Mirada retrospectiva (I)

Ender Rodríguez.

Frente Cultural Aquiles Nazoa
San Cristóbal

Desde que rompimos el cascarón hace miles de años, encontramos a nuestro alrededor el microuniverso de las cosas y al voltear las montañas, el macrouniverso de las incógnitas Entonces, fuimos buscando hacer, construir, tallar, crear y amar. Mujer y hombre, dos, cuatro, diez, cincuenta y mil comunidades rodantes, nómadas, culturas, pueblos y el "apoyo mutuo" como necesidad de sobrevivencia y convivencia. Un gran anarquista como Pedro Kropotkin, al estudiar nuestra antropogénesis, descubre de alguna manera que nosotros desde el principio de los tiempos, nacimos con una configuración especial a la medida de grandes valores filosóficos y humanistas, fuese inconciente o concientemente.

Desde los desequilibrados e inhumanos modos de sociedad feudal, colonial, capitalista o pseudosocialista, moderna y postmoderna encontramos que el sueño se nos encajonó y se desvirtuó gran parte del proceso antropológico inicial. Y no se trata de idealizar a nuestros primeros pueblos sino de buscar respuestas o generar preguntas hacia al interior de una sociedad que se debate entre la locura y la destrucción planetaria, puesto que si volteamos a mirar a los hermanos indios, encontraremos valores realmente comunistas, espiritualidad profunda, autogestión, ausencia de la guerra como práctica, ausencia de sobrepoblación según el espacio geográfico, pacifismo cultural, ecologismo naturalmente vivido, ausencia del abandono familiar, etc.

Quizás, deberíamos comenzar de nuevo, desde el uno, reelaborar la conciencia desde lo vivido y fundirnos en el pasado para reconquistar el futuro posible. Reevolucionar, tomando los aportes válidos de cada sociedad y derrumbando las máscaras miserables de cada siglo.

"Ser de nuevo, cascarón y esperma, fuego y bosque, piedra, hierba y sueño.
Internet y algodón, siglo audiovisual y siglo primigenio,
etnomúsica y rock'n roll. Ser uno
y estallar. Volver a evolucionar."