Nota de Prensa de ARP-SOCIEDAD PARA EL AVANCE DEL
PENSAMIENTO CRITICO
LA EXPOSICION PUBLICA DE LA SABANA SANTA REABRE EL DEBATE SOBRE LA
AUTENTICIDAD DE LA FALSA RELIQUIA
Supuestos expertos recurren a mentiras y
tergiversaciones para rechazar las pruebas que demuestran que el lienzo es de
origen medieval
La exposición pública de la llamada sabana santa, que podrá ser
contemplada
desde el sábado hasta el 14 de junio en la catedral de Turín, ha reabierto
el debate sobre la autenticidad de la falsa reliquia. A pesar de que el
Vaticano admitió en 1988, tras el concluyente dictamen del carbono-14, que
el lienzo es de origen medieval, supuestos expertos vuelven a recurrir a
mentiras y tergiversaciones para defender que la pieza de lino envolvió el
cuerpo de Jesucristo y es una prueba de la resurrección.
Los defensores de la autenticidad de la pretendida reliquia, que se mueven
exclusivamente por la fe, ocultan a la opinión pública las numerosas
evidencias que demuestran que la pretendida reliquia no es sino obra de un
artista medieval, tal como denunció hace ya seis siglos la principal
autoridad eclesiástica de la región donde apareció por primera vez el
lienzo. En 1389, el obispo Pierre D’Arcis escribió un largo informe, en el
que advertía al papa de Avignon Clemente VII que Henri de Poitiers, su
antecesor al frente del Obispado de Troyes, «descubrió el fraude y cómo
dicho lienzo había sido astutamente pintado, ya que de esa verdad testimonió
el artista que lo había pintado, o sea que era una obra debida al talento de
un hombre y en absoluto milagrosamente forjada u otorgada por gracia
divina». Un año después, el papa de Avignon reconoció, en el caso de la
reliquia expuesta en Lirey, «no se trata de la Verdadera Sábana de Nuestro
Señor, sino de un cuadro o pintura hecha a semblanza o representación de la
sábana». Exactamente lo mismo que hace diez años dijo el cardenal Anastasio
Ballestrero.
Fue a finales del siglo XIX cuando los sindonólogos establecieron cuál era
la diferencia entre el lienzo de Turín y los más de cuarenta sudarios de
Cristo que se habían diseminado por Europa durante la baja Edad Media: tras
tomar varias placas fotográficas de la imagen, el abogado italiano Secondo
Pia anunció en 1898 que el sudario era un negativo. Algo que hoy siguen
manteniendo muchos presuntos expertos que, al igual que Pia, se dejan llevar
por las apariencias y no son capaces de darse cuenta, por ejemplo, de que
las manchas de sangre de la sábana son rojas -algo imposible en un negativo-
y la barba del hombre de la sábana es negra, lo que quiere decir que el
individuo supuestamente envuelto en el lienzo era un anciano de barba
blanca.
Un ser deforme y con pintura por sangre
El hombre retratado en el sudario de Turín es, además, un ser deforme, como
se deduce del hecho de que la figura presenta una serie de detalles que
violan las leyes anatómicas. Mientras que en la imagen frontal aparece
relajado, con ambas piernas totalmente estiradas, en la vista dorsal está
impresa la planta del pie derecho, lo que exigiría que hubiera doblado una
rodilla. En el rostro, no hay ninguna simetría y la larga melena no cae
hacia la nuca, sino que se mantiene suspendida como por arte de magia. Pero,
aún hay más. Cuando alguien se tumba de espaldas, las nalgas quedan
aplastadas contra la superficie en la que el cuerpo reposa y eso no ocurre
con la figura de la sábana, que, en el colmo del puritanismo, oculta los
genitales tras las manos. Además, en la zona de la tela donde debería estar
impresa la parte superior del cráneo, no hay nada. Por si eso fuera poco, la
distancia que separa la frente de la parte posterior de la cabeza ronda los
12 centímetros; es la propia de un ser microcéfalo. Algunos defensores del
sudario han indicado, por esto, que Jesús padecía una enfermedad hereditaria
llamada síndrome de Marfan. ¿En qué quedamos, la figura de la síndone es la
de un hombre perfecto o la de un enfermo?
Que la sábana santa no contiene huella alguna de sangre lo demostró a
finales de los años 70, Walter McCrone, probablemente el microanalista
forense más competente del mundo y en aquel entonces miembro de la Sociedad
para la Investigación del Sudario de Turín (STURP), un grupo de creyentes
relacionado con la religiosa Hermandad del Santo Sudario, muchos de cuyos
integrantes vuelven estos días a liderar la cruzada por la autenticidad de
la reliquia. McCrone detectó en el lienzo muestras de bermellón y rojo de
rubia, pinturas utilizadas en la Edad Media. Los resultados del trabajo de
McCrone no fueron, obviamente, del agrado del STURP, ya que confirmaban la
hipótesis artística apuntada por Henri de Poitiers, Pierre d’Arcis y otros,
así que fue expulsado del STURP. «Tengo buenas y malas noticias -dijo
irónicamente McCrone en el congreso en el que anunció sus conclusiones-. Las
malas son que el sudario es una pintura. Las buenas son que nadie me cree»
Otra de las supuestas pruebas que el tiempo echó abajo fue la de los rastros
de polen. El palinólogo suizo Max Frei tomó en 1973 muestras de polvo
depositado en doce puntos del lienzo y detectó la presencia de polen de una
treintena de especies propias de Oriente Próximo que no existen en Europa.
