Inicio
Antecedentes
Foro Análisis
Información
Apoyo

Discurso pronunciado en el zócalo de la Cd. de México, 1o de marzo de 2001.


Sindicato Mexicano de Electricistas

Discurso pronunciado por el C. Rosendo Flores Flores,
Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas
Plaza de la Constitución. 1o de mayo de 2001.

Compañeras y compañeros.
Buenos días:

El 1o de mayo de 1886, la esperanza y el anhelo por un mundo mejor, despertaron de manera ejemplar y grabaron para siempre en la historia, las banderas de lucha de la clase obrera mundial.

Unos 340 mil trabajadores desfilaron ese día en los Estados Unidos, cerca de 190 mil se habían plegado a la huelga. En Chicago alrededor de 80 mil obreros se habían lanzado a la calle para conquistar la jornada de 8 horas.

Durante dos años se preparó el estallido de la huelga general, para alcanzar una reducción en la jornada laboral. En Marzo de 1886, los sindicatos de ebanistas, maquinistas, gasistas, fontaneros y estibadores de Chicago, se sumaron a la iniciativa. Al mes siguiente, 35 mil trabajadores de los corrales votaron apoyar la huelga. Poco después, los albañiles, carniceros, jugueteros, zapateros, empleados del comercio y los tipógrafos sumaron sus fuerzas al reclamo. El 17 de abril, más de 20 mil trabajadores se reunieron en la asamblea de Los Caballeros del Trabajo.

El germen de la rebeldía, la dignidad del hombre, el espíritu de lucha, preparaban así el asalto heroico hacia la inmortalidad.

El resultado lo sabemos. Represión, violencia, cárcel y horca para los dirigentes obreros. No hubo diálogo, no hubo negociación posible. Sólo pedían mejoras en la producción, mejoras en los salarios, pues discrepaban de las formas miserables en que vivían los obreros; reconocían la crudeza del trabajo en las fábricas y proponían una mejor condición obrera, para cumplir con sus obligaciones: Jornada digna, salarios suficientes, respeto para organizarse y atención al escuchar la voz del trabajo.

Los patrones negaron esa posibilidad, las autoridades tampoco escucharon y los garrotes cumplieron la tarea cruenta. Ante la discrepancia obrera, la cerrazón. Les aplicaron la pena de muerte, por sus convicciones, por sus ideales y por la búsqueda de derechos para el trabajador.

115 años han pasado y la vigencia de sus ideales nos convoca, con enorme fuerza y convicción, para impedir que el sacrificio de los mártires de Chicago se convierta en un dato histórico; para evitar que el olvido seque su sangre, para convertir la referencia anecdótica en auténtica lucha de clases.

Por ello no debemos bajar la guardia, pues la gesta de los obreros de Chicago sigue, somos el relevo de ese siglo de luchas, no podemos enterrar los anhelos de esos trabajadores. Es la única herencia sólida que mantenemos, el espíritu de lucha, la fortaleza solidaria y la conciencia plena de nuestros objetivos.

Hoy en México estamos pisando con pie firme el suelo patrio, para mantener la presencia de la lucha de los obreros de Chicago, con el único afán con el que ellos pulsaron el ritmo de los tiempos, la defensa elemental del derecho al trabajo, del derecho a descansar y del derecho a discrepar.

El bienestar social del futuro, se construye con un presente de lucha obrera. Esta es la enseñanza primordial del Primero de Mayo: UNIDAD y lucha.

En nuestro país, durante los últimos meses hemos estado muy atentos a un vuelco de la historia, bajo la esperanza de los símbolos del cambio y en la expectativa de un nuevo rumbo marcado por los votos de julio. En el umbral del siglo se espera el cambio, se dijo con bombos y platillos.

Pero hemos pasado el umbral y los primeros pasos no vislumbran cambios. Al contrario. Las tendencias de hace 20 años se siguen, es el mismo camino y son las mismas formas como las palabras que se repiten. Los votos del 2 de julio no encuentran ese nuevo rumbo.

La perspectiva de la política económica está mostrando la esencia del rumbo postulado por el "nuevo gobierno", y ese, no se modifica. Desde el mundo del trabajo analizamos la situación, podemos demostrar que el rumbo sigue los pasos y las enseñanzas del neoliberalismo, aplicado e implementado en la nueva fase del capitalismo, donde coexiste la demagogia y el discurso alentador, el juego pleno de la publicidad y la sumisión ante los programas expansionistas del imperialismo. Las grandes corporaciones se apoderan del globo y no hay motivo de alarma, dicen desde el gobierno las "nuevas voces", los "nuevos personajes".

El presente se nos brinda entonces como una lejana luz hacia el bienestar, como una tormenta inminente, como el despertar de un sueño que nunca acabó de empezar.

Los más recientes hechos muestran los ataques constantes contra el mundo del trabajo. En los bancos los despidos se han hecho sistemáticos, las llanteras internacionales cierran sus plantas productivas, dejando sin empleo a más de 1500 obreros, los paros técnicos en la industria automotriz y en las empresas estatales y las oficinas federales; se congelan las plazas y se reajusta al personal. Le llaman despido voluntario, prejubilaciones o simples liquidaciones. Esta política laboral es simple: se llama desempleo. Crecen los despidos y la inestabilidad laboral que provocan.

