Sobre la práctica

Mao Tse-tung
SOBRE LA PRACTICA



      El materialismo premarxista examinaba el problema del conocimiento al 
  margen de la naturaleza social del hombre y de su desarrollo histórico, y por 
  eso era incapaz de comprender la dependencia del conocimiento respecto a la 
  práctica social, es decir, la dependencia del conocimiento respecto a la 
  producción y a la lucha de clases. 
      Ante todo, los marxistas consideran que la actividad del hombre en la 
  producción es su actividad práctica más fundamental, la que determina todas 
  sus demás actividades. El conocimiento del hombre depende principalmente de su 
  actividad en la producción material; en el curso de ésta, el hombre va 
  comprendiendo gradualmente los fenómenos, las propiedades y las leyes de la 
  naturaleza, así como las relaciones entre él mismo y la naturaleza, y, también 
  a través de su actividad en la producción, va conociendo paulatinamente y en 
  diverso grado determinadas relaciones existentes entre los hombres. No es 
  posible adquirir ninguno de estos conocimientos fuera de la actividad en la 
  producción. En una sociedad sin clases, cada individuo, como miembro de la 
  sociedad, uniendo sus esfuerzos a los de los demás miembros y entrando con 
  ellos en determinadas relaciones de produc- 


      * En nuestro Partido había cierto número de camaradas dogmáticos, que, 
  durante largo tiempo, rechazaron la experiencia de la revolución china, 
  negaron la verdad de que "el marxismo no es un dogma, sino una guía para la 
  acción", y trataron de intimidar a la gente con palabras y frases de las obras 
  marxistas, sacadas mecánicamente fuera del contexto. Había también cierto 
  número de camaradas empíricos, que, durante largo tiempo, se limitaron a su 
  Fragmentaria experiencia personal, ignoraron la importancia de la teoría para 
  la práctica revolucionaria y no vieron la revolución en su conjunto; aunque 
  trabajaron con diligencia, lo hicieron a ciegas. Las ideas erróneas de unos y 
  otros, y en particular las de los dogmáticos, causaron [cont. en pág. 318. -- 
  DJR] entre 1931 y 1934 enormes daños a la revolución china; además, los 
  dogmáticos, disfrazados de marxistas, desorientaron a gran número de 
  camaradas. El camarada Mao Tse-tung escribió "Sobre la práctica" con el fin de 
  denunciar, desde el punto de vista de la teoría marxista del conocimiento, los 
  errores subjetivistas de dogmatismo y de empirismo en el Partido, 
  especialmente el de dogmatismo. Este trabajo se titula "Sobre la práctica" 
  porque pone énfasis en la denuncia del dogmatismo, variedad del subjetivismo 
  que menosprecia la práctica. Las concepciones contenidas en este trabajo las 
  expuso el camarada Mao Tse-tung en una serie de conferencias dadas en el 
  Instituto Político y Militar Antijaponés de Yenán. 
  pág. 318
  ción, se dedica a la producción para satisfacer las necesidades materiales del 
  hombre. En todas las sociedades de clases, los miembros de las diferentes 
  clases sociales, entrando también, de una u otra manera, en determinadas 
  relaciones de producción, se dedican a la producción, destinada a satisfacer 
  las necesidades materiales del hombre. Esto constituye la fuente fundamental 
  desde la cual se desarrolla el conocimiento humano. 
      La práctica social del hombre no se reduce a su actividad en la 
  producción, sino que tiene muchas otras formas: la lucha de clases, la vida 
  política, las actividades científicas y artísticas; en resumen, el hombre, 
  como ser social, participa en todos los dominios de la vida práctica de la 
  sociedad. Por lo tanto, va conociendo en diverso grado las diferentes 
  relaciones entre los hombres no sólo a través de la vida material, sino 
  también a través de la vida política y la vida cultural (ambas estrechamente 
  ligadas a la vida material). De estas otras formas de la práctica social, la 
  lucha de clases en sus diversas manifestaciones ejerce, en particular, una 
  influencia profunda sobre el desarrollo del conocimiento humano. En la 
  sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una determinada clase, 
  y todas las ideas, sin excepción, llevan su sello de clase. 
      Los marxistas sostienen que la producción en la sociedad humana se 
  desarrolla paso a paso, de lo inferior a lo superior, y que, en consecuencia, 
  el conocimiento que el hombre tiene tanto de la naturaleza como de la sociedad 
  se desarrolla también paso a paso, de lo inferior a lo superior, es decir, de 
  lo superficial a lo profundo, de lo unilateral a lo multilateral. Durante un 
  período muy largo en la historia, el hombre se vio circunscrito a una 
  comprensión unilateral de la historia de la sociedad, ya que, por una parte, 
  las clases explotadoras la deformaban constantemente debido a sus prejuicios, 
  y, por la otra, la pequeña escala de la producción limitaba la visión del 
  hombre. Sólo cuando surgió el proletariado moderno junto con gigantescas 
  fuerzas productivas (la gran industria), pudo el hombre alcanzar una compren- 
  pág. 319
  sión global e histórica del desarrollo de la sociedad y transformar este 
  conocimiento en una ciencia, la ciencia del marxismo. 
