VILEZAS ENCUBIERTAS CON DECLARACIONES / I

Camilo Estrada Luviano

Primero nos filtran (?) las violaciones de los derechos humanos de que son víctimas los internos del penal de alta seguridad de Almoloya, recién bautizado como La Palma. Claro, el muy famoso Dr. José Luis Soberanes, presidente de la CNDH, minimiza los hechos y hasta declara que solamente si se fotografiaran las visitas conyugales sí habría violación a los derechos humanos, derechos de cuya defensa él, en primerísimo lugar, está obligado a realizar porque fue nombrado por el Senado de la República para tal fin. Luego se publicaron las fotos de visitas conyugales en dicho penal y el Doctor Soberanes nadó de muertito. Pocos días después Joaquín Guzmán Loera alias el Chapo Guzmán se escapó del también penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco. El flamante presidente de la CNDH tampoco dijo nada, pero el martes 23 de enero de 2001 la opinión pública se entera de que el Chapo Guzmán entraba y salía del penal de Puerta Grande, como le dicen ya los jaliscienses, y "presuntamente, a las 21; 15 horas del viernes 19, El Chapo todavía se encontraba en su celda, según reportó uno de los vigilantes, pero a las 22; 35 horas, el director Beltrán Santana, se dio cuenta de que no estaba ahí" (Proceso, 28/I/01). Se dieron diferentes versiones, pero la más sorprendente es la que señala "que lo más seguro es que ya no haya regresado a Puente Grande después de una de sus frecuentes salidas" (Ibid). ¿Qué es lo que hace el tan ponderado gran penalista y honesto Dr. Soberanes?

El Doctor Soberanes es tan doctor, es decir, anda en las nubes del conocimiento en abstracto y de la sabiduría también en abstracto, que no se dio cuenta que la fuga del Chapo Guzmán pudo haber ocurrido "tal vez mientras en el mismo penal se realizaba una reunión conjunta de funcionarios responsables de seguridad nacional, encabezada por (Jorge) Tello Peón, a la que asistían visitadores de la CNDH, para discutir en parte, el caso de los custodios y la alteración general de la disciplina interna" (Ibid) y no era para menos: desde hacía más de un año la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco así como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y las familias de los presos venían denunciando la corrupción y la violación a los derechos humanos que se cometen en Puente Grande, denuncias que nunca "fueron tomadas por la CNDH con la seriedad y prontitud que merecen" (María Luisa Vivas, Proceso, núm. cit.). Pero no es todo. Dejando de un lado al subsecretario Tello Peón, ahora a las órdenes del secretario de Seguridad Pública Alejandro Gertz Manero -quien antes estuvo, en la misma materia, a las órdenes de Cuauhtémoc Cárdenas y de Rosario Robles, lo que podría hablar de su profesionalismo de él, mas no del de Tello Peón cuya carrera en el aparato estatal es muy diferente y de dudosa profesionalidad-, resulta que la presidenta de la CEDHJ, Guadalupe Morfín Otero "trató de comunicarse en varias ocasiones con el presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, para informarle sobre lo que estaba pasando, pero nunca lo encontró ni obtuvo respuesta. Entonces buscó telefónicamente al secretario de Seguridad Pública Alejandro Gertz Manero. No lo encontró pero le dejó toda la información" (Proceso, núm. cit.) y éste envió a Guadalajara al subsecretario Tello Peón. ¿Qué pasó? Pasaron unas cosas supuestamente que sí y otras supuestamente que no, pero el hecho real es que el subsecretario Tello Peón no se reunió con la presidenta de la CEDHJ y si, en cambio, tuvo una reunión en Puente Grande, posiblemente a la hora en que escapaba el Chapo Guzmán, reunión en donde estuvieron visitadores de la CNDH.

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