Conclusiones del I Encuentro de Trabajadores Audiovisuales Camurí Grande
Por la libertad de creación audiovisual

Juan M. Hernández
Cine Móvil Huayra

El Cine Móvil Huayra y posteriormente el Cine Club Simón Bolívar de la USB sede del litoral, por fin entraron en acción. Esta inquietud uesebista viene de muy lejos, pero la propuesta de 1997 tiene su origen en la politización que el estudiantado experimentó a partir de 1978. Sin embargo, la lucha estudiantil contra el sistema no comenzó hasta que comprendieron el papel que se les asignaba en la sociedad venezolana: Tecnócratas transmisores de injusticias. El I Encuentro de Trabajadores Audiovisuales Camurí Grande se realizó con la presencia de los siguientes grupos: Cine club USB, sede El Litoral, Cine móvil Huayra, Centro de Estudiantes USB sede Litoral, Asociación Labradores de Galipan, Asociación Artesanos de Tarmas, Cine club Carayaca, Filmoteca de base Huayra, C.N.A.C, Fundación India, Cineclub El Onoto, Cooperativa las Minas de Baruta y la Cinemateca Nacional.

La USB Sede del Litoral como ente alejado de la realidad social, carece de sentido. La especialización impide conocer las auténticas necesidades de la sociedad venezolana y, en consecuencia, frena un proceso. Tanto en el Cine Movil Huayra como en el Cineclub universitario, además de los artesanos de Tarmas y de numerosas organizaciones que han asumido una autodeterminación a lo largo de la década de los setenta, y en especial a partir de 1980, han generado como temática esencial de este encuentro y que continúa sirviendo de fermento revolucionario lo siguiente: Divorcio entre Ciencia y Sociedad fomentado por las minorias dominantes. Aquí se encuentra la base de este encuentro, junto a otros problemas como el plagio intelectual y manual de las experiencias creativas (la red de televisoras móviles), la carencia de una auténtica libertad de expresión, etc. En torno a esas cuestiones se centraron las exposiciones de cada trabajador participante en el encuentro.

A este respecto, es interesante recordar la coincidencia de todos los trabajadores participantes:

Discutimos porque no queremos seguir siendo:

Maestros de un modelo selectivo en la enseñanza, cuya víctima son los niños del trabajador

Sociólogos para justificar el sistema dominante

Psicólogos preocupados de los intereses de la gerencia empresarial para manejar el trabajador para que se porte "bien"

Tecnócratas para que el producto obtenido en la investigación tecnológica sea aprovechado en el estricto provecho y beneficio de la competitividad.

Aunque aparentemente los Cineclubes se han separado de los otros movimientos sociales porque apelan indiscutiblemente a la razón y a la crítica audiovisual, han tomado de ellos muchos aspectos como:

a) Los métodos de lucha, que frecuentemente han consistido en manifestaciones de carácter gremial

b) el carácter libertario, que en los circuitos audiovisuales alternativos es más significativo y profundo

c) el antiautoritarismo, tanto para el funcionamiento interno de los Centros de Cultura Audiovisual Alternativo como para la sociedad en general,

d) el utopismo

e) la expresión libre a través de un lenguaje auténticamente comunicativo e innovador y

f) anti-informalidad

Otro tema que afloró casi como obligante fue la ruptura institucional en agosto de 1995 con Fevec y varios centros de cultura cinematográfica cogollistas (encuentros de reforma estatutaria); además el IX Congreso de la Fevec cuya constitución desconoce el trabajo y los logros por décadas, y cuyos resultados crea un fuerte descontento con los trabajadores audiovisuales de la Región Centro occidental en un encuentro celebrado al margen del evento, lo cual contribuyó a fortalecer los lazos de cooperación y solidaridad con cineclubistas vinculados a Huayra (en menor medida por ecologistas, universitarios, gente perteneciente al campesinado y por artistas). Una de las cuestiones básicas del tema no reivindicado por dichos eventos es el rescate para los trabajadores audiovisuales de su libertad de creatividad con el fin de que estos pudieran generar nuevas estrategias de participación comprometida con su comunidad y grupos sociales de trabajo. Tal es una de las formas de lucha pacífica y reivindicativa, a la vez, que innovadora, que entroncaba claramente con lo autogestionario. Otra propuesta en proceso: La expresión libre contra el autoritarismo que las cúpulas gremiales generan contra los trabajadores audiovisuales disidentes de la Fevec, esta es una de las reivindicaciones específicamente estudiantil que coincide con el trabajador cultural en general. Volvió a surgir la propuesta del anticineclubismo o el antifevecismo como forma de autodeterminación; también a este nivel los trabajadores audiovisuales han demostrado su pertenencia a lo alternativo.

Se intenta recuperar espacios audiovisuales desaparecidos, instrumentar mecanismos de comunicación gráfica y se lucha tanto por la socialización de experiencias comunitarias como por la participación de grupos no audiovisuales. Finalmente cabe aclarar que los creadores audiovisuales son trabajadores audiovisuales en su mayoría miembros de la Fevec.

Para concluir, no hay duda de que en determinado momento en que los cineclubistas militantes y los cineclubistas de Fevec se desarticularon por el poder y la visión economicista, el nuevo trabajador audiovisual comunitario presenta una alternativa altamente comprometida, como fase más avanzada de las anteriores posturas y como única manera de oponerse decididamente al sistema en los momentos actuales.