V. I. Lenin
PACIFISMO BURGUES Y
PACIFISMO SOCIALISTA
[ 1ƒ de enero de 1917 ]
De la colección de folletos:
Tres artículos de Lenin sobre la guerra y la paz
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976
Primera edición 1974
(2a impresión 1976)
págs. 81-109.
Preparado © para el Internet por David Romagnolo, djr@marx2mao.org (Agosto de
1998)
NOTA DEL EDITOR
La presente es una versión realizada sobre la base de diversas ediciones en
lengua
castellana, y confrontada con el original ruso, tal como aparece en las
Obras Completas
de V. I. Lenin (4a edición).
Las notas incluidas al final han sido tomadas y traducidas de la versión
en chino
publicada por la Editorial del Pueblo, Pekín.
I N D I C E
PACIFISMO BURGUES Y PACIFISMO SOCIALISTA
ARTICULO (O CAPITULO) I
VIRAJE EN LA POLITICA MUNDIAL
83
ARTICULO (O CAPITULO) II
PACIFISMO DE KAUTSKY Y DE TURATI
89
ARTICULO (O CAPITULO) III
PACIFISMO DE LOS SOCIALISTAS Y
SINDICALISTAS FRANCESES
97
ARTICUL0 (0 CAPITUL0) IV
ZIMMERWALD EN LA ENCRUCIJADA
104
NOTAS
pág. 81
P A C I F I S M O B U R G U E S
Y
P A C I F I S M O S O C I A L I S T A[25]
Publicado por primera vez en
1924. en la Recopilación de
Lenin, II.
Firmado: N. L.
pág. 82 [blanca]
pág. 83
ARTICULO (O CAPITULO) I
VIRAJE EN LA POLITICA MUNDIAL
Hay indicios de que tal viraje se operó o se está operando; es decir, un
viraje de la guerra imperialista hacia la paz imperialista.
Un profundo e indudable agotamiento de ambas coaliciones imperialistas;
la dificultad de continuar la guerra; la dificultad que tienen los
capitalistas en general y el capital financiero, en particular, de arrancar
a los pueblos algo más fuera de todo lo que le han birlado en forma de
escandalosas ganancias "de guerra"; la saciedad del capital financiero de
los países neutrales, Estados Unidos, Holanda, Suiza y otros, que se
acrecentó gigantescamente en la guerra y al cual no le es fácil proseguir en
esa "ventajosa" economía por la escasez de las materias primas y de las
reservas alimenticias; los intentos renovados de Alemania para separar uno u
otro aliado de su principal rival imperialista, Inglaterra; las
declaraciones pacifistas del gobierno alemán y, con él, las de una serie de
gobiernos de los países neutrales; he ahí los indicios principales.
¿Existen probabilidades de una pronta terminación de la guerra o no?
pág. 84
Es muy difícil contestar a esa pregunta con una aserción. Dos
posibilidades se perfilan a nuestro parecer con bastante nitidez:
La primera es que se concluya una paz por separado entre Alemania y
Rusia, aunque no sea en la forma corriente de un tratado formal escrito. La
segunda es de que tal paz no se concluya. Inglaterra y sus aliados todavía
tienen fuerzas para sostenerse un año, dos, etc. En el primer supuesto, la
guerra cesaría ineluctablemente, de no ser ahora, en un futuro próximo, y no
se pueden esperar serias variantes en su curso. En el segundo, podría
continuar indefinidamente.
Detengámonos en el primer caso.
Que la paz por separado entre Alemania y Rusia se estuvo negociando
recientemente; que el mismo Nicolás II o la influyente camarilla cortesana
es partidaria de una paz semejante; que en la política mundial ya se delineó
un viraje de alianza imperialista entre Rusia e Inglaterra contra Alemania,
hacia una alianza, no menos imperialista, entre Rusia y Alemania contra
Inglaterra; todo esto está fuera de duda.
La sustitución de Sturmer por Trepov, la declaración pública del zarismo
de que el "derecho" de Rusia sobre Constantinopla está reconocido por todos
los aliados, la creación por Alemania de un Estado polaco separado, son
indicios que parecieran señalar el hecho de que las negociaciones sobre una
paz por separado fracasaron. ¿Quizás el zarismo haya hecho negociaciones
solamente para extorsionar a Inglaterra, para obtener de ella un
reconocimiento formal e inequívoco de los "derechos" de Nicolás el
Sangriento sobre Constantinopla y de tales o cuales garantías "serias" de
ese derecho?
Dado que el contenido principal, fundamental, de la guerra imperialista
en cuestión es el reparto del botín entre los tres principales rivales
imperialistas, entre los tres bandidos, Rusia,
pág. 85
Alemania e Inglaterra, nada tiene de improbable tal suposición.
Por otra parte, cuanto más se perfila para el zarismo la imposibilidad
práctica y militar de recuperar Polonia, de conquistar Constantinopla, de
quebrar el férreo frente alemán que Alemania ajusta, acorta y fortifica
magníficamente con sus últimas victorias en Rumania, tanto más se ve
obligado el zarismo a concluir una paz por separado con Alemania, esto es, a
pasar de su alianza imperialista con Inglaterra contra Alemania a una
alianza imperialista con Alemania contra Inglaterra. ¿Por qué no? ¿No estuvo
Rusia acaso a un paso de la guerra con Inglaterra por la competencia
imperialista de ambas potencias en el reparto del botín en Asia Central? ¿No
se realizaron acaso negociaciones entre Inglaterra y Alemania sobre una
alianza contra Rusia, en 1898, habiéndose comprometido secretamente,
entonces, Inglaterra y Alemania a repartirse entre sí las colonias de
Portugal en "la eventualidad" de que ésta no cumpliera sus obligaciones
financieras?
