LOS ANARQUISTAS CUBANOS A FINES DEL SIGLO XIX:
                  LOS LIBERTARIOS Y LA GUERRA DEL 95.

Por Carlos M. Estefania (e-mail:fe96120@student.udd.htv.se)
Revista Cuba Nuestra, Suecia. 

"...Yo confio en que los socialistas libertarios que luchan contra el actual 
regimen no van a colocar uno nuevo en su lugar; ha sido y debe ser 
comprendido 
este sentimiento de oposicion contra todos los gobiernos que durante la 
guerra 
de independencia se encarno en cada socialista libertario, hacer imposible la 
opresion del pueblo de Cuba por esas mismas leyes como por las espa~nolas, 
por 
cuya supresion entregaron sus vidas martires como Marti, Crecci, Maceo y 
miles 
de otros cubanos...."
De una carta dirigida a sus camaradas cubanos por el celebre anarquista
italiano Errico Malatesta.(/2 pag. 54)

     _Dos posiciones de los anarquistas ante la guerra del 95._

   No es de extra~nar que entre las alternativas viables a fines del pasado
siglo en el escenario polItico cubano: la de la reforma autonomista o la del 
levantamiento armado independentista, la segunda ganara para su causa el 
corazon de muchos socialistas libertarios.El acuerdo del congreso obrero de 
1882 apoyando la lucha contra el colonialismo impulsa la convergencia entre 
proletarios y separatistas. Sin embargo, no puede hablarse de consenso con 
respecto a la nueva guerra por parte de los anarquistas de Cuba. Muchos 
acratas 
no apoyaban al independentismo, por oposicion a una calamitosa guerra 
entendida 
como de caracter civil, en tanto Cuba formaba parte de Espa~na, una
conflagracion promovida por una ideologia liberal nacionalista como la que 
sustentaba Jose Marti, en la que la solucion al problema obrero no quedaba 
suficientemente esclarecida a la luz de la doctrina del socialismo 
libertario. 
Pensaban, que la republica prometida por los independentistas no se 
diferenciaria de las del resto del continente donde los anarquistas eran tan 
perseguidos como en el reino de Espa~na.

   El espiritu anti belicista de muchos acratas, fundamentalmente los de La
Habana, se sublevaba de antemano contra la idea de una guerra barbara que
ha de destruir la economia de un pais, arrebatando 300 000 vidas y cuyo
colofon resultaria la entrega de la isla a los Estados Unidos. Espa~na,
rendida, castigo a su hija rebelde, Cuba, tratando la paz con el enemigo
anglosajon, a espaldas de los mambises. Segun el escritor Carlos Alberto
Montaner, en dialogo sostenido con el autor de estas notas, al entregar
Madrid la soberania de la isla a Estados Unidos, en lugar de hacerlo al
movimiento independentista, la vieja metropolis intentaba preservar la
integridad de sus colaboradores, resguardandolos de posibles represalias por 
parte de un ejercito mambi triunfante. Asi, la famosa Enmienda Platt, que 
coarto la soberania de la republica durante sus primeros treinta a~nos, nacio 
precisamente a causa de las condiciones establecidas por Espa~na para su 
capitulacion ante los Estados Unidos, el pais llamado a intervenir cuando 
fuera 
necesario, no solo para proteger sus intereses sino tambien en defensa de las 
propiedades espa~nolas en la excolonia.

   En cierto sentido la historia daria la razon a los anarquistas que
asumieron una posicion neutral ante el proceso belico. Si en algo pueden
asemejarse las tres grandes revoluciones sufridas por Cuba en su devenir
historico, la prolongada independentista, la democratico-nacionalista de los 
a~nos 30 y la del 59 (originalmente democratica pero luego devenida en
marxista-leninista) es que en cada una las expectativas del movimiento
anarquista cubano quedaron insatisfechas.

