
EXPEDIENTE RAYOS X - THE X RAY FILES
TEXTO DE
RADIOLOGÍA EN LA RED
TEMA 51
Osteomielitis
Dr. Lorenzo Muntaner
INTRODUCCIONTerminologia
Vias
Infección
OSTEOMIELITIS
HEMATÓGENA
Anatomia
Vascular
Pediatrica
Hematogena
OSTEOMIELITIS
POR CONTIGUIDAD
Caracteristicas
Generales
Situaciones
Específicas -
OSTEOMIELITIS
CONTAMINACIÓN DIRECTA
Caracteristicas
Generales
Situaciones
Específicas
0STEOMIELITIS
POSTOPERATORIA
INFECCION
ESQUELETO AXIAL
OSTEOMIELITIS
NO PIOGENA
INTRODUCCION.
- Terminologia
El témino osteomielitis se refiere a la infección del
hueso y la médula ósea. Cuando la contaminación se
limita a la cortical ósea se conoce bajo el nombre de osteítis
infecciosa .La osteítis puede aparecer aislada o, lo que
es más frecuente, como consecuencia de una
osteomielitis.La periostitis infecciosa describe
la contaminación de la superficie perióstica en
contacto con el hueso. En este caso, el acúmulo
subperióstico de microorganismos suele producir
osteítis infecciosa y osteomielitis. La celulitis
se refiere a la infección de partes blandas por
contaminación de estructuras cutáneas, subcutáneas,
musculares, fasciales, tendinosas, ligamentosas o de las
bolsas. La celulitis puede presentarse de forma aislada o
bien precediendo a periostitis, osteítis u osteomielitis
Las fases
clínicas de la osteomielitis suelen conocerse
como aguda, subaguda y crónica.
Ello
no implica que la división entre las distintas fases sea
tajante, ni que todos los casos deosteomielitis
evolucionen necesariamente a lo largo de las tres fases.
Algunos pacientes puede seguirse su infección a lo largo
de estos tres períodos. Otros pacientes se presentan
inicialmente una osteomielitis crónica.
Existen
términos descriptivos que se aplican a ciertas
características radiológicas y patológicas que se
observan a lo largo del curso de una osteomielitis. El secuestro
es un fragmento necrosado de hueso separado del resto del
hueso separado por tejido de granulación. Los secuestros
pueden permanecer en la médula ósea durante mucho
tiempo y contener microorganismos viables que puedan
desencadenar de una reagudización de la infección. El involucro
se refiere a la capa de hueso sano que se forma para
envolver el hueso necrótico. A través del involucro
pueden perforarse por orificios conocidos como cloaca.A
través de la cloaca se exterioriza el tejido de
granulación y los secuestros. Los trayectos que conectan
el hueso con la superficie cutánea se conocen como
fístulas. El absceso óseo (o absceso de Brodie) es un
foco de infección de bordes nítidos. Está tapizado por
tejido de granulación y normalmente rodeado por hueso
ebúrneo.
- Vías
de contaminación.La contaminación alcanza las
estructuras óseas (y articulares) a través de cuatro
vías fundamentales:
Diseminación
hematógena de la infección. La infección
alcanza al hueso a través del torrente
sanguíneo.Diseminación desde un foco
de infección contiguo. La infección puede
extenderse al hueso a partir de un foco
contaminado adyacente. Los tres ejemplos
clásicos de focos contaminantes por contigüidad
son las infecciones a partir de focos cutáneos,
focos de senosparanasales y focos dentales.Implante
directo. El hueso (o la articulación) pueden
infectarse tras la inoculación directa a través
de heridas penetrantes Infección
postoperatoria. La infección postoperatoria
puede producirse por inoculación directa, a
partir de una extensión desde un foco séptico
contiguo o por contaminación hematógena del
hueso
FORMA HEMATOGENA
- Infecciones
piogénicas .La osteomielitis hematógena suele ser
monobacteriana. Los gérmenes habitualmente aislados en
el recién nacido y en el lactante son el Estafilococo
aureus, estreptococos del grupo B, y Escherichia coli;
los más frecuentes en niños mayores de un año son el
Estafilococo aureus, el Estreptococo pyogenes y el
Haemophilus influenzae; los estafilococos son los
principales patógenos de niños mayores de cuatro años.
Los organismos gramnegativos son los responsables de las
infecciones osteoarticulares de los adultos y en adictos
a las drogas por vía parenteral. En un paciente
postoperaado o con una infección concomitante de partes
blandas suelen presentar osteomielitis estafilocócica;
las alteraciones gastrointestinales o genitourinarias
pueden desencadenar una septicemia por gramnegativos.
Finalmente, ante las infecciones respiratorias, agudas o
crónicas, debe pensarse en osteomielitis tuberculosa,
fúngica o neumocócica. Los hemocultivos son positivos
en el 50% de los pacientes con osteomielitis hematógena
aguda.Los estafilococos, en
especial el Estafilococo aureus, son los gérmenes
responsables de la mayoría de los casos de osteomielitis
aguda ,de la formación de absceso de Brodie ,de las
infecciones del pie en pacientes diabéticos, de las
osteomielitis y artritis séptica en pacientes en
hemodialisis , adictos a la droga por vía parenteral y
en pacientes con artritis reumatoide. También es el Estafilococo
aureus el microorganismo causal de la mayoría de las
piomiositis.. Los estreptococos
hemolíticos son gérmenes frecuentemente
implicados en la osteomielitis neonatal y del lactante.
