Teoría sobre Óptica
Geométrica.
|
Hacé click sobre el ítem teórico que
quieras ver. |
 |
Óptica, rama de la física que se ocupa de la
propagación y el comportamiento de la luz. En un sentido amplio, la luz es la
zona del espectro de radiación electromagnética que se extiende
desde los rayos X hasta las microondas, e
incluye la energía radiante que produce la sensación de visión. El estudio de la óptica se divide en
dos ramas, la óptica geométrica y la óptica física. En esta
página nos ocuparemos solo de la primera.
Naturaleza
de la luz
La energía radiante tiene una
naturaleza dual, y obedece leyes que pueden explicarse a partir
de una corriente
de partículas o paquetes de energía, los llamados fotones, o a
partir de un tren de ondas transversales.
El concepto de fotón se emplea para explicar las interacciones
de la luz con la materia que producen un cambio en la forma de
energía, como ocurre con el efecto fotoeléctrico o la luminiscencia. El concepto de onda suele emplearse
para explicar la propagación de la luz y algunos de los fenómenos de formación de
imágenes. En las ondas de luz, como en todas las ondas
electromagnéticas, existen campos eléctricos y magnéticos en
cada punto del espacio, que fluctúan con rapidez. Como estos
campos tienen, además de una magnitud, una dirección
determinada, son cantidades vectoriales. Los campos eléctrico y
magnético son perpendiculares entre sí y también
perpendiculares a la dirección de propagación de la onda. La
onda luminosa más sencilla es una onda sinusoidal pura, llamada
así porque una gráfica de la intensidad del campo eléctrico o
magnético trazada en cualquier momento a lo largo de la
dirección de propagación sería la gráfica de una función
seno. El número de oscilaciones o
vibraciones por segundo en un punto de la onda luminosa se conoce
como frecuencia. La longitud de onda es la distancia a lo
largo de la dirección de propagación entre dos puntos con la
misma fase, es decir, puntos que ocupan posiciones
equivalentes en la onda. Por ejemplo, la longitud de onda es
igual a la distancia que va de un máximo de la onda sinusoidal a
otro, o de un mínimo a otro. En el espectro visible, las
diferencias en longitud de onda se manifiestan como diferencias
de color. El rango visible va desde 350 nanómetros
(violeta) hasta 750 nanómetros (rojo), aproximadamente (un
nanómetro, nm, es una milmillonésima de metro). La luz blanca
es una mezcla de todas las longitudes de onda visibles. No
existen límites definidos entre las diferentes longitudes de
onda, pero puede considerarse que la radiación ultravioleta va desde los 350 nm hasta los 10 nm. Los rayos infrarrojos, que incluyen la energía calorífica radiante,
abarcan las longitudes de onda situadas aproximadamente entre 750 nm y 1 mm. La
velocidad de una onda electromagnética es el producto de su
frecuencia y su longitud de onda. En el vacío, la velocidad es
la misma para todas las longitudes de onda. La velocidad de la
luz en las sustancias materiales es menor que en el vacío, y
varía para las distintas longitudes de onda; este efecto se
denomina dispersión. La relación entre la velocidad de
la luz en el vacío y la velocidad de una longitud de onda
determinada en una sustancia se conoce como índice de
refracción de la sustancia para dicha longitud de onda. El
índice de refracción del aire es 1,00029 y apenas varía con la
longitud de onda. En la mayoría de las aplicaciones resulta
suficientemente preciso considerar que es igual a 1.
Las leyes de reflexión y
refracción de la luz suelen deducirse empleando la teoría
ondulatoria de la luz introducida en el siglo XVII por el
matemático, astrónomo y físico holandés Christiaan Huygens. El principio de Huygens afirma
que todo punto de un frente de onda inicial puede considerarse
como una fuente de ondas esféricas secundarias que se extienden
en todas las direcciones con la misma velocidad, frecuencia y
longitud de onda que el frente de onda del que proceden.
Con ello puede definirse un nuevo frente de onda que envuelve las
ondas secundarias. Como la luz avanza en ángulo recto a este
frente de onda, el principio de Huygens puede emplearse para
deducir los cambios de dirección de la luz.
Cuando las ondas secundarias
llegan a otro medio u objeto, cada punto del límite entre los
medios se convierte en una fuente de dos conjuntos de ondas. El
conjunto reflejado vuelve al primer medio, y el conjunto
refractado entra en el segundo medio. El comportamiento de los
rayos reflejados y refractados puede explicarse por el principio
de Huygens. Es más sencillo, y a veces suficiente, representar
la propagación de la luz mediante rayos en vez de ondas. El rayo
es la línea de avance, o dirección de propagación, de la
energía radiante y, por tanto, perpendicular al frente de onda.
En la óptica geométrica se prescinde de la teoría ondulatoria
de la luz y se supone que la luz no se difracta. La trayectoria
de los rayos a través de un sistema óptico se determina
aplicando las leyes de reflexión y refracción.
(volver arriba)
Óptica
geométrica
Este campo de la óptica se ocupa
de la aplicación de las leyes de reflexión y refracción de la
luz al diseño de lentes y otros componentes de instrumentos
ópticos.
Reflexión
y refracción