      Los marxistas sostienen que la práctica social del hombre es el único 
  criterio de la verdad de su conocimiento del mundo exterior. Efectivamente, el 
  conocimiento del hombre queda confirmado sólo cuando éste logra los resultados 
  esperados en el proceso de la práctica social (producción material, lucha de 
  clases o experimentación científica). Si el hombre quiere obtener éxito en su 
  trabajo, es decir, lograr los resultados esperados, tiene que hacer concordar 
  sus ideas con las leyes del mundo exterior objetivo; si no consigue esto, 
  fracasa en la práctica. Después de sufrir un fracaso, extrae lecciones de él, 
  modifica sus ideas haciéndolas concordar con las leyes del mundo exterior y, 
  de esta manera, puede transformar el fracaso en éxito: he aquí lo que se 
  quiere decir con "el fracaso es madre del éxito" y "cada fracaso nos hace más 
  listos". La teoría materialista dialéctica del conocimiento coloca la práctica 
  en primer plano; considera que el conocimiento del hombre no puede separarse 
  ni en lo más mínimo de la práctica, y repudia todas las teorías erróneas que 
  niegan su importancia o separan de ella el conocimiento. Lenin dijo: "La 
  práctica es superior al conocimiento (teórico), porque posee no sólo la 
  dignidad de la universalidad, sino también la de la realidad inmediata."[1] La 
  filosofía marxista -- el materialismo dialéctico -- tiene dos características 
  sobresalientes. Una es su carácter de clase: afirma explícitamente que el 
  materialismo dialéctico sirve al proletariado. La otra es su carácter 
  práctico: subraya la dependencia de la teoría respecto a la práctica, subraya 
  que la práctica es la base de la teoría y que ésta, a su vez, sirve a la 
  práctica. El que sea verdad o no un conocimiento o teoría no se determina 
  mediante una apreciación subjetiva, sino mediante los resultados objetivos de 
  la práctica social. El criterio de la verdad no puede ser otro que la práctica 
  social. El punto de vista de la práctica es el punto de vista primero y 
  fundamental de la teoría materialista dialéctica del conocimiento[2]. 
      Pero, ¿cómo el conocimiento humano surge de la práctica y sirve a su vez a 
  la práctica? Para comprenderlo basta con mirar el proceso de desarrollo del 
  conocimiento. 
      En el proceso de la práctica, el hombre no ve al comienzo más que las 
  apariencias, los aspectos aislados y las conexiones externas de las cosas. Por 
  ejemplo, algunas personas de fuera vienen a Yenán en giras de investigación. 
  En los primeros uno o dos días, ven su topografía, calles y casas, entran en 
  contacto con muchas personas, asisten 
  pág. 320
  a recepciones, veladas y mítines, oyen todo tipo de conversaciones y leen 
  diferentes documentos: todo esto son las apariencias de las cosas, sus 
  aspectos aislados y sus conexiones externas. Esta etapa del conocimiento se 
  denomina etapa sensorial, y es la etapa de las sensaciones y las impresiones. 
  Esto es, las cosas de Yenán, aisladas, actuando sobre los órganos de los 
  sentidos de los miembros del grupo de investigación, han provocado sensaciones 
  en ellos y hecho surgir en su cerebro multitud de impresiones junto con una 
  noción aproximativa de las conexiones externas entre dichas impresiones: ésta 
  es la primera etapa del conocimiento. En esta etapa, el hombre no puede aún 
  formar conceptos, que corresponden a un nivel más profundo, ni sacar 
  conclusiones lógicas. 
      A medida que continúa la práctica social, las cosas que en el curso de la 
  práctica suscitan en el hombre sensaciones e impresiones, se presentan una y 
  otra vez; entonces se produce en su cerebro un cambio repentino (un salto) en 
  el proceso del conocimiento y surgen los conceptos. Los conceptos ya no 
  constituyen reflejos de las apariencias de las cosas, de sus aspectos aislados 
  y de sus conexiones externas, sino que captan las cosas en su esencia, en su 
  conjunto y en sus conexiones internas. Entre el concepto y la sensación existe 
  una diferencia no sólo cuantitativa sino también cualitativa. Continuando 
  adelante, mediante el juicio y el razonamiento, se pueden sacar conclusiones 
  lógicas. La expresión de la Crónica de los tres reinos[3]: "Frunció el 
  entrecejo y le vino a la mente una estratagema", o la del lenguaje corriente: 
  "Déjeme reflexionar", significan que el hombre, empleando conceptos en el 
  cerebro, procede al juicio y al razonamiento. Esta es la segunda etapa del 
  conocimiento. Los miembros del grupo de investigación, después de haber 
  reunido diversos datos y, lo que es más, después de "haber reflexionado", 
  pueden llegar al juicio de que "la política de frente único nacional 
  antijaponés, aplicada por el Partido Comunista, es consecuente, sincera y 
  genuina". Habiendo formulado este juicio, ellos pueden, si son también 
  genuinos partidarios de la unidad para salvar a la nación, dar otro paso 
  adelante y sacar la siguiente conclusión: "El frente único nacional 
  antijaponés puede tener éxito." Esta etapa, la de los conceptos, los juicios y 
  los razonamientos, es aún más importante en el proceso completo del 
  conocimiento de una cosa por el hombre; es la etapa del conocimiento racional. 