La enfermedad suele manifestarse en las primeras semanas
de vida. Normalmente la infección es monostótica siendo
el húmero su localización predilecta. Radiológicamente
se manifiesta como lesiones osteolíticas con periostitis
sin reacción esclerosa . Entre los pacientes con
factores de riesgo de padecer artritis séptica u
osteomielitis por Pseudomona aureginosa se
cuentan los niños prematuros o con mafomaciones
congénitas, a los adictos a droga por vía parenteral, a
los con tratamiento inmunosupresor y los ancianos . La
osteomielitis por pseudomonas tambien puede ser
secundaria a heridas penetrantes. Esta bacteria.no
presenta hallazgos radiológicos específicos . La
infección por Salmonela se presnta
en pacientes portadores de anemia de células falciformes
(y otras hemoglobinopatías), leucemia, linfoma, cirrosis
hepática ó lupus eritematoso sistémico. La infección
por Salmonella suele presentar una distribución
simétrica, una mezcla de lisis y esclerosis y
periostitis; todos estos hallazgos son difíciles de
distinguir de un infarto óseo no infecado.
- Osteomielitis
hematógena en el niño. La localización metafisaria
de la osteomielitis hematógena en el niño se relaciona
con: 1) la anatomía peculiar del árbol vascular 2) la
ausencia de vasos que atraviesan la placa fisaria no
fusionada; 3) la lentitud del flujo sanguíneo regional;
4) una función fagocítica disminuida de los macrófagos
de esta zona; o 5) trombosis secundaria de la arteria
nutricia. Aunque a veces se observa la afextación
primaria de la epífisis o la extensión secundaria a la
epífisis a través de la fisis en la osteomielitis
hematógena, es un fenómeno raro.La inflamación del
hueso adyacente a la metáfisis se caracteriza por
ingurgitación vascular, edema, respuesta celular y
formación de abscesos El trasudado se extiende desde la
médula a la corteza adyacente y, a través de los
canales haversianos y de Volkmann, a lo largo de esta
última. El proceso inflamatorio alcanza rápidamente la
superficie cortical externa y levanta el periostio, lo
que interrumpe el aporte vascular de la superficie
externa de la corteza. El periostio despegado forma hueso
debajo de sí, el involucro, que rodea parcial o
totalmente el hueso infectado.La infección puede
perforar la membrana perióstica, formando cloacas, y
extenderse a los tejidos blandos
adyacentes.Posteriormente pueden observarse secuestros
corticales. La necrosis se ve favorecida por la
interrupción del aporte sanguíneo a la cortical
profunda, que es secundaria a la trombosis de vasos
metafisarios, y por la interrupción del flujo vascular
dirigido a la cortical superficial, al producirse el
despegamiento perióstico.La osteomielitis hematógena en
el niño no afecta únicamente a los huesos largos.
También se observa en huesos planos o irregulares, como
el calcáneo, la clavícula y los hueos pélvicos; en
esta áreas muestra predilección por los equivalente
óseos metafisarios adyacentes a placas cartilaginosas
apofisarias o por localizaciones epifisarias equivalentes
adyacentes al cartílago articular.
- Osteomielitis
hematógena en el lactante.Debido a que en el
lactante algunos vasos procedentes de la metáfisis
atraviesan la placa de crecimiento, un proceso supurativo
metafisario puede extenderse a la epífisis En este caso,
la infección epifisaria puede contaminar la
articulación y destruir las células de la cara
epifisaria de la placa de crecimiento y, en consecuencia,
la detención o la alteración del crecimiento y de la
maduración. La afectación articular se ve favorecida si
la osteomielitis se desarrolla en los extremos de un
hueso en el que la placa de crecimiento sea
intraarticular (por ejemplo, la cadera), circunstancia
frecuente en el lactante.La formación de un involucro
exuberante también es típica de la osteomielitis del
lactante, lo que refleja la facilidad con la que el
periostio inmaduro se despega del hueso subyacente. La
osteomielitis del lactante también se asocia con
secuestros corticales y alteraciones de partes blandas.
En lactantes las epífisis no están osificadas o lo
están parcialmente, por lo que la identificación
radiológica de una destrucción epifisaria puede ser
extremadamente difícil. Las lesiones radiolúcidas
metafisarias, la periostitis y el derrame articular son
indicios radiológicos útiles. En el adulto son más
difíciles de distinguir las alteraciones de partes
blandas con el estudio radiológico. La destrucción
ósea epifisaria, metafisaria o diafisaria se observa en
forma de áreas líticas de tamaño variable, que se
asocian a periostitis leve. La reabsorción cortical se
presenta con indentación endostal, tunelización
cortical y defectos óseos subperiósticos mal definidos.