Por otra parte conviene recordar la culpa historica de Espa~na, a quienes
en ese pais, salvan distancias ideologicas, para fascinarse hoy con la figura 
de Fidel Castro, contemplandolo como el reivindicador del desastre del 98, la 
vieja espina clavada por Estados Unidos en el orgullo hispano. La 
"espa~nolidad" se perdio en Cuba no solo por la torpeza de los politicos de 
la 
metropolis, o por la superioridad militar norteamericana, sino tambien porque 
la soberbia y el desprecio por los combatientes separatistas le impidio a 
Espa~na tener la vision politica necesaria para tratar a tiempo la paz con 
honor (entiendase la independencia) directamente con cubanos. De haberlo 
hecho 
aunque Marti hubiera muerto, quizas "otro gallo cantaria y Cuba seria feliz". 
Al entregar la isla de Cuba al tutelaje estadounidense, el gobierno espa~nol 
facilito lo que quiso impedir Jose Marti al costo de su propia vida: "que se 
extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza sobre 
nuestras tierras de America" (/1-pag. 327)

   __El apoyo anarquista a la preparacion de la Guerra__

   A partir de la crisis economica mundial de 1857, se inicio una imparable
ola migratoria de empresarios y obreros cubanos hacia los Estados Unidos.
Los emigrados harian de su nueva patria el foco de conspiracion separatista 
mas 
peligroso para el Gobierno General de la Isla de Cuba.

   Fue aqui donde con mayor exito desplego su labor en pro de la
independencia Jose Marti. Su oratoria y su honestidad politica logro atraer 
numerosos obreros al movimiento independentista. Quien revise la obra 
publicistica de Marti en los Estados Unidos encontrara excelentes articulos 
de 
critica social en los que sin hacer concesiones en cuanto a sus conceptos 
sobre 
la propiedad y la libertad de mercado, reconoce el derecho a la huelga y a la 
organizacion de los obreros para demandar condiciones justas de vida. La 
concepcion socio liberal de Marti le permite tender un puente entre la lucha 
independentista que estaba organizando y las organizaciones de obreros 
cubanos 
emigrados, poderosamente influidas por las ideas acratas.

   Los lideres mas importantes del anarquismo criollo, despues de la muerte 
de 
Enrique Roig San Martin, los otros dos Enriques; Crecci y Messioner se 
comprometerian con la causa de la emancipacion nacional proclamada por Marti. 
Es justo reconocer cuando se habla del apoyo que recibio Jose Marti de los
acratas cubanos de entonces del caso de Carlos Bali~no, a quien el veterano 
libertario estadounidense Sam Dolgoff ubica como un activo anarquista dentro 
de 
los trabajadores del tabaco en la Florida (/2-49). Con el tiempo Bali~no 
terminaria convirtiendose en fundador de una de las primeras organizaciones 
prosovieticas de Cuba: La Agrupacion Comunista de La Habana (18 de marzo de 
1923). Pero treinta a~nos antes se podian presumir los contactos y 
coincidencias de Bali~no con los anarquistas de Estados Unidos, quienes 
mayoritariamente se declararon partidarios de la independencia de Cuba. En un 
discurso con motivo del 10 de octubre de 1892 Bali~no cita, precisamente, las 
palabras de un lider anarquista norteamericano, Justus H. Schwab para decir:
"No podemos permanecer inactivos cuando un pueblo lucha por conquistar su 
emancipacion aunque no lo mueva el deseo de conquistar esas reformas 
radicales 
que nosotros proclamamos y que son las unicas que pueden garantizar la 
expansion del individuo" (/3-pag 92).

   Para explicar este acercamiento de los anarquistas a la empresa martiana
conviene tambien tomar en cuenta la estructura del el Partido Revolucionario 
Cubano, fundado por Marti en 1892. Su concepcion descentralizada, y unos 
estatutos propios de la democracia directa, se avienen en buena medida a los 
habitos organizativos de los anarquistas,quienes se agruparon 
fundamentalmente 
en los clubes "Enrique Roig San Martin" y "Fermin Salvochea" (/5-pag 9).

   __Anarquistas en los campos de Cuba Libre__

   No puede decirse que fuera en la ultima guerra de independencia la
primera vez que anarquistas y sus ideas estuviesen en la manigua. Durante la 
guerra de los 10 a~nos algunos elementos anarquistas procedentes de la 
industria tabacalera habian participado. Varias de las figuras destacadas de 
la 
"guerra grande" se encontraban bajo la influencia ideologica del teorico 
anarquista frances Proudhon como es el caso de Vicente Garcia y Salvador 
Cisnero Betacourt, quienes defendian las tesis del federalismo, dentro de la 
Republica en Armas. (/4-pag.2)

   En la guerra del 95 numerosos anarquistas tomaron parte en la lucha 
armada, 
muchos de ellos se convertirian en figuras renombradas como es el caso 
Armando 
Andre. Este comandante independentista terminari sus dias asesinado, tres 
meses 
despues de haber llegado a la presidencia de la republica otro famoso mambi, 
Gerardo Machado, ?el motivo?: las denuncias realizadas en contra del nuevo 
presidente por el antiguo anarquista desde la direccion del periodico 
oposicionista EL DIA.