La marcada tendencia de los círculos imperialistas dirigentes de
Alemania hacia una alianza con Rusia contra Inglaterra, se definió ya
algunos meses atrás. La base de la alianza será, evidentemente, el reparto
de Galitzia (para el zarismo es de la mayor importancia ahogar el centro de
agitación y de libertad ucranianas), de Armenia ¡y quizá de Rumania! ¡Se
deslizó en un diario alemán la "insinuación" de que se podría dividir a
Rumania entre Austria, Bulgaria y Rusia! Alemania podría acordar algunas
"menudas concesiones" más al zarismo con tal de concertar una alianza con
Rusia y también, quizá, con Japón contra Inglaterra.
La paz por separado pudo haber sido concluida entre Nicolás II y
Guillermo II en secreto. En la historia de la diplomacia existen ejemplos de
tratados secretos que nadie conocía,
pág. 86
ni siquiera los ministros, a excepción de dos o tres personas. En la
historia de la diplomacia existen ejemplos de cómo "las grandes potencias"
concurrían a un congreso "paneuropeo", habiendo negociado previamente lo
principal, en secreto, entre los grandes rivales (por ejemplo el acuerdo
secreto entre Rusia e Inglaterra sobre el saqueo de Turquía antes del
Congreso de Berlín de 1878). ¡Nada habría de asombroso en el hecho de que el
zarismo rechazara una paz formal por separado entre gobiernos, considerando,
entre otras cosas, que en la situación actual de Rusia su gobierno podría
encontrarse en manos de Miliukov y Guchkov o de Miliukov y Kerenski, y que,
al mismo tiempo, concluyera un tratado secreto, no formal, pero no menos
"firme", con Alemania en el que se establecicra que ambas "altas partes
contratantes" mantendrían juntas una determinada línea en el futuro congreso
de la paz!
No se puede saber si esta conjetura es correcta o no. De todos modos
está mil veces más cerca de la verdad, es una descripción mucho mejor del
real estado de cosas que las piadosas frases sobre la paz que intercambian
los gobiernos actuales o los gobiernos burgueses en general, basadas en el
rechazo de las anexiones, etc. Esas frases son, o bien ingenuos anhelos, o
bien hipocresía y mentira que sirven para ocultar la verdad. La verdad de la
situación actual, de la guerra actual, del momento actual en que se hacen
tentativas para concluir la paz consiste en el reparto del botín
imperialista. Allí está lo esencial, y comprender esa verdad, expresarla,
"enunciar aquello que realmente es", tal es la tarea fundamental de la
política socialista, a diferencia de la burguesa, para la cual lo principal
está en ocultar, en esfumar esa verdad.
Ambas coaliciones imperialistas saquearon una detcrminada cantidad de
botín, habiendo sido precisamente Alemania e Inglaterra los dos buitres
principales y más fuertes, los que
pág. 87
más saquearon. Inglaterra no perdió un palmo de su tierra ni de sus
colonias, "adquiriendo" las colonias alemanas y parte de Turquía
(Mesopotamia). Alemania perdió casi todas sus colonias, pero adquirió
territorios inmensamente más valiosos en Europa, al apoderarse de Bélgica,
Servia, Rumania, parte de Francia, parte de Rusia, etc. Se trata de dividir
ese botín, debiendo el "cabecilla" de cada banda de asaltantes, es decir,
tanto Inglaterra como Alemania, recompensar en una u otra medida a sus
aliados, los cuales, a excepción de Bulgaria y en menor escala de Italia,
sufrieron pérdidas muy grandes. Los aliados más débiles son los que más
perdieron: en la coalición inglesa fueron aplastados Bélgica, Servia,
Montenegro, Rumania; en la alemana, Turquía perdió a Armenia y parte de
Mesopotamia.
Hasta ahora el botín de Alemania es sin duda considerablemente mayor que
el de Inglaterra. Hasta ahora triunfó Alemania, quedando inmensamente más
fuerte de lo que nadie hubiera podido suponer antes de la guerra. Se
entiende, por lo tanto, que sería conveniente para Alemania concluir la paz
cuanto antes, pues su rival aún podría, en la oportunidad más ventajosa
imaginable para él (si bien poco probable), poner en juego una más numerosa
reserva de reclutas, etc.
Tal es la situación objetiva. Tal es el momento actual de la lucha por
el reparto del botín imperialista. Es completamente natural que este momento
haya engendrado aspiraciones, de claraciones y manifestaciones pacifistas
preferentemente entre la burguesía y los gobiernos de la coalición alemana y
luego de los países neutrales. Es igualmente natural que la burguesía y sus
gobiernos estén obligados a emplear todas sus fuerzas para burlar a los
pueblos, encubriendo la repugnante desnudez de la paz imperialista, el
reparto de lo saqueado, por medio de frases, frases enteramente falsas
acerca de una paz
pág. 88
democratica, acerca de la libertad de los pueblos pequeños, acerca de la
reducción de los armamentos, etc.
Pero si es natural en la burguesía que trate de burlar a los pueblos,
¿de qué manera cumplen su deber los socialistas? De esto se tratará en el
artículo (o capítulo) siguiente.
pág. 89
ARTICULO (O CAPITULO) II
EL PACIFISMO DE KAUTSKY
Y DE TURATI
Kautsky es el teórico de mayor autoridad de la II Internacional, el jefe
más destacado del llamado "centro marxista" en Alemania, el representante de
la oposición que ha creado en el Reichstag una fracción aparte: el "Grupo
Socialdemócrata del Trabajo" (Haase, Ledebour y otros). En una serie de
periódicos socialdemócratas de Alemania se publican ahora artículos de
Kautsky sobre las condiciones de paz, parafraseando la declaración oficial
del "Grupo Socialdemócrata del Trabajo" que éste presentó con motivo de la
conocida nota del gobierno alemán en la que se proponían negociaciones sobre
la paz. Al exigir que el gobierno proponga condiciones determinadas de paz,
esa declaración contiene entre otras cosas la siguiente frase
característica:
. . . "Para que dicha nota (del gobierno alemán) conduzca hacia la paz
es necesario que en todos los países se rechace inequivocamente la idea de
anexar zonas ajenas, de someter política, económica o militarmente,
cualquier pueblo que sea a otro Poder estatal" . . .
pág. 90
Parafraseando y concretando esa proposición, Kautsky "de muestra"
circunstanciadamente en sus artículos que Constantinopla no le debe tocar a
Rusia y que Turquía no debe ser un Estado vasallo de nadie.
