IV ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LA RED DE SOLIDARIDAD DE MUJERES CONTRA LA GUERRA

                                          Isabel MELENDEZ ORTEGA, Feminista.
"Estamos en el cuarto año de la guerra, que se ha hecho tuya, mía... estas guerras interminables, y todo pierde significado; las palabras de los medios de comunicación, obsesivamente repetidas, inútiles, resbalan por tu cuerpo, cansadas de esta vida cotidiana tan dura y apática. La guerra, el conflicto, ha anidado en mi cuerpo, en nuestros cuerpos y los deforma en silencio"
TRENSJEVAC, 3-7 Agosto 1995.

Mujeres de unos 16 países nos reunimos estos días para intercambiar experiencias, pensamientos y reflexiones. Es el IV encuentro que, con gran esfuerzo y ánimo han organizado las Mujeres de Negro de Belgrado. En los intercambios hubo mujeres activistas de Croacia, Macedonia, Kosovo, Serbia, Slovenia, Montenegro, BosniaHerzegovina, Vojvodina (todas las repúblicas de la ex-Yugoslavia), Israel, Suiza, Alemania, Italia, Bélgica, España, entre otros lugares.
Este año conseguimos asistir menos mujeres que años anteriores (en total unas 130) debido a las trabas policiales y militares impuestas por el gobierno de Slobodan Milosevic, los cercos de la guerra y la negativa a la concesión de visados en las correspondientes embajadas, en el intento de aislar con el exterior a todos los movimientos de oposición.
El pueblo en el que se desarrollaron los encuentros—Trensjevac—a 200 Km. de Belgrado, es un pueblo de resistentes, con un 94% de población húngara; en 1991 sufrieron un asedio del Ejército Federal Yugoslavo por negarse a ser movilizados a la guerra. En esta ocasión la policía no ha dejado de presionarles por ofrecernos su espacio, apoyo y hospitalidad para la celebración de estos encuentros.
Durante estos días trabajamos juntas en talleres, para que todas las mujeres pudiesen expresar lo que son, sus vivencias y reflexiones; se traducían al italiano, español e inglés. Me resulta difícil transmitir todos los sentimientos, emociones, ideas, que ante situaciones tan dramáticas como las que genera una guerra y la militarización de nuestras vidas, compartimos y por otra parte, exteriorizar la fuerza que emana de las mujeres que están viviendo en todas las facetas de su vida el conflicto.
En estos encuentros sentí realmente que la solidaridad entre mujeres no tiene fronteras ni obstáculos, que mientras el ejército Croata bombardeaba la Krajina y ocupaba Knin, Rosa de Split, abrazaba, debatía propuestas, reía con Stasa de Belgrado o con Iguale de Kosovo; juntas las mujeres de las diferentes repúblicas de la Ex-Yugoslavia hacen esfuerzos por superar el papel de víctimas, sin pasar por alto la desigualdad de condiciones, independientemente de que la guerra afecta a todas.
Estas mujeres demuestran a sus pueblos, y a los gobiernos, y a la Comunidad Internacional (cómplice hipócrita de la limpieza étnica) que la convivencia es posible y que es inaceptable que se desee lo contrario. La destrucción y la manipulación alimenta los odios, odios que estas mujeres superan compartiendo y trabajando la autoayuda. A través del intercambio de testimonios gritan que es el Estado quien genera el nacionalismo, que la violencia tiene un código étnico y económico, que la violencia tiene sexo; y practican desde la dureza de lo que las rodea la desobediencia civil.
Es en estos foros donde se crea la política internacional de mujeres, en la cual el lema feminista lo personal es político se amplia a este otro lo personal es internacional, son una llamada para que la voz de las mujeres en la política internacional sea considerada, para que sean visibles en las negociaciones sobre la guerra, la paz y sobre sus vidas; y para acabar con el abuso de las mujeres como objetivo de la política militarista.
Estas mujeres demuestran con el trabajo cotidiano que las mujeres tenemos poder, que somos sujetos políticos y que podemos redefinir las reglas en función a nuestras necesidades.
En muy diferentes puntos de la exYugoslavia se mantienen Centros para atender a mujeres y niños/as víctimas de la violencia, hay S.O.S. tlf. para llamadas de víctimas de agresiones, colectivos de apoyo a madres solteras, grupos contra la violencia doméstica, grupos que realizan campañas contra la prohibición del aborto (natalidad, nacionalismo y guerra siempre han ido unidos), colectivos de apoyo a mujeres gitanas, a prostitutas, Comités de abogadas/os, centros desde donde se coordinan proyectos de apoyo a refugiadas/os, Colectivos que apoyan la deserción en todos los frentes y que luchan contra las "movilizaciones forzosas", colectivos de gays y lesbianas. Rina Nissin (Israel), decía "hacer algo positivo del miedo es intentar organizarse, esta es una red de solidaridad que ha de hacernos capaces de sobrevivir, es la organización de la resistencia contra el fascismo y las guerras.
Bajo los árboles, sobre la hierba, debatimos sobre "etnia, xenofobia y racismo", "El miedo y el Estado", "Las mujeres dan su testimonio", "Limpieza étnica y eurocentrismo", "Mujeres y armas", "Mujeres y militarismo", entre otros muchos temas.
El hecho de estar con mujeres refugiadas de Mostar, Tuzla, Sarajevo... con las mujeres que están viviendo sus familias partidas, el enorme drama que supone la guerra y que a mi me resultaba difícil imaginar, nos hacía pensar que nuestros testimonios no tenían valor; sin embargo, solo aquí aprecias el valor que ellas dan a nuestra presencia, a la información que podíamos transmitir desde aquí sobre el movimiento de insumisión, el trabajo de las madres de insumisos, las luchas feministas, el neofascismo, los nacionalismos, etc...

Entre los objetivos de la Red de Solidaridad de Mujeres contra la Guerra están:

Mujeres de Negro, se negaban a dar soluciones de política global al conflicto. Soluciones que corren riesgo de ser manipuladas como se ha venido manipulando la voz y la imagen de la mujer, especialmente de las refugiadas. Es muy importante para ellas crear, y que desde fuera de Yugoslavia apoyemos redes y proyectos pequeños de subsistencia, ayudar a los desertores, dar valor a los colectivos de personas multietnicos que están fuera de las esferas de poder pero que son los que representan al pueblo. A esos y esas 4.000.000 de familias mixtas, miles de personas desplazadas. La coherencia en los planteamientos de estas mujeres, su constancia ante el cansancio de la guerra me cambio por dentro en estos breves pero muy intensos días, a ellas todo mi agradecimiento y apoyo.

Artículo publicado en la revista La Calle (Zaragoza, otoño 1995).


Ruda