa amistad os lleve a la tontería de malgastar vuestro dinero, ganado con
tanto trabajo, en pagar las convidadas a vuestros amigos.
La Ley Scout dice:
"El Scout es amigo de todos y hermano de todo Scout". Y ha demostrado serlo en
las Jamborees, donde se han reunido miles de Scouts de diferentes naciones. Los
muchachos han descubierto que aún cuando vengan de diferentes lugares, todos se
parecen entre sí, teniendo los mismos gustos y las mismas diversiones y que
pueden ser muy buenos amigos.
"Un Scout es amigo de todo el mundo y hermano de todo Scout"
La
manera de hacer amigos es serlo uno.
Yo deseo que
vosotros, Scouts, conservéis esa amistad y la ampliéis y la hagáis más fuerte.
Esto lo lograréis escribiendo a vuestros hermanos Scouts de otros países,
visitándolos y haciendo que os visiten en vuestros campamentos.
Esto será divertido
para ellos y para vosotros. Pero será mejor aún si esa amistad, cuando lleguen a
presentarse dificultades entre vuestras naciones, evita el llegar a la guerra,
discutiendo amistosamente esas dificultades y buscando un acuerdo, sin llegar a
la prueba injusta y cruel de la pelea.
Cortesía
Una de las
anécdotas que los caballeros acostumbraban contar como ejemplo de cortesía, se
refería a Julio César. Una vez, había sido éste invitado a cenar por un
campesino pobre, quien le dio de comer unos encurtidos, creyendo que ésa seria
la clase de verdura que le gustaría a tan gran señor. César mostró su cortesía
comiéndose todos los encurtidos y aparentando que le gustaban, aun cuando le
quemaban la boca y le disgustaban considerablemente.
En España, si
preguntáis alguna dirección, la persona a quien se la preguntéis, no sólo os la
señalará, sino que, quitándose el sombrero y haciendo una cortesía, os dirá que
tiene mucho placer en enseñaros el camino y os acompañará hasta estar seguro de
que ya no os perderéis y no aceptará recompensa alguna.
Un francés se quita
el sombrero cuando se dirige a un extraño para pedirle unas señas, aún cuando
éste sea un simple policía.
Los pescadores
holandeses, corpulentos y tostados por el sol y que ocupan toda la calle cuando
caminan por ella, al ver venir a un extraño en sentido contrario, se hacen a un
lado y, sonriendo, se quitan sus gorras y le dan el paso.
Una dama me contó
que, viajando muy lejos por el Oeste de Canadá, tropezó con un grupo de vaqueros
que parecían semisalvajes y que venían caminando por la misma calle, lo cual la
hizo sentirse alarmada; pero, con gran sorpresa, vio que, al llegar a ella se
hicieron a un lado y, quitándose los sombreros con gran respeto, le cedieron el
paso.
Cortesía
para con las mujeres
Los caballeros de
antaño tomaban particular interés en ser atentos, respetuosos y corteses con las
mujeres.
Sir Nigel Loring,
en The White Company, representa el tipo del caballero de antaño. Aún
cuando era muy pequeño de estatura y estaba medio ciego porque un enemigo le
había echado cal en los ojos al principio de su carrera, era extraordinariamente
valiente y, al mismo tiempo, muy humilde y servicial para con los demás.
Pero, sobre todo,
reverenciaba a las mujeres. Tenía por esposa una mujer corpulenta y sencilla,
pero él siempre ponderaba su belleza y su virtud y estaba dispuesto a pelear con
cualquiera que dudara de ellas. También era siempre cortés con las mujeres
pobres, lo mismo fueran éstas ancianas que jóvenes. Y es así como un Scout debe
proceder.
El rey Arturo, que
formuló las reglas de la Caballería, era muy caballeroso para con las
mujeres. Un día, una muchacha entró en su sala pidiendo ayuda a gritos. Sus
cabellos chorreaban agua y estaban salpicados de lodo, sus brazos estaban
arañados por las zarzas y venia cubierta con harapos. Había sido maltratada por
una banda de ladrones que asolaba la comarca con toda clase de depredaciones.
Cuando escuchó su historia, el rey Arturo montó en su caballo y fue
personalmente a la cueva de los ladrones y con peligro de su vida, peleó con
ellos hasta derrotarlos, evitando así que siguieran causando males a su
pueblo.
Al caminar un Scout
con una dama, o con un niño, siempre debe colocarlos a su lado izquierdo, de
manera que tenga su brazo derecho libre para protegerlos. Esta regla se alterará
cuando se camine en las calles, en cuyo caso el hombre tomará el lado más
cercano al tránsito para protegerlos contra accidentes, o del lodo que pudiera
salpicarlos.
Al encontrar a una
dama o a un niño, un hombre, como cosa aceptada, deberá hacerse a un lado para
darle el paso aún cuando para ello, tenga que bajarse de la acera.
