Home

Atrás

La Primera Sinagoga en América

Abril 2002

 

Fue Reabierta la Primera Sinagoga en América

São Paulo (CJL-OJI) - Una nota de fondo en la revista "Semana Judaica" informa que luego de una restauración que insumió dos años de labor, a 364 años de su fundación ha sido reabierta la primera sinagoga fundada en las Américas: el "Kahal Tzur Israel", que significa "Congregación de la Roca de Israel". El predio ha sido reabierto al público como centro cultural, habiendo sido restaurados tanto la sinagoga propiamente dicha como las construcciones erigidas en derredor al local donde la misma funcionaba.

"Habiendo funcionado entre 1637 y 1654 en Pernambuco, bajo la dominación holandesa, ahora la sinagoga fue reconstruida siendo preservadas las pruebas arqueológicas de su existencia, como ser los cimientos de su construcción original y la Mikvá, la alberca que se utiliza en los rituales judíos de purificación.

El proyecto fue desarrollado mediante una asociación entre la Fundación Safra, el Ministerio de Cultura, la Alcaldía Municipal de la ciudad de Recife, la Federación Israelita del Estado de Pernambuco (FIPE) y la Confederación Israelita del Brasil (CONIB), por medio del Programa de Monumentos / BID enfocado a restaurar y preservar el patrimonio histórico brasileño.

La Sinagoga 

Considerado un símbolo concreto de la tolerancia religiosa y de la diversidad cultural brasileña, incluso antes de su reinauguración este local ya estaba atrayendo la visita de judíos de todo el mundo interesados en la historia. El "Kahal Tzur Israel" se encontraba en la zona portuaria de la Recife antigua, en la calle entonces denominada "de los Judíos" (Rua dos Judeus) y en la actualidad "del Buen Jesús" (Rua do Bom Jesús). Había recibido el nombre de "Calle de los Judíos" por la concentración en ella de inmigrantes judíos procedentes de Holanda.

Hasta comienzos de la década de 1950 poco se sabía acerca de esta sinagoga. Historiadores de Pernam-buco revelaron el descubrimiento de referencias acerca de la misma en un inventario confeccionado por los portugueses cuando produjeron la expulsión de los holandeses en 1654. En 1998, por sugerencia de un grupo de artistas e intelectuales de Recife que se dedicaban al estudio de la memoria judía subyacente en la Rua do Bom Jesús, se decidió invertir en una investigación que conduciría a la recuperación de la historia de la primera sinagoga que hubo en el Brasil y las Américas.

Habiendo identificado el solar donde un día existió el "Kahal Tzur Israel", las excavaciones, coordinadas por arqueólogos de la Universi-dad Federal de Pernambuco, condujeron al hallazgo de sus fundamentos. El predio original había sido demolido a principios del siglo XX, y en el mismo se levantó otro edificio donde funcionó una agencia bancaria y posteriormente un negocio de materiales eléctricos.

Los vestigios de la sinagoga fueron encontrados entre 90 y 160 centímetros por debajo del actual nivel de la calle. Fueron removidas 750 toneladas de tierra además de una cantidad de escombros. El resultado fue el descubrimiento de ocho niveles distintos de pisos, correspondientes a los sucesivos terraplenados hechos para el asentamiento de la ciudad. 

La Prueba Arqueológica 

La prueba definitiva de la existencia de la sinagoga surgió con el hallazgo de una Mikvá, una alberca con escalera de siete escalones que se utiliza para los rituales de purificación para las mujeres judías. Las búsquedas arqueológicas condujeron al encuentro de un pozo que tenía poco más de 350 años, de agua captada al río Beberibe. Luego, a la propia alberca donde se practicaba la inmersión ritual. Pozo y alberca estaban intactos. Todo esto fue confirmado por un consejo de rabinos que testimoniaron que esas instalaciones habían sido construidas de acuerdo con las interpretaciones más rigurosas de los preceptos judaicos.

Tal como fueron encontrados durante las excavaciones, el pozo, la alberca y parte del material arqueológico fueron dejados para ser exhibidos, protegidos por tabiques de vidrio bajo una iluminación especial. Las paredes laterales, de piedra no fueron revestidas, ni tampoco  tocado el piso original, que puede ser observado desde un pasadizo . Completan la instalación un balcón interior para indicar el antiguo espacio reservado a las mujeres, y paneles que resumen, en textos y fotografías, la presencia del pueblo judío en el período de ocupación holandesa en Pernambuco.

La Saga de los Judíos Sefaradíes 

La llegada de los primeros judíos sefaradíes de origen portugués a Pernambuco ocurrió en la primera mitad del siglo XVII. Para escapar de la Inquisición huyeron hacia los Países Bajos, especialmente a Holanda, donde había libertad religiosa. Muchos vinieron a Recife con los conquistadores holandeses, acompañando al conde Mauricio de Nassau.

Con la expulsión de los holandeses, vencidos en la batalla de Guararapes, los judíos de Pernambuco fueron conminados a un plazo de tres meses para abandonar el país. Cerca de 150 familias a bordo de 16 navíos se embarcaron de retorno a Holanda o emigraron rumbo a posesiones holandesas en el Caribe y las Antillas. En uno de esos navíos, el "Valk", que zarpó de Recife en julio de 1654, se embarcaron 23 familias que tras una tempestad fueron tomadas prisioneras por piratas de Jamaica. Luego de haber sido liberadas por la tripulación de un barco francés que navegaba hacia América del Norte, ocho meses después de haber dejado Recife esas familias judías desembarcaron en Nueva Ámsterdam, que ahora se llama Nueva York. Allí nació la Congregación Shearit Israel, que fue la primera comunidad judía de Norteamérica. 

La Presencia Judía 

La presencia de los judíos en la historia del Brasil se remonta a la época del descubrimiento. Antes del mismo, fue significativo el registro de los trabajos del astrónomo judío Abraham Zacuto, de importante contribución a la elaboración de tablas astronómicas que posibilitaron el éxito de los épicos viajes portugueses "por mares nunca antes navegados"".

Agrega a esto "Semana Judaica": "Preservar nuestros orígenes, es nuestra obligación. Una obra de restauración como ésta, es una demostración de civismo, un hecho importante para la preservación de nuestras raíces y de nuestra historia, sin la cual ciertamente no tendremos futuro.  

(Traducción al español: Pedro J. Olschansky)

Atrás