  La verdadera tarea del conocimiento consiste en llegar, pasando por las 
  sensaciones, al pensamiento, en llegar paso a paso a la comprensión de las 
  contradicciones internas de las cosas objetivas, de sus leyes y de las 
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  conexiones internas entre un proceso y otro, es decir, en llegar al 
  conocimiento lógico. Repetimos: el conocimiento lógico difiere del 
  conocimiento sensorial en que éste concierne a los aspectos aislados, las 
  apariencias y las conexiones externas de las cosas, mientras que aquél, dando 
  un gran paso adelante, alcanza al conjunto, a la esencia y a las conexiones 
  internas de las cosas, pone al descubierto las contradicciones internas del 
  mundo circundante y puede, por consiguiente, llegar a dominar el desarrollo 
  del mundo circundante en su conjunto, en las conexiones internas de todos sus 
  aspectos. 
      Nadie antes del marxismo elaboró una teoría como ésta, la materialista 
  dialéctica, sobre el proceso de desarrollo del conocimiento, el que se basa en 
  la práctica y va de lo superficial a lo profundo. Es el materialismo marxista 
  el primero en resolver correctamente este problema, poniendo en evidencia de. 
  manera materialista y dialéctica el movimiento de profundización del 
  conocimiento, movimiento por el cual el hombre, como ser social, pasa del 
  conocimiento sensorial al conocimiento lógico en su compleja y constantemente 
  repetida práctica de la producción y de la lucha de clases. Lenin dijo: "La 
  abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del 
  valor, etc., en una palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, 
  serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma más profunda, veraz y 
  completa."[4] El marxismo-leninismo sostiene que cada una de las dos etapas 
  del proceso cognoscitivo tiene sus propias características: en la etapa 
  inferior, el conocimiento se manifiesta como conocimiento sensorial y, en la 
  etapa superior, como conocimiento lógico, pero ambas son etapas de un proceso 
  cognoscitivo único. Lo sensorial y lo racional son cualitativamente 
  diferentes; sin embargo, uno y otro no están desligados, sino unidos sobre la 
  base de la práctica. Nuestra práctica testimonia que no podemos comprender 
  inmediatamente lo que percibimos, y que podemos percibir con mayor profundidad 
  sólo aquello que ya comprendemos. La sensación sólo resuelve el problema de 
  las apariencias; únicamente la teoría puede resolver el problema de la 
  esencia. La solución de ninguno de estos problemas puede separarse ni en lo 
  más mínimo de la práctica. Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo 
  sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo 
  medio de esa cosa. En la sociedad feudal era imposible conocer de antemano las 
  leyes de la sociedad capitalista, pues no había aparecido aún el capitalismo y 
  faltaba la práctica correspondiente. El marxismo sólo podía ser producto de la 
  sociedad capitalista. Marx, en la época del capitalismo liberal, no podía 
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  conocer concretamente, de antemano, ciertas leyes peculiares de la época del 
  imperialismo, ya que no había aparecido aún el imperialismo, fase final del 
  capitalismo, y faltaba la práctica correspondiente; sólo Lenin y Stalin 
  pudieron asumir esta tarea. Aparte de su genio, la razón principal por la cual 
  Marx, Engels, Lenin y Stalin pudieron crear sus teorías fue su participación 
  personal en la práctica de la lucha de clases y de la experimentación 
  científica de su tiempo; sin este requisito, ningún genio podría haber logrado 
  éxito. La expresión: "Sin salir de su casa, el letrado sabe todo cuanto sucede 
  en el mundo" no era más que una frase hueca en los tiempos antiguos, cuando la 
  técnica estaba poco desarrollada; y en nuestra época de técnica desarrollada, 
  aunque tal cosa es realizable, los únicos que tienen auténticos conocimientos 
  de primera mano son las personas que en el mundo se dedican a la práctica. Y 
  sólo cuando, gracias a la escritura y a la técnica, llegan al "letrado" los 
  conocimientos que estas personas han adquirido en su práctica, puede éste, 
  indirectamente, "saber todo cuanto sucede en el mundo". Para conocer 
  directamente tal o cual cosa o cosas, es preciso participar personalmente en 
  la lucha práctica por transformar la realidad, por transformar dicha cosa o 
  cosas, pues es éste el único medio de entrar en contacto con sus apariencias; 
  asimismo, es éste el único medio de poner al descubierto la esencia de dicha 
  cosa o cosas y comprenderlas. Tal es el proceso cognoscitivo que en realidad 
  siguen todos los hombres, si bien alguna gente, deformando deliberadamente los 
  hechos, afirma lo contrario. La gente más ridícula del mundo son los 
  "sabelotodo" que, recogiendo de oídas conocimientos fragmentarios y 
  superficiales, se las dan de "máxima autoridad en el mundo", lo que testimonia 
  simplemente su fatuidad. El conocimiento es problema de la ciencia y ésta no 
  admite ni la menor deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es 
