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La Leyenda Acerca de un "Pueblo Palestino"

 

El siguiente es un artículo que escribiera el recordado periodista Mordejai Koifman Z´L en el año 1984. Lo reproducimos por que sus conceptos siguen aún vigentes 

Sólo gente desinformada y que no tiene noción clara acerca de los problemas geopolíticos, difunden la falsa creencia que el sionismo tanto político como jalutsiano colonizador que se desarrolló en Israel lo hizo en perjuicio de los así llamados "palestinos".

Esta es una mentira maliciosa, en la cual se involucran muchos judíos, sobre todo gran parte de la juventud, que hace suyas estas mentiras del mundo árabe y más afín los enemigos de Israel. 

1300 AÑOS SIN RECLAMOS 

Hace casi 100 años el país, vacío y desolado era sólo un desierto, sin ningún cultivo, sin comercio sin industria y sin agua suficiente. Y sin mencionar 1a ausencia de energía eléctrica.

Para la pobre, atrasada y analfabeta población árabe, ésto duró aproximadamente 1300 años hasta que al tan añorado hogar judío llegaron miles y decenas de miles de jalutsim llevados en alas del viejo anhelo de revivir el tan soñado hogar ancestral.

Cansados de constantes pogroms y cansados de vivir con temor de las agresiones de cada joven no judío y de cada adulto que usaban, al judío como chivo emisario, y por cada sacerdote y sus prédicas antijudías; arribaron a las orillas del país soñado.

Y comenzaron a revivir el desierto arrancando rocas en grandes extensiones y levantaron colonias que con su trabajo convirtieron en tierra productiva.

El trabajo colonizador sionista, el éxito del trabajo jalutsiano, llegó hasta los habitantes de los países árabes vecinos, y decenas de miles de árabes hambrientos se dirigieron hacia los emprendimientos agrícolas cuyos dueños judíos les dieron trabajo. Ese oleaje de mano de obra árabe barata obligó a la "Histadrut Haovdim" a una dificil lucha para dar prioridad de trabajo a obreros judíos, con la intención idealista de crear nuevas posibilidades para las decenas de miles de jalutsim, que llegaban de todo el mundo con el idea! de reconstruir el milenario país. 

NO QUITARON NI UN "DUNAM" A LOS ÁRABES 

Decenas de años antes, entidades judías y no judías hostigaban al sionismo difundiendo la idea que ese movimiento desplazaba a los árabes del trabajo, de la vivienda y de la tierra. Para investigar esa acusación, se creó una comisión entre cuyos miembros se encontraba el Prof. Jaim Weizmana, David Ben Gurion, Arthur Rupin, Moshé Smiliankv, Eliezer Hufein, incluso el funcionario del mandato británico Luis Andrius, un gran amigo de los judíos, que luego fue asesinado por los árabes en la ciudad de Nazareth por sus simpatías hacia el sionismo. Ese idealista inglés quiso convencer a los principales de Nazareth que la obra sionista les traería prosperidad y felicidad a la pequeña población árabe del país. Y tanto los investigadores judíos como e1 representante inglés, demostraron que los asentamientos jalutsianos no le quitaron ni un "dunam" de tierra a ningún árabe. Que los asentamientos fueron fundados sobre tierras legalmente adquiridas por el Keren Kayemet Leisrael y en otros casos, los jalutsim se enfrentaron con e1 desierto con sudor, y sangre arrancando rocas del desierto y logrando que en el lugar donde durante milenios no hubo más que desolación, brotaran frutas, verduras, cereales y flores. 

COLABORANDO CON LOS ÁRABES

Para más datos, los expertos en agricultura judíos, comenzaron a enseñar a los árabes los métodos de cultivo intensivo, es decir, cómo conseguir más producción agrícola sobre menos espacio de tierra. Luego vino la enseñanza sobre los sistemas de irrigación y de cómo convertir el desierto rocoso en tierra fértil.

Como vemos la población árabe residente se benefició enormemente con la llegada de los jalutsim. Y cuanto más grande se hacía la recuperación del desierto en Israel tanto más árabes de países árabes cercanos y lejanos, llegaban a través de las fronteras abiertas, donde comenzaron a ganar jornales más altos que en sus respectivos países, donde generalmente carecían de trabajo, padeciendo hambre junto con sus mujeres y decenas de hijos.

