Poesía, Ocio y Libertad

A. Serrano González.

Como prólogo a la Sexta Semana Internacional de la Poesía a celebrarse en Caracas, y pudiera decirse, como introducción y continuación del taller desarrollado en el anterior evento, el poeta colombiano Jaime Jaramillo Escobar, buscando la exaltación más elevada de la poesía y del poeta, nos llega a decir: "Dios no habla con los teólogos, los teólogos tienen a Dios por oficio y profesión".. Y algo más; "Dios nunca habla con los teólogos, porque les tiene miedo. Dios sólo habla con los poetas. Hablaba con Francisco (San Francisco de Asis) pero no con el Papa, Dios se ha negado siempre a hablar con el Papa".

Y como Dios se ha negado a hablar con el Papa, el Papa recurre al cónclave cardenalicio, en donde los teólogos hablan mas de lo humano que de lo divino, y por ello, esas asambleas discurren mas sobre asuntos públicos que sobre asuntos espirituales. No es la salvación de las almas lo que interesa, es la salvación del sistema económico imperante, el cual se disfraza encubriéndolo con la mascarada de democracia, república, monarquía liberal o conservadora. Lo importante a preservar es la forma de propiedad de los medios de producción, la banca y la organización financiera.

Si Dios llega a sentir miedo de los teólogos, que diríamos de los simples caminantes de a pie, aquellos que sufrieron la llamada Santa Inquisición, las innumerables guerras de religión que asolaron a Europa durante toda la época medioeval, el dominio político cultural ejercido por la iglesia y sus teólogos por más de un milenio. Esas huellas perduran aun hoy por la mayoría de los pueblos americanos y europeos.

Y sigue el poeta colombiano: "Lo religioso es de orden práctico. Lo místico es sublime. Cuando dos religiones guerrean entre si, no lo hacen por la idea de Dios, que les es común, sino que lo hacen por tierras e intereses de poder económico, (las religiones son poderes terrenales) y ponen a su respectivo Dios por testigo de su hazaña. Dios es el mayor invento humano. Nos peleamos por el, como por cualquier otra cosa que hayamos inventado".

Y para robustecer su tesis, el poeta Jaramillo toma del fascistón Idro Montanelli: "Los griegos consideraron el ocio como la más noble actividad y la primera condición de todo progreso intelectual y cultural". Pero no nos dice, que esos griegos tenían esclavos, quienes labraban las tierras, cuidaban el ganado, fabricaban el queso, cuidaban los campos y hacían el vino y el pan. El calzado y el vestido, los arneses, ánforas, jarros y platos en donde servirse los alimentos, también los pocos muebles por entonces conocidos. Y Jaramillo Escobar, quien encumbre al poeta por encima de todo cuanto existe, como una invitación a todos a seguir la profesión de poeta, nos dice: "Si tienes que trabajar todo el día y toda la semana y todo el año, la poesía huirá de ti porque no la mereces. Te has convertido en esclavo. Es de la esencia de la poesía ser libre. Será un reducto en los poetas. A ellos les corresponde mantener la llama. El poeta que llega a cumplir horario de trabajo deja en el vestier, junto con el sombrero, su condición de poeta. Y es que el poeta tiene que pensar, y no puede pensar en la fábrica. Las fábricas son para hacer, no para pensar. La gente que pueda vivir sin pensar encuentra acomodo en una fábrica. Pero el hombre que está vivo y despierto y que piensa es un hombre en su esplendor y por respeto a si mismo y a su esplendor debe limitarse a brillar".

Se hace necesario decir, aunque a la vista está, que el poeta Jaramillo Escobar tiene una mente más que burguesa, aristocrática diríamos. Una falsa conciencia de cuanto significa el trabajo de una fábrica. El trabajador industrial ha de estar con los cinco sentidos despiertos y alerta, un leve error, un segundo de distracción, puede producir una catástrofe tanto para el obrero mismo como lo puede ser para toda la nave industrial. ¿Seria por todo esto que Platón no quería poetas en su república? Porque en la República, en la sociedad, para que esta sea justa y libre, hay que producir lo que consumimos, hasta los poetas, pues no se contentan con sólo espíritu, pues no sólo de espíritu puede vivir el ser humano, así que todos estamos obligados a producir, si todos producimos proporcionalmente, todos tendremos más horas para el ocio.

El poeta Jaime Jaramillo nos recuerda que: "En los verdaderos poetas (sin excluir a los llamados malditos) hay siempre un fondo místico de compenetración con la naturaleza, que puede expresarse como admiración del Universo ante su magnitud y belleza". No negamos que el poeta sepa mejor que nadie transmitir toda la belleza que contiene la naturaleza, pero todos poseemos un espíritu y un sentido que nos hace valorar lo belIo. Cualquiera, aunque carente de una preparación poética, incluso analfabeta, sabe lo que es una visión desagradable a la vista y de mal gusto. Una sociedad bien organizada en donde no haya privilegios, en donde todos contribuyamos en la producción de cuanto se necesite para cubrir todas las necesidades de los ciudadanos, se trabajará menos horas, y por lo tanto el ocio será privilegio de todos y ese ocio bien orientado, servirá para superar el medio educacional que rige en la sociedad burguesa y todos podremos apreciar con sensibilidad espiritual al igual que el poeta, toda la belleza esplendente que irradia la naturaleza.