El estudio de Frei sólo tiene un problema: hay que fiarse de la palabra del
experto, ya que nadie controló en su día la recogida de muestras ni ha
logrado después los mismos resultados. El establecimiento de mecanismos de
control y la repetibilidad del experimento son algo fundamental en ciencia.
Hasta el propio STURP considera que la muestra de Frei «no es
estadísticamente significativa. Los pólenes podrían haber sido llevados por
el viento o depositados por los visitantes de la sábana; su presencia no
prueba que la sábana estuviera nunca en Tierra Santa». Por si fuera poco,
Frei no es un estudioso digno de crédito: en calidad de perito calígrafo,
certificó en su día la autenticidad de los falsos diarios de Adolf Hitler.
El radiocarbono y la ‘resurrección’ de Willard F. Libby
Después de más de seis siglos de controversia, el Vaticano aceptó en 1988
que se sometiera la sábana santa a la datación mediante radiocarbono. El
cardenal Anastasio Ballestrero confirmó el 13 de octubre de 1988 las
sospechas de los escépticos. Los análisis científicos llevados a cabo,
independientemente, por tres laboratorios de Estados Unidos, Gran Bretaña y
Suiza demostraban que el tejido del sudario de Turín había sido
confeccionado entre los años 1260 y 1390. La Iglesia aceptó el veredicto de
la ciencia; pero confirmó «su respeto y su veneración a esta imagen de
Cristo, que sigue siendo objeto del culto de los fieles. El valor de la
imagen -puntualizó Ballestrero- es preeminente respecto al eventual valor de
muestra histórica».
Los resultados no sorprendieron más que a los inventores de misterios, ya
que los investigadores rigurosos que habían examinado el sudario estaban
convencidos de su origen medieval. En septiembre de 1980, Walter McCrone
había advertido que el carbono 14 iba a datar la pretendida reliquia «el 14
de agosto de 1356, diez años más o menos». Vittorio Pesce, antropólogo de la
Universidad de Bari, mantenía meses antes de la datación por radiocarbono
que la sábana había sido confeccionada entre 1250 y 1350. Y es que los
documentos históricos, la iconografía, los materiales y las técnicas
empleadas se bastaban y se sobraban para situar la aparición de la sábana en
Francia a mediados del siglo XIV.
El Vaticano aceptó los resultados del examen científico; pero los
empecinados sindonólogos, los mismos que habían obviado los análisis de
McCrone, emprendieron una campaña de descrédito contra la prueba del
radiocarbono. Y lo hicieron con la torpeza que les caracteriza. Apenas
habían pasado unos meses desde la rueda de prensa del cardenal Ballestrero,
cuando salieron a la luz críticas del propio Willard F. Libby. «Tengo
curiosidad -decían que había dicho el premio Nobel e inventor del método de
datación- por leer la relación científica para examinar la metodología usada
por los tres laboratorios. Pero, mientras llega, puedo ya indicar algunos
fallos garrafales. Primero, que la muestra del lienzo ha sido cortada en un
solo lugar, y que no se ha hecho un muestreo estadístico de toda la
superficie del lienzo como exige el método o, al menos, de sus diferentes
partes esenciales. Además, el lugar escogido para los cortes de las muestras
resulta ser el que los encargados de mostrar el lienzo durante horas y días
a lo largo de los tiempos agarraban con las manos para mantener en alto y
extendido el lienzo durante las exposiciones. Por lo tanto, un lugar
‘contaminado’ por el sudor y grasa orgánica, vehículo especial del carbono
14». Y, entre otros, el presidente del Centro Español de Sindonología,
Celestino Cano, no dudaba en afirmar que la prueba del radiocarbono no se
hizo bien, «como más tarde ratificó el propio inventor del sistema».
¡La sábana santa había obrado, por fin, un milagro! Libby volvía de la tumba
para pronunciarse sobre la validez de la prueba del carbono 14. Las
preguntas clave son: ¿de dónde sacaron en 1989 periodistas y sindonólogos
las declaraciones del premio Nobel muerto en 1980?, ¿organizaron una sesión
de espiritismo o, simplemente, se inventaron la opinión del químico?, ¿a
nadie se le ocurrió comprobar que el científico había fallecido años antes o
es que no interesaba hacerlo? Sólo hay una cosa clara, en el caso del
sudario de Turín, pensar mal es garantía de acierto.
