La maestra
a Jaimito en el colegio:
- Jaimito,
prepara tres oraciones para que me las digas mañana.
Jaimito
llega a su casa, y le dice a su madre:
- Mamá,
dime una oración.
- ¡No
me da la gana!.
Luego le
pregunta a su padre, que estaba viendo la tele:
- ¡Superman!
¡Superman!
Y luego
va a su hermana, que estaba con los auriculares escuchando
música:
- No tengo
dinero, ¡ououoh! No tengo dinero, ¡ououoh!
Al día
siguiente:
- Jaimito,
dime las tres oraciones.
- ¡No
me da la gana!.
- ¿Pero
tu quién te has creído que eres?
- ¡Superman!
¡Superman!
- ¡Al
despacho del director! Esto vas a pagarlo muy caro.
- No tengo
dinero, ¡ououoh! No tengo dinero, ¡ououoh!
(Mío)
Otra día
en el colegio:
- Jaimito,
dime la tabla del uno.
- Uno por
uno, uno. Uno por dos, dos. Uno por tres, tres. Uno por cua-
tro, cuatro. Uno por
cinco, cinco. Uno por seis, seis. Uno por siete,
siete. Uno por ocho,
ocho. Uno por nueve, nueve. Uno por diez, diez. Cien
por cien algodón.
(Mío)
- Pues mi
familia esta cabreada conmigo porque me gustan los bocatas.
- ¿Por
qué? A mí también me gustan.
- Ah, ¿sí?
¿Quieres ver mi colección? ¡Tengo más de setecientos
en casa!
(Mío)
A casa de
Jaimito llega una de sus tías de visita. Mientras están
merendando, va el niño
y le dice a su tía:
- Jo, tía,
sí es que eres tonta.
Entonces
su madre le regaña.
- ¡Niño!
¿Pero cómo le dices eso a tu tía? ¡Dile ahora
mismo que lo
sientes! ¡Venga!
- Esta
bien... Tía, siento mucho que seas tan tonta.
(Mío)
La madre
de Jaimito:
- Jaimito,
a ver si te portas bien, porque cada vez que haces una
travesura me sale una
cana.
- Pues
entonces tú de pequeña tenias que ser tremenda, porque fíjate
cómo está
la abuela...
(Mío)
Jaimito
llega a casa después de una excursión a una granja, y su
madre
le pregunta:
- Y dime,
Jaimito, ¿qué has visto en el campo?
- He visto
a un señor haciendo caballos.
- ¿Qué
dices?
- ¡Que
sí! Tenia uno ya casi acabado, y le estaba clavando los pies.
(Mío)
En el colegio:
- A ver,
Jaimito, ¿cómo se llaman los que han nacido en Jaén?
- ¿Todos?
(Mío)
- ¿Que
tal el examen?
- ¡Bah!
Muy mal, lo he dejado en blanco.
- Yo también,
¡a ver si van a pensar que hemos copiado!
(Mío)
- Señorita,
señorita, que no tengo goma...
- ¡Pues
la pintas!
- ¿Y
si me sale mal con qué borro?
(Mío)
Jaimito
está en una clase de Física sobre la sublimación.
- A ver,
¿alguno de vosotros me puede decir una sustancia que pase
directamente del estado
sólido al estado gaseoso sin pasar por el estado
líquido?
- Las judías.
(Mío)
-
Jaimito, conjuga el verbo andar
-
Yo... yo... yo ando, tú... esto, tú andas...
-
¡Más deprisa!
-
Él corre, nosotros corremos, vosotros corréis, ellos corren.
(Mío)
- Jaimito,
¿cuáles son los reyes godos?
- Isabel
y Fernando, señorita.
- ¿Y
entonces los Reyes Católicos?
- Melchor,
Gaspar y Baltasar.
- ¿Y
entonces los Reyes Magos?
- Los padres,
señorita, los padres...
(Mío)
En el colegio,
el profesor les esta contando un cuento a los niños
para que salgan abrigados
a jugar con la nieve:
- Pues yo tenia
un hermanito que un día se fue a jugar a la nieve con su
trineo sin abrigarse.
Cogió una neumonía y al cabo de tres días se
murió.
Se hace
un profundo silencio en la clase, y luego Jaimito pregunta:
- ¿Y
dónde dejó el trineo?
(Mío)
- Jaimito,
¿qué te pasa?
- Que este
boli no pinta.
- Bueno,
prueba a darle aliento.
El niño
se acerca el boli a la boca y se pone a gritar:
- ¡Boli!
¡Boli! !Ra, ra, ra!
(Mío)