Fortuna y desgracia
Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su
hijo. Un día el hijo le dijo:
-"¡Padre, qué desgracia! Se nos ha iddo el caballo"
-¿Por qué le llamas desgracia? - reespondió el padre veremos lo que trae el tiempo...
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.
-"¡Padre, qué suerte! - exclaamó esta vez el muchacho - Nuestro caballo
ha traído otro caballo."
-"¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre - Veamos qué nos trae el
tiempo.
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no
acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.
-"¡Padre, qué desgracia! - exxclamó ahora el muchacho -¡Me he quebrado la
pierna!"
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
-"¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!"
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama. Pocos
días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la
guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo
dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia
ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo
es malo o bueno.
No conozco el origen o el autor de esta charla; fué gentilmente remitida
por el scouter Roberto Esquivel, del grupo Aconcagua, Dtto. Baruta, Reg. Metropolitana, Scouts
de Venezuela