DOCUMENTO POLÍTICO CONSEJO NACIONAL DE FE - JONS

Madrid, 28 de Octubre de 1.995

HISTORIA

Tenemos que asumir nuestra historia, globalmente, tanto lo positivo que nos gusta como lo negativo que, aunque rechacemos, va unido a nosotros y forma parte de nuestro acervo.
Falange Española de las JONS (FE-JONS) es la organización política que nace de la unión voluntaria de Falange Española con las JONS en 1934. Sus fundadores principales, Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Primo de Rivera, la crearon con el justo e innovador fin de ser adelantada en la emancipación de los humildes y necesitados, de los sin pan y sin techo, de los que no podían entender el amor a España porque para alimentar su espíritu antes había que alimentar su cuerpo, lleno de necesidades. Sólo entonces, cuando los trabajadores puedan pasear su condición de tales, entendiéndola como único y noble título de dignidad civil, sólo entonces, podrán asumir con éxito el concepto de unidad de destino, de proyecto, de Patria.
El dos de febrero de 1936, Ruiz de Alda lo expuso, magistralmente, en el cine Europa de Madrid: "Tienen que pensar que el tener sólo en cuenta los intereses es, desde luego, dar un sentido materialista a la Historia, es ser marxista. Además, el marxismo, tenéis que tener en cuenta que para la clase pobre, para el obrero y para el humilde, tiene una razón de ser. El marxismo matará en ellos todas las cosas buenas de su alma pero les abre un camino. Más criminal es el marxismo de los ricos, que son los poseedores de la naturaleza y del capital (...) La actual sociedad, la que ellos representan, morirá, pero bien muerta estará, y nosotros ayudaremos también a que esa sociedad muera".
FE-JONS no fue entendida. Para la izquierda era el fascismo; para la derecha éramos, ¿somos?, unos rojos raros y por ello, por nuestra rareza, fuimos utilizados.
Colaboramos activa y honradamente en el alzamiento del 18 de julio. Decir lo contrario sería mentir, y nuestros camaradas de antaño fueron los primeros en dar la vida por una España mejor, más justa y más honrada. Pero nos utilizaron. Hay que ganar la guerra y luego se hará la revolución, nos decían. De tanto posponerse, acabó con el calificativo desesperanzador de pendiente.
FE-JONS es la misma que, continuando la labor política de nuestros fundadores, tuvo en Manuel Hedilla Larrey a su II y último Jefe Nacional de la primera época. No es otra que la que durante el período que va desde el 18 de julio de 1.936 hasta el 19 de abril de 1.937 se convirtió en la mayor y mas fuerte fuerza política de la España Nacional, sin sus jefes primitivos, con enormes dificultades, incluso con contradicciones, pero con una muy importante militancia e influencia. Sin embargo, y a pesar de su leal y sincera colaboración, fue descabezada y como organización libre e independiente, finiquitada. El Decreto de Unificación puso fin a su existencia. Con él pasó, forzada, a integrarse en un nuevo Movimiento, primero llamado FET y luego Movimiento Nacional. A partir de ahí ya no hubo Falange, hubo falangistas, los más dentro del Movimiento Nacional, los menos, perseguidos y encarcelados. Los de dentro, con buena fe e intenciones, trataron de llevar adelante, una vez terminada la guerra, los ideales nacionalsindicalistas. De todas formas a ellos se debe lo que de bueno, principalmente en materia social, se llevó a cabo durante el régimen anterior, pero flaco favor haríamos a la verdad si no asumimos que algunos vendieron sus ideales por treinta miserables monedas.
Los de fuera, nuestros camaradas de la Falange del Silencio fueron minoritarios, pero de ellos heredamos la verdadera legitimidad de la Falange, la que viene de la honradez y la consecuencia. La que representan Manuel Hedilla o Narciso Perales, Patricio González de Canales o Juan Pérez de Cabo, Sigfredo Hillers o Pedro Conde, etc., etc., etc.
Del triste y famoso decreto vienen nuestras discrepancias y diferencias. Cuando a la muerte de Franco y con la legalización de los partidos aparecen FE-JONS, la Auténtica, la Independiente, los Círculos José Antonio...se están reflejando las consecuencias de aquella felonía. Han tenido que pasar varios años para que en Falange confluyan sus varios sectores y es más que probable que si aun estuviesen vivos muchos de los felones de entonces, esto no hubiese sido posible.
Hagamos tabla rasa y hagámoslo asumiendo cada cual nuestras responsabilidades y, también, con un acto de justicia, con un acto de autentica necesidad histórica que ahora os proponemos: La consideración oficial, para muchos de nosotros, ya que lo han sido de hecho e incluso de derecho, de los camaradas Sigfredo Hillers y Pedro Conde como Jefes Nacionales de Falange Española de las JONS con el nombramiento de consejeros nacionales permanentes y la concesión de la Palma de Plata. Con ello, cerramos el desgraciado capítulo de las divisiones entre falangistas y FE-JONS, de nuevo, es el proyecto común de todos los falangistas.