   Otra figura relevante para significar la participacion anarquista en
esta ultima guerra es Enrique Crecci, el dirigente de EL PRODUCTOR, de
quien ya hemos hablado. Crecci tambien tambien tuvo un tragico destino, en 
1896 
cayo macheteado en un hospital de sangre en los llanos de Matanzas.


   Es bueno destacar la participacion en  esta contienda de anarquistas
extranjeros, como en los casos de los italianos Orestes Ferrara y Federico 
Falco (/4-pag 3).

   __Los anarquistas de Europa y su influencia en la guerra de Cuba: Un
pistoletazo para cambiar la historia__

   El papel de los acratas en Europa es uno de los elementos que no debe
dejarse a un lado si queremos comprender plenamente el rol del anarquismo en 
la 
independencia. Frank Fernandez historiador y lider del actual Movimiento 
Libertario Cubano en el exilio se refiere a este escenario cuando escribe:
"La crueldad de la guerra creo en Espa~na una situacion de tension social
que produjo una acida critica por parte de los anarquistas espa~noles y
que fue apoyada al momento por los acratas simpatizantes del separatismo
tales como Salvochea y Pedro Vallina. En enero de 1896 se constituye en
Paris el Comite Frances de Cuba Libre debido al trabajo tesonero de Malato y 
el 
Dr. Betances. Es necesario destacar que este comite estuvo compuesto 
principalmente por anarquistas franceses, tales como Louise Michel, Sebastien 
Faures y otros."

   Uno de los factores mas importantes en la derrota espa~nola lo constituye 
el 
asesinato del primer ministro espa~nol a manos de un anarquista italiano en 
1897. Se cree que el hecho conto con participacion directa de Emeterio 
Betances, el doctor  portorrique~no vinculado, como ya vimos, al exilio 
cubano 
en Paris. El mandatario ultimado, Canovas del Castillo, de terquedad 
parangonable a la de Fidel Castro, fue un conservador cuya dureza contra los 
independentistas cubanos supero con creces la intransigencia que en este 
siglo 
tuvo la celebre "Dama de Hierro", Margareth Tatcher ante los terroristas del 
IRA y la ocupacion de las Malvinas por los militares argentinos. Canovas 
estaba 
decidido a aplastar la revolucion cubana, pero no solo utilizando; "hasta el 
ultimo hombre y la ultima peseta", sino tambien mediante una verdadera 
politica 
genocida de cuya ejecucion se encargo en la isla el despiadado general 
Valeriano Weyler. La politica sanguinaria de este oficial, si bien diezmo la 
base popular de la que se nutrian los independentistas, desarrollando lo que 
hoy llamariamos una "limpieza etnica" resulto contraproducente para los 
intereses coloniales, pues hizo impopular la postura de Espa~na ante los ojos 
de la opinion publica del mundo. 

   Si alguna vez en la historia fue justo un atentado anarquista, fue 
precisamente el de aquel dia de 1897 en que, leyendo apaciblemente el 
periodico, en un balneario de San Sebastian, el primer ministro "del 
Castillo", 
recibio un disparo a quemarropa del libertario italiano Angiolillo. Este 
pistoletazo, no solo puso fin a una tactica criminal en la isla de Cuba, sino 
que provoco vacilaciones decisivas en la politica colonial espa~nola que 
serian 
aprovechadas muy inteligentemente por una nueva potencia que emergia del otro 
lado del Atlantico. La muerte de Canovas trajo al gobierno al liberal 
Praxedes 
Mateo Sagasta, quien sin el respeto y la simpatia conque contaba su antecesor 
en Europa, llevo a cabo una estrategia tardia de apaciguamiento. El sucesor 
de 
Canovas ordeno inmediatamente el regreso de Weyler (quien por cierto habia 
logrado salir ileso de otro atentado
en la capitania general) e inicio la "Perestroika" en el regimen colonial e 
Cuba. Ya era demasiado tarde, la mala fama estaba creada. Mas le habria 
valido 
a los liberales de Espa~na haber escuchado al liberal de Cuba, Jose Marti, 
cuando reclamo a la republica espa~nola proclamada en 1873 el derecho de Cuba 
a 
ser libre (/1- pag. 46). Una autonomia para Cuba en 1898, no evitaria lo que 
los espa~noles aun hoy recuerdan como "el desastre". Aprendan pues los 
actuales 
gobernantes cubanos para que la experiencia no se repita este siglo si tarda 
la 
democratizacion.

