Humor y Anarquía

La multiplicación de los santos

Colectivo Puye y Autogestione

ADVERTENCIA A LOS LECTORES: Esta es una versión libre, muy libre, que el Colectivo Puye y Autogestione ha hecho del artículo de Francesco Fricche La moltiplicazione dei santi aparecido en el semanario anarquista italiano UMANITÁ NOVA, 4/07/99, Año 79, N° 24. Por eso los santos son casi todos italianos, pero hay su equivalente para los españoles, franceses, alemanes y yankees, sólo que no tenemos la información para dárselas. No es muy importante, a menos que los santos sean muy localistas y no ayuden a los fieles de otras nacionalidades. Acerca de este punto, siempre podemos leer aquel legendario clásico ilustrado del humor venezolano llamado "Las Celestiales", o en su defecto se sugiere consultar con el párroco más cercano a su domicilio, el próximo domingo después de misa.

Muchos usamos la expresión "hacer de abogado del diablo" para indicar a alguien que, en una discusión, sostiene una tesis contraria a la generalmente aceptada. Casi nadie sabe que el abogado del diablo existe verdaderamente y es la figura que, en el proceso de santificación, se opone a la santificación o beatificación de alguien. Mejor dicho, existía puesto que, para acelerar las santificaciones, Karol Wojtyla - mas conocido por el remoquete de "Juan Pablo II" - ha preferido abolirlo.

De hecho, aunque la iglesia católica venera más de 12.000 santos e innumerables beatos, casi todos fueron proclamados antes del Concilio de Trento en 1588, cuando se modificó el proceso de canonización (instaurando el abogado del diablo). De entonces a 1978 (primer año de Wojtyla) se habían proclamado 302 santos y alrededor de 800 beatos. De 1978 a hoy Wojtyla ha proclamado, en 21 años, 280 santos y más de 800 beatos, casi el mismo número de beatos y de santos que sus predecesores en los 390 años precedentes.

Alguno pudiera pensar que todas estas canonizaciones se han hecho por razones de política interna de la Iglesia, como el caso de José María Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) beatificado sólo 17 años después de su muerte (un record) o por motivos de política internacional, como el caso de Alojzif Stepinac (uno de los jefes de la Ustasia, facistas croatas de las décadas de 1930 y 40). Otros pensarán en el dinero (como siempre que se habla de la iglesia.) obtenido con el mercadeo como para Francisco Forgione, o en lo que se obtiene para promover la causa de la canonización, como el caso de las hermanas del Santísimo Sacramento para los Indios y los Negros a quienes la beatificación de su fundadora Karen Presel en 1980 les costó $333.250 dólares (de la época, porque al valor de hoy es mucho más) o para fructificar, en términos de ofertas vocacionales, los frecuentes viajes de propaganda al exterior.

Ninguno aprecia el verdadero problema de la proliferación de todos estos santos nuevos. Los santos, se sabe, nos protegen de las desgracias y algunos lo han hecho tan bien que han sido elegidos protectores de determinadas situaciones. Aumentando el número de santos protectores se corre el riesgo de generar confusión y terminar invocando al santo equivocado. Por ejemplo, si uno fuera estítico y se enconmendara a San Armagilo, que cura la diarrea, podría hacer más daño. No todos los santos son como San Vito que cura a la vez el insomnio y la somnolencia. Además se necesita saber escoger: contra la sequía se pueden recomendar 11 santos, pero si uno ruega, por ejemplo, a San Calimero, no podemos esperar que empiece a llover porque para hacer llover hay otros 16 santos y para eso vale invocar a San Elio o a San Gauderico que funcionan tanto contra la sequía como para que venga la lluvia. En caso contrario, hay otros cuatro santos que nos protegen contra la lluvia. El mejor es San Benigno que puede invocarse tanto contra la lluvia como para hacerla venir. Ahora si el problema no es la lluvia sino el relámpago, hay siete santos que lo combaten y sin duda Santa Bárbara es la mejor, que ha dado nombre al depósito de armas y pólvora, que se llama santabárbara precisamente para evitar que explote.

