LAS FINTAS A QUE INDUCE LA MERCADOTECNIA FOXIANA

Camilo Estrada Luviano

Al más puro estilo goebbelsiano a diario se nos dice, se nos repite y machaca que Vicente Fox y Quesada goza de gran popularidad y como ahora se cuenta con muchos más recursos y la tecnología es mucho mayor que hace ya un poco más de medio siglo nos embarran, a quienes no aceptamos esto, las famosas encuestas de opinión como si ellas fueran el non plus ultra de la modernidad y como si el no aceptarlas fuera también el colmo del atraso y el inequívoco signo de la ignorancia del escepticismo premoderno y, además, resentido. Y así, ante esta avalancha no queda otra que el no chistar y entrar a la danza que nos toca el equipazo propagandístico del Presidente de la República.

Vicente Fox y Quesada no es ningún mediocre estúpido, eso lo son quienes han tratado de descalificarlo. Tan no lo es que el muy elogiado y hasta autoproclamado genio de Diego Fernández de Cevallos ha sido avasallado y éste le hace de comparsa de aquél a la perfección y el diputadito Felipe Calderón Hinojosa brilla en su magnífica opacidad ante el Presidente de la República. Fox hace lo que sea con tal de lograr los objetivos que Bush, representante del gran capital gringo, le ha asignado, hasta botas usa para dar una imagen vendible, según dicen ellos; cuando era empleado cocacolero no las usaba, pero ante el estiramiento y ridiculez del engreído Salinas y del socialmente ascendido Zedillo, Fox y Quesada tendría más imagen con botas que sin ellas, así en apariencia sería más del pueblo, de la chusma. Lo mismo se puede decir del su popularachero modo de hablar y hasta del hecho de ir a misa cada domingo y publicitarlo ampliamente que incluso conferencia de prensa da después del acto religioso. Con esto de la misa con todo y comunión mata dos pájaros de un tiro: queda bien con la chusma y con la alta jerarquía de la iglesia católica que ya sabemos muy bien como se las gasta.

Ejemplo paradigmático del despliegue de su inteligencia, para estos menesteres, es la estridente campaña que desató "para apoyar y empujar el proyecto de ley de la Cocopa" que hasta Marcos se la medio cree puesto que, por lo menos, no ha desmentido a ningún medio de información que induce a tal impresión. De entrada, no está en manos del Ejecutivo tal aprobación y ésta es un proceso largo y complicado y, de acuerdo a la correlación de fuerzas, es muy dudosa su aprobación y más dudoso aún su cumplimiento en el hipotético caso de que se aprobara dicha ley, así que desgañitarse diciendo que está empujando con toda sinceridad para que tal proyecto se convierta en ley no tiene la menor importancia y tiene mucho menos peso que el que le ha dado la maquinaria mercadotécnica de la Presidencia de la República.

Hasta el respetable y avezado periodista, Jaime Avilés, el 24/III/01 en su excelente columna semanal de La Jornada, afirma que Fox cuenta con un gran respaldo popular y argumenta como sustento de esto que cundo se le mencionaba, en los mítines de los zapatistas, "las rechiflas eran mínimas, cuando no insignificantes" (Ibid). Usted disculpe, Don Jaime, pero el que las rechiflas hayan sido mínimas, cuando no insignificantes, puede significar eso, pero también muchas otras cosas más. Ejemplos de actitudes engañosas que después dan la sorpresa abundan en nuestra historia, Unicamente recordemos a Don Porfirio y su fastuosa celebración del centenario de la independencia de México en septiembre de 1910, casi tres meses antes del inicio de esa gran rebelión que conocemos como Revolución Mexicana.

Estamos inmersos en un mundo dominado casi en su totalidad por el gran capital que ha alcanzado tal grado de concentración que tiene en sus manos los recursos técnicos suficientes para, literalmente, bombardearnos con la basura desee, por muy repugnante que sea, con tal de que no pensemos por cuenta propia sino que concluyamos aquello a lo que sus dueños nos inducen. Pero esto puede funcionar por poco tiempo que, para desgracia de la humanidad, puede dar resultados funestos y de esto también abundan los ejemplos tanto en nuestra historia como en la universal. Por eso no hay que irse con la finta.

camiloel@minsky.eco.buap.mx