Notodos tienen el privilegio de ser Dirigentes Scouts
Mario Arribas
Agosto 2002
El maravilloso juego del escultismo está diseñado para que sea jugado por niños, jóvenes y adolescentes; pero es
necesario que en él participen algunos adultos, que aunque no juegan el juego, forman parte del mismo en calidad de
facilitadores o moderadores.
Toda unidad scout, en alguna oportunidad seguramente ha experimentado la carencia de dirigentes, bien sea para
apoyar a quien está encargado de la unidad, o en el peor de los casos para dirigirla. Este problema puede acarrear
otros peores si no se le otorga a la selección de los adultos involucrados en la conducción de las unidades, el
debido cuidado.
Los adultos encargados de brindar este juego a quienes lo reciben pueden llegar a las filas del escultismo de dos
maneras; analicemos cada una de ellas y veamos cada caso en detalle.
La primera es desde dentro del Movimiento. Despues de haber sido dirigidos, a quienes hemos pasado por el escultismo
, no nos queda sino escoger retirarnos o seguir activos pero como dirigentes. En la mayoría de las veces,este tipo
de adulto comprende a cabalidad su función en su nuevo rol como facilitador del juego que una vez ya jugó; y con
la ayuda del programa de capacitación que la Institución ofrece, puede alcanzar niveles de excelencia como pedagogo
informal que es al fin y al cabo lo que son los dirigentes de unidad; pero en otros casos, lamentablemente los
adultos que nuestras mismas filas arrojan no son los mas idóneos para asumir a cabalidad sus funciones.
Es posible que alguno de los representantes, en su juventud haya sido miembro de nuestra institución, o quizas
dirigente, eso sería de gran ayuda para hacerle ver su función dentro de nuestro Movimiento; pero muchos de ellos
jamás han sido scouts; eso no debería ser problema, pues las pocas cosas que deben aprender deben hacérseles
fáciles a quien de hecho ya ha educado, o criado a alguno de nuestros muchachos. Es posible que estos
representantes estén por encima de la edad ideal para dirigir unidades menores o intermedias, pero bien podrían
encuadrarse en las unidades mayores o en los puestos de dirección adulta del Grupo Scout.
La otra fuente de dirigentes, es la sociedad misma, son muchos los excelentes dirigentes que la comunidad nos ha
dado; es probable que muchos de ellos jamás hayan sido scouts, pero sienten la necesidad de brindarle su tiempo y
esfuerzo a la formación de juventudes a través de nuestro método educativo.
Sea cual sea la fuente que nos brinda los adultos necesarios para la dirección de cualquier unidad Scout, es
importante saber analizar las verdaderas razones que llevan a estos adultos a ofrecer su tiempo a nuestro
Movimiento.
Muchos de estos adultos, se acercan a las unidades Scouts a ofrecer su tiempo, esfuerzo y trabajo bajo la firme
creencia de que ello redundará en un gran beneficio formador, para los receptores del mismo. Esos son los
voluntarios que necesitamos, los que estamos dispuestos a capacitar. Esos son los Dirigentes Scouts que buscamos.
En una gran cantidad de casos hemos visto que por culpa de las oscuras intenciones de algunos de los adultos, que
ofrecen sus servicios como dirigentes y de nuestra incapacidad de detectar y clasificar las razones que estos
individuos tienen para acercarse a una unidad Scout, los receptores, las unidades, los grupos, los distritos, las
regiones, en fin toda la estructura de nuestra Asociación, ha sufrido el daño que estas personas le han infringido.
A todas esas oscuras intenciones de algunos de los adultos que se acercan a la institución, las llamamos “Agendas
Ocultas”. Y para poder detectar los peligros que implica la aceptación de alguno de estos adultos cuyas intenciones
para con los receptores de nuestro método educativo no son buenas, vamos de conocer algunas; entre ellas tenemos:
Confusión de papeles
Es de muchos conocida la inmensa cantidad de dirigentes que previamente fueron dirigidos, que piensan erroneamente
que todavía están jugando el juego, pero ahora con otro “cargo”. Se niegan a aceptar que el juego para ellos ya
terminó, es posible que este problema lo hereden por la mala dirigencia a la que ellos mismos fueron sometidos y
hayan tomado ese patrón como ejemplo a seguir, o bien por la inmadurez de ese adulto; el primero de los casos,
tiene solución, pues la capacitación moldeará su actitud, hasta nivelarla de acuerdo a lo que se espera de este
dirigente; el segundo caso, no tiene solución, pues dentro de nuestros objetivos como Institución no está el formar
adultos, pues para ello, tendríamos que desviar nuestra atención hacia este adulto, en detrimento de nuestros
dirigidos, además, nuestro método es exclusiva aplicación en niños, jóvenes y adolescentes, no adultos.
Ansia de poder
Es lamentable el caso que se da cuando un adulto, viene a nuestras filas para ejercer el “poder” que le da el
cargo. Un adulto es un adulto, así lo ven los dirigidos, y en la mayoría de las veces, lo obedecen por esa mera
condición.
