ROJO Y NEGRO
PERIÓDICO SOCIALISTA INDEPENDIENTE
1915-1916
Surgimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas
cuaderno de formación sindical 1
Sindicato Mexicano de Electricistas
C. Rosendo Flores
Secretario General
C. Ramón Pacheco Llanes
Secretario del Exterior1
Primera edición, 2000
Editorial Itaca
Piraña 16, Col. del Mar
Del. Tláhuac, C.P. 13270
México, D.F.
Tels. 58 45 14 76, 55 77 52 54 y (01 735 352 52)
Portada de Efraín Herrera
Impreso y hecho en México
85 aniversario
Sindicato Mexicano de Electricistas
14 de diciembre de 1914
14 de diciembre de 1999
Presentación
Tan sólo son 85 años de existencia de electricistas organizados. Cuando vemos las causas fundamentales del surgimiento del sme no podemos sino reconocer que los signos actuales son muy semejantes a los que nos vieron y a los que vimos por primera vez, en la segunda década del siglo xx.
Somos presente porque hemos construido un sólido pasado; esto no podemos olvidarlo y menos echarlo en saco roto. Ahora los tiempos impulsan al olvido y nos postran ante un futuro inevitable e insustituible. No hay pasado ni futuro, sólo presente. Ante eso lanzamos un ¡alerta!, al asecho está el neoliberalismo. Camaradas somos y seremos porque hemos sido trabajadores y trabajadoras unitarios, combativos, solidarios y democráticos. Sin pasado no somos nada. Retomemos nuestro signo actual bajo el marco del surgimiento de hace 85 años.
Los inicios del siglo eran tiempos de crisis económica, donde los ciclos de la formación de cada país resonaban por doquier, el otrora valor fuerte de la plata sucumbía y rompía los cánones del tipo de cambio; el poder del oro se enseñoreaba. El poder sólido de las economías se desmoronaba. La crisis económica rompía logros nacionales creando nuevas y más fuertes dependencias. Hoy son los tiempos del dólar o, en todo caso, de los programas “benéficos” del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional: si no les escuchas sucumbes, pero si les escuchas sucumbe el pueblo.
Eran tiempos de flujo de los dineros mundiales por la vía de las empresas imperialistas. En México, por ejemplo, las grandes empresas se consolidaban en las áreas de mayor auge y el peso colonial de España dejaba su lugar a “las nuevas naciones florecientes”, las inversiones extranjeras de Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia se abrían paso, avasallando fronteras. En México la electricidad crecía por la presencia creciente del capital extranjero, en el contexto de la irrupción de las empresas imperialistas en las naciones que emergían. Ahora a este mismo proceso se le denomina globalización. Hoy se presume de un lenguaje más florido, pero las esencias de los perfumes perduran: la expoliación y la explotación son la base de las mismas. De estas contradicciones pronto los trabajadores dimos cuenta.
Eran tiempos de discusión y análisis sobre las formas de organización precedentes en la perspectiva que se vislumbraba al inicio del siglo xx. Las fuerzas sociales independientes eran insuficientes, parecían raquíticas ante la inmensa potencia del capital. De las entrañas de las empresas eléctricas surgía un grito de alerta y formas específicas para mostrar el carácter esencial de sus procesos de explotación y vejación. En México lo extranjero dominaba, y la fuerza del imperio imponía sus designios y sometía nuestra soberanía. Por ello las voces y la consciencia obrera pulsaba tiempos, formas económicas e inercias políticas.
Contra las vejaciones y por la búsqueda de mejores condiciones de vida, los electricistas definen en esos primeros tiempos de este siglo sus formas de organización, resistencia, y transformación social, a pesar de la fuerza de las empresas imperialistas.
Descubrimos durante ocho décadas que la fortaleza, la trayectoria y la perspectiva de esos años del umbral del siglo y del marco revolucionario nos permitieron forjar una conciencia social y una concepción sindical que en ocasiones cristaliza y en otras se resquebraja frente a las afrentas del capital y dentro de las vicisitudes internas, pues flaquean los elementos adquiridos.