Refracción
de la luz en diamantes El brillo de los diamantes se
debe a su elevado índice de refracción, aproximadamente 2,4. El
índice de refracción de un material transparente indica cuánto
desvía los rayos de luz. La habilidad del joyero reside en
tallar las facetas de modo que cada rayo de luz se refleje muchas
veces antes de salir de la piedra. El índice de refracción es
ligeramente distinto para cada color de la luz, por lo que la luz
blanca se divide en sus componentes dando lugar a los fuegos
multicolores de los diamantes.
Si un rayo de luz que se propaga a
través de un medio homogéneo incide sobre la superficie de un
segundo medio homogéneo, parte de la luz es reflejada y parte
entra como rayo refractado en el segundo medio, donde puede o no
ser absorbido. La cantidad de luz reflejada depende de la
relación entre los índices de refracción de ambos medios. El
plano de incidencia se define como el plano formado por el rayo
incidente y la normal (es decir, la línea perpendicular a la
superficie del medio) en el punto de incidencia (véase figura
1). El ángulo de incidencia es el ángulo entre el rayo
incidente y la normal. Los ángulos de reflexión y refracción
se definen de modo análogo.
Las leyes de la reflexión
afirman que el ángulo de incidencia es igual al ángulo de
reflexión, y que el rayo incidente, el rayo reflejado y la
normal en el punto de incidencia se encuentran en un mismo plano.
Si la superficie del segundo medio es lisa, puede actuar como un espejo y producir una imagen reflejada (figura 2). En la
figura 2, la fuente de luz es el objeto A; un punto de A
emite rayos en todas las direcciones. Los dos rayos que inciden
sobre el espejo en B y C, por ejemplo, se reflejan
como rayos BD y CE. Para un observador situado
delante del espejo, esos rayos parecen venir del punto F
que está detrás del espejo. De las leyes de reflexión se
deduce que CF y BF forman el mismo ángulo con la
superficie del espejo que AC y AB. En este caso, en
el que el espejo es plano, la imagen del objeto parece situada
detrás del espejo y separada de él por la misma distancia que
hay entre éste y el objeto que está delante.
Si la superficie del segundo medio
es rugosa, las normales a los distintos puntos de la superficie
se encuentran en direcciones aleatorias. En ese caso, los rayos
que se encuentren en el mismo plano al salir de una fuente
puntual de luz tendrán un plano de incidencia, y por tanto de
reflexión, aleatorio. Esto hace que se dispersen y no puedan
formar una imagen.


(volver arriba)
Ley de
Snell
Esta importante ley, llamada así
en honor del matemático holandés Willebrord van Roijen Snell,
afirma que el producto del índice de refracción del
primer medio y el seno del ángulo de incidencia de un rayo es
igual al producto del índice de refracción del segundo medio y
el seno del ángulo de refracción. El rayo incidente, el rayo
refractado y la normal a la superficie de separación de los
medios en el punto de incidencia están en un mismo plano.
En general, el índice de refracción de una sustancia
transparente más densa es mayor que el de un material menos
denso, es decir, la velocidad de la luz es menor en la sustancia
de mayor densidad. Por tanto, si un rayo incide de forma oblicua
sobre un medio con un índice de refracción mayor, se desviará
hacia la normal, mientras que si incide sobre un medio con un
índice de refracción menor, se desviará alejándose de ella.
Los rayos que inciden en la dirección de la normal son
reflejados y refractados en esa misma dirección.
Ley de
Snell: n1 sen i = n2 sen r
Para un observador situado en un
medio menos denso, como el aire, un objeto situado en un medio
más denso parece estar más cerca de la superficie de
separación de lo que está en realidad. Un ejemplo habitual es
el de un objeto sumergido, observado desde encima del agua, como
se muestra en la figura 3 (sólo se representan rayos oblicuos
para ilustrar el fenómeno con más claridad). El rayo DB
procedente del punto D del objeto se desvía alejándose
de la normal, hacia el punto A. Por ello, el objeto parece
situado en C, donde la línea ABC intersecta una
línea perpendicular a la superficie del agua y que pasa por D.

