Los sin pan y los sin tierra

Emilio Tesoro

Ya, la gente se ha cansado de no comer y busca la manera de saciar su hambre.

Las grandes muchedumbres cansadas de las mentiras y los engaños que a través de los siglos, ha sido objeto por todos los líderes de diferentes ideologías que se han turnado en el poder. Todos ellos han sido unos traidores que prometieron mucho para llegar al poder, y una vez encaramados en él, les volvieron las espaldas a las masas de necesitados que los llevaron hasta allí. Y en vez de ir repartiendo las riquezas obtenidas por el esfuerzo de todos de una manera equitativa, se apoderaron de la mayor parte e hicieron políticas nacionales generales en beneficio de los que ya tenían mucho, para que tuvieran mucho más.

A través de los tiempos se fue creando una clase que lo dirigía y explotaba todo y a todos, cuyas directrices de dirección y explotación se han eternizado. Los resultados son que cuando suben los capitalistas económicamente hablando, en el otro extremo de la balanza, el platillo representado por el proletariado, baja. Para que en un extremo exista un capitalista, en el otro extremo enfrente tiene que haber centenares de miles de proletarios con sueldos de hambre, o peor aún, desempleados.

Se dirá que, cuanto más desarrollado esté el capitalismo, mejor estará la totalidad de la clase trabajadora. La prueba, dicen ellos, lo tenemos en las economías de punta que existen en EE.UU., Europa y Japón. Bueno, ahí tenemos la negatividad que representa la sociedad capitalista. Desempleo en esas regiones y una gran parte de los trabajadores con un sueldo que no les llega para tener una vida digna de un ser humano. Y esto cuando a las tres cuartas partes del mundo todavía no ha llegado la industrialización tecnológica como en las naciones antes mencionadas.

Hoy, aquí' en Venezuela, están sucediendo cosas inéditas u olvidadas en la historia del proletariado y campesinado. En Venezuela estamos sufriendo, en los tiempos presentes de una ola de traiciones y de canallismo gigantesco. Aquellos líderes y militantes que otrora configuraban como entes revolucionarios y decían querer transformar la sociedad, aquellos jefes que tanto entusiasmo despertaban en las masa ignaras y que a la cabeza de los partidos y sindicatos pregonaban el ocaso y desaparecimiento de la sociedad capitalista, hoy en día, están todos arrodillados como eunucos y pigmeos ante la imagen "oprobiosa" y explotadora del capitalismo. Hasta afirman algunos, entre ellos Peña, que expandir el capitalismo es revolucionario. Todos ellos no han dudado en transformar aquella moral y aquella ética (si es que la tuvieron alguna vez) que decían poseer en un salvaje pragmatismo no importándole en nada esta transición., Porque en esta transformación de sus mentes ha cosechado una porción de poder, cuyo poder, redundará, entre otras cosas, en dinero y mujeres.

En consecuencia y debido a este asqueroso pragmatismo, estos personajes ausentes de toda ética humanista, todos ellos están gritando en contra de los "sin pan" y de los "sin tierra", por haber decidido, una pequeña porción de los que no tienen para comer invadir algunas tierras y ocupar algunos pisos vacíos. Que dicho sea de paso, solamente en Caracas, existen trescientos mil pisos desocupados. Todos estos aúlicos gritan a más no poder y dicen que hay que emplear la fuerza bruta de los militares o de la policía para sacar a estos hombres y mujeres que han invadido las tierras porque no tienen donde saciar su hambre ni techo que los cobije. No importa que muchos de ellos mueran atravesados por las balas de los "guardadores del orden capitalista" lo importante, dicen ellos, es preservar el orden legal de la propiedad. Y es bueno preguntarse ¿dónde colocan ellos el derecho legítimo? ¿Es legítimo pasar hambre? ¿Es legítimo no tener techo, un techo cómodo e higiénico para dormir?

¿Cuántos millones de hectáreas de tierra existen en todo el territorio de Venezuela que están improductivas? ¿Cuántas miles de hectáreas están en poder de la oligarquía rural, sin merecimiento para ello, y como fueron a parar a sus manos? Seria prudente hacer una investigación de las tierras que tienen los "amos del valle" y sus herederos, señalando quiénes eran los dueños de esas tierras hace unos siglos y quiénes son los dueños en la actualidad. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la mayoría de estas tierras fueron a parar a las manos de los actuales propietarios, por el engaño, por el amiguismo y por el robo. ¿Y esto si es legal?

En esta gritería ensordecedora, están como no podría ser de otra manera, los medios de comunicación: el cuarto poder como algunos le llaman. Creemos que ejerce una presión tan grande sobre las grandes muchedumbres como otras instituciones en este régimen mal llamado "democrático" en beneficio de los grandes poseedores de las riquezas de la nación mal habidas y en contra de los intereses de la gran mayoría del pueblo que no tiene donde quedarse muerto.

Ya va siendo hora de que los auténticos revolucionarios, de ayer y los de hoy, los que nunca se vendieron ni se venderán por una parcela de poder, que desenvainen la espada de nuestra dialéctica y arremetamos, no como don Quijote en contra de los molinos de viento, sino viendo el modo, con nuestros actos y acciones ir algo más allá de la pura teoría. Estos medios de comunicación por la posición tan importante que tienen y usan en defender los intereses del sistema, deberíamos considerarlos como enemigos de la verdadera transformación que la sociedad pide y exige. ¿Qué táctica y estrategias a realizar para combatir, quitar y aminorar la influencia nociva que tienen estos medios sobre las masas? No lo sabemos, Debe de haberlas, busquémoslas, entre todos juntos, quiero decir, por aquellas personas que están decididas a luchar por una sociedad más justa y humana que la que tenemos, sin importarnos los riesgos que esta lucha conlleva.