PENSAMIENTO

Intentando hacer una síntesis de los pensamientos políticos de Ramiro Ledesma Ramos y de José Antonio Primo de Rivera, en tanto que principales ideólogos de la Falange, llegamos en principio a dos importantes conclusiones. La primera que la España de 1.995 no es la de los años 30. Como ejemplo de lo anterior podemos hablar de ecología, tecnología, energía nuclear, consumo masivo o algo tan simple de escribir aunque tan complejo en su proceso de cambio, como que la mayoría de la clase obrera se ha transformado con el paso de los años y el perfeccionamiento del capitalismo en clase media, haciendo a los productores también consumidores. Por ello los presupuestos circunstanciales que entonces se plantearon no valen para la problemática de hoy. En segundo lugar que las bases filosófico-morales que sustentan lo que pensaban nuestros fundadores así como sus grandes definiciones y líneas maestras son perfectamente validas, incluso necesarias, para la España que nos está tocando vivir y que, por muy manido que parezca, nos sigue sin gustar.
En cuatro concretamos esos principios falangistas, inalterables, irrenunciables e invariables.
En primer lugar y en tanto que consideramos al ser humano como portador de valores trascendentes, en torno al cual tenemos que fundamentar toda nuestra acción política, defendemos sus derechos naturales y personales como los esenciales de nuestro orden político, basado en la moral, en un alto imperativo moral, el derecho y el imperio de la ley, que del pueblo ha de emanar pero que nunca puede ser contraria al derecho y la ley naturales. Para nosotros no basta con una mera declaración de derechos, que en un importante número de casos queda en palabras, sino que con respecto a ellos no hay peros ni excepciones que valgan. Cuando hablamos del derecho a la vida lo hacemos con todas sus consecuencias, puesto que no creemos en derechos artificiales como el del aborto, crimen egoísta donde los haya. Cuando hablamos de libertad lo hacemos sin que se nos llene la boca de grandilocuentes declaraciones internacionales o multinacionales, sino que lo hacemos afirmando en primer lugar que ésta es imposible si antes los mas humildes y necesitados no acceden a la educación, la cultura y a la riqueza nacional, y en segundo lugar manifestando nuestra duda acerca de que quienes mas hablan de libertad verdaderamente la quieren para poder en ella esconderse y eludir sus responsabilidades. Cuando hablamos de honor, buen nombre y fama lo hacemos porque creemos que la consideración de los demás hacia nosotros y nuestra propia estima, es importante y no puede quedar al albedrío de ningún bastardo interés, pues en ello radica la consideración de seres dignos con la que nacemos y que tiene que depender de nuestros actos, del ejercicio de nuestra libertad. Cuando hablamos de igualdad ante la ley lo hacemos conscientes de que si de nosotros dependiera mas de uno, que por relaciones y dinero lo que ha hecho ha sido transgredir esa igualdad, estaría cumpliendo su pena en el correspondiente instituto penitenciario, en vez de campar impunemente por sus respetos. Igualdad ante la ley significa simple y llanamente que frente a la comisión de un delito, se responderá pronta y eficazmente ante los tribunales y que estos al juzgarlo no tendrán en cuenta ni la raza, ni el sexo, ni las ideas, ni el dinero, ni las influencias, ni nada que pueda enturbiar la claridad de la justicia, sino sencilla y exclusivamente el delito, por ello nosotros aspiramos a una justicia bien diferente de la actual, lenta, influenciable y cicatera; para nosotros y precisamente por esa igualdad ante la ley y por considerar que en torno al ser humano se ha de construir el orden político y económico al que aspiramos, es repudiable cualquier forma de racismo o discriminación del tipo que sea. Defendemos la libertad, integridad y dignidad de la persona, más allá del sexo, la raza, las ideas y creencias personales.
