La
planificación de cara al siglo XXI
Entrevista a
Félix Aponte
Carmelo Ruiz Marrero
CLARIDAD
15 de noviembre
2002
La
globalización de la economía de mercado y la crisis ambiental global son dos
factores importantísimos que están completamente ausentes en la planificación
en Puerto Rico, sostiene Félix Aponte, profesor de la Escuela de Planificación
de la Universidad de Puerto Rico. Según Aponte, quien fue integrante de la
Junta de Planificación (JP) entre 2001 y 2002, el ignorar estos dos factores ha
llevado en nuestro país a un patrón de planificación que no corresponde con la realidad.
“Vemos
proyectos de construcción que no reflejan apego o arreglo a los objetivos
primarios colectivos de las políticas públicas del uso de terreno o de la conservación
de los recursos naturales”, planteó Aponte, quien actualmente está finalizando
estudios doctorales en salud ambiental.
“En la medida
en que hemos perdido disciplina en los procesos de planificación, cualquier
proyecto de construcción será conflictivo. La impresión que se tiene es que la
sociedad civil va por un lado y el estado por otro.”
Pero, ¿Qué pasó
con el estado? Acaso no se supone que sea el articulador y defensor del interés
público? Aponte
explica que las presiones económicas de la globalización están transformando al
estado.
“Vemos ahora un
estado que coopera y participa, que se quiere asimilar al sector privado no
solo en funcionamiento sino en estructura. La percepción de sectores de la
comunidad es que de esa manera no se puede articular el interés público. En la
práctica el interés público lo articula un sector minoritario cuyo fin primario
es la reproducción del capital.”
En cuanto al
fenómeno de la privatización, Aponte señala que ésta va más allá del control
privado sobre la infraestructura física sino que ahora también el capital
participa directamente de la administración y reproducción de la
infraestructura. “El capital entra ahora en áreas delicadas que tienen que ver
con el uso, aprovechamiento y titularidad de los bienes comunes, el agua,
tierra y suelo.”
“El concepto de
la globalizacion de los mercados ha puesto unas
reglas de juego nuevas, que la planificación como disicplina
no tenía hace 20 años. Esa es una
realidad objetiva que tenemos hoy, y los modelos y teorías, y hasta las
técnicas mismas de análisis tienen que reconocerlo.”
Aponte señala
que las premisas de la planificación en Puerto Rico datan de hace 60 años,
cuando se fundó la JP. Y las últimas aportaciones significativas al campo se
hicieron hace 20 a 30 años.
Aponte enfatiza
que para entender la debacle de la planificación hay que entender el concepto
de externalidades, que son los factores que no se incorporan
a las actividades económicas, incluyendo los proyectos de construcción. Las externalidades incluyen los costos ambientales y sociales
de un proyecto. Si estos costos no se incorporan al diseño de un proyecto estos
no dejan de existir como por arte de magia. Siguen existiendo, y los asumen la
sociedad y el medio ambiente.
La
reglamentación del estado, que ejecutan agencias reguladoras y fiscalizadoras
como ARPE, la JP y el Departamento de Recursos Naturales, tiene precisamente como
propósito el hacer que las actividades económicas internalicen
costos. “Pero ahora vemos un relajamiento en el control de las externalidades. Nadie las está analizando.”
Las comunidades
perciben que no es justo, ya que encima de que tienen que cargar con los costos
externalizados de un proyecto de construcción, para colmo
tampoco gozan de sus beneficios económicos. Los costos se externalizan
y los beneficios se privatizan. Costo
público, ganancia privada.
Y, ¿Quién es
responsable? ¿A quién reclamar? Aponte señala que con la globalización la
cadena de responsabilidad y causalidad se complica. “El gestor tiene poca
vinculación con la sociedad puertorriqueña; es capital extranjero. Ahora es un
capital multinacional con ramificaciones internacionales y uno no sabe a quién
pedir cuentas.”
También hay
ramificaciones internacionales en la crisis ambiental mundial. El mejor ejemplo
de esto, dice Aponte, es el cambio climático global o efecto de invernadero. A
medida que aumenta el uso de combustibles fósiles- como petróleo y carbón- sube
la temperatura de la atmósfera, lo cual lleva a desastres climatológicos y un
alza paulatina en el nivel del mar. Las consecuencias para la planificación y construcción
futuras son estremecedoras y a duras penas se pueden predecir.
De nuevo, ¿A
quién pedir cuentas? Debido a su naturaleza, la amenaza del cambio climático
global sólo se puede atender a nivel internacional, como bien lo reconocen las
Naciones Unidas.