- Osteomielitis
hematógena del adulto. La osteomielitis hematógena
del esqueleto maduro no suele asentar en los huesos
largos, sino en la columna, la pelvis y en los huesos
pequeños. Cuando se afectan los huesos largos, la
comunicación entre vasos metafisarios y epifisarios
permite la infección de las regiones subcondrales y,
eventualmente, de la articulación.La fuerte unión entre
el periostio y la corteza ósea en el adulto hace que
tanto la periostitis como la formación de involucro sean
mínimas. Un aporte sanguíneo adecuado evita la
formación de secuestros grandes.Por el contrario, la
infección invade y destruye la propia corteza y
predispone el hueso a fracturas patológicas. Así mismo
la infección puede extenderse a todo lo largo del hueso
largo.La evidencia radiológica de una destrucción ósea
extensa en la osteomielitis hematógena piógena del
niño suele retrasarse días o semanas, si bien pueden
aparecer cambios sutiles en las partes blandas en los
tres primeros días de la contaminación bacteriana
ósea. En algún momento se hacen radiológicamente
evidentes la lesión destructiva de la metáfisis y la
periostitis. Las lesiones radiolúcidas se extienden
hasta la placa de crecimiento y, en raras, ocasiones, la
invaden.
- osteomielitis
hematógena subaguda y crónica
- Absceso
de Brodie. En las fases subaguda y crónica de una
osteomielitis pueden verse abscesos radiolúcidos únicos
o múltiples, habitualmente estafilocócicos. Se observan
como lesiones circunscritas con predilección por los
extremos de los huesos largos (pero no necesariamente
confinadas a los mismos). Los abscesos de Brodie son
especialmente frecuentes en niños. En este grupo de edad
aparecen en las metáfisis, especialmente en las
tibiales, distal y proximal. Con menor frecuencia
aparecen en otros huesos largos, en planos y en
irregulares. Raramente atraviesan la placa de crecimiento
sin fusionar y afectan a las epífisis. En niños
pequeños y en lactantes, los abscesos de Brodie pueden
aparecer en las epífisis, y en el carpo y el tarso. La
pared del absceso está tapizada por tejido de
granulación inflamatorio y rodeada por hueso esponjoso
ebúrneo. El líquido contenido en el absceso puede ser
purulento o mucoide.Las radiografías demuestran una
imagen lítica de reborde escleroso. Esta zona
radiolucente suele localizarse en la metáfisis, desde
donde puede conectar con la placa de crecimiento a
través de un canal tortuoso; de hecho, el hallazgo de un
defecto metafisario conectado con la placa de crecimiento
por un trayecto de estas características asegura el
diagnóstico de osteomielitis. En la diáfisis, la
cavidad radiolúcida del absceso puede localizarse en
áreas cental o subcortical o en la propia corteza, y
puede contener un secuestro central. En las epífisis se
observa como una lesión osteolítica circular bien
definida.Cuando el absceso se localiza en la corteza, su
morfología es la de una lesión radiolúcida, con borde
escleroso y periostitis, similar a la del osteoma
osteoide o a la de una fractura de estrés. Una lesión
radiolúcida circular o elíptica sin calcificación, sea
menor o mayor de 2 cm., es típica de un absceso
cortical; un área radiolucente circular con o sin
calcificación menor de 2 cm., es típica del osteoma
osteoide; y una radiolucencia lineal sin calcificación
es característica de una fractura de estrés. Puede
realizarse un estudio con TC o con RM para caracterizar
mejor la extensión del absceso
- Secuestro.
Puede desarrollarse un secuestro óseo en la evolución
de una osteomielitis hematógena. Las áreas de necrosis
ósea suelen localizarse en la región medular de los
huesos largos (los secuestros son menos llamativos en los
huesos planos), formando espículas óseas radiodensas
.El secuestro suele estar rodeado por tejido de
granulación. También puede pasar a través de las
soluciones de continuidad corticales y, eventualmente,
ser eliminado por los senos de drenaje.
- Osteomielitis
esclerosante. En las fases subaguda y crónica de la
osteomielitis, la aposición perióstica de hueso sobre
la corteza alterada puede ser marcada, haciendo que el
hueso afecto se vea muy radiodenso y de contorno
irregular La mandíbula es el hueso más frecuentemente
afectado. Los hallazgos radiológicos son muy parecidos a
los del osteoma osteoide, la displasia fibrosa o el
sarcoma de Ewing.
OSTEOMIELITIS POR CONTIGUIDAD
Características
generales El sentido de la contaminación en la osteomielitis
debida a infección contigua es desde las partes blandas hacia el
interior del hueso o articulación .La formación de hueso
perióstico suele ser la primera manifestación de osteomielitis.
Sin embargo, si el origen de la infección de partes blandas es
traumático, la periostitis puede ser secundaria al propio
traumatismo, más que a una infección ósea real. Con el
acúmulo progresivo de pus comienzan la resorción subperióstica
ósea y la rotura de la cortical. A partir de entonces la
infección puede diseminarse por la médula, lo que se observa en
forma de lesiones osteolíticas en la radiografía.
Localizaciones específicas
- Mano..
Existen tres posibles caminos por los que los
microorganismos se acantonan en los tejidos blandos de la
mano: a través de las vainas tendinosas, los planos
fasciales y los linfáticos.
-
- 1)La
tenosinovitis infecciosa del dedo puede deberse a
una herida penetrante. La infección de la vaina
puede atravesar el hueso o la articulación
adyacente del hueso La tenosinovitis se
manifiesta con tacto doloroso, posición del dedo
en semiflexión, intenso dolor con la exensión y
tumefacción digital concéntrica.