En segundo lugar ni renunciamos ni renunciaremos a una profunda justicia social. Sin demagogias, a ver si por repetir frases y mitos pseudo-revolucionarios, primero nos confunden y luego en el peor de los casos caería sobre nosotros la enorme responsabilidad de la ruina económica y social de la nación. Nosotros no somos marxistas y por ello creemos en la propiedad privada no solo como proyección del hombre sobre las cosas sino también como elemento para la creación de riqueza. Entendemos la propiedad privada no como derecho absoluto sino como derecho limitado en tanto cumpla con su función social. El Estado facilitará todos los medios posibles para el desarrollo de la propiedad familiar, comunal y sindical. El Nacionalsindicalismo que queremos construir se basa en una nueva forma de concebir y estructurar la economía, por un lado al servicio pleno del bienestar de la comunidad y por otro como organigrama de planificación y crecimiento que, teniendo siempre en cuenta a la iniciativa privada, mantendrá y potenciará la pública como esencial para la consecución y control de objetivos económicos y sociales, eso si, siempre dirigida bajo criterios de eficacia y responsabilidad penal en la gestión. Los falangistas de 1.995 estamos, al igual y como José Antonio, en contra del beneficio desmedido y el comportamiento abusivo de la Banca, por ello seguimos proponiendo dos medidas puntuales en ese sentido: La puesta del crédito al servicio de la sociedad y por otro el impedir que el sistema financiero se convierta en una institución maliciosa. Consideramos el capital como una herramienta al servicio del trabajo.
En tercer lugar bien alto y claro lo decimos: Nosotros somos demócratas y no lo son quienes nos achacan lo contrario. José Antonio afirmó que la aspiración a una vida apacible, democrática y justa es el punto de mira de toda ciencia política. Cuando hablamos de democracia no nos referimos a la de ellos, la partitocrática, que no es mas que una especie de dictadura camuflada y ejercida por los comités ejecutivos de los partidos; por los que los dirigen, que imponen a todos los poderes del Estado las directrices que de ellos emanan y que, por desgracia, y así lo demuestran los hechos, no obedecen mayoritariamente al interés general sino al particular, consistente en gran parte de las situaciones en la perpetuación política de los de siempre: los vividores de la política. Cada cual tiene derecho a buscar la felicidad por su propio camino. Como miembros de la comunidad tenemos el deber de participar en el gobierno del común.
La democracia para ser verdadera necesita sustentarse en tres bastiones fundamentales. Primero la separación de poderes, que no es otra cosa que posibilitar, dadas sus diferentes misiones, el control que ejerce cada poder, ya sea el ejecutivo, el legislativo o el judicial, hacia cualquiera de los otros dos, al objeto de impedir el abuso de los mismos con respecto a la ciudadanía, puesto que todos están sometidos al Imperio de la Ley. En segundo lugar ha de ser directa y representativa. Seguimos proponiendo que los diputados tiene que ser los representantes de los lugares o sectores por donde transcurre mayoritariamente la vida nacional: las familias, los ayuntamientos, cabildos y diputaciones, el mundo del trabajo, los colegios profesionales. la universidad y demás centros de enseñanza y la defensa nacional. Nuestra defensa del pluralismo político se basa en el hombre ante todo no reduciendolo a los partidos políticos exclusivamente, lo cual no es impedimento para que existan, tienen todo el derecho del mundo a hacerlo, impedirlo sería tanto como negar al ser humano la capacidad de pensar y, asociado con otros que lo hacen igual, difundir sus ideas y pensamientos. Por todo ello creemos que debería existir un Consejo de Estado, asesor de los poderes y formado por representantes de las organizaciones políticas. A partir de ahí los hechos nos demuestran que cuando monopolizan los instrumentos de representación política la democracia se desvirtúa, puesto que pasa a ser dirigida por intermediarios que alejan al pueblo del poder y como tales buscan beneficios y lucros diferentes a los que prometen en sus campañas políticas, por cierto magníficamente adornadas por la mercadotecnia y la publicidad, y que además se suelen costear con el dinero que sale de los presupuestos del Estado, es decir de todos nosotros. En tercer lugar tiene que ser social. Es imposible una verdadera vida democrática si ésta no lleva implícita el