El comercio sexual de niños
Prostituyendo la ingenuidadA. Serrano González
En noviembre 1998, aparecla un libro en español del periodista alemán Dirk Schümer, titulado Los Cazadores de Niños. Imposible que nada de cuanto ocurre en el mundo, -y en el mundo ocurren cosas espantosas- pueda causar tanto asombro, horror, asco, como las secuencias que ante nuestros abiertos ojos pone D. Schümer. Parece que la prostitución infantil ya era un problema hace siglos. A raíz de un estudio sobre criminales y víctimas en la Edad Media, el historiador Peter Schuster ha encontrado datos concretos: en 1437, mientras altos funcionarios eclesiásticos de toda Europa se reunían en Basilea para celebrar un concilio, el consejo de la ciudad expulsó a una familia fuera de sus murallas porque había puesto a disposición de los participantes en el concilio, "por dinero y para su deshonra", a su hija de nueve años de edad.
Por aquel entonces, el que abusaba de un protegido suyo, hija adoptiva, podía ser ajusticiado por ello, sin embargo, los clientes ricos con frecuencia salían impunes, mientras que los niños prostituidos eran azotados y expulsados de la ciudad. El poder del dinero ha sido una constante en la historia de la humanidad, por ese poder se han cometido los mayores crímenes, han habido cruentas guerras, padres e hijos se han matado entre si, familias enteras. han perecido envueltas entre las envidias y los odios dios por la ambición del poder y el dinero.
Parecía ser, que la conciencia social había ahuyentado el máximo de peligros que asechaban y cargaban contra los ciudadanos de la mayoría de las ciudades y pueblos llamados "civilizados". Pero existen males que suelen disfrazarse, se escabullen, escapan y reaparecen con cara diferente. Estos "pueblos civilizados", que han ido creando las miles de maravillas que por todo el mundo asombran al viajero por su belleza y esplendor, al igual que al que observa el desarrollo de la vida, sabe del valor que contienen los cientos de inventos y descubrimientos que la ciencia ha ofrecido al mundo para mejoramiento de éste y la salud de cuantos viven en él. Esa conciencia social que hizo hace más de 50 años que se diesen los derechos humanos, creando por todas partes oficinas dependientes para la efectividad de estos Derechos Humanos, vemos a diario como en diversos puntos de la tierra estos derechos son conculcados, e ignorados, por el abuso que cargan en si los poseedores del poder económico y del poder político.
Hace unos pocos años explotaba ante un mundo absorto por el asombro, en un país de los "más civilizados", Bélgica, el caso Marc Dutroux, pederasta que comerciaba con cientos de niños en la prostitución, exhibiendo videos sobre los abusos sexuales a los que sometía a estos niños en las orgías organizadas para saciar los gustos brutales de quienes veían en estos actos feroces, placeres que saciaban sus deseos de enfermos síquicos. Cuatro cadáveres de niños menores de diez años fueron sacados del jardín de su casa. Algo más tarde, sin alcanzar la amplitud de este belga, ha sido en Barcelona, la España de Aznar, en donde de forma planificada, se practicaba la prostitución infantil y todo cuanto ella arrastra para servir placeres a estos enfermos de mente sucia y criminal, como actos de diversión.
Pero el libro de Shümer como anteriormente el de también belga, la señora Mariaé-France Botte: La Noche de los Cocodrilos, en donde descubrió para el mundo la vida de los lenocidios del sur y del este de Asia, Tailandia, Filipinas, Sri Lanka y en la India, en donde más de 1.000 niñas de diez años son consagradas anualmente a la diosa Yellanea con motivo de la festividad en la provincia de Kurnataka, estas niñas después de la primera menstruación, se subastan al mejor postor como "esclavas de la Diosa".