 En Erets Israel revivieron viendo en el trabajo sionista una bendición para su existencia. Pero en ningún lugar está registrado que las habitantes árabes hayan sido mandatarios de esa atrasada provincia, a la que los viejos romanos le dieron el nombre de Palestina. Después de concretarse la fundación del Estado de Israel salieron con pretensiones que ellos mismos se arrogaron acompañados de aspiraciones nacionales.

Esos "palestinos" estuvieron 400 años bajo el dominio otomano. Y no hay ni un sólo indicio en el cual sobre motivos de nacionalidad se hayan rebelado contra el sultán turco, exigiendo con armas en mano una nación propia o una grande o pequeña autonomía. Ustedes pueden buscar en todos los libros de historia política acerca de levantamientos para independizarse.

Encontrarán al pueblo griego, al pequeño pueblo albano, con revoluciones y batallas para su liberación del yugo turco, pero no de los habitantes de la provincia turca Palestina. Tenemos que basar nuestros hechos históricos en otros factores. En todo el tiempo que duró el mandato inglés sobre Israel, ¿quién oyó algo de los Muftin o los Nashisibis y sus pares que hayan hecho algún reclamo a los mandatarios británicos sobre un país propio? Los árabes de Palestina están influenciados por los dirigentes religiosos islámicos que se ocuparon no de pedir a los ingleses más no fuera una autonomía, pero de formar un país nunca se mencionó. Su labor diaria consistía en sabotear el trabajo de los jalutsim, disparar a través de cercos sobre los trabajadores judíos, incendiar campos judíos, organizar pogroms en Jerusalem, Hebrón, Iaffo y dónde no?

Al mismo tiempo los dirigentes sionistas formulaban ante el ministerio colonial inglés sus reclamos para una nación propia. Las deternninaciones en Baltimore del creador del sionismo político, Dr. Benjamín Herzl son eternos testigos de ese reclamo por una nación propia, y si eso fuera poco, que el mundo lea nuestros libros y descubrirá grabado el anhelo a través de milenios de todas las generaciones judías donde la juventud nutrió sus ansias de libertad y deseo de concretarla en el renacimiento del Estado de Israel. 

LOS "PALESTINOS" NUNCA ASPIRARON ANTES A UN ESTADO INDEPENDIENTE

Después de la sangrienta segunda guerra mundial y la desaparición física de la mayor parte del pueblo judío por el  hitlerismo, la cuestión de la creación de un estado judío, fue traído a la orden del día en la Organización de las Naciones Unidas, cuyos representantes en contra del deseo del "amigo Bevin" decidieron la división de Israel para formar un estado judío. El puebla judío con su avanzada sionista recibió la resolución con alegría ilimitada proclamando la independencia de Israel el 14 de mayo de 1948. Pero de los árabes palestinos no llegó ningúna respuesta, porque nunca aspiraron a un estado independiente, al contrario, sus dirigentes se unieron en contra de la resolución de la ONU y unidos los árabes invadieron el país con la malvada intención de aniquilar a sus habitantes. Ninguna de las naciones cuyas unidades militares invadieron Israel, hicieron declaración alguna que venían a luchar para crear en su lugar un estado palestino independiente. Los habitantes palestinos crearon la Kaukadzi: bandas con el fin de colaborar con los egipcios, sirios, y otras unidades de los árabes invasores. Pero ninguno de los dirigentes de las bandas invasoras exigieron ni dieron señal alguna de pedir una autonomía para sus hermanos. Apoyándonos en lo ante­ dicho en este articulo, puede cada ser pensante entender que los "refu­giados palestinos" representan una leyenda de "desarraigados y despla­zados”, los sin hogar que inventaron o crearon los árabes y los enemigos de lsrael.

Escribo estas líneas en el momento en que muchos judíos celebran el tratado de paz con Egipto. Pero el miedo es que Mubarak exija la creación de un estado palestino y eso llevaría a todo el pueblo judío a un deseo: una paz duradera entre ambos países, por una Jerusalem indivisa y en contra del establecimiento de un estado palestino. 

M. K. (Traducción de Esther Saienz)

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