acabar con los abusos y las injusticia sociales. ¿Como se puede vivir bajo la enorme contradicción que supone el poseer el derecho al voto careciendo al mismo tiempo del imprescindible derecho a una vida digna y suficientemente dotada.?, ¿De qué manera se puede sostener un sistema democrático si no es capaz de crear y luego cumplir, las leyes necesarias para que las únicas diferencias económicas y sociales nazcan del principio de igualdad de oportunidades, e inclusive así, sean las mínimas?. Sin emancipación económica no puede existir la democracia política. De forma irrenunciable, nuestro profundo sentimiento español, nuestro deseo de mejorar la piel de toro, sigue informando todos nuestros actos. La nación española perdió hace ya siglos su norte y cuando eso pasó, cuando ya no había misión que cumplir, se empezó a incubar el germen de la descomposición. Para evitarlo, para cambiar el curso de los tiempos, tenemos que volver a impregnar del sentido histórico de unidad de destino a todos los hombres y los pueblos de España, y éste no puede ser otro que, desde la reconstrucción moral, política y económica de nuestra nación, luchar por un nuevo concepto de Europa, ajeno al mercantilismo total y egoísta que nos rodea, y en colaboración con todos aquellos que desde fuera proclamen la necesidad de una Europa humanista, solidaria, y ciertamente democrática, luchar por forjarla. España es europea y Europa es la cuna de la civilización occidental por lo tanto nada de ella no es ajeno. Las especiales vinculaciones españolas con América han de servir para acercarnos y profundizar en ellas desde el respeto y la equidad, pero no pueden cegarnos ni apartarnos de nuestra auténtica dimensión.
Que nadie se extrañe, hemos dicho y nos reiteramos en ello: los pueblos de España, sí, rotundamente sí. Nuestra Patria nace de una unión tácita e histórica que creó el primer estado moderno de Europa. Reconocer la diversidad desde la unidad es esencial en nuestra idea de España, por ello lo primero que deseamos es que se alejen de nosotros quienes alberguen en su interior cualquier sentimiento antivasco, anticatalan; antigallego, etc. Sus lenguas son lenguas de España y, por tanto, españolas; sus culturas son culturas de España y, por ello, españolas; sus peculiaridades históricas lo son de España y, por tanto, españolas. Concebir España sin Vasconia y sin Cataluña es tanto como concebir a la persona como mutilada permanente. Más aún, España no es posible sin todas y cada una de sus regiones. Basta ya de sangres y absurdos e ignorantes sentimientos. Basta ya de atacar a Cataluña o al País Vasco. Basta ya de atacar a España y de atentar contra la unidad de nuestra nación.
Que tampoco se extrañe nadie cuando decimos que no somos nacionalistas porque efectivamente no lo somos, nuestro sentimiento es nacional, es, de querer y desear mejorar lo nuestro pero nunca de imponerlo. Tan pernicioso es el nacionalismo español como el vasco o catalán porque todos nacen del deseo de implantación o ruptura del afán de dominio o separación. Tan pernicioso es disolverse en comarcas nativas, en sabores y colores locales como el desmontar esas comarcas, sabores y colores locales, hay que unirlas en una empresa común, en una unidad de destino en lo universal porque eso y solo eso es la Patria.
Somos por ello profundamente joseantonianos y como él en uno de sus artículos mas brillantes, la gaita y la lira, decimos: ¡Como tira de nosotros! Ningún aire nos parece tan fino como el de nuestra tierra, ningún césped mas tierno que el suyo, ninguna música comparable a la de sus arroyos...A tal manera de amar ¿puede llamarse patriotismo? Si el patriotismo fuera la ternura afectiva, no sería el mejor de los humanos amores. Los hombres cederían en patriotismo a las plantas, que les ganan en apego a la tierra. No puede ser llamado patriotismo lo primero que en nuestro espíritu hallamos a mano. Esa elemental impregnación en lo telúrico. Tiene que ser, para que gane la mejor calidad, lo que esté cabalmente al otro extremo, lo más difícil; lo mas depurado de gangas terrenas; lo más agudo y limpio de contornos; lo mas invariable. Es decir, tiene que clavar sus puntales, no en lo sensible, sino en lo intelectual...

