Los Desplazados

Argelia Ferrer

Una de las mayores inquietudes que ha causado el denominado "Plan Colombia" entre los venezolanos está la inminente posibilidad de llegada masiva de desplazados colombianos al territorio nacional, ante la agudización del conflicto que sacude hace décadas al vecino país.

El drama humano y social que eso significa para las personas que han tenido que dejar sus casas, tierras y familias parece importar poco a la gente que se asusta ante el incremento de colombianos en Venezuela. ¿Será que nos harán más pobres? ¿O será que somos tan pobres de espíritu que no nos interesan las desgracias ajenas?

Huir de la guerra es una opción, como lo es tomar partido por una causa y defenderla con palabras y armas. Negarse a matar y a morir tiene sus riesgos, así como lo tienen enfilarse en un ejército regular o irregular. Los que logran escaparse de la confrontación armada y buscan otros espacios para vivir necesitan la comprensión, el respeto y la solidaridad de los otros seres humanos, porque son antes que desplazados o refugiados, precisamente seres humanos.

Diferentes motivos llevan a las personas a abandonar sus lugares de nacimiento o crianza: la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo o estudio, el amor y la aventura, las ganas de conocer o de escapar de algo o alguien. La historia de la humanidad entera está llena de desplazamientos individuales o masivos, voluntarios o forzados. Venezuela no es el paraíso, pero quizás es lo que más se puede acercar al purgatorio para un desplazado o refugiado: un lugar de tránsito y de espera donde se purga el acto de huir de una guerra que viene desde el siglo pasado.

¡Así estarán de mal esas familias que llegan a este territorio, a sabiendas de que no son bienvenidos por muchas personas! Nos parece normal que haya venezolanos emigrando a cualquier país de Europa, de EE.UU o Canadá, pero no queremos refugiados de ninguna parte en este país. ¿Y entonces?