  ciertamente lo contrario: honestidad y modestia. Si quieres conocer, tienes 
  que participar en la práctica transformadora de la realidad. Si quieres 
  conocer el sabor de una pera, tienes tú mismo que transformarla comiéndola. Si 
  quieres conocer la estructura y las propiedades del átomo, tienes que hacer 
  experimentos físicos y químicos, cambiar el estado del átomo. Si quieres 
  conocer la teoría y los métodos de la revolución, tienes que participar en la 
  revolución. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa. Sin 
  embargo, el hombre no puede tener experiencia directa de todas las cosas y, de 
  hecho, la mayor parte de nuestros conocimientos proviene de la experiencia 
  indirecta, por ejemplo, todos los conocimientos de los siglos pasados y de 
  otros 
  pág. 323
  países. Estos conocimientos fueron o son, para nuestros antecesores y los 
  extranjeros, producto de la experiencia directa, y merecen confianza si en el 
  curso de esa experiencia directa se ha cumplido la condición de "abstracción 
  científica" de que hablaba Lenin y si reflejan de un modo científico la 
  realidad objetiva; en caso contrario, no la merecen. Por eso, los 
  conocimientos de una persona los constituyen sólo dos sectores: uno proviene 
  de la experiencia directa y el otro, de la experiencia indirecta. Además, lo 
  que para mí es experiencia indirecta, constituye experiencia directa para 
  otros. Por lo tanto, considerados en su conjunto, los conocimientos, sean del 
  tipo que fueren, no pueden separarse de la experiencia directa. Todo 
  conocimiento se origina en las sensaciones que el hombre obtiene del mundo 
  exterior objetivo a través de los órganos de los sentidos; no es materialista 
  quien niegue la sensación, niegue la experiencia directa, o niegue la 
  participación personal en la práctica transformadora de la realidad. Es por 
  esto que los "sabelotodo" son ridículos. Un antiguo proverbio chino dice: "Si 
  uno no entra en la guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus 
  cachorros?" Este proverbio es verdad tanto para la práctica del hombre como 
  para la teoría del conocimiento. No puede haber conocimiento al margen de la 
  práctica. 
      Para poner en claro el movimiento materialista dialéctico del 
  conocimiento, movimiento de profundización gradual del conocimiento, surgido 
  sobre la base de la práctica transformadora de la realidad, daremos a 
  continuación otros ejemplos concretos. 
      En el período inicial de su práctica, período de destrucción de las 
  máquinas y de lucha espontánea, el proletariado se encontraba, en cuanto a su 
  conocimiento de la sociedad capitalista, sólo en la etapa del conocimiento 
  sensorial; conocía sólo los aspectos aislados y las conexiones externas de los 
  diversos fenómenos del capitalismo. En esa época, el proletariado era todavía 
  una "clase en sí". Sin embargo, el proletariado se convirtió en una "clase 
  para sí" cuando, entrando en el segundo período de su práctica, período de 
  lucha económica y política consciente y organizada, llegó a comprender la 
  esencia de la sociedad capitalista, las relaciones de explotación entre las 
  clases sociales y sus propias tareas históricas, gracias a su práctica, a su 
  variada experiencia de largos años de lucha y a su educación en la teoría 
  marxista, resumen científico hecho por Marx y Engels de dicha experiencia. 
      Lo mismo pasó con el conocimiento del pueblo chino respecto al 
  imperialismo. La primera etapa fue la del conocimiento sensorial, 
  pág. 324
  superficial, tal como se manifestó en las indiscriminadas luchas contra los 
  extranjeros, ocurridas durante los movimientos del Reino Celestial Taiping, 
  del Yijetuan y otros. Sólo en la segunda etapa, la del conocimiento racional, 
  el pueblo chino discernió las diferentes contradicciones internas y externas 
  del imperialismo y comprendió la verdad esencial de que el imperialismo, en 
  alianza con la burguesía compradora y la clase feudal, oprimía y explotaba a 
  las amplias masas populares de China; tal conocimiento no comenzó sino por la 
  época del Movimiento del 4 de Mayo de 1919. 
      Veamos ahora la guerra. Si los dirigentes militares carecen de experiencia 
  militar, no podrán comprender en la etapa inicial las leyes profundas que 
  rigen la dirección de una guerra específica (por ejemplo, nuestra Guerra 
  Revolucionaria Agraria de los últimos diez años). En la etapa inicial, sólo 
  vivirán la experiencia de numerosos combates y, lo que es más, sufrirán muchas 
  derrotas. Sin embargo, esta experiencia (la experiencia de los combates 
  ganados y, sobre todo, la de los perdidos) les permitirá comprender lo que por 
  dentro articula toda la guerra, es decir, las leyes de esa guerra específica, 
  comprender su estrategia y sus tácticas, y de este modo, dirigirla con 
  seguridad. Si en ese momento se confía el mando de la guerra a una persona 
  inexperta, ella también tendrá que sufrir una serie de derrotas (es decir, 
  adquirir experiencia) antes de poder comprender las verdaderas leyes de la 
  guerra. 