Tan sólo son 85 años de existencia y tendremos que valorarlos, pero sobre todo analizar los errores cometidos en casi todo este siglo. Cuestiones de orden ideológico propician los yerros sindicales, las afrentas se apropian de los proyectos, las conciencias sucumben a los sonidos sublimes y sutiles de las sirenas prefiguradas por los capitalistas y sus representantes. En los años cuarenta la caída fue clara aunque muchos durante años expresaron lo contrario; en los cincuenta se presentó un debate que quedó inconcluso, pues la solidaridad obrera fue cuestionada en forma severa.
Hoy día, la presencia de los procesos globalizadores propician debilidad y múltiples desviaciones en nuestra trayectoria. Las formas económicas empiezan a tener preeminencia sobre las formas de organización sindical, nos convertimos en agentes que persiguen programas centaveros y dejamos a los cuerpos directivos la responsabilidad de la acción sindical que nos atañe. La revisión sindical de la política tiene que ser cierta y en una línea obrera clara, trascendente. No discutamos el presente sin la amplia perspectiva que dan lo 85 años de existencia y el futuro; más para otros. Si eso se pierde, entonces caemos en la propuesta neoliberal: un solo camino, un solo pensamiento, hoy y ahora.
La perspectiva sindical y política surgió en 1914 con tres líneas básicas de enseñanza histórica y fulgor persistente: trabajo, democracia y solidaridad. Esa es la síntesis, a nuestro entender, de estos primeros 85 años. En la trayectoria del Sindicato Mexicano de Electricistas, desde su surgimiento y hasta el próximo siglo esas han sido y serán nuestras líneas políticas estratégicas.
El trabajo nos permite realizarnos como mexicanos y forjar un patrimonio familiar, así como consolidar una industria esencial para el desarrollo de nuestra patria, construyendo en forma responsable una soberanía tan vilipendiada por el neoliberalismo. Al concebir así al trabajo, pugnamos por fortalecer y transformar nuestra empresa como patrimonio y como factor de desarrollo social, como industria pública de servicio y al servicio de la nación.
La democracia nos impulsa a forjar en la discrepancia y la crítica los instrumentos y las tácticas unitarias para la defensa del trabajo y la conquista de los derechos de nuestros camaradas. La democracia sindical nos ha permitido renovarnos y consolidarnos en la búsqueda de alternativas obreras para la organización propia, para la organización amplia de los trabajadores mexicanos, para proponer modificaciones en los procesos productivos y para generar una fuerza del conjunto electricista puntual y puntillosa, unitariamente concreta, sólida y trascendente.
Y qué decir de la solidaridad. Sin ella los electricistas no hubiésemos logrado transitar el siglo xx; sin su presencia los obreros mexicanos no podríamos vislumbrar brechas ni forjar caminos alternos ni los movimientos sociales tendrían hoy la resistencia o el impulso necesarios para combatir y trastocar los embates neoliberales. El pueblo de México, pero especialmente los trabajadores mexicanos, han escrito las mejores páginas de la historia patria en la lucha solidaria por la independencia, el bienestar, el desarrollo y la justicia sociales y, por supuesto, por la plena construcción soberana de nuestros destinos nacionales.
La perspectiva política del Sindicato Mexicano de Electricistas durante estos 85 años es clara, es enseñanza histórica: trabajo, democracia y solidaridad. No más, pero tampoco menos.
Es por estas razones que invitamos a la lectura detallada de los Cuadernos de formación sindical, pues nos permiten conocer algunos de los elementos esenciales de nuestra historia y de nuestro presente. Con éstos se aprecia un futuro a construir.
“Por el derecho y la justicia del trabajador”
El Comité Central y las Comisiones Autónomas
85 Aniversario
Sindicato Mexicano de Electricistas
14 de diciembre de 1914
14 de diciembre de 1999
Contexto y Antecedentes