Por si fuera poco, la resolución de la Suprema Corte de Justicia en torno a la cláusula de exclusión, promueve abiertamente el debilitamiento de los contratos colectivos, la atomización de las organizaciones sindicales, la contratación directa por la empresa, la proliferación de los sindicatos blancos y la simulación de condiciones laborales dignas.

En materia de política fiscal se aduce una necesidad, ampliar los recursos federales para atender las demandas sociales de salud, educación y vivienda. Para lograr el recurso se propone el IVA generalizado, incluye a las medicinas, los alimentos y las prestaciones sociales, en forma general. Se dice que no afectará al pueblo de México, ¡Mienten! Antes al contrario, los beneficios serán muchos y copeteados nos dicen. Lo cierto es que gravar las necesidades elementales del pueblo deriva en forma directa en disminución de los salarios, ni que decir de la merma en las prestaciones obreras. El ataque al salario es evidente.

Los recursos estratégicos nacionales, la energía, se programa dentro dela zona de libre cambio para cubrir las necesidades de un solo mercado, el del Norte, el de los gringos. El petróleo se pretende de entrega inmediata, por oleoductos directos a la frontera. Lo propuso el presidente Bus en Canadá y gustoso lo aceptó Fox, la soberanía se irá a los ductos. Será para las reservas estratégicas del Norte, debilitando nuestra fortaleza económica, nuestra autonomía y nuestra independencia soberana.

La fortaleza de nuestro país está en sus recursos estratégicos, el petróleo y la energía permiten una economía sólida, es la base del crecimiento económico e industrial. No pueden entregarse al mercado y mucho menos a un solo comprador; limita nuestra autonomía. Si no queremos petrolizar al país, tendremos que crear las bases de un mercado nacional diverso y de compradores de todo tipo. El recurso es del pueblo de México y será, como hasta ahora, decisivo para la construcción de nuestra soberanía, para la defensa de nuestra independencia y para fomentar el desarrollo social.

Por ello nuestra tarea es la defensa de nuestros recursos energéticos. El petróleo y la industria eléctrica no deben privatizarse, son recursos estratégicos para el bienestar nacional y el desarrollo de una economía soberana. En esta materia, los electricistas insistimos: ¡Ni un paso atrás!.

Así mismo vemos con preocupación el frágil puente hacia una paz deseada por nuestro pueblo que en días pasados volcó en simpatía hacia la Comandancia del EZLN patentizando así su deseo de que se abra con el diálogo lo que nunca alcanzarán las balas: La paz con justicia y dignidad y el reconocimiento constitucional de los derechos y cultura indígenas.

Y como ocultar la vergüenza, la rabia que sentimos cuando el Ministro de Relaciones Exteriores se convierte en mozo del imperialismo Yanqui, deshonrando la política exterior que nuestro país ha mantenido con los más claros principios juaristas, ofendiendo una hermandad histórica con el pueblo cubano y traicionando los principios de dignidad y solidaridad con los que hemos crecido. Desde esta tribuna, nuestra condena enérgica y nuestra indignación por este hecho infamante.

Por todo ello, no podemos permitir que la desunión y la disputa estéril nos convierta en espectadores de las grandes decisiones del país. La clase obrera no merece que la división nos postre a todos en un estado de indefensión.

Creemos que las condiciones de una unidad histórica entre el sindicalismo nacional están cercanas, si somos capaces de poner la tolerancia encima de la descalificación, la coincidencia arriba del disenso, la solidaridad de clase antes que el interés particular.

Brindemos el apoyo incondicional, cuando nuestros compañeros de la UNT anuncian un movimiento por salarios de emergencia si hay reforma fiscal, o cuando el Congreso del Trabajo proclama la defensa de los Contratos Colectivos, ante el libertinaje sindical.

Es inadmisible condicionar nuestra solidaridad al Frente Sindical Mexicano, que lucha contra la reforma laboral patronal y por preservar los derechos de los trabajadores. ¿Porqué escatimar esfuerzo alguno? Cuando el Frente Nacional de Resistencia grita con nosotros, que en la lucha contra la privatización de la industria eléctrica NO HAY PASO ATRÁS.

Ya no compañeros, no posterguemos más la unidad. Vale la pena por la clase obrera. El Sindicato Mexicano de Electricistas extiende su mano desde esta tribuna a todos los sectores, a todas las organizaciones independientes o no, para construir juntos el futuro.

Esta es la hora de la unidad. Tal es nuestra convicción.

¡NO A LAREFORMA FISCAL!

¡NI UN PASO ATRÁS EN DEFENSA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA!

¡LA PATRIA NO SE VENDE!

¡VIVA LA CLASE OBRERA DEL MUNDO!

¡VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES!

¡VIVA MEXICO!

MUCHAS GRACIAS COMPAÑEROS.

Responsable de la publicación: Ramón Pacheco Llanes, Secretario del Exterior SME.


Inicio
Antecedentes
Foro Análisis
Información
Apoyo

1