Conocido como el Negus rojo, aplicó una versión radical del marxismo que acabó con la vida de alrededor de 500 mil personas. Su política represiva ocasionó torturas, asesinatos y desapariciones de decenas de miles de etíopes entre 1974-91. El Terror Rojo urbano de 1977-78 practicó una indiscriminada violencia contra la población rural, especialmente en Eritrea y Tigray. Concretamente, en mayo de 1977 en la capital, Adis-Abeba, fueron asesinados un millar de niños y sus cuerpos yacían en las calles presas de las hienas errantes. Durante el período correspondiente a febrero-junio de 1978, sólo en la capital se estima en 10 mil la cifra de crímenes políticos cometidos.
La guerra decretada en 1977 contra los secesionistas de Eritrea se estima que causó unos 80 mil muertos entre civiles y militares entre 1978-80, a los que cabe añadir el hambre y las violaciones sistemáticas de mujeres perpetradas por las tropas.
Debido a la guerra civil y con intenciones estratégicas, millones
de campesinos fueron obligados a desplazarse y recolocarse en otras zonas,
y se impidió la llegada de alimentos a las áreas insurgentes.
La disparatada política económica de Mengistu y la guerra
crearon una gran hambruna en 1986.
En 1988, 2500 habitantes de Hawzen perecieron bajo las bombas.