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La cibernética ¿O una varita mágica?


La sistematización: ¿Un instrumento de apoyo
para la reestructuración y modernización de LyF?

¿O vía para la implantación del modelo privatizador español?

El proyecto integral de reestructuración y modernización que Luz y Fuerza (LyF) presentó a principio de año al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) como base para una negociación, es ya de interés nacional. Nos referimos particularmente a la recomendación que, según Uno mas Uno (23 de octubre de 2000), elaboró hace unos días la Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara de Diputados para la Comisión de Energía de la propia cámara.

Según la nota, la contaduría urge a la Junta de Gobierno de LFC a concluir cuanto antes las negociaciones con el SME para agilizar la implantación y puesta en operación de los cuatro sistemas de información contratados a la empresa Fenosa, en los que se han invertido 166 millones de pesos entre 1996 y 1999. Según la Contaduría, la implantación de los sistemas de Información Económica, de Gestión de Abastecimientos, de Gestión Comercial y de Administración de Recursos Humanos, permitiría mejorar la productividad laboral y la eficiencia operativa de la entidad.

Nosotros sostenemos que los llamados "sistemas de gestión", incluidos en el proyecto de LyF, son en realidad sistemas de información desarrollados para implementar el modelo de sector eléctrico privatizado, concretamente el modelo español, esa es la verdadera razón por la que se les trata de implantar en LyF. Por otra parte dichos sistemas, que no son técnicamente mejores ni más modernos que los que desde hace más de 30 años realizan la misma función en la empresa, han representado una sangría multimillonaria al presupuesto de LyF, realizada en condiciones que ameritan una investigación de la propia Contaduría.

Los sistemas de "gestión" son programas de cómputo de uso general, que lo mismo se pueden utilizar para la venta de gas o agua. Es decir que ni siquiera harían de LyF una empresa competitiva en un sector "desregulado" dado que implican la renta y aplicación de las herramientas y modelos propiedad de sus probables competidores ¿Cuál sería la ventaja estratégica de LyF entonces? ¿En favor de quién sería el aumento en productividad y eficiencia, generalmente obtenidos a costa de alzas de tarifas y de sacrificar el empleo de los trabajadores?

Como electricistas, tenemos la necesidad urgente de mejorar el servicio en beneficio de los usuarios. Mejores tiempos de atención y mejor calidad del servicio a tarifas justas, mejores condiciones de trabajo para el máximo aprovechamiento de los recursos. En Máquinas Electrónicas y Procedimientos (MEP) sabemos que los sistemas de información son solo una ayuda para hacer posible todo ello, posibilitando un mejor control de la información, más rápido y ordenado. Por ello hemos insistido en que el proceso de reestructuración y modernización debe redefinir primero el modelo de empresa en que debamos transformarnos, aprovechando la experiencia de la organización para corregir sus deficiencias y no en función de los sistemas de información y tecnología existentes. Estos se implementan y adaptan posteriormente para satisfacer el modelo, no al revés como propone LyF.

En el nuevo modelo, la energía ya no se transforma: se crea o se destruye según las leyes del mercado.

LyF es una empresa con más de 90 años de experiencia. Desde que hace 120 años se introdujo la energía eléctrica cada vez más mexicanos disfrutan del servicio, pero no sucedió gracias al modelo de empresa privada sino a partir de su nacionalización. Hoy nos quieren hacer creer que no existe un modelo propio de desarrollo. Sucede que existe, pero quieren desecharlo porque en el mundo globalizado, la "luz" es una mercancía disponible solo para quien la pueda pagar según las leyes de la oferta y la demanda.

Los impulsores de la privatización del sector eléctrico hablan de "mercados eléctricos" que favorecen la competencia y brindan alternativas a los consumidores. Omiten decir que esto no se da bajo cualquier modelo. Existen experiencias positivas y negativas, por ejemplo el modelo francés representado fundamentalmente por la compañía Electricidad de Francia (EDF), que sigue siendo 100% propiedad del pueblo francés y se mantiene como el mayor grupo eléctrico del mundo, conservando la mayoría de empleos estratégicos en sus manos. EDF cumple con las reglas de apertura fijadas por los organismos financieros internacionales, sin mermar la soberanía nacional ni sacrificar su independencia estratégica.

Un dato indicativo: sólo 21 de los más de 1,200 grandes clientes industriales de EDF han optado por contratar el suministro de energía con la competencia. Eso demuestra que hay una estrategia nacionalista que conjuga calidad de servicio y eficiencia, elementos esenciales para convencer tanto a los consumidores como a los grandes institutos financieros mundiales, en un ambiente de globalización salvaje.

