El Programa Electoral

Antonio Serrano

En toda época electoral, el aspirante a cualquiera de los diversos cargos de lo que conforma la estructura juridico-politico-administrativa del Estado en su variada estatificación, hace los ofrecimientos más diversos e inverosímiles, ya que de antemano saben ellos, que ninguno de aquellos ofrecimientos serán una verdad a realizar. Corre una vieja anécdota que cuenta, como un político recorría un Estado del país pidiendo el voto porque él haría esto y aquello otro. En su verborrea electorera, inflamado por la pasión de sus ofrecimientos, llegó un momento en el que exclamó: "y les digo, que construiré un puente sobre el rio". ¡pero si aquí no tenemos río!, dijo uno de los oyentes, "bueno, no importa, también traeré un río".

El primer político que hizo un programa de lo que decía iba hacer en el gobierno, fue el ingles Disraelí. Aquello, anteriormente no lo había hecho nadie, así aquella novedad atrajo la atención de los votantes y el resultado fue un triunfo aplastante sobre su contrincante. Cuando se tuvo conocimiento del resultado, los periodistas preguntaron al jefe del gobierno: "si creía que aquel triunfo se debía a la influencia ejercida por el programa ofrecido". El jefe del gobierno Pitt, viejo lobo formado en la Cámara de los Comunes, respondió': "Cuando la mitad de ese programa tenga que ser sacrificado a los intereses del Imperio, y la otra mitad a los intereses de los amigos, de ese bello programa no quedará nada". Así nos lo cuenta Andrés Maurais, en su libro sobre Disraelis.

Una campaña electoral como la venezolana, abierta antes de lo que las leyes lo han fijado, leyes que ellos aplicarán a los demás cuando lleguen al poder, en sus andanzas folklóricas por los pueblos de Venezuela prometiendo lo divino y lo humano, no dicen nada del problema mas acuciante en que vivimos la mayoría de los venezolanos. Ninguno de los aspirantes a la silla de Miraflores, ha dicho una sola palabra de como va a enfrentar la crítica situación económica del país, en miras a calmar y mas tarde hacer desaparecer esa angustia que todos cargamos y que tiene su origen en la crítica situación económica en que vivimos.

Ya no puede venir otro a decirnos: "Estamos mal pero vamos bien", porque todos hemos visto, de que vamos mal y estaremos peor aun, sino hacemos como el cirujano que introduce el bisturí y extirpa el mal que daña a todo el cuerpo. Ninguno de los postulantes tiene idea de como salir de esta crisis; el comandante H. Chávez, habló sobre lo que haría para dar solución al problema, fue tal el alborote del gallinero financiero-bancario, que inmediatamente cambió de tono y no ha vuelto a mencionarlo.

El actual Presidente Caldera, al postularse candidato, cual nuevo Don Quijote, arremetió discurso en boca, contra los organismos mundialistas económicos, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, mas tarde hemos visto como arrió banderas y se sometió a lo que aquellos organismos económicos impusieron y hoy estamos mucho peor de lo que estabamos, pues un dólar a 170 bolívares nos lo ha llevado por encima de los 555 (cuando escribo) y finalizará el año por encima de los 600.

La solución es interna, no nos la pueden dar desde afuera, esos políticos que dicen: "sacrificarse por el país", ¡que lo hagan de verdad!, desde el Presidente de la República al concejal del municipio más pequeño, todos a rebajarse el sueldo en un cincuenta por ciento; Petróleos de Venezuela con todas sus filiales, no solamente rebajarse el sueldo a la mitad, nadie debe ganar mas de un millón de bolívares al mes. Poner fuera del presupuesto en todos los órganos del Estado y en sus empresas industriales y económicas, a la mayoría de asesores y consultores. Como en realidad los que se sacrifican por Venezuela son los trabajadores y otros asalariados, se debería cerrar por dos o tres años la Escuela Militar y cesar en los ascensos: ninguna subvención a iglesias y religiones, eso que lo paguen sus fieles adherentes. Tratar de que quienes deben contribuir al impuesto no se salgan por cualquier resquicio, haciendo alarde de su "viveza criolla y de su mucho saber". Fuerte y dura mano contra la corrupción - en una justicia que actúe bien y pronto y que no deje reposar los expedientes en las gavetas. Nada de subvenciones a las asociaciones sindicales, los trabajadores deben sostener a sus sindicatos, obligarse a cursos de cultura general, en especial un verdadero conocimiento de la historia social y del movimiento obrero, que los prepare para ser capaces de tomar en sus manos los medios de producción, cambio y servicios, lo que los haría aptos para regir sus propios destinos.

Todo esto, puede en poco tiempo sacarnos del hoyo a donde nos han llevado los políticos charlatanes que prometen en la época pre-electoral todo aquello que les es fácil para engañar al pueblo. Y el pueblo debe ir tomando conciencia de que su obligación es la de tomar su destino en sus propias manos y no dejarlo en las manos de cualquiera de esos que dicen van a salvar al país, a la nación venezolana.