Cómo fabricar una sábana santa
Fabricar una sábana santa está al alcance de cualquiera. Basta con poner un
pedazo de papel sobre una moneda y frotar con la punta de un lapicero. Es
algo que han hecho casi todos los niños y que, sin embargo, son incapaces de
entender los defensores de la autenticidad histórica de la llamada síndone
de Turín. El museólogo Joe Nickell, autor de Inquest on the shroud of Turin
(1983), ha demostrado que, para obtener resultados similares a los de la
sábana santa, basta con hacer lo mismo que cualquier escolar, pero tomando
una tela y un bajorrelieve. La técnica medieval del frotado produce imágenes
con apariencia de negativos, en las que los altibajos del relieve se
corresponden con altibajos en el tono de la imagen. La figura así obtenida
tiene, como la del sudario, algunos espacios en blanco rodeando las formas
prominentes. Con un pigmento semiseco o en forma de polvo, se consigue
también que la pintura no penetre más allá de las primeras fibras, además de
no dejar marcas de brocha ni direcciones de hechura, como es el caso del
sudario.
Todo este cúmulo de pruebas, y muchas más, han llevado a ARP-Sociedad para
el Avance del Pensamiento Crítico a mantener desde 1985 que la sábana santa
no es más que una pintura medieval y a reiterar, siempre que tiene
oportunidad, el engaño del que está siendo objeto la opinión pública por
parte de sindonólogos y periodistas esotéricos que, además, nunca han
publicado sus trabajos en revistas científicas, sino en publicaciones donde
se habla de secuestros extraterrestres, espiritismo y otras muestras de
pseudociencia.
A continuación presento una serie de argumentos que se han
venido repitiendo
últimamente como prueba de la autenticidad de la Sábana de Turín o, al menos,
como oposición a los hechos que la presentan como una pintura del s.XIV. La
mayoría de los argumentos los he sacado de documentos en inglés, por lo que la
traducción (que es mía) puede ser un poco cutre.
TOMA DE LAS MUESTRAS
Después de la datación por C14 efectuada en 1988 algunos sindonólogos arguyeron
que M.S. Tite, jefe del laboratorio de investigación del Museo Británico,
manipuló a su gusto el procedimiento de datación que se iba a llevar a cabo. Se
ha llegado a decir que excluyó al coordinador cualificado previsto desde mucho
antes, que no anotó la identidad de las muestras con suficiente precisión,
conservó en secreto los informes brutos, que los laboratorios excluyeron todas
las recomendaciones realizadas por Meacham para limpiar la Sábana correctamente.
Bien, veamos lo que dice el artículo aparecido en Nature en Febrero de 1989 con
el título "Radiocarbon Dating of the Shroud of Turin" y firmado por Damon,
Donahue, Gore y otros 18 científicos más:
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Entre Septiembre y Octubre de 1986, se celebró una reunión en Turín en la cual
siete laboratorios de datación por C14, recomendaron un protocolo para fechar la
Sábana de Turín. En Octubre de 1987, el Arzobispo de Turín y Custodio Pontificio
de la Sábana, siguiendo instrucciones de la Iglesia, seleccionó las ofertas de
tres laboratorios de datación por AMS (accelerator mass spectrometry),
concretamente las de Arizona, Oxford y Zurich. A su vez, se invitó al Museo
Británico a ayudar a la certificación de las muestras y en el análisis
estadístico de los resultados. En Enero de 1988, se discutió entre
representantes de los tres laboratorios elegidos, en el Museo Británico el
procedimiento para la toma de las muestras y el tratamiento de los resultados,
cuyas recomendaciones fueron aprobadas por el Arzobispo de Turín.
La toma de muestras en la Sábana tuvo lugar en la sacristía de la Catedral de
Turín el 21 de Abril de 1988, contando con la presencia del Cardenal Anastasio
Ballestrero (Arzobispo de Turín), Profesor L. Gonella (del Departamento de
Física del Politécnico de Turín y consejero científico del Arzobispo); dos
expertos en tejidos: el profesor F. Testore (del Departamento de Ciencias de
Materiales del Politécnico de Turín) y G. Vial (del Musée des Tissues y
perteneciente al Centro Internacional de Estudios de Tejidos Antiguos de Lyon);
representantes de los tres laboratorios de datación por radiocarbono: P. E.
Damon, D. J. Donahue, E. T. Hall, Dr R. E. M. Hedges y W. Woelfli; M.S. Tite
del Museo Británico y M. Rigi, que fue el que cortó la muestra.
