Periódico
CLARIDAD
Puerto Rico, 21
de febrero 2003
Se colgó United Water (UW) en Atlanta. La
compañía estadounidense, que junto con Ondeo opera los acueductos y
alcantarillados de Puerto Rico, perdió su contrato de $21 millones al año con
la ciudad de Atlanta. La alcaldesa Shirley Franklin
declaró que el servicio de UW era insatisfactorio. El contrato era de veinte
años, pero no pasó de su cuarto año. De los problemas de esta compañía en
Atlanta ya les habíamos informado en nuestra edición del pasado 20 de
septiembre.
El gobierno
municipal redactó un informe para la alcaldesa sobre el desempeño de UW el cual
una vez terminado pesaba siete libras. El minucioso documento detalla
violaciones por parte de la UW de las normas federales de agua potable. De
hecho, menciona un caso específico en el que el agua tenía seis veces más cloro
de lo que se había acordado en el contrato.
Algunos salideros pasaban semanas sin reparar, y algunos residentes
tuvieron que esperar meses para que les atendieran sus querellas sobre roturas
y averías.
Pero hay que
darle crédito a UW en una cosa: lograron reducir los costos operacionales de
los acueductos y alcantarillados de Atlanta. Pero lograron eso reduciendo en
25% el personal encargado de reparaciones y mantenimiento.
Los ideólogos
del neoliberalismo están de luto, pues tenían grandes esperanzas para con el
contrato de Atlanta con UW. La decisión
del Concejo Municipal de Atlanta de votar a favor de privatizar los acueductos y alcantarillados
en 1998, resultó en la privatización de servicios públicos más grande que se
había hecho en Estados Unidos hasta entonces. Otras ciudades se animaron a
seguir el ejemplo: Indianapolis y Milwaukee
ya han privatizado sus acueductos, y Nueva Orleans
está en proceso.
Pero las
compañías privatizadoras de agua no se dan por vencidas y ahora esperan cambiar
las leyes federales para abrir mercados. La revista Mother
Jones informa en su ejemplar de noviembre de 2002 que
los cabilderos de esta nueva industria están abogando en Wáshington
DC por la aprobación de leyes que protegerían a las empresas privatizadoras de
demandas por agua sucia. También buscan que se haga legislación para prohibir
que municipios sigan el ejemplo de Atlanta y revoquen las privatizaciones.
La última
trinchera de defensa de la privatización es la coerción. Para estos fines la National Association of Water Companies,
organismo que representa a las privatizadoras del agua en Estados Unidos, está
cabildeando en pro de una ley que obligaría a las ciudades a “considerar” la
privatización antes de solicitar fondos federales para actualizar o expandir su
infraestructura de acueductos.
Este último
punto es de máxima importancia, ya que la infraestructura en muchas ciudades
estadounidenses es antiquísima y está en pleno deterioro. La Agencia de
Protección Ambiental (EPA) estima que las ciudades yanquis tendrán que gastar
casi $150 mil millones en las próximas dos décadas para poner sus acueductos al
día. Y para realizar las reparaciones y modernizaciones necesarias en los
alcantarillados y plantas de tratamiento de aguas sucias, la EPA estima un
costo de $460 mil millones.
¿De dónde
vendrán esos fondos? ¿De la administración Bush, cuya
primerísima prioridad presupuestaria es el gasto
militar, y cuya actitud hacia las consideraciones ambientales y de salud
pública es de puro desprecio? ¿Se pueden esperar tales fondos federales de una
Casa Blanca y un Congreso republicanos que quieren privatizar hasta el Seguro
Social? A pesar del fiasco de Atlanta, el consenso en Wáshington
es que la privatización es la solución a los problemas con el agua potable en
Estados Unidos.
Mientras tanto,
de todos los rincones del planeta nos siguen llegando relatos de lo desastrosa
que ha sido la privatización:
·
En
Manila, donde el agua la controlan las empresas Bechtel
y Suez (compañía matriz de UW), sólo se puede contar con suministro de agua por
dos horas al día, y las tarifas han aumentado tan vertiginosamente que las
familias pobres tienen que escoger entre agua y alimentos.
·
Suez
tiene problemas en Suráfrica, donde en 2001 el
municipio de Nkonkobe llevó la compañía a la corte
para salir de su contrato de privatización. El gobierno municipal sostiene que
la devolución de los acueductos al dominio público le ahorraría al pueblo $1.8
millones.
·
El
conglomerado Vivendi, principal competidor de Suez,
también tiene sus pecadillos. Cuando tomó control de los acueductos en la
provincia argentina de Tucumán en 1995 con un contrato de 30 años, las tarifas
aumentaron más de 100%. La ciudadanía protestó y finalmente la compañía se
largó en 1998.
·
Argentina
conoce también el trabajo de Suez, ya que en 1992 la compañía obtuvo un
contrato de treinta años para manejar los acueductos y alcantarillados de
Buenos Aires. La firma se tardó tanto y tanto en construir los alcantarillados
que las aguas sucias se desbordaron a las calles y sótanos, amenazando la salud
pública.
·
En
Ghana el gobierno privatizó el suministro de agua potable como condición para
un préstamo del Fondo Monetario Internacional. Acto seguido, duplicó las
tarifas para atraer inversión extranjera, en un país donde el ingreso anual
promedio es de menos de $400.
