Serás Jefe
Charles Degálier
Del Libro de Lezard
Gentilmente enviado por Helena Thomas
(Mar suspicaz) desde Madrid, España
Si quieres, serás jefe.
Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de la alondra.
Una jefe no es aquella que quiere mandar, dirigir, imponerse. Ni la que da órdenes para hacerse obedecer.
Ni la que prohibe o permite; la que censura o alaba; la que premia o castiga.
Una jefe es mucho más.
Una jefe es la que sin quererlo ni saberlo, atrae hacia ella a los demás.
Es aquella cerca de la que nos vamos a sentar.
Es a la que escuchamos y seguimos porque descubrimos que hay en ella una fuerza que nada puede destruir; que su
vida es recta y sus acciones sencillas. Siempre la misma, sencilla, como su mirada tranquila que parece venir de
muy lejos e ir más lejos aún, hasta el fondo de los corazones y más allá del horizonte.
Una jefe ...
Qué bueno seria tener una jefe cuando estarnos cansadas.
Alguien que nos ayudara a pensar.
que nos ayudara a decidir y a la que pudiéramos seguir.
Pero las jefes son pocas.
Al menos aquellas en las que se puede confiar.
Si quieres, serás jefe.
Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de la alondra.
Ser jefe no significa transformar a los demás, para hacerlos como uno, imponiéndoles ideas y actividades,
cansándolos con recomendaciones, prohibiciones y preceptos.
Ser jefe es vivir una vida pura, siempre en una casa abierta a los demás.
Qué aquellos que quieran venir, vengan y nunca encuentren cerradas las puertas, ni las ventanas; porque la jefe
vive a la vista de todos, para todos y con todos.
Una jefe exige mucho de sí, misma, pero casi nada de los demás.
Es severa consigo misma, indulgente con los demás. Sabe bien que no es fácil hacer las cosas y que casi todo
requiere un esfuerzo.
Una jefe es una compañera que reconoces como mejor que tú y junto a la que tú te vuelves mejor.
Por eso la escogiste. Por eso la llamas "mi jefe".
Si quieres, serás jefe.
Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de la alondra.