Editorial
Protesta en Caracas durante el Día internacional de Acción contra el Capitalismo Globalizado (26/09/2000)

"En el lugar dónde exista un libertario, acompañándolo, estará un periódico anarquista". La frase intenta sintetizar una de las características del movimiento ácrata durante su historia: siempre, en todos los lugares y bajo cualquier circunstancia, el especial énfasis puesto en la edición de periódicos y libros. A comienzos de siglo en el despertar del aura industrial, los quijotes de la Idea recorrían grandes distancias diseminando entre obreros y campesinos la ilusión por la libertad y la justicia social. En sus roídos bolsos, lotes de impresos constituían enteramente su equipaje de viaje.

En aquellos días signados por altas tasas de analfabetismo uno de ellos leía para todos los demás. No era raro que aquellos verbos encendidos al viento, motivaban que los oyentes memorizaran artículos enteros. Muchas condiciones han cambiado, pero como ayer, seguimos apostando que la lectura potencie la discusión y el espíritu crítico, herramientas ambas para el desarrollo del pensamiento propio de cada uno/a. Este aprendizaje producto del análisis particular, representa lo contrario del saber rígido, jerárquico y vertical, transmitido desde arriba y tan propio de las autoridades de las universidades. El aprendizaje y conocimiento colectivo implica un saber crítico, horizontal, abierto y sin credenciales, donde la única autoridad que importa es la autoridad moral.

Nuestros años transcurridos hasta este número 20, no han pretendido acumular una larga lista de adhesiones fáciles, y muchos menos, legitimidad para pretensiones de poder. El esfuerzo sigue apuntando a despabilar la curiosidad, abjurar la resignación y contagiar una lúdica resistencia contra la tiranía de lo cotidiano. Debemos saludar incluso que tal vocación decante en textos más elaborados: el libro "Bitácora de la utopía: anarquismo para el siglo XXI", del que detallamos información dentro de este número, es el resultado del esfuerzo de dos de nuestros queridos compañeros.

"No hay uno entre cien y sin embargo existen" (gracias Leo Ferré). Nuestras espadas de papel siguen esgrimidas contra la mayor violencia de la sociedad: la ignorancia.