- 2)Las
infecciones de los planos fasciales de la mano
son frecuentes, pero no tienen tanta repercusión
osteoarticular como la de las vainas sinoviales.
- 3) La
linfangitis puede aparecer ante heridas
superficiales. En los casos severos, las
complicaciones incluyen tenosinovitis septicemia,
osteomielitis y artritis séptica.
- El panadizo
es debido a la infección del pulpejo de los
dedos. No es rara la extensión ósea, ya que la
falange terminal se encuentra muy cercana Los
abscesos subcutículares del pliegue ungueal
(paroniquia) en raras ocasiones causan
destrucción ósea de la falange terminal.
- Pie.
La planta del pie es una zona especialmente vulnerable a
las infecciones de partes blandas. Los cuerpos extraños,
las heridas penetrantes o las úlceras por compresión
pueden suponer la puerta de entrada de distintos
organismos.
- En
el paciente diabético, la solución de
continuidad de las partes blandas sobre zonas
específicas que soportan presión (como las cabezas de
los metatarsianos y el calcáneo) produce infección que
se asocia a alteraciones vasculares y neurológicas.
- Heridas
penetrantes. Las heridas penetrantes plantares pueden
producir osteomielitis y artritis séptica Suelen estar
implicados los gramnegativos, como la Pseudomona
aeruginosa. Habitualmente comienzan con dolor local y
tumefacción a los pocos días de la herida. Entre una y
tres semanas después aparcen las alteraciones típicas
de la osteomielitis o de la artritis sépticaLa
osteomielitis del calcáneo es una complicación de las
punciones repetidas en el talón del neonato.Las astillas
de madera pueden inducir cambios osteoarticulares en el
pie. Los hallazgos de osteolisis, osteoesclerosis y
periostitis pueden deberse a infección secundaria, a la
propia irritación inducida por el cuerpo extraño o, tal
vez, a toxinas contenidas en las espinas. Puede ser
necesario realizar una TC o una ecografía para
identificar la astilla o la espina.
- diabetes
mellitus. Las características clínicas,
radiológicas y patológicas de la osteomielitis
secundarias a infecciones del pie en diabéticos, están
influidas por los problemas inherentes a estos pacientes
(como son la insuficiencia vascular y el déficit
neurológico). La imagen radiológica es la de marcado
edema de partes blandas y áreas de osteolisis Puede
observarse osteoesclerosis, fragmentación, periostitis y
gas en tejidos blandos. En algunos casos que se complican
con osteomielitis y artritis séptica destacan las
fracturas patológicas y las subluxaciones. Son hallazgos
muy similares a los de la osteoartropatía neuropática
del diabético. De hecho, es frecuente que coexistan
tanto la infección como la osteoartropatía neuropática
del diabético
- úlceras
de decúbito. Aunque puede aparecer en otro sitios
(como el talón), la mayoría se desarrolla en la zona de
la pelvis, sobre todo junto al sacro, tuberosidades
isquiáticas, trocánteres y nalgas. Es frecuente la
concurrencia de infección local de partes blandas y
bacteremia con estas úlceras. La osteomielitis se
localiza sobre todo en los huesos innominados y en las
porciones proximales de los fémures, que son áreas
subyacentes a puntos de interrupción cutánea.. A veces
son útiles otros métodos de imagen, como la TC, la RM y
la gammagrafía.osteomielitis por contaminación directa
- Mordeduras.Los
hallazgos de afectación ósea (o articular) tras
inoculación directa son prácticamente idénticos a los
que se observan tras la diseminación directa desde un
foco séptico adyacente.
-
- 1) mordedura
humana La causa más frecuente de mordedura
humana es el puñetazo a la cara, que produce
laceración del dorso de la articulación
metacarpofalángica. Es más frecuente la
infección articular que la ósea en estos casos.
Los organismos más comunes son el Estafilococo
aureus y especies de estreptococos. Entre los
hallazgos radiológicos se cuentan fracturas
peculiares, fragmentos dentales y destrucción
ósea y articular
- 2)mordeduras
animales Los mordiscos superficiales de los
animales pueden infectar las partes blandas
locales, que posteriormente se compliquen con
infección de huesos y articulaciones
subyacentes, mientras que las mordeduras
profundas pueden inocular directamente los
gérmenes en estructuras osteoarticulares. Los
perros son responsables del 90% de estas
lesiones, y los gatos, de aproximadamente el 10%.
Un germen frecuentemente aislado, especialmente
en el caso de los mordiscos de gato, es la
Pasteurella multocida. Las localizaciones más
frecuentes son manos, brazos y piernas .
- Fracturas
y luxaciones abiertas. Siempre que se desgarre la
piel sobre una fractura o luxación, puede ocurrir la
inoculación directa de huesos y articulaciones. Este
problema es especialmente importante en el caso de la
tibia.
OSTEOMIELITIS POSTOPERATORIA
Las
infecciones postoperatorias pueden deberse a la contaminación de
hueso y articulaciones de tejidos blandos adyacentes, a
inoculación directa del tejido osteoarticular en el acto
quirúrgico o, más raramente, a diseminación hematógena desde
un foco lejano. Es especialmente problemática la infección
acaecida tras la fijación interna de fracturas, la cirugía de
discos intervertebrales y los distintos tipos de artroplastia. El
patógeno más frecuente es el Estafilococo aureus.
