En 1996 la guerra civil se cobró entre 150 mil y 300 mil muertos, e hizo huir hacia los países limítrofes a casi 800 mil civiles. La guerra total devastó el país, mientras Francia facilitaba armamento a las tropas de Taylor a través de la costa del Marfil, una compañía luxemburguesa otorgaba a Taylor un millón de dólares a cambio de la concesión para explotar una mina de hierro y otros grupos se beneficiaban del comercio de diamantes o de la exportación de caucho.
En la capital, Monrovia, la calle estaba dominada por jóvenes
bandas de ladrones y asesinos armados hasta los dientes que disparaban
sin piedad contra el enemigo de etnia, de partido o de barrio. A veces
ebrios, eliminaban en manada a un prisionero, le cortaban el sexo o la
cabeza, se untaban con su sangre, se comían sus vísceras...
De hecho, no obedecían a nadie, incluidos sus jefes, "señores
de la guerra" como Taylor o Roosevelt Johnson, y hasta otros siete u ocho
que ocultaban sus ambiciones de poder y de control económico bajo
las rivalidades étnicas que se dedicaron a exacerbar bajo el delirio.