   __La entrada de los Estados Unidos. Los anarquistas durante la ocupacion__

   El 15 de febrero de 1898 estalla misteriosamente el acorazado Maine
enviado al puerto de La Habana para proteger los intereses norteamericanos en 
esta Ciudad. El hecho, convenientemente  manipulado por la prensa amarilla, 
se 
convirtio en el pretexto esperado para la ruptura de hostilidades entre 
Estados 
Unidos y una decadente metropolis europea. El 19 de abril de 1898 el Congreso 
Norteamericano aprobaba la Resolucion Conjunta que reconocia el derecho del 
pueblo de Cuba a la independencia y exigia al gobierno espa~nol la renuncia 
inmediata de su autoridad sobre la isla. Se iniciaba la guerra hispano-
norteamericana que culminaria con la firma del tratado de Paris. El 
presidente 
Mac Kinley humillo con su victoria al viejo leon espa~nol, no solo se hacia 
Estados Unidos de Cuba, isla rica y de estrategica posicion, sino
tambien de los restos del viejo imperio, desde Puerto Rico a Filipinas.

   La victoria le aseguro al presidente Mac Kinley un nuevo mandato que no 
llego a culminar, pues murio, !quien lo diria!, a manos de un anarquista.

   No cabe duda que la ocupacion norteamericana de la isla, cedida 
oficialmente 
por Espa~na el 10 de diciembre de 1898, significo un hecho frustrante para 
los 
combatientes cubanos, a quienes tras luchar durante decadas se les impidio 
participar en las conversaciones de paz y entrar como ejercito vencedor en 
las 
ciudades abandonadas por las tropas coloniales. Cuando Estados Unidos concede 
la independencia a Cuba en 1902, la soberania de Cuba quedara condicionada 
por 
una enmienda propuesta por el senador norteamericano Orville H. Platt. Segun 
este apendice a la Constitucion de la joven republica, a EUA se le concedian 
derechos a bases carboneras, a intervenir militarmente, asi como a tener la 
prerrogativa de autorizar los emprestitos que hiciera el gobierno cubano.

    La influencia economica norteamericana se manifesto en la compra de 
grandes 
extensiones de tierraa abaratadas por la guerra. Las empresas norteamericanas 
adquirieron asi miles de caballerias, ademas de fabricas de tabaco y cientos 
de 
concesiones para explotar minas, instalar alumbrado electrico, controlar el 
transporte ferroviario, etc. Si en 1895 las inversiones norteamericanas eran 
de 
50 millones de pesos, un a~no despues de finalizada la ocupacion alcanzaban 
el 
indice de los 100 millones.

   Contra tal estado de cosas maduro una conciencia patriotica que se
consagraria en la revolucion del 33 y que fue alimentada en sus inicios,
por los nacionalistas, los liberales y los anarquistas cubanos.

   Por otro lado hay que reconocer que en medio del caos provocado por la
guerra en Cuba, muy similar al dejado por los nazis en Europa tras su
derrota a manos de los aliados, los ocupantes norteamericanos contribuyeron a 
restaurar las heridas de la guerra, a reactivar la maltrecha economia cubana 
en 
poco tiempo, a detener el hambre, a desarrollar las obras publicas, y a  
modernizar la ex colonia en los ordenes educacional, sanitario, juridico y 
politico. (/7- Pag 12-13).

   Por otra parte, el hecho de que la republica naciera de la intervencion, no
pudo impedir un proceso de paulatina y expontanea renacionalizacion economica 
que se desarrollo continuamente hasta el triunfo de la revolucion del 59, y 
sobre el que los historiadores marxistas prefieren no hablar.