En la figura 4 se muestra la
trayectoria de un rayo de luz que atraviesa varios medios con
superficies de separación paralelas. El índice de refracción
del agua es más bajo que el del vidrio. Como el índice de
refracción del primer y el último medio es el mismo, el rayo
emerge en dirección paralela al rayo incidente AB, pero
resulta desplazado.

(volver arriba)
Prismas
Cuando la luz atraviesa un prisma un objeto transparente con
superficies planas y pulidas no paralelas, el rayo
de salida ya no es paralelo al rayo incidente. Como el
índice de refracción de una sustancia varía según la longitud
de onda, un prisma puede separar las diferentes longitudes de
onda contenidas en un haz incidente y formar un espectro. En la
figura 5, el ángulo CBD entre la trayectoria del rayo
incidente y la trayectoria del rayo emergente es el ángulo de
desviación. Puede demostrarse que cuando el ángulo de
incidencia es igual al ángulo formado por el rayo emergente, la
desviación es mínima. El índice de refracción de un prisma
puede calcularse midiendo el ángulo de desviación mínima y el
ángulo que forman las caras del prisma.

Prisma -
Leyes

(volver arriba)
Ángulo
crítico
Puesto que los rayos se alejan de
la normal cuando entran en un medio menos denso, y la desviación
de la normal aumenta a medida que aumenta el ángulo de
incidencia, hay un determinado ángulo de incidencia, denominado
ángulo crítico, para el que el rayo refractado forma un ángulo
de 90°. Con la normal, por lo que avanza justo a lo largo de la
superficie de separación entre ambos medios. Si el ángulo de
incidencia se hace mayor que el ángulo crítico, los rayos de
luz serán totalmente reflejados. La reflexión total no puede
producirse cuando la luz pasa de un medio menos denso a otro más
denso. Las tres ilustraciones de la figura 6 muestran la
refracción ordinaria, la refracción en el ángulo crítico y la
reflexión total.

La fibra óptica es una nueva aplicación práctica de la reflexión
total. Cuando la luz entra por un extremo de un tubo macizo de
vidrio o plástico, puede verse reflejada totalmente en la
superficie exterior del tubo y, después de una serie de
reflexiones totales sucesivas, salir por el otro extremo. Es
posible fabricar fibras de vidrio de diámetro muy pequeño,
recubrirlas con un material de índice de refracción menor y
juntarlas en haces flexibles o placas rígidas que se utilizan
para transmitir imágenes. Los haces flexibles, que pueden
emplearse para iluminar además de para transmitir imágenes, son
muy útiles para la exploración médica, ya que pueden
introducirse en cavidades estrechas e incluso en vasos
sanguíneos.
(volver arriba)
Superficies esféricas y asféricas
La mayor parte de la terminología
tradicional de la óptica geométrica se desarrolló en relación
con superficies esféricas de reflexión y refracción. Sin
embargo, a veces se consideran superficies no esféricas o
asféricas. El eje óptico es una línea de referencia
que constituye un eje de simetría, y pasa por el centro de una lente
o espejo esféricos y por su centro de curvatura. Si un haz de
rayos estrecho que se propaga en la dirección del eje óptico
incide sobre la superficie esférica de un espejo o una lente
delgada, los rayos se reflejan o refractan de forma que se
cortan, o parecen cortarse, en un punto situado sobre el eje
óptico. La distancia entre ese punto (llamado foco) y el espejo
o lente se denomina distancia focal. Cuando una lente es
gruesa, los cálculos se realizan refiriéndolos a unos planos
denominados planos principales, y no a la superficie real de la
lente. Si las dos superficies de una lente no son iguales, ésta
puede tener dos distancias focales, según cuál sea la
superficie sobre la que incide la luz. Cuando un objeto
está situado en el foco, los rayos que salen de él serán
paralelos al eje óptico después de ser reflejados o refractados.
Si una lente o espejo hace converger los rayos de forma que se
corten delante de dicha lente o espejo, la imagen será real e
invertida. Si los rayos divergen después de la reflexión o
refracción de modo que parecen venir de un punto por el que no
han pasado realmente, la imagen no está invertida y se denomina
imagen virtual. La relación entre la altura de la
imagen y la altura del objeto se denomina aumento lateral.
Si se consideran positivas las
distancias del eje x medidas desde una lente o espejo en el
sentido contrario a la luz incidente contado a partir del
vértice. Eje +y hacia arriba, entonces, siendo u la
distancia del objeto, v la distancia de la imagen y f
la distancia focal de un espejo o una lente delgada, los espejos
esféricos cumplen la ecuación
1/u + 1/v
= 1/f
y las lentes esféricas la
ecuación
1/u
- 1/v = 1/f
Si llamamos y al tamaño del
objeto e y' al de la imágen, entonces para el agrandamiento la
expresión será la siguiente:
A = y'/y
Si una lente simple tiene
superficies de radios r
1 y r 2 y la
relación entre su índice de refracción y el del medio que la
rodea es n, se cumple que
|
1
= n - n0 |
|
[ |
1 -
1 |
] |
|
f |
n0 |
|
r2
r1 |
La distancia focal de un espejo
esférico es igual a la mitad de su radio de curvatura. Como se
indica en la figura 7, los rayos que se desplazan en un haz
estrecho en la dirección del eje óptico e inciden sobre un
espejo cóncavo cuyo centro de curvatura está situado en C,
se reflejan de modo que se cortan en B, a media distancia
entre A y C. Si la distancia del objeto es mayor
que la distancia AC, la imagen es real, reducida e
invertida. Si el objeto se encuentra entre el centro de curvatura
y el foco, la imagen es real, aumentada e invertida. Si el objeto
está situado entre la superficie del espejo y su foco, la imagen
es virtual, aumentada y no invertida. Un espejo convexo sólo
forma imágenes virtuales, reducidas y no invertidas, a no ser
que se utilice junto con otros componentes ópticos.