La muestra medía unos 10x70 mm. Y fue cortada del mismo lugar de donde se tomó
una muestra para examinar en 1973. Provenía de una zona principal de la Sábana,
libre de zonas chamuscadas y remiendos. De esta tira se prepararon tres
muestras de unos 50mg. cada una, las cuales fueron llevadas a la Sala
Capitolare donde fueron envueltas en aluminio y selladas en contenedores
numerados de acero inoxidable por el Cardenal Ballestrero y M.S. Tite. A su vez,
muestras de los otros tres controles (Un pedazo de lino de una tumba Nubia del
s. XII, un pedazo asociado a una momia egipcia cuya edad fue calculada entre los
años 110 a.C y 75 de nuestra era y una capa perteneciente a San Louis D'Anjou de
finales del S. XIII) de unos 50mg. fueron envueltos y sellados de forma
parecida. Todas estas operaciones, excepto la de envolver las muestras, fueron
totalmente filmadas en vídeo y fotografiadas.
Los laboratorios no sabían qué contenedores eran los de la Sábana, aunque lo
podían haber sabido ya que las muestras no fueron despedazadas ni
desenmarañadas. Sin embargo se decidió operar así, en lugar de un experimento
doble ciego, debido a la poca disponibilidad de las muestras. A pesar de ello,
los tres laboratorios decidieron no comparar resultados hasta haberlos
trasmitido al Museo Británico. Además, en dos de ellos (Oxford y Zurich)
decidieron recodificar las muestras una vez realizada la combustión a gas, de
forma que el personal encargado de realizar la medición no conociera la
identidad de las muestras.
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Según vemos en el artículo de Nature, Tite no pudo excluir a nadie del proceso
ni manipularlo a su gusto, pues no era él el supervisor de los controles sino el
arzobispo de Turín Anastasio Ballestrero. M.S. Tite fue invitado personalmente
por el cardenal mencionado para "ayudar a tomar las muestras" y fue junto con
Ballestrero el responsable de codificarlas. El experimento no estaba diseñado
como doble ciego pero era un dato que sabía la Iglesia o, incluso si no lo
hubiera sabido, que podrían haber sabido sus asesores científicos. Todos los que
afirman que hubo irregularidades o malintenciones en el proceso de toma de
muestras están acusando, consciente o inconscientemente, no sólo a instituciones
como el Museo Británico o el Politécnico de Turín, sino a la mismísima Iglesia
de Roma de negligencia e incluso fraude.
CONTAMINACION Y LIMPIEZA DE LA SABANA
"El incendio de 1532, cuyas consecuencias han sido examinadas por Dmitri A.
KOUZNETSOV en su laboratorio de Moscú, a sugerencia de Marie-Claude Van
Oosterwyck Gastuche. Según Kouznetsov, dicho incendio provocó una serie de
reacciones nucleares que aumentaron la proporción de C-14, rejuveneciendo por
tanto la edad de la Sábana". Esta perla fue extraída de un artículo en
es.charla.religion de título "El extraño caso del Profesor Tite".
Como se preguntaba un colistero en un mensaje al respecto: ¿Cómo diablos sabía
Dimitri Kouznetsov cu les fueron las condiciones de ese incendio? La actitud de
Kouznetsov tampoco es muy científica que digamos. Despúes de su publicción en el
Journal of Archaeological Science nº 23 1.996 titulado "Effects of Fires and
Biofractionation of Carbon Isotopes on Results of Radicarbon Dating of Old
Textiles: The Shroud of Turin" no se ha vuelto a saber nada de él, a pesar de
las críticas que han llovido su trabajo. Por cierto, en Internet he encontrado
una crítica a una entrevista realizada a un científico ruso creacionista del
mismo nombre. He mandado un correo electrónico al autor de esa crítica para
saber si se trata del mismo Kouznetsov. El autor, Richard Trott, afirma estar
casiconvencido de que así es.
Otra crítica viene de la Universidad de Texas. Según un trabajo realizado por
por Leoncio Garza-Valdés y Stephen J. Mattingly, lo que se midió en los procesos
de datación no fue el lino de la Sábana sino una capa de hongos y bacterias que
le ha crecido a esta.
Pero veamos cómo se realizó el proceso de limpieza de las muestras según se
describe en la revista Nature:
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Dado que no había forma de saber el grado de contaminación por humo u otros
contaminantes que afectaban a las muestras, los tres laboratorios decidieron
dividir las muestras en pedazos, para someterlas a diferentes procesos químicos
y mecánicos de limpieza.
Todos los laboratorios examinaron las piezas a través del microscopio para
detectar y eliminar cualquier material extraño. Adem s el laboratorio de Oxford
limpió las muestras mediante un tubo de vacío, seguido de una limpieza con éter
de petróleo (a 40º C durante una hora) para eliminar lípidos y cera de
candelabro, por ejemplo. Zurich prelimpió la muestra mediante baños de
ultrasonidos [ultrasonic bath]. Después cada laboratorio dividió las muestras
para realizar tratamientos distintos.
Así, el laboratorio de Arizona dividió cada muestra en cuatro submuestras. Un
par de submuestras de cada tejido fue tratado con HCL diluído, NaOH diluído y de
nuevo en ácido, realizando un aclarado entre cada proceso. El segundo par de
cada muestra fue tratado con un detergente comercial (1,5% de SDS), agua
destilada y otro detergente (triton x-100); después fueron sometidas a una
extracción de "Soxhlet" [esto no sé lo que es :(] con etanol durante 1 hora y
lavadas con agua destilada a 70ºC en un baño de ultrasonidos.
