Globalización y Paradojas

Carlos A. Solero

En 1864, se reunieron en Londres un grupo de trabajadores de tendencia socialista. Provenían de Alemania, Inglaterra, Francia, Suiza, Bélgica, Italia, España, etc.

La Revolución Industrial, consecuencia de la pujanza de la burguesía, clase social que había conquistado el poder político en Inglaterra en 1688 y en Francia en 1789. Impulsó un proceso de desarrollo de las fuerzas productivas de gran magnitud. En la agricultura, con métodos intensivos, cercó las tierras, expulsó a los campesinos hacia las ciudades e incorporó el vapor a las maquinarias. La consecuencia, fue paradójica, un fenomenal aumento de la producción de mercancías, y a la vez una multiplicación de la marginalidad y la pobreza para la masa de artesanos y campesinos que no tenían vivienda ni alimentos. Novelas tales, como: "Tiempos Difíciles" de Charles Dickens y "Germinal "de Emile Zola, describen con patetismo la cotidiana tragedia de los indigentes en Londres y París.

Otra paradoja, el proceso de desarrollo capitalista y la burguesía como su impulsora, estaban "creando" en el siglo XIX, a la clase social llamada a destuir al capitalismo, el proletariado. Los trabajadores eran las víctimas principales de la dinámica del sistema capitalista, éste con su crisis cíclicas que solían terminar en guerras, condenaba a la marginación a miles y miles de personas. Hoy también lo son.

Los socialistas reunidos en Londres, fundaron la Asociación Internacional de Trabajadores, su objetivo principal era crear los sindicatos, las sociedades de resistencia que los defendieran de la explotación y los abusos del capitalismo y los capitalistas. Su consigna: "La emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos". Su método, la revolución socialista.

Poco tiempo después, dos intelectuales un alemán exiliado: Karl Marx y un ruso, también exiliado, Mijail Bakunin, se sumaron al llamado aportando su visión de la transformación social. Los ecos del llamado internacionalista cruzaron el Atlántico y hasta hubo secciones de la I Internacional en países de Latinoamérica. Inclusive hay quienes poseen datos que en Rosario se reunían a fines del siglo XIX los socialistas internacionalistas en, el bar La Bastilla.

El proceso de mundialización capitalista, movilizó también a los proletarios a agruparse y luchar por sus derechos a la salud, la educación, la vivienda,etc.

El capitalismo se fue transformando, sobre fines del siglo XIX con el llamado " Estado Benefactor" y luego de la crisis del ´30 con un fuerte intervencionismo estatal creando el "Estado de Bienestar". Es decir la sanción de leyes que incorporaran a las masas al consumo, siguiendo las ideas de Lord Keynes y Henry Ford del productor-consumidor.

Desde la década del '80, con el advenimiento de Reagan, Tatcher & Co, y los neoliberales, desplazaron a los economistas keynesianos y se multiplicaron a nivel planetario las políticas de ajuste salvaje. En nuestros países, llegaron de la mano de las dictaduras militares: Pinochet, Videla,etc. Persistieron y continúan con los fieles servicios de los políticos votados por el sufragio popular. Consecuencias, veinte años después una minoría de financistas y especuladores que acumulan riquezas a escala geométrica, en tanto la masa de excluídos crece sin cesar en Asia, Africa, Latinomérica, Europa y EE UU. Precarización de las condiciones de trabajo, sobrexplotación y desocupación creciente, feminización de la pobreza, contaminación ambiental, alimentos transgénicos y una larga lista de flagelos.

Como afirma Erich Fromm, en su "Psicoanálisis de la sociedad contemporánea", en el siglo XX, las guerras no sólo no cesaron, sino que su nivel de crueldad y barbarie fue quizás mayor que en los siglos precedentes de la historia humana.

El escritor inglés William Golding, reflexiona: " no puedo dejar de pensar que el siglo XX, ha sido más violento de la historia humana". Albert Camus, dijo alguna vez, que lo terrible era que además habían logrado a través del fanatismo religioso, y el chauvinismo, legitimar el homicidio que perpetran los estados, en las guerras externas e internas.

En los albores del nuevo milenio, durante cinco días se dieron cita en Porto Alegre (Brasil), miles de militantes sociales para responder a la violencia del capitalismo, hoy llamado neoliberal, Dicen que es posible y necesario construir un mundo con justicia y libertad, con sociedades que reemplacen la perversa y destructiva lógica del mercado por la solidaridad social. Un socialismo de rostro humano, con democracia participativa. En tanto en Davos (Suiza), los poderosos, siguen elaborando planes para multiplicar la "pobreza planificada".

Pero mientras éstos ricos y famosos brindan el la cubierta de su Titanic, en Porto Alegre en el Foro Social Mundial, los representantes de la mayor parte de la humanidad, excluída, castigada y explotada: campesinos sin tierra, indígenas, feministas, ecologistas sociales y libertarios imaginan un futuro de dignidad para todos. Para que un día no muy lejano podamos decir como el poeta Prevert "alguna vez todas las personas serán de tamaño natural, y nadie será humillado".