Así también,
viajando en un ómnibus o en un vagón de ferrocarril, ningún hombre que se precie
de serlo, permitirá que una mujer permanezca de pie mientras él está sentado.
Inmediatamente le cederá su asiento y él viajará de pie. Como Scouts, debéis
siempre dar ejemplo en esto y ser los primeros en ceder el asiento y hacerlo con
alegría, con una sonrisa, de tal manera que no vayan a pensar que os desagrada
hacerlo.
Cuando vayáis por
la calle, estad siempre pendientes para prestar ayuda a las mujeres y a los
niños. Una buena oportunidad es cuando desean cruzar la calle o desean saber en
dónde están o llamar un coche de alquiler, tomar un ómnibus o un tranvía. Si los
véis, acudid inmediatamente en su auxilio y no aceptéis jamás ninguna
recompensa.
El otro día, pude
observar a un muchacho que ayudaba a una dama a bajar de un carruaje y al cerrar
la puerta, ella se volvió para darle unas monedas; pero él, llevándose la mano a
la gorra, le dijo:
"No, muchas
gracias, señora; sólo he cumplido con mi deber" y se alejó. Entonces le estreché
la mano. Pensé: Aún cuando no pertenezca a la Asociación, este muchacho es un
Scout por naturaleza.
Ésta es la clase de
cortesía que uno más desea ver entre los muchachos.
Por supuesto, en
los accidentes, los hombres deben procurar que las mujeres y los niños sean los
primeros en ser retirados del peligro, antes de pensar en salvarse a sí mismos.
En los naufragios es notable cómo se hacen arreglos cuidadosos para salvar con
preferencia a las mujeres, a los niños y a los ancianos, dejando a los hombres
para último término.
Siempre debéis
mostrar cortesía con las damas. Si estáis sentados y una dama entra en el
cuarto, poneos de pie y ved si os es posible alguna ayuda antes de que volváis a
sentaros.
No os detengáis a
hablar con una muchacha con quien no deseéis que os viera vuestra madre o
vuestras hermanas. No hagáis el amor a ninguna muchacha si no pensáis casaros
con ella. No os caséis con una muchacha si no tenéis lo suficiente para
sostenerla y para sostener algunos hijos.
Gracias
¡Atención! He aquí
una sugeston importante sobre la cortesía, que con mucha frecuencia se pasa por
alto, pero que un verdadero Scout jamás omite y que consiste en dar las gracias
por cualquier atención que se recibe. Un obsequio no os pertenece mientras no lo
hayáis agradecido debidamente. No habéis terminado vuestro campamento, aún
cuando ya tengáis todo empacado y limpio el terreno, si no habéis dado las
gracias al dueño porque os permitió usarlo y a Dios porque os permitió
gozarlo.
PRÁCTICAS
DE CORTESÍA POR PATRULLA
El Guía de Patrulla
puede hacer mucho para alentar a sus Scouts a hacer su buena acción refiriéndose
a ésta oportunamente, sin insistir demasiado, y pidiéndoles cuenta, alguna vez,
de las buenas acciones que hayan hecho. Cuando vayan de paseo con sus patrullas,
les pueden sugerir oportunidades para hacer buenas acciones individuales o de
patrulla. Pero recordad que ES EL EJEMPLO QUE DEN LOS GUIAS DE PATRULLA LO QUE
CUENTA.
Haced que todos los
Scouts hagan un nudo en su pañoleta todas las mañanas, para que les recuerde
esta idea de hacer su buena acción cotidiana y continuad con esta costumbre
hasta que se les haya formado el hábito.
Habladles de la
multitud de buenas acciones que un muchacho puede hacer en su vida diaria, como
por ejemplo, regar arena sobre un camino congelado que puede causar un resbalón;
retirar las cáscaras, de naranja o de plátano que encuentre sobre el pavimento;
ayudar a los ancianos; ayudar a conservar limpias las calles recogiendo los
papeles que se encuentren tirados en ellas, proporcionar comida a los niños
pobres. Y DESPUES PRACTICAD ALGUNAS DE ELLAS.
Haced que cada
Scout traiga al local un muchacho totalmente ajeno a la Asociación para que tome
parte en los juegos, escuche los cuentos y otras cosas por el estilo.
JUEGOS
"Caballería
andante"
Los Scouts salen
solos, por parejas, o por patrullas en la ciudad, en busca de mujeres o niños
que necesiten ayuda y regresan a informar, bajo palabra de honor, lo que han
podido hacer. Si se encuentran en el campo. salen a los ranchos o a las chozas
en busca de trabajos que desempeiiar de balde. Este mismo juego puede hacerse en
forma de carrera y se le denomina "La Carrera de la Buena Acción".