Examinemos más atentamente esas consignas y esos argumentos políticos de
Kautsky y de sus correligionarios.
Cuando se trata de Rusia, o sea del rival imperialista de Alemania,
entonces Kautsky ya no plantea una exigencia abstracta, "general", sino una
completamente concreta, precisa y determinada: Constantinopla no debe
tocarle a Rusia. Con eso mismo él desenmascara las verdaderas intenciones
imperialistas. . . de Rusia. Cuando se trata de Alemania, es decir,
precisamente de aquel país a cuyo gobierno y a cuya burguesía, la mayoría
del partido que cuenta a Kautsky entre sus miembros (y que nombró a Kautsky
redactor de su órgano principal teórico, directivo, Neue Zeit [*]) ayuda a
hacer la guerra imperialista, entonces Kautsky no desenmascara las
intenciones imperialistas concretas de su propio gobierno, sino que se
limita a expresar un deseo o una proposición "general": ¡¡Turquía no debe
ser un Estado vasallo de nadie!!
¿En qué se distingue pues la política de Kautsky, por su contenido
efectivo, de la política de los combativos, por así decirlo,
socialchovinistas (es decir, socialistas de palabra y chovinistas de hecho),
de Prancia e Inglaterra, que desenmascaran los actos imperialistas concretos
de Alemania, pero cuando se trata de países y de pueblos conquistados por
Inglaterra o por Rusia, se escabullen expresando deseos o proposiciones
"generales"? Gritan cuando se trata de la ocupación de Bélgica, de Servia,
pero callan sobre la ocupación de Galitzia, de Armenia y de las colonias en
Africa.
* Tiempo Nuevo -- N. del T.
pág. 91
De hecho, la política de Kautsky y de Sembat-Henderson ayuda
indistintamente a su propio gobierno imperialista, atrayendo principalmente
la atención sobre la malignidad del rival y del enemigo y arrojando un velo
de frases nebulosas, generales, y de bondadosos deseos sobre los actos
igualmente imperialistas de su "propia " burguesía. Y nosotros dejaría mos
de ser marxistas, dejaríamos en general de ser socialistas, si nos
contentáramos con la contemplación cristiana, por así decirlo, de la bondad
de las bondadosas frases generales, sin poner al descubierto su significado
político real. ¿Acaso no vemos continuamente que la diplomacia de todas las
potencias imperialistas hace alarde de virtuosísimas frases "generales" y de
sus declaraciones "democráticas" encubriendo con ellas el saqueo, la
violación y el estrangulamiento de los pueblos pequeños?
"Turquía no debe ser un Estado vasallo de nadie" . . . Si digo solamente
eso, puede parecer que yo soy partidario de la plena libertad de Turquía.
Pero en realidad no hago más que repetir una frase pronunciada comúnmente
por los diplomáticos alemanes que, a todas luces, mienten y dan pruebas de
hipocresía, encubriendo con dicha frase el hecho de que Alemania haya
transformado, ahora, a Turquía en su vasallo tanto en el sentido financiero
como en el militar. Y si yo soy un socialista alemán, mis frases "generales"
sólo resultan beneficiosas para la diplomacia alemana porque su significado
real reside en que sirven para adornar al imperialismo alemán.
. . . "En todos los países debe repudiarse la idea de las anexiones, . .
. del sometimiento económico de cualquier pueblo que sea.". . . ¡Qué alarde
de virtud! Los imperialistas, miles de veces, "repudian la idea" de las
anexiones y del es trangulamiento financiero de los pueblos débiles, pero
¿no convendría confrontar eso con los hechos que demuestran que
pág. 92
cualquier banco grande de Alemania, Inglaterra, Francia o Estados Unidos
tiene " sometidos " a los pueblos pequeños? ¿Puede acaso, en la práctica, un
gobierno burgués actual de un país rico rechazar las anexiones y la
subordinación económica de los pueblos extraños, cuando se han invertido
miles y miles de millones en los ferrocarriles y en otras empresas de los
pueblos débiles?
¿Quién es el que lucha realmente contra las anexiones, etc.: aquel que
lanza hermosas frases cuyo valor objetivo equivale exactamente al del agua
bendita cristiana con la cual se rocía a los bandidos coronados y
capitalistas, o aquel que explica a los obreros que, sin derrocar la
burguesía imperialista y sus gobiernos, es imposible poner fin a las
anexiones y al estrangulamiento financiero?
He aquí una ilustración italiana del pacifismo que predica Kautsky.
En el órgano central del Partido Socialista Italiano Avanti! del 25 de
diciembre de 1916, el conocido reformista Filippo Turati publicó un artículo
titulado "Abracadabra". El 22 de noviembre de 1916 -- escribe él -- el grupo
socialista parlamentario de Italia propuso en el parlamento una moción sobre
la paz. En esa moción "comprobó la concordancia de los principios
proclamados por los representantes de Inglaterra y de Alemania, principios
que deben cimentar una paz posible, e invitó al gobierno a iniciar las
negociaciones de paz con la mediación de los Estados Unidos y de otros
países neutrales". Así expone el contenido de la moción socialista el mismo
Turati.
El 6 de diciembre de 1916 la cámara "entierra" la moción socialista
"postergando" su discusión. El 12 de diciembre el canciller alemán propone
en su propio nombre, en el Reichstag, lo que querían los socialistas
italianos. El 22 de diciembre
pág. 93
interviene con su Nota Wilson, "parafraseando y repitiendo -- según la
expresión de F. Turati -- las ideas y los argumentos de la moción
socialista". El 23 de diciembre otros Estados neutrales aparecen en escena
parafraseando la Nota de Wilson.