TALANTE

Ya hemos definido las líneas maestras de nuestro pensamiento y una vez hecho ¿Qué hacemos a partir de ahora?. Tenemos como primera cuestión que posicionarnos con respecto al juego político nacido de la constitución de 1.978 para a partir de ahí construir, hacer crecer a la Falange y llevarla al filo del 2000 con serias posibilidades políticas.
Falange Española de las JONS acepta, aunque evidentemente no comparte, las actuales reglas del juego y lo hace honradamente, puesto que aspira, por un lado, a convencer de la bondad de nuestras ideas por medios democráticos y, por otro, a alterar el actual sistema, también pacifica y democráticamente, con el fin de implantar uno verdaderamente justo, solidario y sinceramente democrático.
Falange Española de las JONS entiende que subvertir violentamente y al margen de la ley establecida, el sistema, no es la forma correcta y adecuada de acceder al poder, éste hay que conquistarlo con la palabra y la pluma, con la idea y la inteligencia, con el ejemplo y el esfuerzo, con el servicio y la entrega, pero nunca con imposición y atropello, por lo que renuncia expresamente a la violencia como forma de comportamiento político.
Falange Española de las JONS participará en todos aquellos procesos electorales en donde sus medios y circunstancias lo permitan y cuando ello sea difícil, tratará con todas sus fuerzas de superarlo. Pero no ha de hacerlo por hacerlo sino que elaborará programas políticos, claros, concisos y posibles para exponerlos a la ciudadanía, tratando de dar respuesta a la problemática que nos está tocando vivir. Falange tiene que hacer propuestas y adquirir compromisos concretos y terrenales, para no perderse como ha venido haciendo hasta ahora en divagaciones filosóficas absurdas y formalistas, que a nada conducen como no sea al alejamiento progresivo de la sociedad.
Falange Española de las JONS no puede ir por la vida de OVNI (Objeto Volante No Identificado) o todo lo contrario, negativamente identificada, por lo qué rechazará, en mayor medida que otros, comportamientos racistas o xenófobos, primero porque no lo somos y en segundo lugar para evitar confusiones que no llevan sino a distorsionar nuestra identidad.
Falange Española de las JONS no renuncia a su simbología, la respeta y protege de su uso frívolo. La reservará para actos concretos e internos o la utilizará de forma moderna, inteligente y renovada. El Cara al Sol, la camisa azul, el yugo y las flechas, el brazo en alto, etc.. son parte irrenunciable de nuestro patrimonio. Las más de las veces, su utilización indebida e innecesaria, unida a la perniciosa imagen pública que se ha creado con respecto a ellos, consigue efectos contrarios a los deseados, puesto que la mayoría de la opinión publica, nos guste o no, los rechaza. Nadie es más ni menos falangista que los demás por llevar la camisa azul, o por decir muchas veces ¡Arriba España!. La dificultad radica en no ser torpes ni caer en el error de dejarnos llevar por nobles nostalgias y sentimientos, perjudicando toda una labor política de cara a nuestros compatriotas, que, repetimos, tienden injustamente, a causa del pasado y del inmenso poder de los medios de comunicación, a identificar erróneamente fascismo, violencia, racismo y xenofobia con nuestra simbología.