   El fin de la dominacion espa~nola significo no solo la irrupcion del 
capital norteamericano sino tambien la revitalizacion del movimiento obrero. 
Gracias a la puesta nuevamente practica de la Ley de Asociaciones de 1833, 
que 
autorizaba la creacion y funcionamiento de organizaciones obreras y que 
habian 


sido suspendidas por la autoridades coloniales durante los a~nos de la guerra 
(/3-pag 126), los obreros cubanos pudieron crear nuevas organizaciones, que 
ocuparon el lugar de las que de alguna manera habian apoyado al regimen 
autonomico. En este contexto se crea, en 1899 La Liga General de Trabajadores 
Cubanos, la mas importante agrupacion de aquel periodo, entre cuyos 
fundadores 
se encontraban numeroso obreros de origen acrata aunque tambien los habra de 
otras ideologias. El primer presidente de la Liga fue el viejo lider Enrique 
Messonier, el ultimo sobreviviente de los tres Enriques del anarquismo cubano 
decimononico. Messonier capitalizo para su eleccion la fama de su larga 
trayectoria como dirigente libertario y comprometido independentista. La Liga 
surgia entre otros propositos, con los
objetivos de luchar porque los obreros cubanos disfrutaran de las mismas 
garantias y ventajas que los extranjeros, porque se gestionara ocupacion para 
los obreros repatriados y porque se buscara oficio a los huerfanos de calle. 

   La organizacion de trabajadores desencadeno varias huelgas a fines de 1901 
y 
principios de 1902. Pero de todas las acciones de la Liga, la mas importante 
( 
y que determino su quiebra) fuela primera huelga general de nuestra historia, 
desencadenada ya bajo el mandato de Estrada Palma en noviembre del 92 y que 
se 
conoce como "de los aprendices". Dicho boicot estaba encaminado a detener la 
discriminacion que sufrian los jovenes cubanos, a quienes no se les permitia 
entrar como aprendices de los trabajos mejor remunerados en las fabricas de 
tabaco, un privilegio reservado para los obreros de origen espa~nol. La 
huelga 
fracaso, no solo por el modo en que fue reprimida porlas autoridades 
gubernamentales, sino tambien por las vacilaciones del propio Messonier, 
quien 
ya por entonces se deshacia de su credo anarquista para incorporarse al 
Partido 
Nacional Cubano, y por la resistencia que encontro por parte de trabajadores 
anarquistas que vieron en aquella lucha una manera de quebrar la unidad que 
debia haber entre los obreros por encima de las nacionalidades. Al terminar 
la huelga de los 10 000 miembros conque contaba la liga al inicio del paro, 
solo quedarian 300 (/3-pag.132-133).

   Para terminar esta parte de la historia del anarquismo cubano conviene
recordar el apoyo que recibieron las huelgas organizadas por la Liga de
Trabajadores Cubanos por parte de libertarios que sin integrar la
organizacion simpatizaron como ella, como es el caso de; Adrian del Valle 
(cuyo 
seudonimo era "Palmiro de Lidia") Abelardo Saavedra  y Arturo Juvenet 
miembros 
los tres de la redaccion  del semanario !TIERRA!(/3-pag. 136).

      __Bibliografia y Referencias__
/1- Jose Marti, Mis Propias Palabras, Editora Taller, Santo Domingo, 1995
/2- Sam Dolgoff, Den Kubanska Revolutionen-Ur ett Kritisk perspektiv-.        
    Federativ, Stockholm 1982
/3- Instituto de Historia del Movimiento Comunista y Socialista de Cuba.      
    Historia del Movimiento Obrero Cubano 1865-1958. Tomo 1  Editora          
    Politica, La Habana 1985
/4- Frank Fernandez, The Anarchist & Liberty (electronic version)             
    http://www.cs.uthah.edu/~galt/cuba.html.
/5- Frank Fernandez, Cuba, Los Anarquistas y La Libertad (1), en CNT
    marzo de 1994, Barcelona.
/6- Juan G. Bedoya,  Mas se perdio en Cuba, en EL PAIS, Domingo 11 de
    septiembre de 1994, pp 16-17.
/7- Juan Clark. Cuba Mito y Realidad. Saeta ediciones, Miami-Caracas, 1992


    Source: geocities.com/capitolhill/senate/6972

               ( geocities.com/capitolhill/senate)                   ( geocities.com/capitolhill)