Por el otro lado, en México se decidió que LyF adopte un modelo similar al español, que vive en estos días una grave crisis dado que las dos principales empresas generadoras tratan de fusionarse, incluyendo el mercado de gas en su nuevo enfoque, por ser el combustible principal para la generación de electricidad actualmente. Es decir, "arreglan" un mercado sin "guerra" de precios, donde a final de cuentas la "competencia" sucede solo para ver quien se queda con el negocio, no para reducir los precios.

Esta es una tendencia mundial, en la que los grandes monopolios transnacionales especularán con el binomio gas-electricidad. España vive hoy la contradicción entre la liberalización de mercados y la globalización, por ello es materia de estudio obligada para los defensores de la privatización y la "desregulación" del sector eléctrico. La economía de mercado aplicada al sector eléctrico no es perfecta porque no considera que las empresas necesitan pactar alianzas monopólicas para defenderse de la globalización; porque el estado necesita conservar cierta rectoría en el sector para proteger a los sectores más pobres, y finalmente porque en un mercado se trata de privilegiar la ganancia, aún a costa del servicio.

¿Para qué se requieren nuevos sistemas de información?

Pues porque el modelo de "mercado" se basa en un sistema de "subastas" de energía eléctrica que requiere de un complejo proceso de facturación. Por ello la comercialización de la energía eléctrica en estas condiciones requiere de un apoyo informático muy fuerte, basado en conceptos totalmente distintos a los que tradicionalmente hemos conocido en México. De aquí nace la idea de adquirir sistemas de información nuevos en LyF, sin tomar en cuenta a los actuales. Simplemente se está preparando a LyF para su privatización, copiando la experiencia española.

¿Porqué Fenosa? ¿A cambio de qué?

Porque tiene capital y experiencia en el modelo de negocio privado. De España viene hoy día un importante flujo de capitales, que traen aparejados condiciones y compromisos para su aplicación. Fenosa por ejemplo, es una empresa relativamente nueva, con una participación menor al 20% en el sector eléctrico español, pero con experiencia en el diseño e implantación de la privatización de la industria eléctrica de ese país y con una agresiva política de expansión a nivel mundial.

Estas son las verdaderas razones por las que se le están haciendo grandes concesiones en México. No es que Fenosa sea una potencia mundial en informática, ocurre que Fenosa cobra "barata" su asesoría en LyF a cambio de un trato preferencial para la compra de LyF, o de partes de ella, y de acceso a información privilegiada, que en el caso de una hipotética apertura del área de distribución de energía eléctrica al capital privado, la pondrá en condición inigualable, sea como participante directo, o como socio o consultor de otras empresas.

Esto ocurrió ya en el pasado. Fenosa participó hace años en un proyecto de mejora similar al de LyF, en Uruguay, para la empresa Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE). Dicho proyecto, basado en los mismos "sistemas de gestión", terminó con un retraso considerable en 1995 y dañó la autonomía de UTE a tal grado que Fenosa obtuvo, gracias a un cuidadoso reclutamiento de funcionarios de UTE, más contratos para la prestación de servicios complementarios que a la fecha no se terminan. Hoy Fenosa "compite" con UTE aprovechando la ventaja que le dio el acceso a la información confidencial y estratégica de los principales clientes de UTE. Todo esto quedó documentado durante el pasado seminario internacional "impactos de la privatización eléctrica a nivel mundial" organizado en el SME en septiembre de 1999.

En México, la ganancia de Fenosa será cuando menos la distribución de energía eléctrica para los más de 22 mil servicios de cuentas especiales de la zona central, cuya facturación aporta más del 60% de los ingresos de LyF. Con ello esta empresa y el SME quedarán financieramente desarmados y listos para su liquidación.

Los contratos con Fenosa, un fraude desde el principio

En 1990, mediante un acuerdo de cooperación técnica firmado entre Fenosa y LyF, se estableció que una de las áreas de cooperación entre ambas empresas sería en el desarrollo de sistemas de información y gestión. Dicho acuerdo, casi secreto, despreció totalmente la experiencia de los técnicos de LyF, quienes desde 1966 desarrollan y dan mantenimiento a los sistemas informáticos de MEP. En 1995 dicha "cooperación" se concretó mediante dos contratos, casi clandestinos, que amparaban la rehabilitación y modernización de la red eléctrica de distribución y el proyecto de modernización empresarial de LyF en lo referente a las áreas de distribución y comercialización. La tan necesaria rehabilitación de la red eléctrica de distribución no se llevó a cabo, en detrimento del servicio, porque se prefirió destinar todos los recursos disponibles a la compra-renta de los sistemas de gestión, para sustituir los sistemas de información existentes en LyF.