INFECCIÓN ESQUELETO AXIAL
Las vías
de infección de la columna vertebral, articulación sacroilíaca
y otras localizaciones esqueléticas axiales son idénticas a las
del esqueleto apendicular. En la columna, la pérdida precoz de
altura del espacio intervertebral es típica de la infección
piógena y se asocia con esclerosis y lisis del hueso adyacente.
Estos hallazgos también pueden aparecer en otras patologías,
como la artritis reumatoide , la (osteo) condrosis intervertebral
y enfermedades caracterizadas por la formación de nódulos
cartilaginosos. La infección de la articulación sacroilíaca es
típicamente unilateral, un aspecto que permite distinguirla de
múltiples procesos articulares. Existen otras localizaciones
axiales de infección, que no son raras, sobre todo en
drogadictos y en pacientes traumatizados, postoperados, y en
ciertas técnicas diagnósticas y terapéuticas.
- La
distribución de la osteomielitis y de la artritis
séptica depende en gran medida de la edad del paciente,
del agente patógeno específico y de la presencia o
ausencia de cualquier patología o alteración
subyacente. En el niño y en el lactante, la
localización preferente de la infección osteoarticular
es el esqueleto apendicular, en tanto que en el adulto es
la columna vertebral la región más frecuentemente
afectada. También es frecuente la infección espinal en
adictos a droga por vía parenteral y en tuberculosos.La
diseminación hematógena de la infección suele
focalizarse en las regiones subcondrales anteriores dl
cuerpo vertebral, adyacentes al disco intervertebral Poco
después se perfora el disco y disminuye su altura, se
pierde la definición del platillo óseo subcondral y
aparecen focos destructivos en el interior del cuerpo
vertebral. La asociación de disminución rápida de la
altura del disco intervertebral y de osteolisis adyacente
es muy sugerente de proceso infeccioso. Si progresa la
infección, rápidamente se contaminan las vértebras
adyacentes.Los cambios regenerativos esclerosos aparecen
tras un período variable (10 a 12 semanas). La
esclerosis es frecuente en las espondilitis piógenas (no
tuberculosas), pero también puede observarse en las
tuberculosas, especialmente en los pacientes negros. Para
distinguir entre ambas causas, lo más fiable es la
combinación de hallazgos típicos de la tuberculosis, es
decir, un proceso lentamente progresivo que respeta los
discos intervertebrales, diseminación subligamentosa de
la infección con erosión de los márgenes
intervertebrales anteriores, abscesos de partes blandas
grandes y calcificados y la ausencia de eburnación ósea
significativa).En la columna lumbar, la extensión a las
partes blandas puede obliterar o desplazar el borde del
músculo psoas; en la columna torácica puede aparecer
una masa paraespinal, y en la cervical, tumefacción
retrofaríngea.
- Infección
del disco intervertebral ("discitis"). La
mayoría de las infecciones del disco intervertebral son
consecuencia de la extensión de una osteomielitis
vertebral o de la inoculación directa en el curso de una
maniobra diagnóstica o quirúrgica. Sin embargo, en los
niños el tejido discal puede contaminarse directamente
por vía hematógena, por su anatomía vascular
particular. Aunque no suele aislarse microorganismos en
las discitis infantiles, se supone que lo más frecuente
es que se trate de bacterias. Las manifestaciones
clínicas son poco llamativas. En el caso de ser
positivos los hemocultivos o el cultivo de la biopsia
ósea, suele aislarse Estafilococo aureus.Con
gammagrafía puede aumentar el depósito de los
marcadores óseos desde fases relativamente iniciales. El
estrechamiento del disco intervertebral se acompaña
posteriormente de erosión y esclerosis del hueso
subcondral. En ocasiones pueden desarrollarse abscesos de
psoas. Otras manifestciones tardías son fusión
intervertebral, osteofitosis, espondilolistesis, cifosis,
escoliosis y megavértebra o acuñamiento vertebral. Los
hallazgos con RM en casos de discitis infantil son
similares a los de la espondilitis infecciosa del adulto
- Otras
técnicas diagnósticas El papel de los estudios con
radioisótopos en diagnosticar precozmente
la infección espinal (antes de su evidencia
radiológica) está establecido. En este contexto son
útiles los isótopos de tecnecio y de galio. La
sensibilidad diagnóstica en el rastreo óseo de
espondilitis infecciosa ha aumentado aún más con el
empleo del SPECT.La TC permite definir la
extensión de la destrucción ósea y discal y de la
afectación paravertebral e intraespinal de la
espondilitis infecciosa .El contraste intravenoso permite
delimitar mejor el tejido sano del infectado.Las
características de imagen con RM de la
espondilitis infecciosa dependen de la naturaleza
específica y l extensión del proceso, y los protocolos
de imagen concretos que se empleen. Normalmente la
intensidad de señal es menor de lo habitual en las
potenciaciones T1, y mayor en las T2, en las zonas
afectas ( La variación de la intensidad de la señal
depende del contenido graso o hematopoyético del cuerpo
vertebral. También pueden verse con RM irregularidades
de los platillos vertebrales y estrechamiento del disco
intervertebral. En las secuencias espín eco ponderadas
en T2, el disco infectado es hiperintenso, y desaparece
la hendidura nuclear normal (estructura anatómica normal
que se observa como área de vacío de señal en
potenciaciones T2, en el centro de los discos lumbares,
en sujetos de 30 o más años). Otros hallazgos menos
frecuentes de la espondilitis piógena en RM son la
extensión epidural y paraespinal, el colapso vertebral y
la deformidad espinal.La médula infectada suele realzar
de forma difusa tras la administración de gadolinio. En
algunos casos, el efecto observado con el gadolinio es
precisamente el contrario, disminuyendo el contraste
entre vértebras sanas e infectadas La asociación de la
supresión grasa al uso de gadolinio puede solventar este
problema en algunos casos de espondilitis infecciosa.