(volver arriba)
Lentes
Lente
convexa. Una lente convexa es más gruesa en el
centro que en los extremos. La luz que atraviesa una lente
convexa se desvía hacia dentro (converge). Esto hace que se
forme una imagen del objeto en una pantalla situada al otro lado
de la lente. La imagen está enfocada si la pantalla se coloca a
una distancia determinada, que depende de la distancia del objeto
y del foco de la lente. La lente del ojo humano es convexa, y
además puede cambiar de forma para enfocar objetos a distintas
distancias. La lente se hace más gruesa al mirar objetos
cercanos y más delgada al mirar objetos lejanos. A veces, los
músculos del ojo no pueden enfocar la luz sobre la retina, la
pantalla del globo ocular. Si la imagen de los objetos cercanos
se forma detrás de la retina, se dice que existe hipermetropía.

Lente
cóncava. Las lentes cóncavas están curvadas hacia
dentro. La luz que atraviesa una lente cóncava se desvía hacia
fuera (diverge). A diferencia de las lentes convexas, que
producen imágenes reales, las cóncavas sólo producen imágenes
virtuales, es decir, imágenes de las que parecen proceder los
rayos de luz. En este caso es una imagen más pequeña situada
delante del objeto (el trébol). En las gafas o anteojos para
miopes, las lentes cóncavas hacen que los ojos formen una imagen
nítida en la retina y no delante de ella.