Falange Española de las JONS tiene en la juventud todo un campo abonado para el triunfo; nuestros éxitos siempre han ido por ese camino. Nuestro mensaje es joven, poético y sugestivo, y cala en la juventud puesto que de sus filas han surgido muchos de nuestros mejores. Frente al consumismo nosotros ofrecemos abnegación y sacrificio, frente a la insolidaridad nosotros ofrecemos entrega, frente a la corrupción nosotros ofrecemos servicio, frente a la falta de valores, en nuestras filas queremos a los que todavía creen en el honor, en la dignidad, y en la palabra dada. Tenemos que continuar la labor de atraer a nuestras filas a esa inmejorable y maravillosa juventud española, siempre dispuesta a ser la primera, siempre presta al esfuerzo y a la entrega, a la que en nada que se la rasque, salta valiente y decidida a ser la vanguardia en la regeneración de España, a esa inmensa tarea moral de llenarla de contenido, de hacerla resurgir de sus cenizas.
En Falange Española de las JONS militan un reducido, aunque importante, número de concejales, importante por la calidad de su trabajo y la dificultad de sus tareas pero, sobre todo, porque han sido capaces de abrir una brecha en el sistema. Con tan solo su ejemplo y constancia, que es mucha, han convencido a sus conciudadanos y han llevado nuestro mensaje, claro y limpio, a los pueblos de España. Ello nos indica que en los pueblos, más que a los partidos, se vota a las personas y nosotros las tenemos, capaces y preparadas, solo falta potenciar nuestras organizaciones locales y hacer de ellas punta de lanza en las reivindicaciones y luchas vecinales. Además ese es el único camino para luego pasar a las diputaciones, luego a las Autonomías y después al Parlamento.
Por último tenemos que hablar de nosotros mismos, de los falangistas, de los que seguimos en mayor o menor medida luchando por los ideales nacionalsindicalistas. Tenemos que quebrar la nefasta idea de la imposibilidad de nuestro triunfo, debemos variar el rumbo de esa curva descendente que nos ha llevado a la marginalidad, y todo ello depende de nosotros mismos, no podemos hablar en abstracto de la Falange como si un extraño sortilegio la condujese al fracaso, porque quien la lleva o no somos nosotros.
Carecemos de los medios suficientes, nuestra organización parece, en muchos aspectos, una desorganización con pequeñas taifas operando sin disciplina, y. lo que es peor, sin otro rumbo que el de la nostalgia. A nuestro favor disponemos de imaginación, capacidad de trabajo, voluntad de triunfo y nuestras convicciones. A todo ello apelamos porque tenemos delante de nosotros la ingente tarea de llevar a nuestra querida Falange por la senda de la modernidad y la grandeza.
Requerimos para ello de tres pilares fundamentales:
Ideología, con una concepción global de un mundo mejor. La tenemos. Es una herencia que debemos desarrollar y enriquecer, no guardarla bajo tierra, como en la parábola bíblica de los denarios.
Programas, donde la ideología se convierte en propuestas concretas ante problemas de hoy que acucian a los españoles.
Militantes que conozcan esa ideología y lleven a cabo los programas, diferenciándose en su talante y estilo del común de los políticos, en el sentido peyorativo del término. Militantes preparados, vinculados activamente con su entorno municipal y laboral. Personas que tomen iniciativas y actúen. Militantes convencidos y entregados
Nuestras metas son grandes. El trabajo y el tiempo que las dediquemos ha de ser proporcional a tales fines.