Otra secuencia eficaz para demostrar la afectación de
médula ósea en casos de infección (o tumor) vertebral
es la inversión-recuperación con tau (tiempo de
inversión) corto (STIR )La RM también puede demostrar,
en los casos de espondilitis tuberculosa y brucelósica
abscesos intraóseos, afectación meníngea,
diseminación subligamentosa y extensión paraespinal Las
infecciones vertebrales producidas por extensión desde
tejidos u órganos adyacentes o por inoculación directa
también son subsidiarias de estudio mediante RM.
- Espondilitis
tuberculosa
- Lesión
discovertebral. La mayoría de los casos
de espondilitis tuberculosa comienzan en un foco
vertebral anterior, junto al platillo óseo subcondral La
enfermedad puede progresar a los discos intervertebrales:
1) por extensión por debajo del ligamento longitudinal
anterior o bajo el posterior; 2) atravesando el platillo
óseo subcondral, o 3) por existencia de una lesión
intraósea previa que debilita de tal forma el cuerpo
vertebral que produce desplazamiento discal.La
asociación de destrucción del cuerpo vertebral y del
disco en la tuberculosis es similar a la que se produce
en las espondilitis piógenas, si bien su progresión no
suele ser tan rápida. En la tuberculosis pueden llegar a
afectarse largos segmentos de la columna.
- Extensión
paraespinal. La tuberculosis se extiende
frecuentemente a los ligamentos y partes blandas
adyacentes, a partir de los focos vertebrales y discales.
La extensión suele ser anterolateral. La extensión
subligamentosa de un absceso tuberculoso explica la
invasión a distancia de vértebras y discos Los abscesos
perforantes pueden extenderse a lo largo de grandes
distancias antes de perforar una víscera o la superficie
corporal. La formación de abscesos tuberculosos puede
producir una tumefacción de partes blandas exagerada
comparada con el grado de destrucción ósea y discal,
tal como se ve en las radiografías Los abscesos del
psoas pueden contener calcificaciones Es rara la
calcificación en una absceso de psoas de etiología no
tuberculosa.Otros métodos de imagen (ecografía, TC y
RM) pueden proporcionar información valiosa en pacientes
con abscesos del psoas o paraespinales
INFECCIONES OSEAS NO PIOGENAS
- Yersinia.
La Yersinia enterocolitica puede producir dos
tipos de enfermedad ósea o articular. El primero
consiste en una poliartritis no supurativa autolimitada
que aparece alrededor de las tres semanas del comienzo
del cuadro. A dichas artritis puede asociarse la
aparición de socroileítis y positividad para el
antígeno HLA-B27. El segundo tipo es debido a septicemia
por y. Enterocolitica, sobre todo en pacientes con
anomalías subyacentes. En este contexto puede aparecer
artritis séptica u osteomielitis.
- Brucella.
A veces se produce osteomielitis de huesos largos, cortos
y planos. La espondilitis brucelósica, que es la forma
más frecuente, afecta especialmente la columna lumbar;
su instauración clínica es aguda y la progresión
radiológica es rápida Se ha sugerido que el osteofito
en "pico de loro" es un hallazgo
característico de la brucelosis vertebral, si bien las
anomalías radiológicas son parecidas a las de otras
espondilitis piógenas y a las de la tuberculosis.
- clostridios.Gangrena
gaseosa. Radiológicamente se observan colecciones
radiolúcidas en los tejidos subcutáneo y muscular
Cuando son subcutáneas, su morfología es lineal o
reticular. Cuando se localizan en el músculo, se
observan colecciones redondeadas de tamaño variable. Sin
embargo, debe recordarse que la presencia de gas en
partes blandas no es específica de infecciones por
clostridios, sino que también aparece en las debidas a E.
coli, otras bacterias coliformes, estreptococos y
especies de bacteroides.