El grupo de Oxford dividió cada muestra en tres submuestras, siendo tratadas
cada una de ellas con 1M HCL (80ø C durante 2h), 1M NaOH (80ø C durante 2 h) y
de nuevo en ácido, con un aclarado entre cada tratamiento. Dos de estas tres
submuestras fueron blanqueadas en NaOCl (2.5% de pH-3 durante 30 min).
El grupo de Zurich dividió cada muestra, limpiada previamente por ultrasonidos,
en dos, retrasando el tratamiento del segundo grupo de muestras hasta que se
completara el proceso de medición del segundo. El primer grupo de muestras se
subdividió en tres porciones. La primera porción no tuvo ningún tipo de
tratamiento; la segunda fue sometida a un tratamiento débil mediante 0,1% de
HCl, 0.25% de NaOH y de nuevo en ácido, aclarándolos entre tratamientos, a
temperatura ambiente; la tercera porción fue sometida a un tratamiento fuerte,
usando el mismo procedimiento salvo la temperatura a la que se realizó (80ºC).
Después de evidenciar que no había ningún tipo de contaminación, el segundo
grupo se dividió en dos porciones, sometiendo a un tratamiento débil y fuerte a
cada porción.
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Por lo visto esos señores no han leído nada de cómo se llevó a cabo el proceso
de limpieza. Pero Garza-Valdés sostiene que, según su experiencia el lino es muy
difícil de limpiar por lo que puede que aún tuviera restos de esa capa de
contaminantes. Dado que las muestras de control eran también de lino, puede que
la tumba nubia fuera en realidad del siglo X a.C. o incluso que la capa que se
creía pertenecía a Louis D'Anjou era en realidad de Astérix el Galo.
Pero empecemos primero por el trabajo de Koutznesov. Podemos empezar por Walter
McCrone para refutar los argumentos (¿) de Kouznetsov sobre el Carbono 14. Como
dice McCrone en su página Web (http://www.mcri.com)
"Para rejuvenecer 14 siglos
la edad de la Sábana de Turín (que pesa unos 9 kg.) se necesitarían unos 20Kg.
de carbon contaminante del s.XX". Es decir, que si la hipótesis de Kuznetsov
fuera cierta, actualmente la Sábana pesaría cerca de los 30 kg.
Otro argumento en contra de la idea de Kouznetsov es posible encontrarlo en el
grupo de discusíon alt.turin-shroud en un hilo titulado C14 Dating of the
Shroud. Aquí encontramos la opinión de un experto en datación por radiocarbono
de Nueva Zelanda a los argumentos de Meacham a favor de la hipótesis de
Kouznetsov:
Según Meacham: "Sí, se necesitaría mucha cantidad de material contaminante para
variar la edad en 1400 años, si SOLAMENTE la contaminación fuera el problema.
El intercambio isotópico [isotopic exchange] con materiales que hayan estado en
contacto prolongado con el tejido es una posibilidad muy fuerte, y muy difícil e
imposible de evaluar" (He procurado mantener los signos de puntuación al
traducir el texto).
A lo que Rodger Sparks, el experto en radiocarbono, objeta: "No estoy seguro en
qué se diferencia "intercambio isotópico" de contaminación. Si la idea es que el
C14 ha migrado a la Sábana en mayor cantidad que el C123 o el C13, debo decir
"de ninguna manera". La transferencia de carbono hacia o desde la Sábana es o
bien un proceso físico o bien químico, e incluirá a todos los isótopos [del
carbono]. Es verdad que puede haber fragmentación (fractionation) isotópica
durante tales procesos, pero la cantidad de la misma no es, ni de lejos (nowhere
near) suficiente para causar tal diferencia de 1400 años en la medición. La
belleza de la datación por radiocarbono consiste en que hay dos isótopos
estables, el C12 y el C13, además del C14. La cantidad de estos dos primeros
puede ser, y de hecho lo es, usada para determinar el grado correcto de
fragmentación isotópica del C14."
Meacham responde diciendo que la idea de que el C14 tenga más movilidad que los
otros isótopos en ciertas circunstancias no es tan descabellada. "A fín de
cuentas, estamos hablando de un isótopo *radioactivo* (el entrecomillado es del
autor) y una ocurrencia de una entre un trillón de átomos de C13 y C12". Meacham
también menciona que los laboratorios de Arizona no pudieron reproducir los
experimentos de Kouznetsov (no encuentro la referencia del Journal of
Archeological Results que me indicó Jose María Bello, si bien es cierto que hubo
una réplica del laboratorio de Arizona). Añade Meacham que "los físicos teóricos
Jackson y Propp (por supuesto, miembros del STURP) escribieron que "nuestros
análisis de los datos de los rusos requieren que el ratio de unión (attachment)
del C14 sea mayor que el de los otros dos isótopos de forma que, si el fuego se
apagara antes de que todos los isótopos del carbono recobraran su balance
estadístico, el lino se enriqueciera con C14, haciendo que la edad por
radicarbono pareciera 14 siglos más joven de la que es". Al parecer estos
señores toman una hipótesis sin comprobar (según lo que yo se) para publicar
sus resultados. Muy científico, sí señor.
