FOGATA 23
Capítulo 7
Hidalguía de los caballeros
Fogata 23 - Estar preparado para caso de un accidente
Los caballeros de
antaño se llamaban "Caballeros Hospitalarios" porque sostenían hospitales
dedicados al tratamiento de los enfermos, los pobres y los heridos en accidentes
o en guerra. Ahorraban su dinero para sostener estos hospitales y, aún cuando
eran hombres valientes, algunas veces hacían de enfermeros y doctores.
Los Caballeros de
San Juan de Jerusalén, hace ochocientos años, se dedicaban particularmente a
este trabajo. La sociedad británica de ambulancias de San Juan y la Cruz Roja
actuales, son los herederos de aquellos caballeros.
>Los exploradores,
los cazadores y otros Scouts en los lugares apartados del mundo, tienen que
saber lo necesario para caso de accidente o enfermedad, ya sea que ocurra con
ellos mismos o con sus seguidores, ya que, algunas veces, se encuentran a
cientos de millas de cualquier doctor. Por esta razón, los Scouts deben aprender
todo lo que puedan respecto a la forma de atender a los accidentados y a los
enfermos.
>Mi hermano acampaba
una vez con un amigo, en una selva de Austria. Su amigo, tratando de descorchar
una botella, sostenía ésta entre sus rodillas para afianzarla mejor. La botella
se rompió y una de sus aristas filosas se le enterró profundamente en la
pantorrilla, cortándole una arteria. Mi hermano tomó rápidamente una vara, la
pasó por la gasa del pañuelo y le dió vueltas hasta que la piedra hiciera
presión sobre la arteria. En seguida, consiguió una venda que quedó tan apretada
que detuvo la hemorragia. Si mi hermano no hubiera sabido lo que tenía que
hacer, aquel hombre se hubiera desangrado de tal manera, que hubiera muerto en
unos cuantos minutos. Pero afortunadamente, mi hermano tenía conocimientos en la
materia y salvó aquella vida, procediendo con rapidez a hacer lo que era
necesario.
Accidentes
Continuamente están
pasando accidentes y los Scouts, por tanto, tienen constantemente oportunidad de
prestar ayuda en primeros auxilios.
Todos tenemos un
gran concepto de quien, a riesgo de su propia vida, salva la de uno de sus
semejantes. Tal hombre es un héroe.
Los muchachos
piensan así de él sobre todo porque lo consideran un ser enteramente diferente
de ellos. Pero no lo es; todo muchacho tiene oportunidad de salvar una vida, de
ser un héroe, si se prepara como es debido.
Es enteramente
seguro que, casi todos vosotros, Scouts, presenciaréis algún día un accidente; y
entonces, si sabéis lo que hay que hacer y lo hacéis prontamente, obtendréis
para siempre la satisfacción de haber salvado una vida, o de haber prestado
ayuda.
Estad
listos
Recordad vuestra
divisa: "Siempre listos". Siempre listos para prestar ayuda en un accidente,
porque os habéis preparado de antemano y sabéis lo que hay que hacer en las
diferentes clases de accidentes que pueden ocurrir.
Siempre listos,
para hacer lo que deba hacerse en el mismo momento en que ocurra el accidente.
Voy a explicaros lo
que hay que hacer en diferentes clases de accidentes y vosotros lo practicaréis
cuando os sea posible. Pero lo importante para vosotros, Scouts, quienquiera que
seáis y cualquiera que sea la cosa que estéis haciendo, es pensar "¿qué clase de
accidente podría ocurrir aquí? " y "¿cuál es mi deber si ocurre"? Entonces
estaréis listos para actuar.
Tomasito, el Pie Tierno. No. 10.
Tomasito en la calle.
Tomasito
es un peatón alocado.
Que se apea del ómnibus sin ningún cuidado.
Y, cuando el
accidente ocurra, recordad que, como Scouts, es vuestro deber ser los primeros
en acudir a prestar ayuda. Jamás permitáis que un extraño se os adelante.
Pensar de
antemano
Suponed, por
ejemplo, que os encontráis en la plataforma de una estación llena de gente,
esperando un tren.
Pensáis para
vosotros mismos: "Si alguna de estas personas llegara a caerse de la plataforma
a los rieles al acercarse el tren, ¿qué podría yo hacer? Debería saltar
inmediatamente y empujarla fuera de la vía para el lado de enfrente, ya que, de
todos modos, no habría tiempo para subirla de nuevo a la plataforma. Mas, si el
tren estuviere ya demasiado cerca, el único modo de salvarla sería tendiéndome y
haciéndola que se tendiera entre los rieles y esperar así a que el tren pasara
por encima de ambos".
Entonces, si este
accidente llegara a pasar, saltaríais inmediatamente poniendo en práctica
vuestra idea, mientras que todos los demás sólo correrían de un lado para otro,
gritando y sin saber qué hacer.
Un caso así ya
ocurrió. Una dama cayó de la plataforma en la estación de Finsbury Park, en
Londres, en el momento en que entraba el tren. Un hombre llamado Alberto Harwick
saltó y se tendió sobre los rieles, teniéndola también a ella y sujetándola,
mientras el tren pasaba por arriba de ellos sin tocarlos.
En cambio, ocurrió
una escena bochornosa en Hampstead, donde, frente a una multitud, se ahogó una
mujer en un estanque poco profundo, después de luchar desesperadamente durante
media hora. ¡Y no hubo ninguno que tuviera el arrojo suficiente para echarse al
agua y salvarla! Parecería imposible que tantos hombres hubieran podido
permanecer parados en la orilla, nada más que hablando; pero así fue, para
eterna ignominia suya. El primero que llegó, en vez de arrojarse al agua, se
limitó a llamar a otro. Luego llegaron varios; pero, al ver que los que allí
estaban no se metían, cundió una especie de miedo misterioso, por la que ninguno
se atrevió a auxiliarla, dejando que la pobre mujer se ahogara frente a
ellos.
Lo que
puede hacer un Scout
Si allí hubiera
habido un Scout, seguramente habría sido muy diferente. Hubiera sido la gran
oportunidad para que se luciera un Scout. Él se habría acordado de su
adiestramiento.
Cumplid vuestro
deber.
Ayudad a vuestros
semejantes, especialmente si se trata de una mujer.
No os importe que
otros se echen para atrás.
Arrojaos con
decisión, atendiendo al objeto que perseguís, sin considerar vuestra propia
seguridad.
Los muchachos
tienen la idea de que son demasiado jóvenes o demasiado pequeños para tomar
parte directa en un salvamento. Pero esto es un gran error.
Desde que escribí
este libro, miles de casos han ocurrido en que los Scouts han saltado al agua
para salvar a personas que se estaban ahogando, donde la multitud tenía miedo y
no ayudaba en nada.
Entre los Scouts,
tenemos medallas al valor que se otorgan por actos de heroísmo y por salvamento
de vidas.
Que todo Scout se
prepare para ganar una de estas medallas.
Algún día podrá
ocurrir un accidente delante de vosotros, que os brinde la oportunidad. Si
habéis aprendido de antemano lo que hay que hacer, podréis adelantaros
inmediatamente y hacer lo debido y, posiblemente, ganaréis una de esas medallas.
Pero, en cualquier caso, tendréis algo que es infinitamente mayor que una
medalla: la satisfacción de haber ayudado a uno de vuestros semejantes, aún con
peligro de vuestra vida.