Nos acusan de habernos vendido a Alemania, exclama Turati. ¿No se han
vendido a Alemania también Wilson y los Estados neutrales?
El 17 de diciembre Turati pronunció en el parlamento un discurso, uno de
cuyos pasajes provocó una extraordinaria y merecida sensación. He aquí ese
pasaje, según la información de Avanti! :
. . . "Supongamos que en una discusión del tipo que nos propone Alemania
sea posible resolver a grandes trazos cuestiones tales como la evacuación de
Bélgica, Francia, la reconstitución de Rumania, Servia y, si queréis, de
Montenegro; os agrego la rectificación de las fronteras italianas en lo que
se refiere a lo indiscutiblemente italiano y que responde a garantías de un
carácter estratégico". . . En ese pasaje la cámara chovinista y burguesa
interrumpe a Turati; de todas partes se oyen exclamaciones: "¡Magnífico!
¡Quiere decir que usted también quiere todo eso! ¡Viva Turati! ¡Viva
Turati!". . .
Turati, al darse cuenta, por lo visto, de que algo anda mal en ese
entusiasmo burgués, trata de "corregirse" o de "explicarse":
. . . "Señores -- dice él --, no estamos para bromas inoportunas. Una
cosa es admitir la conveniencia y el derecho de la unidad nacional, siempre
reconocida por nosotros; otra cosa es provocar o justificar la guerra por
ese motivo".
Ni esa "explicación" de Turati, ni los artículos de Avanti! publicados
en su defensa, ni la carta de Turati del 21 de di-
pág. 94
ciembre, ni el artículo de cierto "b b " aparecido en el Volksrecht de
Zurich "arreglan" en absoluto la situación, ¡ni suprimen el hecho de que
Turati se haya traicionado! . . . Más precisamente: no fue Turati el que se
ha traicionado sino todo el pacifismo socialista, representado por Kautsky
y, como veremos más adelante, por los "kautskianos" franceses. La prensa
burguesa de Italia tuvo razón cuando recogió ese pasaje en el discurso de
Turati regocijándose al respecto.
El mencionado "b b " intenta defender a Turati diciendo que aquél sólo
se refería al "derecho de autodeterminación de las naciones".
¡Mala defensa! ¿Qué tiene que ver "el derecho de autodeterminación de
las naciones" que, como todos saben, está en el programa de los marxistas (y
ha estado siempre en el programa de la democracia internacional), con la
defensa de los pueblos oprimidos? ¿Qué tiene que ver con la guerra
imperialista, es decir, con la guerra por el reparto de las colonias, por la
opresión de los países extraños, con la guerra entre potencias opresoras y
de saqueo, por ver quién puede oprimir más pueblos extraños?
Invocar la autodeterminación de las naciones para justificar una guerra
imperialista, no una guerra nacional, ¿en qué se distingue eso de los
discursos de Alexinski, Hervé, Hyndman, quienes invocan la república en
Francia en contraposición a la monarquía en Alemania, aunque todos saben que
la guerra en cuestión no se debe en absoluto al choque del sistema
republicano con el principio monárquico, sino al reparto de las colonias y
demás, entre dos coaliciones imperialistas?
Turati se explicaba y se defendía diciendo que de ningún modo
"justificaba" la guerra.
Creamos al reformista Turati, a Turati el partidario de Kautsky, que no
fue su intención justificar la guerra. ¿Pero
pág. 95
quién ignora que en la política no se toman en cuenta las intenciones sino
los actos, no los buenos deseos sino los hechos, no lo imaginado sino lo
real?
Admitamos que Turati no haya querido justificar la guerra, que Kautsky
no haya querido justificar el que Alemania establezca relaciones de
vasallaje de Turquía respecto del imperialismo alemán. Pero en la práctica
resultó que esos dos tiernos pacifistas ¡justificaron precisamente la
guerra! He aquí el fondo del asunto. Si Kautsky hubiera pronunciado algo
semejante a "Constantinopla no debe tocarle a Rusia, Turquía no debe ser un
Estado vasallo de nadie", no en una revista, tan aburrida que nadie lee,
sino desde la tribuna del parlamento, ante un público burgués vivo,
impresionable, de temperamento meridional, nada habría de asombroso en que
los ingeniosos burgueses exclamaran: "¡Magnífico! ¡Muy bien! ¡Viva Kautsky!"
Turati adoptaba de hecho -- independientemente de si lo quería o no, de
si tenía conciencia de ello -- el punto de vista de un intermediario
burgués, que proponía un arreglo amistoso entre los buitres imperialistas.
"Liberar" las tierras italianas pertenecientes a Austria sería encubrir en
los hechos la recompensa que se otorga a la burguesía italiana por su
participación en la guerra imperialista de una coalición imperialista
gigantesca, sería un suplemento sin importancia al reparto de las colonias
en Africa, y de las esferas de influencia en Dalmacia y en Albania. Es
natural, quizá, que el reformista Turati adopte un punto de vista burgués,
pero Kautsky de hecho no se distingue absolutamente en nada de Turati.
Para no aderezar la guerra imperialista, para no ayudar a la burguesía a
hacer pasar esa guerra por nacional, por una guerra liberadora de los
pueblos, para no encontrarse en la posición de un reformismo burgués, hay
que hablar, no como lo hacen Kautsky y Turati, sino como lo hacía Karl
Liebknecht;
pág. 96
hay que decirle a la propia burguesía que es hipócrita cuando habla de
liberación nacional, que la paz democrática es imposible en relación con la
guerra actual, a no ser que el proletariado "vuelva las armas" contra sus
propios gobiernos.
Esa debería ser, y sólo esa, la posición de un verdadero marxista, de un
verdadero socialista y no de un reformista burgués. No trabaja realmente en
beneficio de la paz democrática el que repite los buenos y generales deseos
del pacifismo, que nada dicen y a nada obligan, sino el que desenmascara el
carácter imperialista tanto de la guerra actual como de la paz imperialista
que ella está preparando; el que llama a los pueblos a la revolución contra
los gobiernos criminales.