El volumen anual del negocio del turismo sexual, proveniente de los países ricos, Estados Unidos, Alemania, Australia, Reino Unido y otros países europeos, alcanza en "muy grosso modo", los cinco mil millones de dólares. A tal sentido de abuso han llegado los pederastas y comerciantes de este flagelo. En Manila, niños filipinos prostituidos se han manifestado con el rostro cubierto, ante el edificio del Congreso contra el comercio sexual infantil y en demanda de la pena de muerte para los pederastas.
El auge del comercio sexual infantil, últimamente ha ido abriendo espacios en Camboya y Nepal. De África y países Arabes no se dan cifras, pero el problema afecta a mas niños que niñas. Aunque no hay estimación sobre América Latina, se señala, que de los dos millones estimados de niños prostituidos unos quinientos mil viven en Brasil. Ultimamente se señala en Guatemala un crecimiento súbito por causa del hambre que cubre a la población sin recursos. Uno de los rasgos más graves que presenta este sucio mercado, es el de las enfermedades venéreas y sobre todo el sida. Se habla de que entre el 50% y el 80% de los niños que trabajan en burdeles, según la región, están infestados con el virus del VIH.
A toda porquería creada para satisfacer no ya "caprichos exóticos" de gente que no sabe que hacer porque tiene mucho dinero que gastar y tiempo libre de sobra, que no viaja en busca de saberes culturales, con su saber ya hizo buena fortuna, ¿para qué conocer otras culturas?, buscar la raíz que acerque y haga estrechar lazos fraternales entre los pueblos, eso esta muy lejos de su ser individualista y egoísta, por ello recurre satisfacciones y goces contrarios a toda razón moral, a todo sentido humano. Ese mundo llamado civilizado, que se proyecta así, carente de civilización, porque no es civilizado quien no siente respeto hacia otro ser que es como él.
En Venezuela
La tragedia de hechos como éstos se hace sentir en Venezuela. Según datos provenientes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, "un incremento en la pobreza han elevado el nivel de tensión dentro de las familias y llevado a un aumento del número de niños abandonados y a más abuso infantil". Una investigación del Instituto Nacional del Menor en 1994 determinó que 206,000 estaban implicados en actividades ilícitas, principalmente pedir limosna, pero también robo, prostitución y tráfico de drogas. Unos 40,000 niños fueron explotados sexualmente, de acuerdo a un estudio de 1994. También hubo reportes de tráfico de niños de otros países sudamericanos, para trabajar en Caracas como vendedores callejeros y sirvientes domésticos.".
Otras investigaciones llevadas a efecto, certificaron la existencia de niños y niñas en edad de 9 a 13 años, que en los alrededores de la iglesia de Santa Teresa y la Av. Lecuna, concurren a hoteles y pensiones de "familias" en los aledaños para ejercer la prostitución. Una comisión oficial de la Cámara de Diputados compuesta por dos de ellos, un fiscal y un abogado asesor de la subcomisión de DD.HH, ya tienen suficientes elementos en sus manos para trabajar en beneficio de estos menores. Hace ya días, el periódico Ultimas Noticias en una toma de L. Dávila, presentaba una foto en la que se cubrían el rostro varios niños y niñas dedicados a ese oficio, con una leyenda así: "La descomposición moral que vive el país, aunado a la inflación, el desempleo, la pobreza extrema, ha llevado a incorporar a los niños menores de edad a la explotación sexual por parte de adultos que los ofrecen a aberrados sexuales a cambio de altas sumas de dinero, en pleno centro de Caracas, esto ya está extendido por otras zonas de la ciudad".
Esto no es nuevo, ya en Noviembre de 1997, fueron denunciados casos de tráfico y explotación de menores en el sector Santa Teresa. Lo más extraño de esta situación, que mientras las trabajadoras sexuales adultas se encuentran detenidas, las menores transitan libremente por el sector y la red que se encarga de la explotación de los menores funciona debajo del distrito 54 de la Policía Metropolitana.
Tu mismo lector, piensa y analiza toda esta porquería que nace y crece por causa de la pobreza de unos y la riqueza de otros.