Los hombres del presidente

Agustín Tomás

Una de las manifestaciones más claras de que en nuestras elecciones no se elige presidente dentro de un marco democrático, sino que se elige un déspota por 5 años, es que nunca se sabe quienes serán los personajes que acompañarán al presidente en su gestión. Hoy el asunto de gobernar no es cosa de una sola persona, y la dinámica de los acontecimientos hace que mucha veces ni siquiera sirva un plan. Planes que, por otra parte, se han mostrado menos valioso que el papel en que están escritos, como la famosa Carta de intención con el Pueblo Venezolano del cuasi divino Caldera (está más cerca de Dios que de los hombres). Es bueno saber quienes van a acompañar a los presidentes cuando ocupen su posición. En función de sus ayudantes queda más clara lo que piensan hacer gobernando.

Tomemos un caso sencillo. ¿Quienes pueden ser los ministros de Educación de los candidatos con más chance hoy? Es claro que si nos enteramos que Chávez va a poner a un sargento primero, compañero en la fracasada intentona, con un postgrado en tortura realizado en Panamá, muchos muchachos perderían el entusiasmo que tienen por el candidato de la boina roja.( Dicho sea de paso, con la nueva constituyente chavista ¿se perderá la gratuidad de la enseñanza universitaria? Chávez no ha dicho nada y por los vientos que soplan eso parece). Pero siguiendo con nuestra especulación, Irene pondrá a Osmel Souza, ya que todo lo que sabe lo aprendió en el Misa Venezuela y Osmel seguramente pintará todas las universidades de rosado con florcitas y transformará el pasillo de Ingeniería de la UCV en una pasarela... de muchachos. De Salas Römer no cabe duda que, dada su profunda cultura latina y su estudio de los clásicos, hará como Calígula y nombrará Ministro de Educación a su caballo. En cambio Alfaro está claro. Dado que Larry Tovar realizó una gran tarea pedagógica en la cárcel, tanto que le permitió salir en libertad, seguramente él es su candidato para el Ministerio de Educación, con lo que también le podrá reponer algunos de los favores recibidos facilitándole sus negocios en el mercado estudiantil.

Bromas aparte, el tema es serio. No cabe duda que necesitamos saber con quienes cuentan los candidatos para conducirnos al siglo XXI, en caso de ganar la presidencia. CAP no hubiera ganado si hubiéramos sabido que Paquetico Rodríguez sería su ministro y lo que haría, y nos hubiéramos evitado muchas muertes. Caldera no hubiera ganado si hubiéramos sabido que Mattos sería su ministro de Hacienda, y no estaríamos pasando tanta hambre En países democráticos, estos son los elementos primordiales para elegir a un presidente: qué piensa hacer y con quién piensa hacerlo. Si tenemos esto claro, presidente puede ser cualquiera, como lo fue Reagan en EE.UU. Entre otras cosas porque tiene valor ese refrán que dice dime con quien andas y te diré quien eres. Entre nosotros no sabemos ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, como dijo el filósofo de Rubio.

Para tomar conciencia de la importancia del punto que quiero destacar no hace falta ser un genio de la política. Si el director técnico de su equipo de fútbol dice que va a jugar al ataque, pero no pone ningún delantero en el equipo, entonces por más que diga, sabemos que no hará lo que dice. Si el coach dice que formará una novena de poder, pero el cuarto bate sacó tres jonrones en los últimos 3 años y hasta los pitchers roban bases, entonces no será una novena de poder. Tan sencillo como esto. ¿Chávez va a dar el gran cambio si nombra ministros masistas como Petkoff o si todos sus ministros son como él, militares fracasados en su profesión que ni un golpe pudieron hacer? ¿Irene, asociada con adecos y copeyanos, va a resolver los problemas con Carmelo Lauría o Donald Ramirez o si su ministro de Hacienda es Alvarez Stelling, el del Consolidado? ¿Asdrúbal Aguiar seguirá siendo ministro del Interior si gana Salas o volverá Andrés Caldera? Lo que es curioso, por no decir que forma parte de la red de complicidades en que estamos inmersos, es que ninguno de los agresivos periodistas que entrevistan a los candidatos pregunta sobre esto, que parece tan evidente.

No cabe duda que si sabemos quiénes serán los hombres y mujeres a los que los candidatos llamarían en caso de ganar, con nombre y apellido, habría más elementos de juicio en el momento de elegir. Reclamar esta información sería una de las pocas maneras que tiene la masa de posibles votantes de incidir en la campaña y comenzar a mostrar un cierto control en lo que hasta ahora se muestra como una lucha por cogerse los pocos reales que nos quedan, que es lo único que se puede ver sin anteojos. Claro que esto es mínimo frente a lo que uno debiera hacer para mejorar esta sociedad en franca decadencia, pero bien pudiera ser el primer paso para abandonar el estado de minusválidos mentales en que nos consideran políticos, empresarios y medios de comunicación.