NOTICIERO DEL OBSERBATORIO DE UTN REGIONAL VILLA MARIA Nº 1
ALINEACION DE LOS PLANETAS
Cuando los Planetas eran tales
Desde que el hombre existe en la faz de la tierra ha alzado la mirada y contemplado el cielo nocturno, estas primeras observaciones tal vez fueron por placer, pero seguramente las posteriores lo fueron para guiarse, por tierra o por mar.
Cuando el hombre deja de ser nómade (hasta ese momento vivía de la caza y de la pesca) y comienza a radicarse en un sitio fijo, las estrellas incluso el Sol pasan a formar parte indispensable de la vida humana, ya que el conocimiento del tiempo, de la cruza de animales, de la siembra y la cosecha, de las lluvias y sequías, establecían un calendario de conocimiento obligado para la supervivencia.
Cuando los Planetas no eran tales
Primero fueron los agradecimientos y súplicas mágicas a los astros, por mandar la luz y el agua, luego por alguna sequía o peste se les comenzó a rogar, se invistió a los astros de vida, los deseos y necesidades del hombre empezaron a colgar de los cielos. La religión comenzaba a aparecer y desplazaba a la magia primitiva.
A todas las luces estelares se las veía con un cierto orden; El sol salía cada día y se ponía al anochecer, la Luna estaba de día o de noche girando en torno a la Tierra. El conjunto de estrellas de fondo estaban fijas. Pero había cinco de ellas que se comportaban un tanto caprichosamente, se comportaban un tanto caprichosamente, se entremezclaban visualmente con el resto de las estrellas pasando delante de estas, a veces más rápido, otras más lento. Dos de ellas (Venus y Mercurio) se las observaba un tiempo cerca del Sol al amanecer y luego una cantidad igual de tiempo al atardecer.
A estas cinco luces se las denominó estrellas errantes (significado de planeta), por su particularidad les pusieron nombre de dioses, no de cualquier dios sino de los principales; al segundo más luminoso los babilonios le llamaron Marduk, los nórdicos Odín, los griegos Zeus y los romanos Júpiter, al color rojo sangre le pusieron Marte; como al dios de la guerra, al más luminoso Venus; como a la diosa del amor, al más cercano al Sol le pusieron Mercurio; el mensajero de los dioses, y al de movimiento más lento, como si nada lo apurara, Saturno; por el dios del tiempo.
Cuando los Planetas y los dioses se transformaron en la semana
El día tiene un sentido astronómico y práctico concreto, ya que marca el paso de la claridad a la noche y a un nuevo día, el mes está referido a la órbita de la luna en torno a la tierra y el efecto de las mareas, el año marca los cambios de estación. Pero la semana no tiene ningún sentido ni práctico ni astronómico, simplemente fue introducida por razones religiosas.
Les colocamos a los días de la semana el nombre de esos dioses; El sábado (del inglés saturday) es el día de Saturno, el lunes (del inglés Mo(o)nday) es el día de la Luna, el domingo (del Sunday) es el día del Sol, etc.
Esta agrupación de siete astros (los cinco planetas más el sol y la Luna), siete dioses principales, siete días de la semana, se introdujo en la mente de las personas. Desde ese momento el numero siete pasó a tener connotaciones sobrenaturales, y cualquier gobernante o religión que pretendiera que se le prestase atención debía arrimarse en su mitología o escrituras sagradas a este número. Nacen así los siete cielos centrados en la Tierra, los siete días de la creación (incluido el del descanso). Los siete orificios de la cabeza. El dragón de siete cabezas. Las siete virtudes. Los siete pecados capitales. Los siete demonios de la mito Sumerio. Las siete maravillas. Los siete artes (recién en nuestro siglo se atrevieron a meter el octavo: El cine). Las siete vocales del alfabeto griego, cada una asociada a un planeta. Los siete gobernadores de la tradición Hermética. Los siete libros del Maniqueísmo. Los siete sacramentos. Los siete cuerpos de la alquimia (cada uno asociado a un metal y este a un planeta). El séptimo hijo varón es protegido de algún gobernante en algunos países, el séptimo hijo varón de aquel séptimo hijo tendrá poderes sobrenaturales. En Apocalipsis del Nuevo Testamento Siete sellos lacran un papiro, sonarán siete trompetas y se llenarán siete copas. San Agustín en una supina tergiversación matemática sostuvo: "El número siete es el número perfecto y que es la suma del Primer número impar; el 3 más el primer número par; el 4", parece ser que el 1 y el 2 no contaban, o no debían contar.
Cuando Galileo descubre los cuatro satélites de Júpiter, uno de los argumentos del rechazo era por poner en duda la numerología providencial del siete, ya que si lo sumamos a los siete anteriores daba 11.
Cuando Copérnico mostró la pata de la Sota
Tiempo después, cuando el sistema copernicano se comenzó a imponer, esto es cuando se comenzó a creer que el centro del universo no era la Tierra, donde todos los astros giraban en torno a esta (teoría Geocéntrica), sino que el centro era el sol, donde todos los planetas (incluida la Tierra) giraban en torno al Sol (Teoría Heliocéntrica), se agregó la Tierra a la lista de planetas y se descontaron el Sol y la Tierra, por lo tanto si a siete le quitamos dos y agregamos uno nos da seis, si los planetas eran seis, el número perfecto debía ser el seis y no el siete, los "científicos" genuflexos comenzaron a buscar explicaciones, ya que el seis, decía, es igual a la suma de sus dividendos (1+2+3), que finalmente eran seis los días de la creación y no siete, etc.
Cuando los Planetas se alinearon en serio tampoco pasó nada
Hace 4.000 años los ocho cuerpos celestes se alinearon formando visiblemente un collar cósmico extendido desde la tierra. Fue el 4 de marzo de 1953 A de C. Y se podían ver desde la Tierra: La Luna tapando parcialmente el Sol, El Sol detrás, luego, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno de una sola hojeada al atardecer. Este acontecimiento no va a volver a producir ni siquiera en los próximos 4.000 años.
El próximo 5 de mayo se producirá otra alineación planetaria, pero algunos se verán al amanecer y otros al atardecer. Algo similar a l conjunción de Venus y de Júpiter en el atardecer del 24 de febrero de 1999, que causó algunos comentarios apocalípticos sobre choques cósmicos, pero que sirvió para inaugurar de forma muy concurrida nuestro observatorio, 150 personas visitaron el observatorio fuera del período de clases.
La única influencia que tienen cuerpos sobre nosotros es su gravedad y que se debilita con la distancia, los planetas están tan distantes de nosotros que un libro tiene mayor influencia gravitacional sobre Ud. Lector que las luces errantes del cielo.
Por lo tanto el 5 de mayo próximo, algunos días antes y después también, prepárese para ver un atractivo espectáculo pero nada más.
Lic Ricardo Budassi. Encargado del Observatorio Astronómico
Más información: http://www.arp-sapc.org/articulos/conjuncionido.html