      Con frecuencia, de algún camarada que no tiene coraje para aceptar una 
  tarea, oímos decir: "No estoy seguro de poder cumplirla." ¿Por qué no está 
  seguro de sí mismo? Porque no comprende el contenido y las circunstancias de 
  ese trabajo según las leyes que lo rigen, porque no ha tenido o ha tenido muy 
  poco contacto con semejante trabajo, de modo que no se puede ni hablar de que 
  conozca tales leyes. Pero, después de un análisis detallado de la naturaleza y 
  las circunstancias de ese trabajo, se sentirá relativamente seguro de sí mismo 
  y lo aceptará de buen grado. Si se dedica a él por algún tiempo y adquiere 
  experiencia, y si está dispuesto a examinar la situación con prudencia, en vez 
  de abordarla de una manera subjetiva, unilateral y superficial, será capaz de 
  llegar por sí mismo a conclusiones sobre cómo debe hacer el trabajo y lo hará 
  con mucho mayor coraje. Sólo quienes abordan los problemas de manera 
  subjetiva, unilateral y superficial, dictan órdenes presuntuosamente apenas 
  llegan a un nuevo lugar, sin considerar las circunstancias, sin examinar las 
  cosas en su totalidad (su historia y su situación actual en conjunto) ni 
  penetrar en su esencia 
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  (su naturaleza y las conexiones internas entre una cosa y otras). Semejantes 
  personas tropiezan y caen inevitablemente. 
      Así se ve que el primer paso en el proceso del conocimiento es el contacto 
  con las cosas del mundo exterior; esto corresponde a la etapa de las 
  sensaciones. El segundo es sintetizar los datos proporcionados por las 
  sensaciones, ordenándolos y elaborándolos; esto corresponde a la etapa de los 
  conceptos, los juicios y los razonamientos. Sólo cuando los datos 
  proporcionados por las sensaciones son muy ricos (no fragmentarios e 
  incompletos) y acordes con la realidad (no ilusorios), pueden servir de base 
  para formar conceptos correctos y una lógica correcta. 
      Aquí hay que subrayar dos puntos importantes. El primero, que se ha 
  señalado más arriba pero que conviene reiterar, es la dependencia del 
  conocimiento racional respecto al conocimiento sensorial. Es idealista quien 
  considere posible que el conocimiento racional no provenga del conocimiento 
  sensorial. En la historia de la filosofía existe la escuela "racionalista", 
  que sólo reconoce la realidad de la razón y niega la realidad de la 
  experiencia, considerando que sólo es digna de crédito la razón y no la 
  experiencia sensorial; su error consiste en trastrocar los hechos. Lo racional 
  merece crédito precisamente porque dimana de lo sensorial; de otro modo, lo 
  racional sería arroyo sin fuente, árbol sin raíces, algo subjetivo, 
  autogenerado e indigno de confianza. En el orden que sigue el proceso del 
  conocimiento, la experiencia sensorial viene primero; si subrayamos la 
  importancia de la práctica social en el proceso del conocimiento, es porque 
  sólo ella puede dar origen al conocimiento humano y permitir al hombre 
  comenzar a adquirir experiencia sensorial del mundo exterior objetivo. Para 
  una persona que cierra los ojos y se tapa los oídos y se aísla totalmente del 
  mundo exterior objetivo, no hay conocimiento posible. El conocimiento comienza 
  con la experiencia: éste es el materialismo de la teoría del conocimiento. 
      El segundo punto es que el conocimiento necesita profundizarse, necesita 
  desarrollarse de la etapa sensorial a la racional: ésta es la dialéctica de la 
  teoría del conocimiento[5]. Pensar que el conocimiento puede quedarse en la 
  etapa inferior, sensorial, y que sólo es digno de crédito el conocimiento 
  sensorial y no el racional, significa caer en el "empirismo", error ya 
  conocido en la historia. El error de esta teoría consiste en ignorar que los 
  datos proporcionados por las sensaciones, aunque constituyen reflejos de 
  determinadas realidades del mundo exterior objetivo (aquí no me refiero al 
  empirismo idealista, 
  pág. 326
  que reduce la experiencia a la llamada introspección), no pasan de ser 
  unilaterales y superficiales, reflejos incompletos de las cosas, que no 
  traducen su esencia. Para reflejar plenamente una cosa en su totalidad, para 
  reflejar su esencia y sus leyes internas, hay que proceder a una operación 
  mental, someter los ricos datos suministrados por las sensaciones a una 
  elaboración que consiste en desechar la cáscara para quedarse con el grano, 
  descartar lo falso para conservar lo verdadero, pasar de un aspecto a otro y 
  de lo externo a lo interno, formando así un sistema de conceptos y teorías; es 
  necesario dar un salto del conocimiento sensorial al racional. Los 
  conocimientos así elaborados no son menos substanciosos ni menos dignos de 
  confianza. Por el contrario, todo aquello que en el proceso del conocimiento 
  ha sido científicamente elaborado sobre la base de la práctica, refleja la 
  realidad objetiva, como dice Lenin, en forma más profunda, veraz y completa. 
  Los "prácticos" vulgares no proceden así; respetan la experiencia pero 
  desprecian la teoría, y en consecuencia no pueden tener una visión que abarque 
  un proceso objetivo en su totalidad, carecen de una orientación clara y de una 
  perspectiva de largo alcance, y se contentan con sus éxitos ocasionales y con 
  fragmentos de la verdad. Si esas personas dirigen una revolución, la 
  conducirán a un callejón sin salida. 