- Osteomielitis
tuberculosa El origen de la osteomielitis tuberculosa
suele ser hematógeno y normalmente secundario a una
artritis séptica. Puede afectarse prácticamente
cualquier hueso, incluyendo pelvis, falanges y metacarpos
(dactilitis tuberculosa), huesos largos, costillas,
esternón, escápula, cráneo, rótula, carpos y
tarsos.En los huesos largos largos, la tuberculosis suele
afectar a la epífisis. Sin embargo, aveces en niños los
focos metafisarios pueden atravesar la placa de
crecimiento La diseminación transfisaria de una
infección es más sugestiva de proceso granulomatoso que
de piógeno.. El proceso patológico comienza con
la formación e granulomas en la médula ósea. Conforme
crece el foco infeccioso, se reabsorben las trabéculas
adyacentes. En las radiografías, los focos osteolíticos
se asocian a grados variables de eburnación y
periostitis. Las manifestaciones radilógicas de las
fases iniciales de una osteomielitis tuberculosa son
parecidas a las de la osteomielitis por otras causas e,
incluso, a las de neoplasias, sean o no agresivas.Tipos
especiales de osteomielitis tuberculosa
- Tuberculosis
quística. Es mucho más frecuente observar lesiones
quísticas tuberculosas en uno o varios huesos en niños
que en adultos En niños, estas lesiones suelen afectar
el esqueleto apendicular, sobre todo las metáfisis de
huesos largos, pueden ser simétricas y no suelen
acompañarse de esclerosis. Esta variedad de tuberculosis
tiene buen pronóstico. Las características
radiológicas de la tuberculosis quística recuerdan a
las del granuloma eosinófilo, la sarcoidosis, la
angiomatosis quística, el mieloma de células
plasmáticas, las infecciones por hongos, las metástasis
y otras enfermedades.
- Dactilitis
tuberculosa. Con este nombre se conoce la afectación
tuberculosa de los huesos largos cortos de manos y pies.
Esta variedad de tuberculosis es especialmente frecuente
en niños. Pueden identificarse múltiples focos óseos
en el 25 al 35% de los casos. La primera manifestación
suele ser tumefacción de partes blandas. Puede asociar
periostitis de falanges, metacarpos y metatarsos Cuando
se observa insuflación ósea de características
quísticas, el fenómeno se denomina espina ventosa.Las
infecciones fúngicas y bacterianas pueden remedar la
morfología de la dactilitis tuberculosa. También existe
la dactilitis sifilítica en lactantes y en niños, que
cursa con afectación bilateral y simétrica; esta
enfermedad presenta una periostitis más marcada y una
tumefacción de partes blandas de menor grado que la
dactilitis tuberculosa. La displasia fibrosa, el
hiperparatiroidismo, la leucemia, la sarcoidosis y la
anemia de células falciformes pueden producir
alteraciones de falanges, metacarpos y metatarsos.
- micobacterias
atípicas Algunas de las bacterias acidoresistentes,
que morfológicamente son iguales a los bacilos
tuberculosos, son patógenas para el hombre. La
infección por estos microorganismos suele ser pulmonar y
cutánea, pero también puede existir afectación
osteoarticular. La osteomielitis y la artritis por
micobacterias aparecen en pacientes con alteraciones
inmunitarias (en trasplantados renales, en pacientes con
el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, en los que
están bajo tratamiento esteroideo), pero también en
personas por lo demás normales. Radiológicamente se
caracteriza por: predominio de lesiones múltiples,
frecuente afectación de metáfisis y diáfisis de huesos
largos, áreas líticas que pueden tener bordes
esclerosos, osteoporosis de menor grado que la debida a Mycobacterium
tuberculosis, frecuente formación de abscesos y de
tractos fibrosos y enfermedad articular que se parece a
la de la tuberculosis o a la artritis reumatoide (. La
información acerca de las actividades laborales y de
ocio tiene gran importancia diagnóstica. Por ejemplo, la
jardinería puede permitir la entrada del Mycobacterium
terrae, mientras que los pescadores y trabajadores de
acuarios pueden infectarse por Mycobacterium marinum.
El cultivo del líquido o de la membrana sinovial permite
establecer el diagnóstico de certeza.
- Lepra
(enfermedad de Hansen)Se pueden considerar dos tipos
de anomalías musculoesqueléticas: 1) las que se deben a
la presencia del propio bacilo, en las que aparecen
lesiones granulomatosas en el tejido óseo (efectosoa
directos), y 2) las lesiones esqueléticas secundarias al
daño neuropático (efectos indirectos).Periostitis,
osteítis y osteomielitis leprosa. La afectación
esquelética directa por la lepra varía de 3 al 5% en
pacientes hospitalizados. Los cambios suelen
circunscribirse a los huesos pequeños de la cara, las
manos y los pies. En estos casos, la afectación ósea
suele ser secundaria a la extensión al hueso desde
lesiones dérmica o mucosas infectadas que lo recubren;
en primer lugar, se contamina el periostio (periostitis
leprosa) y, a continuación, la corteza subyacente, la
esponjosa y la médula ósea (osteítis y osteomielitis
leprosa). Aunque es menos frecuente, a veces se observa
osteomielitis hematógena en otras localizaciones La
destrucción facial más típica es la de la nariz. En
las manos y pies, las porciones más vulnerables son las
metáfisis de las falanges. En los huesos largos puede
apreciarse periostitis simétrica de tibia, peroné y
porción distal del cúbito. Se conoce como "pierna
roja" a la asociación de lesiones cutáneas
eritematosas, dolor y periostitis de la extremidad
inferior.
