A Que se Llama el Shofar? |
Aquí nos acercamos a la idea de Dios que equivale
a Juez Supremo. Esta idea no pretende ser demostrada, como lo hicieron
los filósofos profesionales de todos los tiempos. Es menester que todos
los actos sean vistos y todas las palabras sean oídas. Porque es
menester ser juzgado para que la justicia exista. Dios, de esta manera,
es el correlato indispensable de la existencia, el Ser frente a quien se
puede responder y en quien se pueden nutrir las ansias de retorno. El jasidismo insistió, en efecto, sobre esta
relación personal, inmediata, entre lo individual humano y lo
TrascendenteDivino. Precisamente sobre un día de Iom Kipur se creó ésta
que es una de las más famosas y rebosantes leyendas jasídicas:
culminaba el día lento y el rabí "vio" que las puertas del
cielo no estaban aún abiertas y que, por lo tanto, las plegarias de la
comunidad no llegarían al sacro sitial divino. Silencio de
sobrecogimiento y angustia recorrió la sinagoga. Repentinamente oyose un silbido. La gente se
espantó ante tamaña profanación. El silbido provenía de un joven,
pobre e ignorante. La gente quiso castigar y expulsar al profanador. El
rabino los retuvo: "vio", de pronto, que gracias a ese silbido
las puertas del cielo se habían abierto. Ese silbido ignorante, pero de
corazón puro y estremecido, fue la más alta y sublime plegaria que
tuvo el poder de partir los cielos y lograr el tan invocado perdón
divino. Días de retorno, de plegaria, de estremecimiento
en plena "balance del alma". El símbolo ritual es el shofar,
un cuerno de carnero. El profeta Amós había escrito: "¿Acaso es
posible que se toque el shofar y el pueblo no se estremezca?" La función de este cuerno y de su opaco sonido es
estremecer las almas, sacudirlas de la rutina y del polvo entumecedor de
una existencia aplastada por el tiempo y enajenada. Y otra remembranza
trae el shofar El sacrificio de Isaac. La gran "prueba" a la
cual fue sometido Abraham ("El caballero de la fe", lo llamó,
Soren Kierkegaard). Isaac no fue sacrificado. En su lugar fue
sacrificado un carnero que "se habían enredado con sus cuernos en
la enramada". El cuerno simbólico, pues, añade una ideó de
estremecimiento y de eventual prueba y sacrificio que la existencia
humana puede encontrar en su camino. El ser está siempre a prueba. Puede superar la
prueba. Puede vivir o, y eso es lo negativo, dejarse vivir. Más siempre
puede retornar al recto camino y volcar su alma, en palabras, en un
grito, en un silbido, o en expresivo silencio. Pero no estamos solos. Así lo expresó Dios después
de haber creado al hombre: "No es bueno que el hombre esté
solo". La sinagoga (como lo delata la misma palabra de origen
griego y su original hebreo, bet kneset) es "lugar de reunión",
de estar juntos, no sólo física sino también espiritual. El espíritu despierta y reconoce a sus congéneres.
No son simplemente "otros hombres". Forman una comunidad, una
congregación. KOL
NIDRE Esta oración tiene palabras casi incomprensibles
pero que han tenido la. virtud singular de perpetuarse en nuestra
liturgia y de conquistar los corazones de generaciones enteras, gracias
a la fuerza inexplicable de su melodía, que clama al cielo, estremece
los mundos. Se sabe tan sólo una cosa: el "Kol Nidré"
se sitúa más allá de nosotros mismos y más allá del sentido común.
En dicha plegaria vibra toda el alma judía, el alma popular, que ha
encontrado en ella la expresión más honda y la encarnación más
plena. Debe aclararse, sin embargo, que los votos a que se refiere la
plegaria maravillosa, son los votos formulados por un individuo sólo
para consigo mismo, siempre que no comprometan a otros, ni afecten sus
intereses. En razón de que el Kol Nidré traduce el anhelo de que
"todos nuestros votos, juramentos y promesas persona les, dejen de ser considerados como tales",
hubo quienes creyeron –o creen erróneamente que por medio de
esa fórmula se anulan todos los votos y juramentos. Desde luego no es
así. Y conviene esclarecer, además, que e1 Kol Nidré alcanzó una
significación especial en la época de la Inquisición en España.
` Decenas de miles de judíos fueron forzados
entonces a abjurar de su fe; y muchos de ellos concurrían secretamente
a las sinagogas, arriesgando la vida, para renunciar a los votos que les
habían sido impuestos por la Inquisición; a tal efecto se valían del
texto de Kol Nidré. De ahí que en su melodía clásica haya tanto
misterio, vehemencia y súplica concertados arrobadoramente. Es de todos conocida la versión del Kol Nidré
para violonchelo que debemos a Max Bruch; pero no es menos admirable el
Kol Nidré pata narrador, coro y pequeña orquesta, qué compuso Arnold
Schonberg en 1938. Una hora , propia, ,significa un momento de
encuentro sincero con la propia alma, un momento de encuentro, absoluto
con el ser total del ser uno‑mismo Si fuera posible, pues, cada día
debería tener un instante de reflexión espiritual, de "balance
del alma, de Año Nuevo", de autorrenovación. Si fuera posible. Si no fuera posible, entonces ha establecido el
judaísmo un día al año para que el hombre se haga cargo de su
historia y reúna los fragmentarios momentos de su existencia en una
totalidad del ser absoluto frente a lo Absoluto. Establecer un "Año Nuevo" en el sentido
de un día al menos un día de justicia, significa establecer
definitivamente la posibilidad de responder, de retornar. Si fuera
posible... dijimos antes. Es posible. Si no todos los días, al menos
una vez al año, una vez en la vida. Cierto texto enseña: "Un día
antes de tu muerte, retorna". Es posible, aunque fuera un día
antes de morir. Es posible retornar, es posible renovarse. A la humana
libertad se adjunta la posibilidad sempiterna del retorno y de tal
renovación. El hombre puede rehacerse. Porque retornar es eso,
rehacerse.. En lo humano no hay fatalidad ni determinismo válidos. El
versículo salmístico: "Apártate del mal, haz el bien", fue
interpretado, efectivamente, en este sentido: supera el mal, olvídalo,
suprímelo, no dejes que te persiga, no pienses. ya en él; lo esencial
es hacer el bien. El mayor crimen no puede determinar el futuro del
hombre. El futuro es futuro abierto, pasible de pureza, de
renovación. A tal extremo se llega en esta visión eticista humanista
que, en el judaísmo, el pecador que retorna es considerado como
superior aún al hombre santo que nunca pecó. DAR
LUGAR A UNA "VIDA NUEVA" Un proverbio desconocido afirma: "Año nuevo,
vida nueva". En el marco de las ideas expuestas, esta máxima se
llena de un significado trascendental. El "Año Nuevo" judaico
fue creado para eso, para dar lugar a una vida nueva, a un hombre nuevo,
a un retorno a las raíces del ser que solamente frente a lo Absoluto se
tornan raíces florecientes y fecundas. En la imaginación popular (que tiene cabida en
una de las principales oraciones del oficio religioso judaico de "Año
Nuevo") se representa a Dios Juez como un pastor que pasa revista a
sus ovejas. Una a una van pasando las ovejas frente al Pastor. Una a
una. Frente a lo Absoluto el hombre es Uñó: Frente a la justicia el
hombre recupera' su unidad existencial y es. Repentinamente él hombre
descubre su infinita caducidad, pero al mismo tiempo encuentra
reafirmada su absoluta unidad, exclusividad. Uno, exclusivo,
indispensable. Spinoza diría: Eterno. |
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