VINCULACIÓN SOCIAL

El dinamismo de cualquier organización política es mensurable por medio de la correspondencia directa con el público al que se dirige, es decir, por su permanente vinculación con los movimientos sociales. Desde esas coordenadas, la Falange del presente muestra un déficit notable. Nuestro compromiso con la Historia y el pueblo español carece de sentido sin la intervención directa y constante sobre los problemas globales y concretos de la nación, cuya primera célula son los municipios y los barrios. No somos de otro planeta. Además, si las distintas actuaciones sectoriales están desarticuladas de un proyecto global, el partido no puede trascender ni modificar una situación, a lo sumo, ir poniendo parches. Debemos dar prioridad al conocimiento de la situación social para poder seleccionar las formas de acción política que mejor puedan traducir nuestro pensamiento a la opinión pública.

TAREAS

El Nacionalsindicalismo, desde una relación profunda y permanente con su pueblo, debe recrear la solidaridad en la trama social, potenciar el sentido unitario. Falange es un principio, la unidad. No tenemos una política para el campo y otra para la industria en forma disociada, tenemos una política para la nación española, una política global donde se interrelacionan las políticas sectoriales.
Más allá de las palabras, somos conscientes que sin cambios substanciales en las relaciones sociales y de producción no detenemos la decadencia acelerada de nuestra nación. De ahí el calificativo de alta tarea moral con que José Antonio definió la misión de desmontar el capitalismo.
Es tarea del Nacionalsindicalismo advertir los cambios operados en nuestra sociedad, interpretarlos y buscar canalizar los nuevos sistemas de necesidades. Identifiquemos las carencias que el sistema capitalista no puede satisfacer, denunciémoslas y ofrezcamos nuestras propias respuestas. Para ello, hay que construir un programa de transformación total y mostrarnos dispuestos a cumplirlo.
La elaboración de una estrategia de conquista del Estado, junto a las diferentes tácticas a aplicar es tarea común. Una vez realizada, con los reajustes necesarios que dicten los acontecimientos, todos y cada uno vienen obligados a ceñirse a ellas.
A) Proponemos como primer paso la construcción de una partido de cuadros. Esto supone incrementar las tareas de formación de la militancia y eliminar las taifas. Sin formación política no hay falangistas, sin adiestramiento táctico no hay militantes. Respecto a las taifas, los Estatutos vigentes garantizan la participación de todos en el gobierno de FE-JONS. Por ello, las decisiones adoptadas por todos han de convertirse en directrices de obligado cumplimiento. Nadie está aquí contra su voluntad, por tanto, la disciplina es esencial como eficacia revolucionaria.
B) En segundo lugar, la creación, con especial incidencia en medios de prensa, de una creciente corriente de opinión favorable en nuestra sociedad. Si no somos capaces de crear un ambiente propicio a nuestras propuestas, hemos fracasado y devenimos en testimonialismo estéril.
C) También, como resultado de los dos puntos anteriores, es fundamental obtener mayores niveles de representación pública en los municipios, las regiones y la nación. Despreciar la concurrencia electoral es la fábula de la zorra y las uvas. Nuestra prioridad de actuación es la municipal, darnos a conocer y atraer a los vecinos a nuestras posturas, evidenciando nuestro éxito al conseguir su voto e incrementar el número de españoles que depositan su soberanía electoral en nosotros.
El instrumento de la transformación de España es Falange. Para asumir esa responsabilidad, es necesario fortalecerla y comprometerla con su tiempo. Para reconstruir la organización, maleada por un exceso de disputas endógenas, ponemos estas 4 premisas:
1) Toda política en construcción, y la nuestra lo es, abarca líneas y pensamientos heterogéneos y permite, por eso, el desarrollo del debate en base a ideas y no a improperios. Dentro de la organización tienen cabida diferentes sensibilidades y líneas, con un límite superior y otro inferior. La lógica hegemonía de una de ellas no supone la eliminación de las otras. La existencia de minorías tampoco es patente de corso para presentar al público mensajes disociados desde el mismo partido.
2) Toda política se construye a partir de compromisos orgánicos, con la articulación de intereses semejantes que se agrupan para enfrentarse a los mismos enemigos y/o defender postulados, concretos o globales, similares. Debemos tender a la creación de un frente amplio, con Falange como eje central, no confinándonos a microgrupos derechistas de confuso mensaje, reeditando la nefasta Alianza Nacional. sino, especialmente, buscar el diálogo con grupos diversos de la sociedad civil, tales como asociaciones culturales y juveniles, de vecinos, grupos municipales, editoriales, centros de estudio, organizaciones azules (Club Encuentros, revista Tentáculos, asociación Nuevo Criterio...), etc. En todo caso, el mando garantizará nuestro predominio. Falange irá acotando su posición dentro del espectro político a traves de sus sucesivas propuestas y programas.
3) No existe fuera del Nacionalsindicalismo actual nada que lo supere como doctrina. Falange es la vanguardia política que sí dispone de un núcleo de creadores de ideas. El déficit parcial está en el estamento intermedio, donde las ideas se concretan en programas políticos. Estamos legitimados a ser el hilo conductor entre el Nacionalsindicalismo de los orígenes y su florecimiento actual y futuro. Ceñirnos exclusivamente a los textos de los fundadores (1931-36) es un acto de cobardía intelectual y una traición política a sus fines.
4) Debemos ser capaces de atraer a este proyecto no sólo a nuestros militantes, sino a todos los componentes válidos de la diáspora azul. Si no sabemos captar a los nuestros, poco futuro tenemos entre los ajenos, que son la mayoría de los españoles.
FE-JONS es hoy el proyecto común de todos los falangistas.

CONCLUSIÓN

Bajo esas cuatro premisas, convocamos a todos los nacionalsindicalistas a constituir grupos de trabajo para identificar y planificar nuestra actuación en su entorno vital, laboral, geográfico o estudiantil. Es fundamental que estos grupos sean dinámicos y trabajen con rigor y sin pérdidas de tiempo. La responsabilidad recae en las juntas de mando locales o provinciales para que coordinen las diferentes tareas y eviten solapamientos. Los militantes son responsables directos de su creación y desarrollo. Rechazamos la preeminencia de personas y colectivos basados en el trabajo ajeno, de cuantos dedican su tiempo a un ocioso hedonismo que deslegitima la tarea de todos. El bíblico por sus frutos los conoceréis es plenamente válido. Decían los Tupamaros: Las palabras nos separan, los hechos nos unen. Bienvenidas las distintas sensibilidades que integran la amplia familia azul. El debate nos enriquece, siempre más allá de las meras palabras. Un bajo nivel de compromiso y actividad limita nuestra eficacia hasta niveles testimoniales que no toleramos.
La gente ha de conocer y entender nuestras propuestas para poder compartirlas. Seamos sencillos en la exposición y en el lenguaje pero no simplones en su vertebración. Haced uso del sentido común, el menos común de todos los sentidos.
En marcha.

Junta Nacional de FE-JONS

Documento político aprobado por el Consejo Nacional Madrid, 28 de Octubre de 1.995