No a Pinochet

Evelyn
Centro de Estudios Sociales Magno Espinoza (Cesme-AIT)
Santiago de Chile

Algun@s no terminábamos de salir de nuestro asombro. Las noticias relataban diariamente desde Santiago, todos los preparativos para que Augusto Pinochet, el dictador que oprimió por dos décadas al pueblo chileno, tomara el cargo de "Senador vitalicio" en el parlamento de ese país. Era una bofetada en la cara a los miles de familiares de los desaparecidos y una prueba, de que la democracia en Chile es un favor que hacen los militares a la población civil. Por el correo electrónico, circularon estas lineas de una compañera chilena que trataba, en vano seguramente, de poder escribir toda la rabia y la impotencia que el suceso le generaba.

Dentro de unos días, el próximo 11 de marzo de 1998, asumir  como senador el dictador que por mas de veinte años ha sumido a las personas, en la miseria, en la tortura, en el miedo, en el dolor, en la pena, en la angustia de desconocer el paradero de los seres que se aman, y así podría sumar y seguir. No es que el Senado signifique gran cosa para mi, es un nido de ratas como cualquier otro, sin embargo, es el hecho de que el asesino siga campeando, que tenga impunidad para reírse en la cara de todo el mundo, con la ayuda de los cochinos políticos, que ahora ponen el grito en el cielo, para quejarse de su presencia en el senado, pero, que en su momento no hicieron nada para quitarle el protagonismo que tiene, y aun mas, transaron con el para acomodar sus culos en los puestos mas apetecidos. No es el senado lo que cuenta, sino como somos impotentes frente a su poder, como de todas formas soportaremos su estúpido rostro, por quien sabe cuanto tiempo mas. Por eso hoy siento la necesidad de expresar la rabia, el asco, el descontento. Pensaba, no puede ser, no puede ser, pero, el momento está llegando y su instalación parece imparable, hay muchísima bronca, pero, también mucha indiferencia, fuera del circulo de siempre, pareciera que uno esta en otro país y que a la gente solo le importa la ultima liquidación y el partido de tal o cual equipo, o la fiesta de la espuma, de la galleta o de la corneta. Siento rabia, siento mucha rabia, no es justo que el miserable que ha destruido la vida, el amor, las personas, la infancia, los juegos, la alegría de tantas y tantas personas pueda seguir haciendo lo que se le plazca y nosotros nos quedemos como si tal cosa. Al menos yo necesito gritar, escupir, patear, desarmar, barrer, vomitar, expulsar de mi el desconsuelo de su permanencia. Ingenuamente llegue a creer que en algún momento nos podríamos deshacer de el, por alguna vía, pero, esto me prueba que cuando se junta suficiente mierda, el asesino se alimenta y se reproduce.

Hoy pienso en la calle como el único cause para esta bronca, quisiera poder contribuir a despertar a la gente, hacer notar que no pueden pisotearnos sin esperar alguna reacción, quisiera sentir que aun existe la dignidad, que tenemos la capacidad de expresar la furia que nos provoca la impunidad, no quiero seguir diciendo hasta cuando, ni hasta donde, sino basta, basta, basta de impunidad...