Respecto a las tesís de Garza-Valdés et al podemos encontrar un artículo en la
revista "The Mission" (la revista del Centro de Salud de San Antonio, de la
Universidad de Texas) en la publicación correspondiente a la primavera de 1996.
Según este artículo " Después de meses examinando muestras, el equipo concluyó
en Enero que la Sábana de Turín es siglos más vieja que los resultados obtenidos
a través del radiocarbono. El Doctor Garza afirmó que las fibras de la Sábana
están cubiertas con hongos y bacterias que han crecido durante siglos. La
datación por radiocarbono, dijo, ha medido tanto la celulosa de las fibras
como los contaminantes".
Sería muy fácil (y muy aburrido X-D) remitir a este buen hombre al artículo
aparecido en Nature. Continuemos pues con lo que dice: "Tal descubrimiento tan
espectacular sería publicado inmediatamente en cualquier publicación científica,
pero el equipo ha esperado. La última responsable de la Sábana, la Iglesia
Católica, no ha reconocido las fibras del equipo como una muestra oficial. El
doctor Garza la recibió en Turín de manos del doctor Giocani Riggi de Numana,
quien tomó las muestras oficiales para la datación en 1988". Según la hipótesis
de Garza, el lino se ve afectado gravemente por bacterias y hongos que
disminuyen la antigüedad de las muestras.
Observamos que el experimento falla en la base: El origen de la muestra es
incierta: La Iglesia no la reconoce. Una forma de saber si es cierto lo que
afirma el equipo de San Antonio sería preguntando a Riggi si le dio alguna
muestra a Garza, de lo cual no tengo constancia ni está en mis manos poder
hacerlo. Pero cuidado, que Riggi le diera una muestra a Garza tampoco significa
nada.
El artículo sigue con unos cuantos testimonios sobre la pausibilidad de tal
hipótesis. También afirma que los laboratorios de Arizona, que participaron en
la datación de la Sábana, están preparando un experimento para comprobar los
tests realizados sobre la Sábana, con restos de lino de una momia, que por el
estilo de la misma, se calcula de entre los años 330-30 a.C. y colágeno extraído
de huesos de la misma, el cual se ve afectado en menor medida por las bacterias
y hongos. "me muestro un poco escéptico, pero no quiero deshechar la teoría.
Puede que los contaminantes alteraran la fecha pero ¿en qué medida?" estas
declaraciones, según el artículo fueron realizadas por Douglas J. Donahue, del
laboratorio de Arizona (por eso preguntaba yo si alguien sabía si los
laboratorios de Arizona habían empezado tal experimento).
Pero volvamos a lo principal: ¿por qué la Iglesia no reconoce la muestra como
genuina? El Cardenal Saldarini afirma en un programa de la televisión italiana:
"No hay ninguna evidencia de que la muestra pertenezca a la Sábana de forma que
no se puede reconcer el éxito de dicho experimento". Según el autor del artículo
"el Cardenal Saldarini rechazó la petición de Garza en Abril del 93 de realizar
pruebas sobre fibras de la Sábana. Pero este rechazo vino después de que Garza
viajara a Turín y obtuviera una muestra de la cortada en 1988. Recibió las
muestras de Riggi, un científico de la aprobación de Ballestreros, el predecesro
de Saldarini. Sin embargo, Ballestreros murió en 1990". Vamos que no está nada
claro. ¿Tendrá razón el padre Lloring cuando afirma que esto es una conspiración
en la que está involucrada la Iglesia?
Para mayor gloria de sindonólogos, un tercer miembro del equipo afirmó haber
reconocido como restos de sangre una marca de la Sábana, para más inri, de un
varón. "Nadie ha determinado cómo fueron a parar al lino pero aparecen en bajo
relieve en una imagen en negativo". "Victor V. Tyron, director de la
Universidad de Centros para Tecnologías Avanzadas de DNA, examinó dos muestras
microscópicas diferentes de la Sábana. Informó que encontró restos de tres
fragmentos de genes humanos diferentes mediante la reacción en cadena de la
polimerasa". Esta gente no ha debido de ver el trabajo de McCrone. Aparte de
que Tyron no dice nada de sangre, el DNA puede haber venido perfectamente de
cualquier persona que haya estado en contacto con la Sábana, eso en caso de
haberlo encontrado y, por supuesto, de ser la muestra auténtica, cosa más que
dudosa a juzgar por el artículo.