Algunos tratan a veces de defender a Kautsky y a Turati diciendo que
legalmente no se podía ir más allá de una "alusión" en contra del gobierno y
tal "alusión" existe en los pacifistas de esa clase. Pero a esto hay que
contestar, primero, que el hecho de que sea imposible decir legalmente la
verdad es un argumento que no va en favor del encubrimiento de la verdad
sino a favor de la necesidad de establecer una organización y una prensa
ilegal, es decir, libre de la policía y de la censura; segundo, que existen
momentos históricos en que al socialista se le exige una ruptura con
cualquier legalidad; tercero que, aun en la Rusia feudal, Dobroliubov y
Chernishevski sabían decir la verdad, sea pasando en silencio el manifiesto
del 19 de febrero de 1861, sea burlándose de los liberales de entonces que
decían discursos idénticos a los de Turati y de Kautsky, sea
ridiculizándolos.
En el artículo siguiente pasaremos al pacifismo francés que encontró su
expresión en las resoluciones de dos congresos de organizaciones obreras y
socialistas de Francia, recientemente celebrados.
pág. 97
ARTICULO (O CAPITULO) III
EL PACIFISMO DE LOS SOCIALISTAS Y
SINDICALISTAS FRANCESES
Acaban de clausurarse los congresos de la C.G.T. francesa (Confédération
Générale du Travail)[26] y del Partido Socialista Francés[27]. Aquí se
delineó con particular nitidez el significado y el papel auténticos que
desempeña en el momento actual el pacifismo socialista.
He aquí la resolución del congreso sindical, adoptada unánimemente tanto
por la mayoría de los chovinistas furiosos, con el tristemente famoso
Jouhaux a la cabeza, como por el anarquista Broutechoux y . . . el
"zimmerwaldista" Merrheim:
"La conferencia de las federaciones gremiales nacionales, de las uniones
de los sindicatos, de las bolsas de trabajo, habiéndose notificado de la
Nota del Presidente de los Estados Unidos que 'invita a todas las naciones
que se encuentran actualmente en guerra a exponer públicamente sus puntos de
vista sobre las condiciones en las que se le podría poner fin'; --
"solicita del gobierno francés, otorgue su conformidad a dicha
propuesta;
pág. 98
"invita al gobierno a asumir la iniciativa de intervenir ante sus
aliados para apresurar la hora de la paz;
"declara que la federación de naciones, que es una de las garantías de
la paz definitiva, puede ser asegurada sólo a condición de que todas las
naciones, tanto pequeñas como grandes, sean independientes, territorialmente
inviolables y política y económicamente libres.
"Las organizaciones representadas en la conferencia asumen la obligación
de apoyar y difundir esa idea entre las masas obreras para que cese la
situación indefinida, ambigua, que sólo beneficia a la diplomacia secreta
contra la cual siempre se rebeló la clase obrera".
He aquí un ejemplo de un pacifismo "puro" muy al estilo de Kautsky, de
un pacifismo aprobado por una organización oficial de obreros que nada tiene
de común con el marxismo y que está formada en su mayoría por chovinistas.
Tenemos ante nosotros un documento descollante y que merece la más seria
atención, el documento de la unificación política ds los chovinistas y de
los kautskianos, basado en una huera fraseología pacifista. Si en el
artículo precedente hemos intentado mostrar en qué consiste la base teórica
de la unidad de opiniones de chovinistas y de pacifistas, de burgueses y de
reformistas socialistas, vemos ahora esa unidad realizada en la práctica en
otro país imperialista.
En la Conferencia de Zimmerwald, 5-8. IX. 1915, Merrheim declaró: "Le
parti, les Jouhaux, le gouvernement, ce ne sont que trois tetes sous un
bonnet " ("El partido, los señores Jouhaux, el gobierno, no son sino tres
cabezas bajo un mismo bonete", es decir son una misma cosa). En la
Conferencia de la C.G.I. del 26 de diciembre de 1916 Merrheim vota, junto
con Jouhaux, la resolución pacifista. El 23 de diciembre de 1916 uno de los
órganos más francos y extremos de los socialimpe-
pág. 99
rialistas alemanes, el periódico de Chemnitz Volksstimme, inserta el
artículo editorial: "Descomposición de los partidos burgueses y
restablecimiento de la unidad socialdemócrata". En ese artículo se alaba,
naturalmente, el espíritu de paz de Sudekum, Legien, Scheidemann y Cía., de
toda la mayoría del Partido Socialdemócrata Alemán, como también del
gobierno alemán, y se proclama que "el primer congreso del Partido con
vocado después de la guerra debe restablecer su unidad, excepción hecha de
los poco numerosos fanáticos que rehusan pagar las cuotas del Partido" (¡es
decir de los adictos a Karl Liebknecht!), "-- restablecer la unidad del
Partido sobre la base de la política de la dirección del partido, de la
fracción socialdemócrata del Reichstag y de los sindicatos".
Con una claridad meridiana se expresa aquí la idea y se proclama la
política de la "unidad" entre los socialchovinistas abiertos de Alemania con
Kautsky y Cía., y el "Grupo Socialdemócrata del Trabajo" -- unidad basada en
frases pacifistas --, ¡"unidad" como la realizada en Francia el 26 de
diciembre de 1916 entre Jouhaux y Merrheim!
El órgano central del Partido Socialista Italiano Avanti! escribe en su
nota editorial del 28 de diciembre de 1916:
"Si bien Bissolati y Sudekum, Bonomi y Scheidemann, Sembat y David,
Jouhaux y Legien pasaron al campo del nacionalismo burgués y traicionaron
(hanno tradito ) la unidad ideológica de los internacionalistas a la cual
prometieron servir en cuerpo y alma, nosotros nos quedaremos junto a
nuestros camaradas alemanes tales como Liebknecht, Ledebour, Hoffman, Meyer,
a nuestros camaradas franceses tales como Merrheim, Blanc, Brizon,
Raffin-Dugens, quienes no cambiaron ni vacilaron".