Uno de los
efectos del cambio climático que puede afectar la planificación es el
descalabro de los ciclos hidrológicos. “En Puerto Rico el tamaño de los tubos,
el número de alcantarillas y la capacidad de un canal en una quebrada,
presumían que el ciclo hidrológico no se iba a alterar.”
“Otra premisa de
hace 60 años era que el clima es estable. Pero los escenarios climáticos ahora
son distintos.” ¿Cómo afectará el cambio en el nivel del mar a las
construcciones portuarias? “Los puertos en este país se diseñan para
fluctuaciones de marea de un pie. Si el mar sube un pie permanentemente el
puerto quedará inundado y el barco no podrá atracar.”
“A esto debemos
añadir que las cinco principales plantas generatrices de energía del pais están en la costa y el aeropuerto internacional está a
muy poca elevación.”
En resumidas
cuentas. “Veo crisis en ambas dimensiones (la globalización y el cambio
climático), porque los instrumentos, modelos, enfoques y teoría de planificación
no reconocían estas dimensiones hace 20 años.”
Para que Puerto
Rico pueda afrontar estos retos de manera efectiva y ajustar su planificación a
las nuevas realidades, la Escuela de Planificación tiene una propuesta de
investigación para integrar todos estos nuevos conocimientos a la toma de
decisiones. “Para estos fines estamos
pidiendo fondos a la legislatura”, dijo Aponte. “Es el más importante proyecto
que la Escuela le ha planteado a la sociedad puertorriqueña.”
¿Qué le falta a
la JP?
Muchos son los
lectores que están ansiosos por saber qué piensa Félix Aponte de la Junta de
Planificación (JP) tras haber sido parte de ella entre 2001 y 2002. Cuando la gobernadora Calderón nombró a
Aponte y a Hermenegildo Ortiz a la JP hubo gran optimismo y regocijo entre
sectores comunitarios y ambientalistas.
Estos
denunciaron el funcionamiento de la Junta bajo la administración Rosselló y
bajo la dirección de su entonces presidenta- y hoy senadora- Norma Burgos como un
desastre total. Se esperaba que Aponte y Ortiz-este
último como nuevo presidente- la planificación en este país se encaminaría
hacia la racionalidad, la responsabilidad social y el desarrollo sustentable.
Pero las
esperanzas se troncharon el pasado mes de junio, cuando ambos fueron
despedidos. Su sorpresiva expulsión fue seguida de comentarios del zar
económico Ramón Cantero Frau al efecto de que Aponte
y Ortiz estaban paralizando la industria de la
construcción y obstaculizando el desarrollo económico del país. A esto debemos
añadir las recientes expresiones del empresario de la construcción Morgan Stubbe de que la visión de
Aponte es “romántica y peligrosa”.
Pero Aponte por
el momento no está en completa libertad para expresarse sobre los conflictos
que enfrentó la JP, ya que está sujeto a requerimientos de la Ley de Etica Gubernamental que le prohíben hacer ciertos
señalamientos sobre su servicio en el gobierno hasta que cumpla un año de destituído, que será el próximo mes de junio. Pero eso no
le impide de hacer algunas observaciones generales sobre la Junta.
“Don
Hermenegildo (Ortiz) fue mi profesor y lo considero mi mentor. Ambos llegamos a
la JP siendo los únicos dos de siete miembros que teníamos adiestramiento
académico y profesional en la planificación como disciplina”, dijo Aponte en entrevista
exclusiva con CLARIDAD. “Los otros estaban adiestrados como abogados,
matemáticos, arquitectos, economistas e ingenieros.”
“Fui a la JP
con el entendimiento de que el conocimiento de la práctica profesional de la planificación
exige un cambio de visión, cultura y objetivos concretos. La dimensión
ambiental, la importancia de preservar los recursos naturales vitales para el
desarrollo integral del país, no ha sido atendida históricamente.”
Aponte señaló
que la Junta ni siquiera tenía una unidad de análisis ambiental, lo cual es
necesario para poder cumplir con los requisitos de la Ley de Política Pública
Ambiental. Considera que esta unidad se debe establecer “no solo organizando un
grupo de profesionales con esa función sino también dotando la JP con los
sistemas de información, y con los mecanismos y métodos analíticos para traer
la variable ambiental a la toma de decisiones.”
“¡Yo no quiero
violencia! ¡El que se ponga violento le
rompo la cara!”
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Tío Sam
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