¿Qué se puede esperar de esa masa que está invadiendo las tierras, si el ochenta por ciento están pasando hambre y el treinta por ciento de este ochenta están pasando hambre crítica? Este es un argumento que convence, pero no a ellos, pues, creen que como tienen la barriga llena, los demás también la tienen. Existen, según estadísticas, en Venezuela 3 millones de habitantes que no tienen techo. En nombre de que doctrina cristiana o no, en nombre de que ideología política-social se puede admitir estas injusticias? Ya basta de tanto fariseismo, tanto de la iglesia como de los partidos políticos. Ya basta de tantas mentiras de la gente de Fedecámaras y otras asociaciones similares. Lloran y lloran esta gente, pero, ¿qué han hecho ellos en estos últimos cuarenta años? Se quejan de los políticos, pero en estos últimos cuarenta años en los puestos clave del gobierno no han tenido sus representantes y los gobiernos no han dictado leyes y decretos a su beneficio?. No nos hagan reir con tanta y tanta hipocresía. ¿Qué hace el gobierno con tantas y tantas propiedades rurales que no las ponen al servicio del pueblo?

Somos escépticos de los resultados positivos que arrojen estas invasiones y ocupaciones. Seguramente que, cuando pase un tiempo prudencial, todo volverá a normalizarse y las aguas volverán a sus cauces y los invasores y ocupas saldrán de sus recintos invadidos y de sus lugares ocupados. Los falsificadores de las "verdades", como siempre, tendrán argumentos de sobra para inducirlos que por su bien, dejen lo que pertenece al "otro", Y en caso de no convencerse y convencerlos usaran, como han hecho siempre, los cuerpos militares y para militares represivos del estado que para eso están: para velar por los intereses de los ricos.

Estos invasores y ocupas habrán aprendido algo, entre ellas, está la inutilidad de votar. ¿Votar, para qué? Se preguntarán. No olviden esto, compañeros invasores. Y digo compañeros, por estar solidarizados, ciento por ciento con esta acción que ha venido a despertar del letargo que estaba sumida desde hace decenas de años parte de este proletariado hambriento, sin pan y sin techo Recojan y no olviden las lecciones y experiencias que les han dado estas invasiones, para que, en el futuro, en las invasiones sean mucho mejores los métodos a emplear para no fracasar como se ha fracasado en estas de la actualidad. Adelante, los ricos, los propietarios, los burgueses, los empresarios solamente conocen la fuerza. Organicemos nosotros otra fuerza - aunque sin armas - que sea mayor y más convincente que las que nos oponen ellos a través del estado.

Los anarquistas que pusieron las banderas bien altas en las invasiones de tierras en la Guerra Civil Española (l936~l939). Se invadieron, se incautaron, pero inmediatamente se colectivizaron. Entonces colectivización era sinónimo de socialización y el lenguaje que hoy se emplea de autogestión. Se colectivizaron las tierras de los poderosos terratenientes, y las tierras, propiedad de la clase media. Hubo excepciones aplicadas para los propietarios de la clase media que no quisieron entrar en las asociaciones autogestionarias, se le permitía cultivar sus tierras, pero con la condición que solamente podían trabajarlas él y su familia. Estuvo terminantemente prohibido que pudiera meter jornaleros o asalariados. Después de pasar un poco tiempo, muchos de ellos se convencieron y entraron a formar parte de los grupos colectivos.

Estas invasiones que deberían continuar y continuarán dependiendo del grado de conocimiento político social que tengan las masas de invasores, deben de estar regidas y marcadas por principios y normas autogestionarios libertarios y dirigidas estas asociaciones colectivas por los grupos o personas componentes de esas invasiones. Estos grupos, en cuanto sean más las personas que los integran, más posibilidades tendrán para su éxito.

Una vez invadidas estas tierras o propiedades se debe de ir a la conformación de Asociaciones Autogestionarias Libertarias. Mucho mejor sería organizarse antes de la invasión, porque ya no sería la invasión de tipo individual, sino que sería colectiva y con mayores posibilidades de éxito.

La propiedad que antes era de los capitalistas, inmediatamente pasa a ser propiedad de estas asociaciones y los pertenecientes a dichas agrupaciones, todos ellos sin excepción, serían en adelante y en partes iguales los auténticos propietarios de estas riquezas incautadas.

Este tipo de organización autogestionaria es horizontal, queremos decir con esto, que todos sus miembros tienen los mismos derechos y los mismos deberes. Resaltando que nadie tiene autoridad alguna para dar órdenes de tipo personal e individual y que no emanen de la asamblea y que con anterioridad hayan sido discutidas y aprobadas en el seno de la organización en asamblea.

Los acuerdos se toman por consenso, en caso de no llegar al consenso, se tomarán por mayoría. La asamblea es la máxima "autoridad" de una Asociación Autogestionaria Libertaria. Los delegados, para las diferentes gestiones que tengan que realizar dentro del seno de la organización, serán nombrados por la asamblea y en caso de cometer algo perjudicial serán también destituidos por la misma.

¡Invasores de todo el mundo uníos! A seguir invadiendo y ocupando. La Naturaleza es de todos. Las construcciones de las viviendas son de todos que las construyeron. Tomemos, sin dilación alguna, lo que por derecho natural y legitimidad nos pertenece. Constituyamos La Primera Internacional de Invasores.