Ved qué confusión se produce:
Bissolati y Bonomi fueron expulsados por reformistas y chovinistas, del
Partido Socialista Italiano aún antes de la guerra.
pág. 100
Avanti! los coloca en el mismo nivel que a Sudekum y a Legien, y con toda
razón por cierto; pero Sudekum, David y Legien están a la cabeza del
pretendido partido socialdemócrata de Alemania, socialchovinista de hecho, y
el mismo Avanti! se rebela contra su expulsión, contra la ruptura con ellos,
contra la formación de la III Internacional. Avanti! anuncia, y con justa
razón, que Legien y Jouhaux se han pasado al campo del nacionalismo burgués,
oponiéndolos a Liebknecht y a Ledebour, a Merrheim y a Brizon. Pero nosotros
vemos que Merrheim vota junto con Jouhaux y que Legien manifiesta, por boca
de Volksstimme de Chemnitz, su certidumbre en el restablecimiento de la
unidad del Partido, con la única excepción de los correligionarios de
Liebknecht, esto es, ¡¡"unidad" junto con el "Grupo Socialdemócrata del
Trabajo" (Kautsky inclusive) al cual pertenece Ledebour!!
Esa confusión es originada por el hecho de que Avanti! confunde el
pacifismo burgués con el internacionalismo socialdemócrata revolucionario,
mientras que politiqueros tan experimentados como Legien y Jouhaux han
comprendido magníficamente la identidad del pacifismo socialista y la del
pacifismo burgués.
¡Cómo no han de regocijarse el señor Jouhaux y su periódico chovinista
La Bataille [28] con motivo de la "unanimidad" de Jouhaux y de Merrheim,
cuando, en la resolución adoptada unánimemente y citada por nosotros
íntegramente, no hay de hecho absolutamente nada, salvo frases pacifistas
burguesas, no hay ni sombra de conciencia revolucionaria, ni una sola idea
socialista!
¿No es ridiculo acaso hablar de "libertad económica de todas las
naciones, tanto pequeñas como grandes", pasando en silencio aquello de que
mientras no se derroquen los gobiernos burgueses y no se expropie a la
burguesía, esa "libertad econó-
pág. 101
mica" es un engaño del pueblo, del mismo modo que las frases referentes a la
"libertad económica" de los ciudadanos en general, de los pequeños
campesinos y de los ricos, de los obreros y de los capitalistas, en la
sociedad contemporánea?
La resolución por la cual votaron unánimemente Jouhaux y Merrheim está
totalmente impregnada por las ideas del "nacionalismo burgués", que Avanti!
destaca acertadamente en Jouhaux, pero que Avanti! extrañamente no ve en
Merrheim.
Los nacionalistas burgueses han hecho alarde, siempre y en todas partes,
de frases "generales" sobre una "federación de naciones" en general, sobre
la "libertad económica de todas las naciones grandes y pequeñas". Los
socialistas, a diferencia de los nacionalistas burgueses, decían y dicen:
perorar acerca de la "libertad económica de las naciones grandes y pequeñas"
es una hipocresía repugnante, en tanto que unas naciones (por ejemplo
Inglaterra y Francia) coloquen en el extranjero, es decir, concedan
préstamos con intereses usurarios a las naciones pequeñas y atrasadas, miles
y miles de millones de francos de capital y las naciones pequeñas y débiles
se encuentren bajo su yugo.
Los socialistas no podrían dejar, sin una protesta decidida, una sola
frase de aquella resolución, por la cual votaron unánimemente Jouhaux y
Merrheim. Los socialistas hubieran declarado, en contraposición abierta a
dicha resolución, que el discurso de Wilson es una evidente mentira e
hipocresia, pues Wilson es un representante de la burguesia que ha ganado
miles de millones en la guerra, es el jefe de un gobierno que llevó hasta la
locura la acción armamentista de los Estados Unidos, con fines manifiestos
de una segunda gran guerra imperialista; que el gobierno burgués francés,
atado de pies y manos por el capital financiero, del cual es esclavo, y por
los tratados imperialistas secretos enteramente rapaccs y reaccio-
pág. 102
narios, con Inglaterra, Rusia, etc., no está en condiciones de decir ni de
hacer otra cosa que lanzar las mismas mentiras sobre la cuestión de una paz
democrática y "justa"; que la lucha por una paz semejante consiste, no en la
repetición de frases pacifistas generales, estériles, insustanciales,
bondadosas y melifluas, que a nada obligan y que sólo embellecen en la
práctica la ruindad imperialista, sino en declarar a los pueblos la verdad,
precisamente en declarársela a los pueblos: para obtener una paz justa y
democrática es preciso derrocar a los gobiernos burgueses de todos los
países beligerantes y aprovechar para ello el hecho de que millones de
obreros están armados, como también la exasperación general de las masas de
la población, provocada por la carestía de la vida y por los horrores de la
guerra imperialista.
Eso es lo que deberían haber dicho los socialistas en lugar de la
resolución de Jouhaux y de Merrheim.
¡¡El Partido Socialista Francés, en su congreso que se realizó en París
simultáneamente con el de la C.G.T., no sólo no dijo eso, sino que adoptó
una resolución aún peor, por 2.838 votos contra 109 y 20 abstenciones, es
decir, con el bloque de los socialchovinistas (Renaudel y Cía., los así
llamados majoritaires, los partidarios de la mayoría) y de los longuetistas
(partidarios de Longuet, kautskianos franceses)!! ¡¡AI mismo tiempo votaron
por esa resolución el zimmerwaldista Bourderon y el kienthalista
Raffin-Dugens!!
No citaremos el texto de esa resolución pues es excesivamente larga y
carece en absoluto de interés: en ella figuran a la par las frases
bondadosas y melifluas acerca de la paz y la declaración de estar dispuestos
a seguir apoyando la así llamada "defensa de la patria" en Francia, es
decir, de seguir apoyando la guerra imperialista en la que Francia está
aliada
pág. 103
con bandidos aún más fuertes y más grandes, tales como Inglaterra y Rusia.
