Pedro Pablo
Anticipamos en el número anterior que Venezuela iniciaba un proceso electoral ininterrumpido y de progresiva militarización. Hoy nos referiremos a esto último, lo cual tiene dos vertientes. Por un lado los militares, o una parte al menos, se han convertido en el partido de gobierno y de allí salen dirigentes para todos los niveles y todos los estamentos de la administración pública. Por otro, el presidente ha organizado una ocupación del país por las Fuerzas Armadas llamada "alianza cívico-militar", la cual es una alianza muy curiosa. Están aliados unos fulanos con armas y real y otros sin real y sin armas, y supuestamente los armados obedecen a los pata en el suelo. Difícil de creer.
El argumento a favor de esta alianza, mas allá del patrioterismo de escuela primaria que enarbola el gobierno mayor, es que es bueno que los militares cuamplan una función social y hagan algo útil. Este argumento es insostenible y digo porque:
1) Vivimos en el capitalismo neoliberal, al que el gobierno se adherió completamente, ya que hasta mantiene la misma ministra de hacienda del gobierno anterior. En este sistema lo que no sirve se bota y si se trata de exceso de personal, más rápido. Entonces, si hay entre 800 o 100 mil soldados que no hacen nada en el ejército y tengo que buscarles oficio, ¿porqué simplemente no los boto?, ¿porqué en lugar de botar empleados de la administración pública no reducimos el número de soldados que no hacen nada y nos salen carísimos en equipos? Eliminar las Fuerzas Armadas sería una buena propuesta para la nueva constitución.
2) Por otro lado Venezuela tiene graves problemas de desocupación y trabajo bien remunerado. ¿La solución es lanzar 70.000 personas más que ya tienen medios de vida a competir con los que no lo tienen? Más beneficioso sería solear ese dinero para dar trabajo a los que no lo tienen en lugar de darlo a quienes supuestamente tienen trabajo: los militares. Y si no tienen oficio, entonces que los boten.
3) Se dirá que los militares son más ordenados y eficientes, mejores pues. Bueno, esto no parece porque intentaron un golpe y no lo lograron. En todo caso habría que llamar a los que le ganaron a Chavez. Pero además, sin tanto mapa y tanto gamelote, el 27F la gente, sin estar pensando 10 años la vaina, saqueó Caracas y cambió la historia, y estos que ahora gobiernan, se encargaron de caernos a plomo. Entonces, es mejor que la gente se haga cargo.
4) Se dirá que ellos tienen que estar a cargo porque todos los demás son corruptos y se van a coger los reales. Bueno, si alguien cree en la honestidad de los militares que me avise. Todo señala que se mantuvieron en los cuarteles mientras había real. Ahora no hay y decidieron salir a tomarlo a PDVSA, al Seniat, los ministerios y el plan Bolívar 2000.
De manera que todo señala que el Plan Cívico-Militar tiene otras razones:
1) Los soldados en la calle no van a dejar de hacer su trabajo. Es bien sabido que en latinoamérica los ejércitos tienen una clara función: controlar el frente interno. Hasta los 80´s esa tarea se orientaba a detener el comunismo. Hoy que el comunismo murió, se ahogan los brotes espontáneos de protesta. En otros países, o en otros tiempos, esto se hace más "civilizadamente" mediante los partidos políticos, los sindicatos y los medios de comunicación. Pero el nuevo lider sólo cree en la fuerza bruta y vuelve a métodos más primitivos. Si sumamos los soldados en la calle y toda la policía tenemos 1 miembro de cuerpo represivo por cada 100 habitantes. Cuidado con levantar la mano bruscamente porque le va a meter un dedo en el ojo a un militar o un policía (sin contar a sapos y alcahuetes).
2) Si a esto le agregamos que el control administrativo de reales y el mando van a estar en manos de los militares, que van a tener recursos y que tienen las armas, entonces los alcaldes y gobernadores que eligieron van a estar pintados en la pared. El plan Cívico-militar es el montaje de una estructura de poder paralela a la existente, autoritaria, no democrática y militarizada.
Final. Sin políticos corruptos, sin sindicalistas corruptos, sin oposición quedamos en manos de Fedecámaras y militares. Por suerte están los curas, para que Dios nos agarre confesados, porque de esa combinación nada bueno podemos esperar.