Pero dejemos que hablen los expertos y veamos el trabajo de McCrone. Según el
trabajo publicado en su página, McCrone examinó miles de fibras de lino
procedentes de 32 lugares distintos de la Sábana, incluyendo zonas del cuerpo y
de manchas que se suponían de sangre. Concretamente de las 32 muestras, 20
fueron tomadas de partes del cuerpo y manchas de la sangre y las 12 restantes de
zonas sin manchas de este tipo. En las 20 primeras encontró pigmentos de ocre
rojo y, en 11 de ellas, de vermellón. Ninguno de estos pigmentos se encontró en
las fibras de las zonas que no contienen la imagen. Más detalles se pueden
encontrar en la página de los laboratorios McCrone
(http://www.mcri.org/Shroud.html).
También podemos encontrar en alt.turin-shroud las objeciones al trabajo de
Garza-Valdés: "Como alguien que se gana la vida en un laboratorio AMS de
datación por radiocarbono, debo decir que encuentro algunos problemas con la
teoría de Garza-Valdés & Mattingly. La dificultad reside en que los números no
parecen encajar correctamente, y una teoría que quiere explicar la edad
cuantificada por radiocarbono debería tener una base cuantitativa ya que dicha
teoría proclama que un número derivado de un experimento es de algún modo
incorrecto".
"Empezemos por apuntar -continúa- que un organismo que crezca, y se alimente, en
las fibras de lino, lo único que hará ser mezclar y remezclar el carbnono
disponible sin ningún efecto en el contenido de carbono. Dado que el crecimiento
debe incorporar carbono desde una fuente externa, ésta puede ser la atmósfera,
mediante fotosíntesis o algún otro mecanismo."
A continuación pasa a analizar tres supuestos distintos:
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1.- Supongamos que la capa de bioplásticos [como así la llama Garza-Valdés]
empezó en el momento en que fue hecha la Sábana y ha ido creciendo uniformemente
desde entonces. Entonces el carbón de la capa [de bioplásticos] dará de media
una edad por radiocarbono de unos 1000 años. Pero no hay ninguna forma de
combinar una material de hace 2000 años con otro de fecha media 1000 años y
obtener 600 años.
2.- La Sábana permaneció durante 2000 años sin sufrir ningñun tipo de
contaminación por bioplásticos hasta la segunda mitad del s. XX, cuando éstos
comenzaron a crecer por algún extraño proceso o contaminación. El contenido de
radiocarbono en la atmósfera desde los 60 aproximádamente es el más alto que se
haya producido nunca debido a las pruebas de armas nucleares [es sólo una
hipótesis del supuesto], de forma que la contaminación es potencialmente mayor.
Pero para reducir la antigüedad de la Sábana en catorce siglos, aproximádamente
el 20% del carbono medido debe venir de la capa de contaminantes, lo que supone
un incremento del 12% en el espesor de la Sábana, lo que hubiera sido detectable
por algún otro experto [...]
3.- Supongamos que la capa contaminante empezó a crecer en el momento en que la
Sábana se descubrió [allá por el siglo XIV] (quizás la exposición a la luz y la
atmósfera pudo haber disparado el crecimiento [no olvidemos que está analizando
supuestos]). En este caso los residuos deberían dar de media una edad por
radiocarbono de uunos 30 años. Para que el total aparentara una antigüedad de
600 años, el 80% del carbono medido debería venir de los contaminantes, lo que
supondría que el espesor de la Sábana se triplicara [...]
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LAS MONEDITAS EN LOS OJOS.
Según algunos sindonólogos, era costumbre entre los judíos de la época de Jesús
poner dos monedas en los ojos del difunto. "La hipótesis de las dos monedas
sobre los párpados del hombre de la sábana empezó a tomar forma en los 70
gracias a un proceso electrónico de la imagen de la Sábana realizado por el
profesor Tamburelli y con la publicación de un artículo y un libro posterior del
profesor jesuíta Francis Filas. Después de haber distinguido lo que parecían las
letras "UCAI" cerca del arco de las cejas del hombre de la Sábana, Filas y el
experto en Numismática Mario Moroni las identificaron como parte de una moneda
"leptón" acuñada en el 29 a.C. durante el gobierno de Poncio Pilatos en Judea.
UCAI forma parte de TIBEPIOU CAICAPOC, que ya imaginamos todos lo que significa"
(Carta de Antonio Lombatti, historiador, aparecida en el número 45 del "British
Society for the Turin Shroud").