La unificación de los socialchovinistas con los pacifistas (o
kautskianos) en Francia, y con parte de los zimmerwaldistas, se convirtió,
por consiguiente, en un hecho, no sólo en la C.G.T. sino también en el
Partido Socialista.
pág. 104
ARTICUL0 (0 CAPITUL0) IV
ZIMMERWALD EN LA ENCRUCIJADA
El 28 de diciembre llegaron a Berna los periódicos franceses con el
informe referente al Congreso de la C.G.T. y el 30 de diciembre apareció, en
los periódicos socialistas de Berna y de Zurich, un nuevo llamamiento de la
I. S. K. de Berna ("Internationale Sozialistische Kommission"), Comisión
Socialista Internacional, órgano ejecutivo de la unión zimmerwaldiana. En
ese llamamiento, fechado a fines de diciembre de 1916, se habla de la
propuesta de paz por parte de Alemania como también de Wilson y de otros
países neutrales. A estas manifestaciones gubernamentales las llaman, y con
justa razón, "comedia de la paz", "juego para burlar a los propios pueblos",
"gesticulaciones pacifistas e hipocritas de los diplomáticos".
A esta comedia y a esta mentira se les contrapone, como "única fuerza"
capaz de lograr la paz, etc., la "firme voluntad" del proletariado
internacional de "dirigir las armas no contra sus hermanos, sino contra el
enemigo que está en su propio país".
pág. 103
Las citas mencionadas nos muestran manifiestamente dos políticas
diferentes en su raíz que, hasta el presente, parecían lievarse de acuerdo
dentro de la unión zimmerwaldiana y que ahora se han separado
definitivamente.
Por una parte, Turati dice definidamente, y con toda justicia, que la
propuesta de Alemania, de Wilson, etc., sólo es la "paráfrasis " del
pacifismo "socialista" italiano. La declaración de los socialchovinistas
alemanes y la votación de los franceses demuestran que tanto unos como otros
han apreciado perfectamente la utilidad del encubrimiento pacifista de su
política.
Por otra parte, el llamamiento de la Comisión Socialista Internacional
da el nombre de comedia y de hipocresía al pacifismo de todos los gobiernos
neutrales y beligerantes.
Por una parte, Jouhaux se une con Merrheim; Bourderon, Longuet y
Raffin-Dugens, con Renaudel, Sembat y Thomas; y los socialchovinistas
alemanes Sudekum, David, Scheidemann, proclaman el próximo "restablecimiento
de la unidad socialdemócrata" con Kautsky y con el "Grupo Socialdemócrata
del Trabajo".
Por otra parte, el llamamiento de la Comisión Socialista Internacional
invita a las "minorías socialistas" a luchar enérgicamente contra "sus
gobiernos" "y contra sus socialpatriotas mercenarios" (Söldlinge ).
O esto o aquello.
¿Desenmascarar todo lo insustancial, lo absurdo, lo hipócrita del
pacifismo burgués o bien "parafrasear" su pacifismo "socialista"? ¿Luchar
contra los Jouhaux y los Renaudel, contra los Legien y los David como
"mercenarios" de los gobiernos, o bien unirse con ellos sobre la base de las
declamaciones pacifistas y vacías de molde francés o alemán?
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Esta es la línea divisoria según la cual se produce la separación entre
la derecha de Zimmerwald, que se rebeló siempre y con todas sus fuerzas
contra una escisión con los socialchovinistas, y su izquierda, que ya en
Zimmerwald mismo no en vano tuvo buen cuidado de marcar abiertamente un
límite con la derecha, de intervenir, en la conferencia y después de ella,
en la prensa, con una plataforma distinta. La proximidad de la paz, o aunque
sea la discusión intensiva del problema de la paz por algunos elementos
burgueses, originó, no por mera casualidad sino inevitablemente, una
separación particularmente manifiesta entre una política y la otra. Porque a
los pacifistas burgueses y a sus imitadores o remedadores "socialistas" la
paz se les figuraba y figura como algo en principio distinto en el sentido
de que la idea: "la guerra es la continuación de la política de paz, la paz
es la continuación de la política de guerra", nunca fue comprendida por los
pacifistas de ambos matices. Que la guerra imperialista de los años
1914-1917 es la continuación de la política imperialista de los años
1898-1914, si no lo es también de un período anterior, no quisieron ni
quieren verlo los burgueses ni los socialchovinistas. Que la paz puede ser
ahora, a no ser que se derroquen revolucionariamente los gobiernos
burgueses, sólo una paz imperialista que prolongue la guerra imperialista,
eso no lo ven los pacifistas, sean éstos burgueses o socialistas.
Así como para emitir una apreciación de la guerra actual se han empleado
frases estrechas, vulgares y sin sentido sobre la agresión o la defensa en
general, así también respecto de la paz se emplean lugares comunes de
filisteos, olvidando la situación histórica concreta, la realidad concreta
de la lucha entre las potencias imperialistas. Y era natural que los
socialchovinistas, esos agentes de los gobiernos y de la burguesía dentro de
los partidos obreros, aprovecharan la proximidad
pág. 107
de la paz, incluso las conversaciones sobre la paz, para esfumar la
profundidad de su reformismo y de su oportunismo, puesta de manifiesto por
la guerra, para restablecer su quebrantada influencia sobre las masas. De
ahí que los socialchovinistas, como ya lo hemos visto, tanto en Alemania
como en Francia, traten con renovados esfuerzos de "unirse" con la parte
pacifista, vacilante y sin principios de la "oposición".