      El conocimiento racional depende del conocimiento sensorial, y éste 
  necesita desarrollarse hasta convertirse en conocimiento racional: tal es la 
  teoría materialista dialéctica del conocimiento. En la filosofía, ni el 
  "racionalismo" ni el "empirismo" entienden el carácter histórico o dialéctico, 
  del conocimiento, y aunque cada una de estas escuelas contiene un aspecto de 
  la verdad (me refiero al racionalismo y al empirismo materialistas, y no 
  idealistas), ambas son erróneas en cuanto a la teoría del conocimiento en su 
  conjunto. El movimiento materialista dialéctico del conocimiento desde lo 
  sensorial a lo racional ocurre tanto en un pequeño proceso cognoscitivo (por 
  ejemplo, conocer una sola cosa, un solo trabajo) como en uno grande (por 
  ejemplo, conocer una sociedad o una revolución). 
      Sin embargo, el movimiento del conocimiento no acaba ahí. Detener el 
  movimiento materialista dialéctico del conocimiento en el conocimiento 
  racional, sería tocar sólo la mitad del problema y, más aún, según la 
  filosofía marxista, la mitad menos importante. La filosofía marxista considera 
  que el problema más importante no consiste en comprender las leyes del mundo 
  objetivo para estar en condiciones de interpretar el mundo, sino en aplicar el 
  conocimiento de esas leyes para transformarlo activamente. Para el marxismo, 
  la 
  pág. 327
  teoría es importante, y su importancia está plenamente expresada en la 
  siguiente frase de Lenin: "Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco 
  movimiento revolucionario."[6] Pero el marxismo subraya la importancia de la 
  teoría precisa y únicamente porque ella puede servir de guía para la acción. 
  Si tenemos una teoría justa, pero nos contentamos con hacer de ella un tema de 
  conversación y la dejamos archivada en lugar de ponerla en práctica, semejante 
  teoría, por buena que sea, carecerá de significación. El conocimiento comienza 
  por la práctica, y todo conocimiento teórico, adquirido a través de la 
  práctica, debe volver a ella. La función activa del conocimiento no solamente 
  se manifiesta en el salto activo del conocimiento sensorial al racional, sino 
  que también, lo que es más importante, debe manifestarse en el salto del 
  conocimiento racional a la práctica revolucionaria. El conocimiento que 
  alcanza las leyes del mundo hay que dirigirlo de nuevo a la práctica 
  transformadora del mundo, hay que aplicarlo nuevamente a la práctica de la 
  producción, a la práctica de la lucha de clases revolucionaria y de la lucha 
  nacional revolucionaria, así como a la práctica de la experimentación 
  científica. Este es el proceso de comprobación y desarrollo de la teoría, la 
  continuación del proceso global del conocimiento. El problema de saber si una 
  teoría corresponde a la verdad objetiva no se resuelve ni puede resolverse 
  completamente en el arriba descrito movimiento del conocimiento desde lo 
  sensorial a lo racional. El único medio para resolver completamente este 
  problema es dirigir de nuevo el conocimiento racional a la práctica social, 
  aplicar la teoría a la práctica y ver si conduce a los objetivos planteados. 
  Muchas teorías de las ciencias naturales son reconocidas como verdades no sólo 
  porque fueron creadas por los científicos, sino porque han sido comprobadas en 
  la práctica científica ulterior. Igualmente, el marxismo-leninismo es 
  reconocido como verdad no sólo porque esta doctrina fue elaborada 
  científicamente por Marx, Engels, Lenin y Stalin, sino porque ha sido 
  comprobada en la ulterior práctica de la lucha de clases revolucionaria y de 
  la lucha nacional revolucionaria. El materialismo dialéctico es una verdad 
  universal porque nadie, en su práctica, puede escapar a su dominio. La 
  historia del conocimiento humano nos enseña que la verdad de muchas teorías 
  era incompleta y que la comprobación en la práctica ha permitido completarla. 
  Numerosas teorías eran erróneas, y la comprobación en la práctica ha permitido 
  corregirlas. Es por esto que la práctica es el criterio de la verdad y que "el 
  punto de vista de la vida, de la práctica, debe ser el punto de vista primero 
  y funda- 
  pág. 328
  mental de la teoría del conocimiento"[7]. Stalin tenía razón al decir: "[. . 
