Peligra el valle del Cibuco

Carmelo Ruiz Marrero

Semanario CLARIDAD

Puerto Rico, 25 de octubre 2002

 

Residentes del valle del Cibuco en Corozal están luchando contra una ola de construcción descontrolada que amenaza con destruir irreversiblemente el valor ecológico, estético, cultural y agrícola del área. La Cámara de Representantes actualmente investiga los permisos de construcción en el valle otorgados bajo la pasada administración, cuando la Junta de Planificación la dirigía la hoy senadora Norma Burgos.

Según nos informa el Comité de Ciudadanos Pro Rescate del Valle del Cibuco, los permisos fueron otorgados de manera fraudulenta ya que la documentación que sometieron los desarrolladores a la Junta de Planificación (JP) y la Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE) está plagada de errores y omisiones.

Lo que está en juego

El valle, localizado en la colindancia con Vega Alta, tiene un valor histórico y cultural incomparable. Ahí se encuentran abundantes petroglifos precolombinos estudiados y documentados por Ricardo Alegría y el Instituto de Cultura, y se cree que fue el último foco de resistencia taína contra los invasores españoles.  Por el valle pasa el río de Corozal, inmortalizado en el poema Oubao Moin de Juan Antonio Corretjer.

También es un santuario de biodiversidad. La boa puertorriqueña, especie en peligro de extinción, ha sido avistada en el valle del Cibuco. Se han identificado tres especies de murciélagos en el lugar: el de cola mayor, el marrón y el bigotudo. A pesar de lo horripilantes y desagradables que son para una gran parte de la población, los murciélagos son- al igual que las mariposas y abejas- importantes agentes polinizadores.

El valle es zona de recarga del acuífero del norte por formar parte de la zona kársica. El karso, que abarca la cadena de mogotes que va casi ininterrumpida desde Aguadilla hasta Guaynabo, nos proporciona 64% de nuestra agua potable, según Ariel Lugo, director de la oficina local del Servicio Forestal de Estados Unidos.  Es además un tesoro de biodiversidad, con sobre 220 especies de aves, 90 especies de pez, y más especies de árbol por kilómetro cuadrado que en cualquier otra región del país.

Por último, el valle del Cibuco es una zona agrícola de alta productividad, con 65 agricultores activos.

Dudosa legalidad

La pesadilla para los corozaleños residentes del valle comenzó una mañana en 1994 cuando despertaron al sonido de maquinaria para remover tierra. Al ver que se trataba de un proyecto de construcción de viviendas, la comunidad se movilizó e investigó lo que se proponía hacer el desarrollador, llamado Melquiades Marzán.

No había una declaración de impacto ambiental (DIA) para el proyecto sino una evaluación ambiental (EA), que es un documento mucho menos minucioso y riguroso que una DIA. La EA estaba llena de omisiones e información incorrecta. No mencionaba nada de los yacimientos arqueológicos del área, ni del valor agrícola de los terrenos o de la presencia de especies en peligro.

Organizados bajo el Comité de Ciudadanos Pro Rescate del Valle del Cibuco, la comunidad contactó a la litigadora ambiental Jessica Rodríguez y llevó un recurso ante el Tribunal de Primera Instancia en Bayamón. El juez le dio la razón a los ciudadanos y ordenó la paralización de la construcción. Norma Burgos, entonces presidenta de la JP, apeló pero el Tribunal de Apelaciones sostuvo la determinación del Tribunal de Primera Instancia.

Años después, mediante un proceso que aún no está claro y cuya legalidad ni siquiera se ha comprobado, Marzán vendió el proyecto y los permisos al desarrollador Cleofe Rubí, quien está procediendo con la construcción. Esta transacción y los permisos en cuestión están siendo investigados por la Cámara.  Según Esteban Mujica, presidente de la Junta de Calidad Ambiental, la construcción de ese proyecto ni siquiera debería estar haciéndose aún.

Decepciona la gobernadora

Para poner fin al crecimiento urbano desmedido y salvaguardar el futuro de la agricultura en el valle del Cibuco el senador Cirilo Tirado sometió un proyecto para revocar los permisos de construcción en el valle y proteger sus tierras pero la gobernadora Calderón se negó a firmarlo.

“No sabemos qué pasó”, expresó Luis Matos, del Comité de Ciudadanos al Rescate del Valle del Cibuco. “Los asesores de la gobernadora no la pusieron al día.”

El Consejo Asesor sobre Asuntos Ambientales de la gobernadora, compuesto por ambientalistas destacados de todo el país, apoyó el proyecto del senador Tirado y le exhortó a la gobernadora a firmarlo.

“El Consejo Asesor... consciente de la pérdida de terrenos de alto valor agrícola en los pasados años, considera de importancia vital la adopción de una zonificación especial para estimular la producción y desarrollo de ese sector y protegerlo de usos que no sean compatibles con la actividad agrícola”, declaró el Consejo en un comunicado de prensa.

“Durante un período de 25 años, de 1972 a 1997, según estadísticas del Departamento de Agricultura, en Puerto Rico se han perdido más de un 30% de tierras agrícolas”, expresó el Dr. Alfredo Vivoni, portavoz del Frente Unido en Defensa del Valle de Lajas y miembro del Consejo Asesor. “Es necesario proteger aquellas tierras con potencial agrícola a través de una zonificación especial.”

Según el anuario de estadísticas agrícolas de Puerto Rico de 1998, en el año 1950 Puerto Rico tenía 1.9 millones de cuerdas de terrenos agrícolas, ahora sólo quedan 1.2 millones. Esto significa una pérdida como promedio de 15 mil cuerdas cada año por cincuenta años.

 

“¡Yo no quiero violencia!  ¡El que se ponga violento le rompo la cara!”

·        Tío Sam

 

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