También dentro de la unión zimmerwaldiana se harán, probablemente,
tentativas para esfumar la división de dos líneas políticas
irreconciliables. Se pueden prever dos tipos de tentativas La conciliación
"práctica" consistirá simplemente en mezclar mecánicamente las sonoras
frases revolucionarias (tales como por ejemplo las contenidas en el
llamamiento de la Comisión Socialista Internacional) con las prácticas
pacifista y oportunista. Así sucedió en la II Internacional. Las frases
archirrevolucionarias contenidas en los llamamientos de Huysmans y
Vandervelde y en algunas resoluciones de los congresos sólo encubrían la
práctica archioportunista de la mayoría de los partidos europeos, sin
transformarla, sin socavarla, sin luchar contra ella. Es dudoso que, dentro
de la unión zimmerwaldiana, esa táctica pueda lograr un nuevo éxito.
Los "conciliadores de principios" intentarán of recer una falsificación
del marxismo bajo la forma de una reflexión tal como, por ejemplo: que las
reformas no excluyen la revolución; que la paz imperialista, con
determinadas "mejoras" de las fronteras entre las nacionalidades, o del
derecho internacional, o del presupuesto para los armamentos, etc., es
posible, a la par de un movimiento revolucionario, como "uno de los aspectos
del desarrollo" de este movimiento; y así sucesivamente, y etc.
Eso sería falsificación del marxismo. Por cierto, las reformas no
excluyen la revolución. Sin embargo no se trata ahora de
pág. 108
eso, sino de que los revolucionarios no se excluyan a sí mismos frente a los
reformistas, es decir, de que los socialistas no sustituyan su labor
revolucionaria por la reformista. Europa pasa por una situación
revolucionaria. La guerra y la carestía la aguzan. La transición de la
guerra a la paz no la suprime necesariamente, porque de ningún lado deriva
que los millones de obreros, que tienen en su poder un armamento excelente,
permitan indispensable e incondicionalmente que la burguesía los "desarme en
forma pacífica" en lugar de seguir el consejo de Liebknecht, esto es, en
lugar de dirigir las armas contra su propia burguesía.
La cuestión no es como la plantean los pacifistas, los kautskianos: o
bien la campaña política reformista o bien el rechazo de las reformas. Eso
es una manera burguesa de plantear el asunto. De hecho el problema está
planteado así: o bien la lucha revolucionaria cuyo producto colateral, en
caso de un éxito incompleto, suelen ser las reformas (eso lo demostró la
historia de las revoluciones en todo el mundo), o bien nada más que
conversaciones acerca de las reformas y de las promesas de reformas.
El reformismo de Kautsky, de Turati, de Bourderon, que se presenta ahora
en forma de pacifismo, no sólo deja de lado la cuestión de la revolución
(esto ya es traicionar al socialismo), no sólo renuncia en la práctica a
toda labor revolucionaria sistemática y sostenida, sino que llega a declarar
que las manifestaciones callejeras son una aventura (Kautsky en Neue Zeit el
26 de noviembre de 1915), llega hasta el punto de defender y realizar la
unidad con los adversarios francos y decididos de la lucha revolucionaria,
los Sudekum, los Legien, los Renaudel, los Thomas, etc. y etc.
Ese reformismo es absolutamente incompatible con el marxismo
revolucionario, que está obligado a aprovechar, en
pág. 109
todos sus aspectos, la presente situación revolucionaria en Europa para
hacer una prédica directa de la revolución, del derrocamiento de los
gobiernos burgueses, de la conquista del Poder por el proletariado armado,
sin renunciar ni negarse a utilizar las reformas, para el desarrollo de la
lucha por la revolución y en el curso de la misma.
Veremos en un futuro próximo cómo se desenvolverá en general el proceso
de los acontecimientos en Europa, la lucha del reformismo-pacifismo con el
marxismo revolucionario en particular, y dentro de ésta, la lucha entre los
dos sectores de la unión zimmerwaldiana.
From Marx to Mao
(English)
Desde Marx
hasta Mao
Textos
de Lenin
Apuntos sobre
el texto abajo
pág. 116
NOTAS
[25] Lenin proyectaba publicar el artículo "Pacifismo burgués y pacifismo
socialista" en el periódico Novi Mir (Mundo Nuevo ), que era
pág. 117
editado en Nuevo York por los socialistas rusos emigrados. Pero el artículo
no apareció allí. Los dos primeros capítulos del mismo aparecieron, luego de
su reelaboración, en el último número (el 58) de Sotsial-Demokrat con el
título "Un viraje en la política mundial" (véase V. I. Lenin, Obras
Completas, t. XXIII). [pág. 81]
[26] Confédération Générale du Travail (Confederacion General del Trabajo
), unión de los sindicatos de toda Francia constituida en 1895. En el
período de la Primera Guerra Mundial el núcleo directivo de la Confederación
General del Trabajo se coloco al lado de los imperialistas e hizo la
propaganda en favor de la colaboración de clases y de la "defensa de la
patria". [pág. 97]
[27] El Partido Socialista Francés se formó en 1902. En 1905, por
iniciativa del Partido Socialista Frances y del Partido Socialista de
Francia, fue formado un partido socialista único, del que formaban parte los
miembros de todos los partidos y agrupaciones socialistas (guesdistas,
blanquistas, jauresistas y otros). La dirección del Partido Socialista
Francés pasó a los socialreformistas (encabezados por Jaurés), que
constituía su mayoría. Durante la Primera Guerra Mundial el partido ocupó la
posición socialchovinista, su fracción parlamentaria votó los créditos de
guerra, y sus representantes formaron parte del gobierno burgués. En el
Congreso de Tours (25-30 de diciembre de 1920) el Partido Socialista Francés
se dividió: la mayoría formó el Partido Comunista de Francia, la minoría
derechista-oportunisita, encabezada por León Blum, abandonó el congreso y
creó un partido independiente, adoptando el antiguo nombre de Partido
Socialista Francés. [pág. 97]
[28] La Bataille, órgano de los anarcosindicalistas franceses; empezó a
publicarse en París en noviembre de 1915; en la Primera Guerra Mundial ocupó
una posición socialchovinista. [pág. 100]
From Marx to Mao
(English)
Desde Marx
hasta Mao
Textos
de Lenin
               (
geocities.com/capitolhill/senate)                   (
geocities.com/capitolhill)