Lupa. Una
lupa es una lente convexa grande empleada para examinar objetos
pequeños. La lente desvía la luz incidente de modo que se forma
una imagen virtual ampliada del objeto (en este caso un hongo)
por detrás del mismo. La imagen se llama virtual porque los
rayos que parecen venir de ella no pasan realmente por ella. Una
imagen virtual no se puede proyectar en una pantalla.
Las lentes con superficies de
radios de curvatura pequeños tienen distancias focales cortas.
Una lente con dos superficies convexas siempre refractará los
rayos paralelos al eje óptico de forma que converjan en un foco
situado en el lado de la lente opuesto al objeto. Una superficie
de lente cóncava desvía los rayos incidentes paralelos al eje
de forma divergente; a no ser que la segunda superficie sea
convexa y tenga una curvatura mayor que la primera, los rayos
divergen al salir de la lente, y parecen provenir de un punto
situado en el mismo lado de la lente que el objeto. Estas lentes
sólo forman imágenes virtuales, reducidas y no invertidas.
Si la distancia del objeto es
mayor que la distancia focal, una lente convergente forma una
imagen real e invertida. Si el objeto está lo bastante alejado,
la imagen será más pequeña que el objeto. Si la distancia del
objeto es menor que la distancia focal de la lente, la imagen
será virtual, mayor que el objeto y no invertida. En ese caso,
el observador estará utilizando la lente como una lupa o microscopio simple. El
ángulo que forma en el ojo esta imagen virtual aumentada (es
decir, su dimensión angular aparente) es mayor que el ángulo
que formaría el objeto si se encontrara a la distancia normal de
visión. La relación de estos dos ángulos es la potencia de
aumento de la lente. Una lente con una distancia focal más corta
crearía una imagen virtual que formaría un ángulo mayor, por
lo que su potencia de aumento sería mayor. La potencia de
aumento de un sistema óptico indica cuánto parece acercar el
objeto al ojo,y es diferente del aumento lateral de una cámara o
telescopio, por ejemplo, donde la relación entre las dimensiones
reales de la imagen real y las del objeto aumenta según aumenta
la distancia focal.
La cantidad de luz que puede
admitir una lente aumenta con su diámetro. Como la superficie
que ocupa una imagen es proporcional al cuadrado de la distancia
focal de la lente, la intensidad luminosa de la superficie de la
imagen es directamente proporcional al diámetro de la lente e
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia focal. Por
ejemplo, la imagen producida por una lente de 3 cm de
diámetro y una distancia focal de 20 cm sería cuatro veces menos luminosa que
la formada por una lente del mismo diámetro con una distancia
focal de 10 cm. La relación entre la distancia focal y
el diámetro efectivo de una lente es su relación focal, llamada
también número f. Su inversa se conoce como abertura
relativa. Dos lentes con la misma abertura relativa tienen la
misma luminosidad, independientemente de sus diámetros y
distancias focales.
(volver arriba)
Aberración
La óptica geométrica predice que
la imagen de un punto formada por elementos ópticos esféricos
no es un punto perfecto, sino una pequeña mancha. Las partes
exteriores de una superficie esférica tienen una distancia focal
distinta a la de la zona central, y este defecto hace que la
imagen de un punto
sea un pequeño círculo. La diferencia en distancia focal entre
las distintas partes de la sección esférica se denomina
aberración esférica. Si la superficie de una lente o
espejo, en lugar de ser una parte
de una esfera es una sección de un paraboloide de revolución,
los rayos paralelos que inciden en cualquier zona de la
superficie se concentran en un único punto, sin aberración
esférica. Mediante combinaciones de lentes convexas y cóncavas
puede corregirse la aberración esférica, pero este defecto no
puede eliminarse con una única lente esférica para un objeto e
imagen reales.
El fenómeno que consiste en un
aumento lateral distinto para los puntos del objeto no situados
en el eje óptico se denomina coma. Cuando hay coma, la
luz procedente de un punto forma una familia de círculos
situados dentro de un cono, y en un plano perpendicular al eje
óptico la imagen adquiere forma de gota. Escogiendo
adecuadamente las superficies puede eliminarse la coma para un
determinado par de puntos objeto-imagen, pero no para todos los
puntos. Los puntos del objeto y la imagen correspondientes entre
sí (o conjugados) para los que no existe aberración esférica
ni coma se denominan puntos aplanáticos, y una lente para la que
existe dicho par de puntos se denomina lente aplanática.
El astigmatismo es un defecto por
el que la luz procedente de un punto del objeto situado fuera del
eje se esparce en la dirección del eje óptico. Si el objeto es
una línea vertical, la sección transversal del haz refractado es una
elipse; a medida que se aleja uno de la lente, la elipse se
transforma primero en una
línea horizontal, luego vuelve a expandirse y posteriormente
pasa a ser una línea vertical. Si en un objeto plano, la
superficie de mejor enfoque está curvada, se habla de
curvatura de imagen. La distorsión se
debe a una variación del aumento con la distancia axial, y no a
una falta de nitidez de la imagen.
Como el índice de refracción
varía con la longitud de onda, la distancia focal de una lente
también varía, y produce una aberración cromática
axial o longitudinal. Cada longitud de onda forma una imagen de
tamaño ligeramente diferente; esto produce lo que se conoce por
aberración cromática lateral. Mediante combinaciones
(denominadas acromáticas) de lentes convergentes y divergentes
fabricadas con vidrios de distinta dispersión es posible
minimizar la aberración cromática. Los espejos están libres de
este defecto. En general, en las lentes acromáticas se corrige
la aberración cromática para dos o tres colores determinados.
(volver arriba)