  .] la teoría deja de tener objeto cuando no se halla vinculada a la práctica 
  revolucionaria, exactamente del mismo modo que la práctica es ciega si la 
  teoría revolucionaria no alumbra su camino."[8] 
      ¿Se consuma aquí el movimiento del conocimiento? Nuestra respuesta es sí y 
  no. Cuando los hombres, como seres sociales, se dedican a la práctica 
  transformadora de un determinado proceso objetivo (sea natural o social) en 
  una etapa determinada de su desarrollo, pueden, a consecuencia del reflejo del 
  proceso objetivo en su cerebro y de su propia actividad consciente, hacer 
  avanzar su conocimiento desde lo sensorial a lo racional, y crear ideas, 
  teorías, planes o proyectos que correspondan, en términos generales, a las 
  leyes que rigen el proceso objetivo en cuestión. Luego, aplican estas ideas, 
  teorías, planes o proyectos a la práctica del mismo proceso objetivo. Si 
  alcanzan los objetivos planteados, es decir, si en la práctica de este mismo 
  proceso logran hacer realidad las ideas, teorías, planes o proyectos 
  previamente formulados, o hacerlos realidad en líneas generales, entonces 
  puede considerarse consumado el movimiento del conocimiento de este proceso 
  específico. Pueden darse por logrados los objetivos previstos cuando, por 
  ejemplo, en el proceso de transformar la naturaleza, se realiza un proyecto de 
  ingeniería, se verifica una hipótesis científica, se fabrica un utensilio o se 
  cosecha un cultivo, o, en el proceso de transformar la sociedad, se gana una 
  huelga, se vence en una guerra, o se cumple un plan educacional. Sin embargo, 
  por lo general, tanto en la práctica que transforma la naturaleza como en la 
  que transforma la sociedad, muy rara vez se realizan sin ninguna alteración 
  las ideas, teorías, planes o proyectos previamente elaborados por el hombre. 
  Esto se debe a que la gente que se dedica a la transformación de la realidad 
  está siempre sujeta a numerosas limitaciones; no sólo se encuentra limitada 
  por las condiciones científicas y técnicas existentes, sino también por el 
  desarrollo del propio proceso objetivo y el grado en que éste se manifiesta 
  (aún no se han revelado plenamente los diferentes aspectos y la esencia del 
  proceso objetivo). En esta situación, debido a que en el curso de la práctica 
  se descubren circunstancias imprevistas, con frecuencia se modifican 
  parcialmente y a veces incluso completamente las ideas, teorías, planes o 
  proyectos. Dicho de otra manera, se dan casos en que las ideas, teorías, 
  planes o proyectos originales no corresponden, en parte o en todo, a la 
  realidad, son parcial o totalmente erróneos. A menudo, sólo después de 
  repetidos fracasos se logra 
  pág. 329
  corregir los errores en el conocimiento y hacer concordar a éste con las leyes 
  del proceso objetivo y, por consiguiente, transformar lo subjetivo en 
  objetivo, es decir, obtener en la práctica los resultados esperados. En todo 
  caso, cuando se llega a este punto, puede considerarse consumado el movimiento 
  del conocimiento humano respecto a un proceso objetivo dado en una etapa 
  determinada de su desarrollo. 
      Sin embargo, considerado el proceso en su avance, el movimiento del 
  conocimiento humano no está consumado. En virtud de sus contradicciones y 
  luchas internas, todo proceso, sea natural o social, avanza y se desarrolla, 
  y, en consonancia con ello, también tiene que avanzar y desarrollarse el 
  movimiento del conocimiento humano. En cuanto a los movimientos sociales, los 
  auténticos dirigentes revolucionarios no sólo deben saber corregir los errores 
  que se descubran en sus ideas, teorías, planes o proyectos, corno ya se ha 
  dicho anteriormente, sino que, además, cuando un determinado proceso objetivo 
  avanza y cambia pasando de una etapa de desarrollo a otra, ellos deben saber 
  avanzar y cambiar, a la par, en su conocimiento subjetivo, y conseguir que 
  todos los que participan en la revolución hagan lo mismo, es decir, deben 
  saber plantear, de acuerdo con los nuevos cambios producidos en la situación, 
  nuevas tareas revolucionarias y nuevos proyectos de trabajo. En un período 
  revolucionario, la situación cambia con mucha rapidez, y si el conocimiento de 
  los revolucionarios no cambia también rápidamente en conformidad con la 
  situación, ellos no serán capaces de conducir la revolución a la victoria. 
      No obstante, sucede a menudo que el pensamiento se rezaga respecto a la 
  realidad; esto se debe a que el conocimiento del hombre está limitado por 
  numerosas condiciones sociales. Nos oponemos a los testarudos en las filas 
  revolucionarias, cuyo pensamiento no progresa en concordancia con las 
  circunstancias objetivas cambiantes y se ha manifestado en la historia como 
  oportunismo de derecha. Estas personas no ven que la lucha de los contrarios 
  ha hecho avanzar el proceso objetivo, mientras que su conocimiento se halla 
  atascado aún en la vieja etapa. Esto es característico del pensamiento de 
  todos los testarudos. Su pensamiento está apartado de la práctica social, y 
  ellos no son capaces de ir delante guiando el carro de la sociedad; se limitan 
  a ir a la rastra, refunfuñando que el carro marcha demasiado rápido y tratando 
  de hacerlo retroceder o dar media vuelta y regresar. 
      Nos oponemos también a la huera palabrería "izquierdista". El pensamiento 
  de los "izquierdistas" pasa por encima de una determinada etapa de desarrollo 
  del proceso objetivo; algunos toman sus 
  pág. 330
  fantasías por verdades, otros pretenden realizar a la fuerza en el presente 
  ideales sólo realizables en el futuro. Alejado de la práctica presente de la 
  mayoría de las personas y de la realidad del momento, su pensamiento se 
  traduce en la acción como aventurerismo. 