Si nos confundimos al invocar al santo contra la lluvia y se transforma en un temporal, hay otros 6 santos que nos protegen, entre los que encontramos a Santa Flora, que es especialista en la materia ¿y si nos volvemos a equivocar y la situación empeora?. Ningún problema, por que hay otros 5 santos contra la tempestad. El mejor, para nosotros, es Santo Domingo de Sora. Pero atención, sin cometer errores, porque estos santos nos protegen sólo contra las tempestades terrestres. Para las marinas hay otros 4 santos entre los que debemos preferir a San Francisco Saveiro, que también nos protege (junto con otros 4) de los huracanes, si la situación no se soluciona. En todo caso es bueno conectarse también con San Nicolás de Mira (exitoso en todo lo relacionado con el agua) que, con un par de colegas, nos protege de los peligros del mar. Contra los naufragios hay otros tres santos. Pero si todo va mal y se naufraga, hay otros 5 santos para ayudar, entre los que sugerimos a Santa Liboria, que también es útil contra el granizo. No equivocarse, porque si naufragas en un río no hay otra alternativa que San Juan Nepomuceno, que también protege los puentes. En todo caso, sugerimos también una plegaria a San Adiutore de Vernon, protector de los nadadores, que en un naufragio siempre puede ser útil.

Si, temeroso de no resolver la situación, se desea una protección corporativa, hay 10 santos para los marineros a los que rogarles. A menos de no considerarse gente de mar y en este caso no hay otra alternativa que San Francisco de Paula. Pero se debe estar atento en qué nos hemos embarcado, porque en caso de ser un buque de la marina de guerra, entonces el santo protector es otro. Si no se sabe exactamente qué hacer, entonces encomiende el buque a Noé, que es el único que lo protege. También depende de lo que uno hace, porque si se es pescador se puede recurrir a otros tres santos, aunque no se debe rogar a San Maurilio de Anger si, además de pescar, se venden los peces. A los vendedores de pescado los protegen otros tres santos.

Si después de toda esta agua desea beber un poco de vino, pero no tiene dinero ni nada que dar en prenda (acción para la cual se invoca a San Bernardino de Feltre) en la Casa de Empeños (cuyo patrono es San José) ni garantía que ofrecer a los prestamistas (cuyo guardián es San Antonio María Claret), no hay problema, siempre que se esté atento donde se va a beber. si es un bar recomendamos a San Armando de Maastricht (protector de los bares); si es una hostería o posada se debe recurrir a los favores de uno de los 8 santos que protegen la noble categoría de huésped. Cuidado de no confundirse con los otros 5 santos que amparan a los fabricantes de cerveza ni con los otro 4 que aseguran la felicidad de los que hacen botellas.

Por otra parte, si desea ir a comprar el vino a los productores, invoque a San Gervasio de Tongres o a cualquiera de los 6 santos protectores de los vitivinicultores, que tienen un resguardo especial contra la plaga de la filoxera, garantizado por San Roque. Para el capital invertido en la vendimia debe dirigirse sólo a San Martín (protector de los vendimiarios). Sin despreciar la posibilidad de intervención de San Vicente de Zaragoza, protector de los productores de vinagre.

Si ha bebido mucho y le vienen ganas de llorar, debe pensar en San Biaggio de Sabeste. ¿Se siente completamente borracho? Necesita a San Urbano de Langres. Obviamente que para la visión a Santa Lucía (y otros 18) y para el hígado a San Liborio. A la mañana siguiente ¿se despertó enratonado? Una plegaria a San Acacio ( o a otro de los 8 santos eficaces contra la migraña) y pasa el problema. En resumen, para todo hay un santo bienhechor: para los hombres de gobierno (San Fernando III), para los reyes (San Luis IX), para los fabricantes de lápices (Santo Tomás de Aquino). Aunque en verdad, nosotros los anarquistas no tenemos un santo protector ...

(Coletilla del Colectivo Puye y Autogestione: Los ácratas criollos estamos fuertemente divididos en relación a esta última afirmación: cierta fracción etílica reclama la protección de "Santa Teresa" - etiqueta negra, por supuesto - ; otros, afines al primer grupo, defienden el co-patrocinio de aquella junto a San Cocho; un tercer colectivo de anarcosalsosos y boncheviques libertarios proclama las virtudes de San Dunguero; los que viven a costillas de los demás defienden a San Guijuela; por razones no muy claras, hay una alianza entre los partidarios varones de San Lucas y las féminas devotas a Santa Irene; mientras que los que desean liquidar esa polémica han propuesto como candidato de consenso a San Seacabo).