Tales contratos se asignaron directamente a Fenosa sin licitación, sin importar que derivados de ellos se realizó además la compra y sustitución de gran cantidad de equipo de cómputo, así como la adquisición de licencias de software que en ningún caso será exclusivo de LyF. Tanto la compra de equipo, como la especificación de los sistemas de información debieron someterse a concurso, toda vez que LyF tenía la prerrogativa de no confiar en la ingeniería mexicana para realizar los estudios del proyecto de modernización, pero no de otorgar, sospechosamente al mismo consultor, por asignación directa, la adquisición de servicios y bienes licitables.

La nueva estrategia: 1. Aislar al SME desacreditándolo y 2. Crear falsas expectativas de cambio en LyF

Lo que verdaderamente ocurre en México es la imposición de un mercado eléctrico por la vía de los hechos. Para ello se nos inculca por ejemplo la idea de que los sistemas informáticos adquiridos a Fenosa son indispensables incluso para la supervivencia de LyF, cuando en realidad son la punta de lanza de su privatización y venta. Día con día se crea la idea de que LyF padece una inoperancia administrativa y laboral imposible de resolver sin una reestructuración de fondo, que incluye su "regionalización" y está apoyada en la "sistematización" tecnológica, pero el proyecto de reestructuración y la publicación este mismo año de un estatuto orgánico espúreo plantean claramente que el objetivo es fragmentar LyF para preparar su desaparición como empresa pública.

Esta es la nueva estrategia: disfrazar la privatización de modernización, separando el problema del sector eléctrico en general del problema particular de LyF. Se aprovecharán las deficiencias y rezagos en LyF para golpear al SME, y buscando el apoyo de la opinión pública para "reestructurar" LyF, sin la "politización" y rechazo generalizado que provoca hablar de privatización. Dividir y vencer es la consigna.

Como complemento: fomentar la desinformación

Nuestro interés es llamar la atención general y de los propios trabajadores electricistas hacia el peligro de una reestructuración y modernización unilateral, basada en unos sistemas de información orientados al mercado eléctrico, como propone la Contaduría. En ese sentido hay voces que apoyan la visión oficial y nos exhortan a "aprovechar la inversión" realizada en los sistemas informáticos adquiridos a Fenosa y a nosotros mismos, como trabajadores, a ayudar a implantarlos.

Hoy, en estas líneas volvemos a explicar lo que por más de cuatro años hemos venido diciendo: la privatización del sector eléctrico se está llevando a cabo de diversas formas, constantemente, los sistemas de información son un ejemplo. Se contrató a Fenosa por su experiencia e interés en privatizar el sector eléctrico, no porque los técnicos mexicanos seamos menos eficientes o estemos menos preparados. Los ingenieros sindicalizados de MEP no aceptamos dar ningún paso contra la industria eléctrica nacionalizada, por ello desde un principio se nos marginó del proyecto.

Para nosotros, la implantación de los sistemas de Fenosa es otro paso más hacia la privatización, un paso tal vez muy grande porque implicará cambios profundos en los métodos de producción y en los procedimientos de trabajo. En ello coincidimos con el c. Romeo Maisner, jubilado de nuestro departamento, y con quienes antes que nosotros han desentrañado minuciosamente la verdadera intención del proyecto. No es cierto que los sistemas de gestión se desarrollaran apegados a las necesidades de LyF, ni mucho menos que compañeros sindicalizados ayudaran a ello. Tampoco están diseñados para LyF específicamente, se están adaptando a los procedimientos actuales, prueba de ello es que tienen años de retraso y a la fecha no operan ni en modo de prueba.

Una propuesta de los trabajadores

Invitamos a analizar y discutir con seriedad este problema, de manera que podamos aportar soluciones y alternativas. Discutamos entre TODOS de manera democrática, y elaboremos juntos un proyecto alterno. El antecedente de nuestra lucha está en el acuerdo de reestructuración de 1966 que a su vez estuvo inspirado por la nacionalización de la industria eléctrica. Hoy que se requiere actualizar el modelo de desarrollo nacional, los electricistas lucharemos nuevamente por un convenio de reestructuración bilateral.


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