Sigue esta carta: "La lectura de UCAI es debida, casi en su totalidad, a un
alargamiento fotográfico y un proceso por ordenador, a menudo operaciones
arbitrarias que eliminan sombras y manchas. Además, en la reproducción
tridimensional no se lee OU sino el diptongo OY[...] Sin embargo, las monedas de
Tiberio siempre han usado la K de la palabra griega para "Caesar" por lo que se
debería leer "TIBEPIOY KAICAPOC"
"Los seguidores de Filas nunca han explicado de dónde han sacado que era una
costumbre judía poner dos monedas sobre los párpados del difunto. Las fuentes en
que Filas se basa para tal afirmación son: A.P. Bender, 'Beliefs, Rites and
customs of the Jews, connected with death, burial and mourning', aparecido en
Jewish Quarterly Review 7 (1895), p. 103-226, y R. Hachlili, 'Ancient Burial
Customs Preserved in the Jericho Hills', en Biblical Archaeology Review, 4
(1979), p. 28-35. Bender habla, sin embargo, de algunas costumbres judías del
siglo XIX y de otras rusas, quienes solían poner monedas en los párpados de los
difuntos. El profesor Hachlili dice haber encontrado una calavera con una moneda
en cada cavidad ocular[...] nunca ha afirmado que encontrara moneas en los
párpados de un muerto, ni que esta fuera una tradición judía. No existen
evidencias a favor de tal costumbre judía".
"En 1980, el gran especialista en cementerios judíos, el profesor L.Y. Rahmani,
director de los Museos de Jerusalem, entra en el debate con un artículo en el
Biblical Archaelogy, rechazando sin titubear la idea de una costumbre judía de
poner monedas en los párpados de los difuntos. El profesor Hachlili confirmó
inmediatamente, también en el Biblical Archaelogy, que las tumbas encontradas en
1979 estaban en muy malas condiciones. Las dos monedas encontradas en la
calavera eran de la época de Agripa (40-45 a.C.), pero el osario estaba lleno de
huesos amontonados[...] No estaba nada claro que las monedas hubieran sido
puestas en los párpados. En resumen, la teoría de las monedas no tiene ni el
mínimo soporte arqueológico."
La excelente carta de Lombatti sentencia el asunto, a mi entender lo dice todo.
Posteriormente se produjo un debate entre Lombatti y Alan Whagner, quien dice
haber encontrado también indicios de monedas en la Sábana, en la misma revista
sobre si era una costumbre pagana exportada y demás especulaciones sin apenas
fundamento para llegar a la conclusión con la que partió al principio de sus
"investigaciones".
EL CUERPO DEL DELITO.
Como comenta Luis Alfonso Gámez en un magnífico artículo en El Escéptico sobre
la Sábana de Turín: "Mientras en la imagen delantera aparece relajado, en la
vista dorsal está impresa la planta del pie derecho, lo que exidiría que
huebiera doblado la rodilla[...]Por si eso fuera poco, la distancia que separa
la frente de la parte posterior de la cabeza ronda los 132 cm: es la propia de
un ser microcéfalo". Pero esto no es todo: "La imagen no es perfecta. La altura
del cuerpo es mayor que la de un típico palestino del siglo I, los dedos de la
mano derecha son más largos que los de la mano izquierda (Angier 1982). Las
supuestas heridas son demasiado claras como para ser de verdad; el verdadero
flujo sanguíneo (bleeding) no aparece como corrientes discretas (no contíunas),
por ejemplo" (respuesta de Jhon R. Cole, del Departamento de Sociología y
Antropología de la Universidad de Iowa del Norte, al artículo de Meacham "An
Issue in Archaeological Epistemology", CURRENT ANTHROPOLOGY - Vol. 24 - N° 3,
Enero de 1983).
Según Michael Badem, patólogo forense, citado por Marvin Mueller "Según mi
experiencia con cuerpos sin vida y los envoltorios de los mismos[...]la sangre
nunca fluye en "graciosos riachuelos" [nice neat ribulets], se queda fija al
pelo. La precisión anatómica se acerca más a lo que Miguel Angel hubiera
pintado que a cómo se comporta actualmente un cadáver".
En el mismo artículo, Meacham señala la descripción del hombre de la Sábana como
"de unas características físicas encontradas hoy en día entre judíos sefardíes y
nobles árabes", añadiendo que esta descripción es apoyada por un tal Stewart. En
respuesta, Jhon Nickell, el autor de "Inquest of the Shroud of Turin", reproduce
integramente la cita de Stewart: "La cara podría ser semítica pero no hay
ninguna forma de saberlo sin el perfil". Vemos pues que los sondonólogs manejan
las citas a su antojo para poder así obtener los apoyos que les convienen.
Steven Shafersman, de la "Rice University" de Houston añade en otra carta que,
no solo el brazo derecho y sus dedos estaban extrañamente alargados sino que
"Todo el cuerpo presenta un aspecto alargado, algo muy característico del arte
gótico". Claro que puede ser que los artistas del Gótico representaran a las
personas con "la fisionomía de un judío típica del siglo primero" sin que ellos
lo supieran.
CONCLUSION.
Pero bueno, después de todo el rollo que os he metido, ¿acaso alguno duda que la
Sábana Santa es un descarado fraude, cuyo mito está apoyado por personas que son
capaces de cualquier cosa para apoyas su autenticidad?
Ahora puedes visitar la nueva página de Julio Negueruela en http://www.interbook.net/personal/jnegueruela/principal.htm