Escribo este artículo para contestar algunas cosas al ex-alcalde de
montellano don Rafal Gómez González y a don Roque Hidalgo. Cuando Vd.,
señor Gómez, habla de igualdad, se referirá, a que todos ustedes tienen el
mismo pensamiento, como lo habéis demostrado a lo largo de todas las
legislaturas, o sea, que todas las personas que no sean de las ideas de
ustedes, tratan ustedes de eliminarlas, cosa que no han conseguido en el
caso del compañero Horacio, donde un juez ha dictado una sentencia contra
ustedes.
Habla usted de solidaridad; la que demostró usted con el compañero ya
fallecido que vivió mucho tiempo con su familia en el túnel del lavadero,
en condiciones antihumanas; y por último, habla usted de libertad ¡hombre!
¿le llama usted libertad a prohibir a la oposición pegar carteles de
información en edificios públicos y a negarles información, y ahí están los
escritos de petición en el corredor del ayuntamiento desde hace meses?
Señor Gómez, no le cuente usted más chistes al pueblo.
Y a usted, don Roque, le digo que si presume usted de vergüenza, yo no
estoy convencido, ni Montellano tampoco, porque incluso se comenta que
usted ha hecho “insinuaciones raras” aprovechando el lugar que ocupa.
Habla usted de honradez. Demuéstrelo poniendo las listas del PER al público
y dando las cuentas de la caseta.
Y cuando dice usted que nos estamos quedando solos, pues le puedo
asegurar que no es así; nosotros respetamos a todas las personas, las que
son de nuestras ideas y las que no lo son. Lo que sí es verdad es que a
muchas personas no les da miedo de nosotros, sino de ustedes, porque
empleáis las represalias y los métodos del fascismo, y para estar en
Izquierda Unida hay que estar muy convencido y ser muy valiente, para
hacer frente a cerca de veinte años de poder absoluto. Nuestro objetivo es
luchar por el bienestar del pueblo de Montellano y hacer cumplir lo que
ustedes prometieron y llevar a cabo nuestro programa, y ya estamos
consiguiendo los primeros resultados.
Sr. Roque, ha llegado la hora de que haya una oposición que les
despierte del profundo letargo en el que tantos años habéis estado.