Ultima Hora

Redacción

Hemos tenido que parar la imprenta para introducir esta nota a último minuto. El Ministerio de Educación ha anunciado la suspensión "indefinida" de la Cátedra de Instrucción Premilitar a raíz de la polémica suscitada por el libro. El programa de la materia será sometido a un proceso de consulta en el viceministerio de Asuntos Educativos. Provea, la ONG de Derechos Humanos ha pedido que su contenido tenga un apego a las nociones de Derechos Humanos. Por su parte, el ministro de educación ucevista Hector Navarro no da pie con bola en sus distintas declaraciones a los medios: "firmé la autorización del libro casi sin leerlo", "todo se trata de un ataque al proceso por parte de las viudas del pasado", "no voy a quemar libros como lo hicieron Mussolini y Pinochet, "el libro tiene que respetarse sin importar lo que diga". La autora se ha defendido con argumentos que ponen en evidencia que ella no es la autora intelectual de los contenidos del "mi lucha" criollo: "Todo lo referente a la identidad nacional lo saqué, tal como lo escuché, de una conferencia dictada por docentes del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional. Las ponencias de Daniel Chalbaud Lange y de Carlos Celis Noguera nutrieron los capítulos de Identidad Nacional y Geopolítica".

Desde que las ordenanzas "revolucionarias" anunciaron la vuelta por todos sus fueros de la Instrucción Pre-militar tanto en la enseñanza pública como privada, desde El Libertario hemos hecho diversas manifestaciones de repulsa a la medida (revisar números 16 y 17). El problema no es que se redacte un libro que con eufemismos de todo tipo, se adecúe al nefasto programa. El error es la materia en sí misma. Ya lo decíamos antes: "porqué no profundizar cualitativamente otras materias como historia, literatura, artes, filosofía... las cuales sí verdaderamente forman valores de solidaridad y convivencia?, Porqué la disciplina militar y no la discusión liberadora?, ¿Porqué desviar recursos para ver clases en los cuarteles y no repotenciar los institutos públicos para un real proceso vivencial de aprendizaje?

Distanciados de los políticos profesionales que ahora, en su oportunismo falaz, esgrimen un antimilitarismo tibio para figurar en los medios, seguimos con nuestra reivindicación de siempre:

¡No a la educación Pre-militar en el liceo!
Por una educación que nos ayude a pensar y no que nos enseñe a obedecer!