·
En
1989 la primera ministro inglesa Margaret Thatcher privatizó las aguas. Las tarifas aumentaron-en
algunas ciudades hasta 141%- a pesar de miles de millones de dólares en
subsidios públicos para las compañías privatizadoras. No se puede decir que los
aumentos se gastaron en nómina, pues miles de trabajadores de acueductos y
alcantarillados perdieron sus empleos. El diario Daily
Mail dijo que esta privatización fue el acto de robo legalizado más grande en
la historia del país.
·
En
los últimos años se han visto protestas populares contra la privatización de
las aguas en Suráfrica, Bolivia, Panamá, Brasil,
Perú, Colombia, India, Paquistán, Hungría y Paraguay.
En este último país las manifestaciones las reprimieron con cañones de agua, lo
cual demuestra que el agua no escasea.
Dice la
ecologista india Vandana Shiva
en su nuevo libro Water Wars:
Privatization, Pollution and Profit (South
End Press, 2002) lo
siguiente:
Una vez entran
los gigantes del agua, los precios suben. En Subic
Bay, Filipinas, Biwater subió las tarifas de agua en
un 400%. En Francia las tarifas de los consumidores aumentaron 150% pero la
calidad del agua se deterioró. Un informe del gobierno francés reveló que sobre
5.2 millones de personas habían recibido agua “bacterialmente
inaceptable”.
En Inglaterra
las tarifas de agua subieron 450% y las ganancias de las compañías
(privatizadoras) aumentaron en 692%- los salarios de sus jefes crecieron en un
asombroso 708%. Las desconexiones de servicio (por falta de pago) aumentaron en
50%. Mientras tanto los casos de disentería se sextuplicaron y la Asociación
Médica Británica condenó la privatización del agua por sus efectos sobre la
salud.
El auge en la
privatización de las aguas está íntimamente ligado al llamado proceso de
globalización, según Shiva. Un ejemplo que cita es el
del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC), bajo el cual el agua
potable es un bien comerciable. Esto
significa se castigará que cualquier intento de impedir el comercio
internacional de agua- por ejemplo, por razones ambientales o de salud pública.
Eso
precisamente ocurrió en 1998 cuando la compañía estadounidense Sun Belt demandó al gobierno canadiense por $10 mil millones.
¿Cuál era el agravio? Que el gobierno de la provincia de Columbia
Británica prohibía la exportación masiva de su agua potable y Sun Belt quería exportarla a la sedienta California.
Bajo el TLC,
los gobiernos, municipios y comunidades-desde Puerto Rico hasta Hawaii y desde Chiapas hasta Alaska- están obligados a
vender sus recursos de agua al mejor postor, ya que le permite a firmas
privadas demandar a gobiernos por cualquier inconveniencia que sufran. Y ahora
Estados Unidos pretende extender el TLC al hemisferio entero mediante el Area de Libre Comercio de las Américas.
La
contaminación también empeora con el TLC. Tenemos el caso de la firma
estadounidense Metalclad, que demandó al gobierno
mexicano por $17 millones. Las autoridades mexicanas habían ordenado el cierre
de la planta de tratamiento y disposición de desperdicios tóxicos peligrosos de
Metalclad en San Luis Potosí, y la compañía llamó eso
una expropiación injusta. Invocó las protecciones del TLC y ganó su caso contra
México.
Las
corporaciones privatizadoras tienen cifradas sus esperanzas en establecer un
régimen mundial de privatización obligatoria mediante la aprobación de un
Acuerdo General sobre el Comercio en Servicios (GATS) que sería supervisado por
la Organización Mundial de Comercio (OMC). El GATS obligaría a todos los países
miembros de la OMC a abrir a la privatización sus sectores de servicios, que
van desde el agua y las telecomunicaciones hasta la salud, educación y sistemas
penales.
“Se argumenta a
menudo que la privatización de servicios públicos trae más competencia, más
financiamiento privado para reducir el gasto público, menos burocracia, más
flexibilidad, mayores oportunidades para la fuerza laboral y prácticas
gerenciales más modernas”, dice un informe publicado en Inglaterra sobre el
GATS.
El informe,
producido por la organización no gubernamental The
Corner House, sostiene que “sin embargo, en la práctica con la privatización se
desarrollan carteles y la corrupción es rampante. El dinero público provee
ganancias para firmas privadas que simplemente evitan la competencia del sector
público. El sector privado no rinde cuentas ni es reglamentado.”
Según el Banco
Mundial la próxima guerra mundial no será por petróleo sino por agua. Según la
CIA para el año 2015 el agua será una de las mayores causas de conflicto
internacional. Y por otro lado la revista capitalista Fortune
pronostica que en este siglo el agua será preciosa mercancía que determinará la
riqueza de las naciones. Las tres instituciones coinciden en que la
privatización solucionará los problemas con este líquido, mientras que la
sociedad civil entiende que la privatización sólo exacerbará los conflictos y
la escasez.
El negocio del
agua. por Carmelo Ruiz Marrero
http://uruguay.indymedia.org/news/2002/09/6407.php
Who Owns Water?
http://www.thenation.com/doc.mhtml?i=20020902&s=barlow
http://www.OrganicConsumers.org/toxic/water080802.cfm
BLUE GOLD: THE GLOBAL WATER CRISIS AND THE
COMMODIFICATION OF THE WORLD’S WATER SUPPLY.
http://www.ifg.org/bgsummary.html
The Free Trade Area of the
Water http://www.ifg.org/ftaawater.html
Worldwide Water Wars Highlighted in
http://www.corpwatch.org/issues/PID.jsp?articleid=5428
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· JRR Tolkien