- Sífilis
adquirida
- Sífilis
adquirida precoz. La aparición de espiroquetas en sangre
de uno a tres meses después del hallazgo de la lesión
primaria puede conllevar la diseminación de los
organismos por todo el cuerpo. Las espiroquetas pueden
colonizar el hueso y causar osteocondritis, periostitis,
osteítis y osteomielitis. Entre las manifestaciones
clínicas están el dolor, la tumefacción de partes
blandas, la fiebre y las molestias locales.Las lesiones
destructivas óseas son mucho menos frecuentes que la
periostitis en la sífilis precoz. Son lesiones debidas a
osteomielitis, a osteítis infecciosa y a artritis
séptica
- Sífilis
adquirida tardía. Las lesiones ósea que aparecen en
los estadios avanzados de una sífilis adquirida pueden
deberse a inflamación gomatosa o no gomatosa. El goma es
una lesión definida o confluente de tamaño variable,
que contiene material caseoso necrótico. Los hallazgos
radiológicos de las lesiones gomatosas o no gomatosas
son iguales y comprenden hueso lítico y escleroso, que
puede alcanzar un tamaño considerable. Es frecuente la
periostitis adyacente. Entre las localizaciones descritas
están la bóveda craneal, huesos nasales, maxilar,
mandíbula, huesos largos del esqueleto apendicular,
columna vertebral y pelvis. Las características
radiológicas y patológicas son parecidas a las de las
fases tardías de la sífilis congénita, incluyendo la
tibia en sable.
- Actinomicosis.
Lo más habitual es la infección ósea a partir de un
foco de partes blandas adyacentes contaminado; es más
rara la infección por vía hematógena de los tejidos
óseo o articular. Las localizaciones más frecuentes de
actinomicosis son la mandíbula, los huesos planos del
esqueleto axial y las grandes articulaciones del
esqueleto apendicular. La infección de la mandíbula o
del maxilar puede ser consecuencia de un traumatismo o de
la extracción de una pieza dentaria; una mordedura
humana puede provocar actinomicosis de los dedos de la
mano.La lesión ósea se caracteriza por la combinación
de lisis y esclerosis. La asociación de eburnación
costal llamativa, tractos fibrosos cutáneos y pleuritis
sugiere actinomicosis En la columna vertebral, la
infección puede proceder de focos adyacentes en
mediastino y retroperitoneo. Pueden aparecer abscesos
paravertebrales. En la mandíbula y huesos pélvicos
también se observa una mezcla de osteolisis y
osteosclerosis.
- Nocardiosis.La
especies de Nocardia son actinomicetos anaerobios. Los
microorganismos se introducen por vía respiratoria o
gastrointestinal, o a través de la piel después de un
traumatismo. Las personas con enfermedades crónicas
subyacentes y las inmunodeprimidas son vulnerables frente
a esta infección. Osteomielitis suele aparecer en la
inmediación de una infección cutánea o de enfermedad
pleural.
- Maduromicosis
(micetoma).Los hallazgos radiológicos dependen de la
virulencia del gérmen. En unos casos sólo se ven uno o
varios defectos óseos focales; otros casos presentan una
extensa destrucción ósea y de partes blandas,
periostitis y esclerosis. Puede producirse fusión ósea
intraarticular
- Virus
inmunodeficiencia humana (VIH),La infección por el
VIH compromete los mecanismos de defensa del organismo,
lo que a su vez favorece la aparición de distintas
infecciones oportunistas, anemia, artritis, miositis y
tumores inmunodependientes. Son habituales las
alteraciones musculoesqueléticas en este grupo de
enfermos. Algunas complicaciones de la infección por VIH
son la osteomielitis, la artritis séptica, la
piomiositis y la bursitis séptica. La localización más
frecuente de artritis sépticaa es la rodilla, pero
también se observa en las articulaciones de la
extremidad superior, la acromioclavicular, la
esternoclavicular y la sacroilíaca. Los agentes
patógenos más frecuentes son el Estafilococo aureus
y el Estreptococo pneumoniae.
- hidatidosis.se
describen lesiones óseas en el 1 al 2% de las
hidatidosis. aunque en un principio la diseminación
hematógena del esqueleto podría afectar a todos los
huesos, de hecho sólo se observa su aparición en un
hueso, en pocos huesos adyacentes, o en una región
esquelética. las localizaciones más frecuentes son la
columna vertebral, la pelvis, los huesos largos y el
cráneo.Las radigrafías muestran lesiones osteolíticas
quísticas, únicas o múltiples, de carácter expansivo
Pueden asociarse a rotura de la cortical y masa de partes
blandas que calcifica. Estos hallazgos son similares a
los de la displasia fibrosa, el plasmocitoma, el tumor de
células gigantes, los tumores cartilaginosos las
metástasis esqueléticas, el tumor pardo del
hiperparatiroidismo, el angiosarcoma y el seudotumor
hemofílico; en la columna vertebral, se asemejan a los
de la tuberculosis y a los de la osteomielitis piógena
crónica. La hidatidosis se caracteriza en la TC por masa
de partes blandas adyacente a los focos de afectación
ósea. Un hallazgo muy típico en la RM en secuencia
espín eco potenciada en T2 es la presencia de múltiples
imágenes quísticas hiperintensas Algunas complicaciones
de la afectación hidatídica ósea son las fracturas
patológicas, la infección secundaria, la rotura
intrarraquídea y las extensiones transarticular e
intrapélvica.
Dr. Lorenzo Muntaner
Actualizado
en diciembre de 1998
TEXTO
DE RADIOLOGÍA EN LA RED
Colección de textos de radiología actualizados.
Siguiendo el temario de la OPE del
INSALUD (España).
Coordinada por Dr. Manuel García
Urbón
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