"El 13 de septiembre de 1982, al sur de Kabul, 105 aldeanos que se habían escondido en un canal de riego subterráneo fueron quemados vivos por los soviéticos. Estos utilizaron petróleo, pentrita y dinitrotolueno que extrajeron con mangueras conectadas a unos camiones para matar a los afganos escondidos. " 
(Informe del Tribunal Permanente de los Pueblos, 20-12-1982) 
 
"El convoy se detenía a la vista de un pueblo. Después de una preparación artillera, se bloqueaban todas las salidas. Luego, los hombres de la tropa bajaban de sus blindados para registrar el pueblo en busca de "enemigos". Demasiado a menudo, este registro iba acompañado de actos de ciega barbarie, en que mujeres y viejos eran abatidos al menor gesto de miedo. Los soldados, soviéticos o afganos por igual, se apoderaban de las radios y alfombras y les robaban sus joyas a las mujeres, o las violaban (...) 
Unos soldados soviéticos vertieron queroseno sobre el brazo de un muchacho y le prendieron fuego en presencia de sus padres porque estos se habían negado a darles información. A algunos habitantes del pueblo los obligaron a permanecer descalzos sobre la nieve a una temperatura de varios grados bajo cero para obligarles a hablar. " 
"No hacíamos prisioneros de guerra -explicó un soldado-. Ninguno. En general matábamos a los prisioneros allí mismo (...) Durante la expedición de castigo no se mataba a tiros a las mujeres y a los niños. Los encerrábamos en una habitación y arrojábamos granadas". 
(Informe Anual de Amnistía Internacional, 1983, referido a 1982) 
 
"Soy de Herat. A los ocho años me sacaron de la escuela y me hicieron entrar en las Juventudes Comunistas Afganas, luego pasé nueve meses en las URSS (...) Nosotros teníamos que espiar. A un niño que no había denunciado a uno de sus compañeros, que se había metido bajo un blindado ruso al parecer para prenderle fuego, lo colgaron de un árbol delante de nuestros ojos." 
(Testimonio de Naim, de diez años, en Shah Bazgar) 
 
"Para impresionar a los estudiantes (detenidos por haberse declarado en huelga y manifestado), los verdugos los trasladaban a las "habitaciones del horror" donde se ajusticiaba a los resistentes. Farida Ahmadi vio miembros cortados y dispersos en la habitación." 
(Informe de Amnistía Internacional) 
 
"En su declaración, un veterano oficial de policía de seguridad enumeró algunos tipos de tortura: por electroshock, generalmente aplicado sobre las zonas genitales de los hombres y en los pechos de las mujeres; se les arrancaba las uñas y se les aplicaba corriente eléctrica; (...) se les introducía trozos de madera en el ano de los hombres; a ciertos presos se les arrancaba la barba, en particular a hombres mayores o personalidades religiosas; otra tortura consistía en obligar al preso a abrir la boca apretándole en el cuello para orinar dentro; se les colgaba por los pies durante un tiempo determinado; se violaba a las mujeres y se les introducía en la vagina toda clase de objetos." 
(Informe de Amnistía Internacional)