      El idealismo y el materialismo mecanicista, el oportunismo y el 
  aventurerismo, se caracterizan por la ruptura entre lo subjetivo y lo 
  objetivo, por la separación entre el conocimiento y la práctica. La teoría 
  marxista-leninista del conocimiento, caracterizada por la práctica social 
  científica, no puede dejar de oponerse categóricamente a estas concepciones 
  erróneas. Los marxistas reconocen que, en el proceso general absoluto del 
  desarrollo del universo, el desarrollo de cada proceso determinado es relativo 
  y que, por eso, en el torrente infinito de la verdad absoluta, el conocimiento 
  humano de cada proceso determinado en una etapa dada de desarrollo es sólo una 
  verdad relativa. La suma total de las incontables verdades relativas 
  constituye la verdad absoluta[9]. El desarrollo de todo proceso objetivo está 
  lleno de contradicciones y luchas, y también lo está el desarrollo del 
  movimiento del conocimiento humano. Todo movimiento dialéctico del mundo 
  objetivo se refleja, tarde o temprano, en el conocimiento humano. En la 
  práctica social, el proceso de nacimiento, desarrollo y extinción es infinito. 
  Y así lo es el proceso de nacimiento, desarrollo y extinción en el 
  conocimiento humano. A medida que avanza cada vez más lejos la práctica del 
  hombre que transforma la realidad objetiva de acuerdo con determinadas ideas, 
  teorías, planes o proyectos, más y más profundo se va haciendo el conocimiento 
  que de la realidad objetiva tiene el hombre. Nunca terminará el movimiento de 
  cambio en el mundo de la realidad objetiva, y tampoco tendrá fin la cognición 
  de la verdad por el hombre a través de la práctica. El marxismo-leninismo no 
  ha agotado en modo alguno la verdad, sino que en el curso de la práctica abre 
  sin cesar el camino hacia su conocimiento. Nuestra conclusión es la unidad 
  concreta e histórica de lo subjetivo y lo objetivo, de la teoría y la 
  práctica, del saber y el hacer, y nos oponemos a todas las ideas erróneas, de 
  "izquierda" o de derecha, ideas que se separan de la historia concreta. 
      En la presente época del desarrollo de la sociedad, la historia ha hecho 
  recaer sobre los hombros del proletariado y su partido la responsabilidad de 
  conocer correctamente el mundo y transformarlo. Este proceso, el de la 
  práctica transformadora del mundo, que está determinado con arreglo al 
  conocimiento científico, ha llegado ya a un 
  pág. 331
  momento histórico en China y en toda la Tierra, a un gran momento sin 
  precedentes en la historia, esto es, el momento de acabar completamente con 
  las tinieblas en China y en el resto de la Tierra, y transformar nuestro mundo 
  en un mundo luminoso, nunca visto antes. La lucha del proletariado y de los 
  pueblos revolucionarios por la transformación del mundo implica el 
  cumplimiento de las siguientes tareas: transformar el mundo objetivo y, al 
  mismo tiempo, transformar su propio mundo subjetivo, esto es, su propia 
  capacidad cognoscitiva y las relaciones entre su mundo subjetivo y el 
  objetivo. Estas transformaciones ya están en marcha en una parte del globo 
  terrestre, la Unión Soviética. Allí se sigue promoviendo este proceso de 
  transformaciones. Los pueblos de China y del resto del orbe también están 
  pasando o pasarán por semejante proceso. Y el mundo objetivo a transformar 
  incluye también a todas las personas opuestas a estas transformaciones, 
  personas que tienen que pasar por una etapa de coacción antes de poder entrar 
  en la etapa de transformación consciente. La época en que la humanidad entera 
  proceda de manera consciente a su propia transformación y a la del mundo, será 
  la época del comunismo mundial. 
      Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la 
  práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y 
  desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, 
  partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica 
  revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. 
  Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se 
  repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y 
  del conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la 
  teoría materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la teoría 
  materialista dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer. 










      From Marx
      to Mao
      (English)
      Desde Marx
      hasta Mao
      Textos
      de Mao
      Apuntos sobre
      el texto abajo







  pág. 332


  NOTAS 



    [1] V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel " Ciencia de la lógica ".    
  [pág. 319] 
    [2] Véanse C. Marx, Tesis sobre Feuerbach y V. I. Lenin, Materialismo y 
  empiriocriticismo, II, 6.    [pág. 319] 
    [3] Célebre novela histórica china escrita por Luo Kuan-chung (¿1330-1400?). 
     [pág. 320] 
  pág. 332
    [4] V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel " Ciencia de la lógica ".    
  [pág. 321] 
    [5] V. I. Lenin dice: "Para comprender, hay que comenzar a comprender y a 
  estudiar de una manera empírica, y elevares de lo empírico a lo general." 
  Ibíd.    [pág. 325] 
    [6] V. I. Lenin: ¿Qué Hacer?, I, d.    [pág. 327] 
    [7] V. I. Lenin: Materialismo y empiriocriticismo, II, 6.    [pág. 328] 
    [8] J. V. Stalin: "Los fundamentos del leninismo", III.    [pág. 328] 
    [9] Véase V. I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, II, 5.    [pág. 
  330] 




      From Marx to Mao
      (English)
      Desde Marx
      hasta Mao
      Textos
      de Mao





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