Carmelo Ruiz Marrero
CLARIDAD
8 de noviembre 2002
Calificado por
el Departamento de Agricultura como “los mejores terrenos agrícolas de todo
Puerto Rico”, el valle de Lajas es una llanura en el suroeste de la isla, que
se extiende desde Guánica hasta la bahía de Boquerón
y mide 41,044 hectáreas o 160 millas cuadradas. Su clima y topografía lo hacen
propicio para una amplia gama de cultivos como hortalizas, frutales, arroz y
pastos para heno o pastoreo.
En el suroeste
de la isla se establecieron algunos de los más antiguos asentamientos humanos
de Puerto Rico, entre los años 3,000 a 2,500 antes de Cristo, según Ariel
Ramírez, profesor de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez.
Posteriormente el valle de Lajas fue parte de cacicazgo de Guaynía,
regido por el cacique Agüeybaná, como constató el cronista
Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia Natural y General de las Indias en
1535.
Los españoles
aprovecharon los dotes del valle para la agricultura
pero no fue sino hasta 1908 que comenzaron los primeros estudios comprensivos
para optimizar el uso de esas tierras. En 1936 las autoridades del gobierno de
Puerto Rico y el Servicio Federal de Conservación de Suelos iniciaron las
gestiones para clasificar los suelos del valle y estudiar su topografía.
Luego a
principios de los 1940 la Junta de
Planificación
creó una Comisión Especial presidida por el Dr. Carlos Chardón
para explorar las posibilidades de mejorar la agricultura allí, incluyendo
mediante un sistema de irrigación. De ese cuerpo surgió la idea del sistema de
riego del valle de Lajas, también conocido como el Proyecto del Suroeste, el
cual la Legislatura aprobó en 1945.
En 1948 comenzó
la primera fase de la construcción, en la que se hicieron los embalses. El
sistema de riego comienza en lo alto de la cordillera
central en el embalse Yahuecas en Adjuntas y de ahí
el agua baja por 21 kilómetros de canales y túneles através
de los embalses Guayo, Prieto y Toro y por una central hidroeléctrica antes de
llegar al embalse Antonio Luchetti. De Luchetti pasa al embalse Río Loco, donde hay una segunda
planta hidroeléctrica.
Al entrar al
valle, el agua pasa por el canal principal de riego, de 34 kilómetros de largo
y de ahí se distribuye por 68 kilómetros de canales secundarios a 300 tomas de
agua con sus respectivas compuertas. El canal principal de desague,
que mide 29 kilómetros, drena hacia la laguna Rincón en Boquerón y la bahía de Guánica. Aunque el sistema comenzó a funcionar en 1955 la
construcción no terminó sino hasta en 1961.
En años
recientes el valle ha enfrentado la amenaza del desparramamiento urbano. Para
protegerlo se declaró Reserva Agrícola mediante la ley 277, firmada en agosto
de 1999.
Según Ramírez
el Departamento de Agricultura tiene un Plan de Desarrollo para el Valle con
metas concretas para la producción de piñas, granos, fibra para alimento
concentrado, novillas de reemplazo para vaquerías, cabros,
ovejas, ganado bovino para carne, conejos, hortalizas, caña de azúcar, plantas ornamentales
y acuacultura. Pero hasta el sol de hoy el valle no ha realizado su potencial
agrícola.
“Los terrenos
del valle deben considerarse como patrimonio del pueblo puertorriqueño.”,
exhorta Miguel Lugo López, Profesor Emérito de la UPR. “Que no corran la misma
suerte que otros terrenos agrícolas que están siendo transformados a usos
irreversibles.”
“¡Yo no quiero violencia! ¡El que se ponga violento le rompo la cara!”
· Tío Sam
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