Se espera una cuota de obediencia por parte de quienes juegan el juego, pues es así como el adulto puede hacer su
trabajo; pero esta obediencia debe ser ganada, pues se deriva de la convicción que los muchachos tienen de que esa
orden emanada del adulto, conlleva a una experiencia positiva. Los muchachos no deben obedecer por miedo a ir en
contra de un mandato del adulto, sino por el respeto que tienen a su experiencia y sabiduría demostrada. Muchos de
los adultos bajo este ejemplo son hombres y mujeres que han vivido sus vidas con un perfil muy bajo, que nunca han
tenido iniciativa propia, que siempre han seguido a otros, que nunca han experimentado el liderazgo que da el
tener iniciativa, y necesitan de un grupo de personas que lo obedezcan, para así satisfacer su ansia de llenar ese
vacio de experiencia. Quien no es lider y nunca lo ha sido, no puede formar líderes. Este es un defecto que muy
dificilmente corrige la capacitación.
Desviaciones sexuales
Para la mayoría de los adultos, le es fácil convencer a un menor de hacer lo que al primero se le ocurra; si el
adulto que funge como Dirigente Scout es un aberrado sexual, los campamentos y demas actividades de ese tipo le
ofrecen oportunidad de cometer sus bajezas con los dirigidos. En muchos de los casos, sobre todo en las unidades
intermedias y mayores, los dirigidos se percatan de esta actitud y son ellos mismos quienes los denuncian, pero en
las unidades menores no; y es allí donde representan el mayor peligro. Estas actitudes desviadas y aberrantes,
deben ser vigiladas y tratar de detectarlas a tiempo antes de que algo ocurra; este tipo de personas debe ser
alejada de inmediato de sus cargos, para ello existen mecanismos disciplinarios efectivos.
Comportamiento no ejemplar
Es posible que el adulto encargado de la conducción de una unidad, sea una persona capaz y madura, que sexualmente
se comporta según se espera de acuerdo a su género, y que hasta sea un dirigente efectivo en cuanto a la formación
de sus dirigidos; pero tambien es posible que esta efectividad no solo se refleje en la formación técnica de
quienes estan a su cargo, sino tambien en la adquisición de comportamientos nada deseables. Un dirigente que fuma o
consume licor frente a sus dirigidos, o incita a su consumo con su ejemplo, no puede estar al frente de unidad
alguna. Así mismo pasa con su comportamiento fuera de la unidad, se espera que un adulto Scout, se comporte de
manera ideal tanto en su papel como Dirigente Scout como en su rol como ciudadano, padre, empleado, esposo, en
fin, en su vida personal. Se espera viva según la Ley y la Promesa Scout, y su comportamiento sea un ejemplo a
seguir.
Apariencia social
El ser Dirigente Scout puede reditar beneficios para quien ante la sociadad dedica su tiempo libre a la juventud de
manera voluntaria. Es posible que quien se acerque a nosotros con la idea de dirigir, lo haga para montar a su
alrededor una “pantalla” que lo hace ver como un “buen ciudadano”. Su trabajo al frente de unidades y grupos Scouts
puede ser impecable, y si esta persona se comporta al menos aparentemente según lo que se espera; resulta muy
dificil su detección. Este tipo de personas trabaja con nosotros por la satisfacción personal que le brinda el
reconocimiento público; se esfuerzan por hacer las cosas lo mejor posible, pero no por el beneficio de sus
dirigidos, sino por los aplausos que les brindan aquellos que son testigos de su trabajo. De todos los vicios que
un adulto que viene a nosotros con la idea de dirigir pueda poseér, es este el menos dañino, pues su propio vicio,
nos asegura un trabajo de gran calidad.
Relaciones sociales
La gran hermandad Scout, ante los ojos de una persona externa al movimiento, luce como un ambiente atractivo para
“hacer amigos”; pues la camaradería, siempre está como plato principal en el menú del día. Muchos de los adultos
que se acercan a nosotros, consiguen en las Unidades Scouts amistades sólidas y duraderas, tal cual como los
muchachos lo hacen. El hecho de sentirse atraídos por este “ámbito de amistad sin fronteras”, y que este sea el
motivo de su acercamiento al movimiento, no tiene nada de malo, pues como lo dice la Ley Scout, “El Scout es amigo
de todos...”. Pero de ahí, a que esto sea tomado como un “club de amistades”, por adultos en busca de relaciones
sociales, hay mucha diferencia. El movimiento no está para atender las necesidades de los adultos; sino para
satisfacer la de los niños. Los adultos que se acerquen a las Unidades Scouts, deben venir con deseos de dar, no
de recibir.
En fin, estas son solo algunas de esas “Agendas Ocultas” de aquellos que equivocadamente se acercan al Movimiento,
ofreciendo sus servicios. Los representantes, los dirigentes de adultos y los dirigentes de unidad, TIENEN que
estar atentos a las señales que les puedan indicar, que estan en la presencia de algún adulto, con intenciones
nada altruistas, y muy lejos de perseguir los beneficios que para los dirigidos pueda representar su trabajo.
“...ser un Dirigente Scout no es un derecho de todos, es un privilegio de pocos...”
Thomas Flores