El "enfrentamiento" contado por un pemón

Anna Ponte
<anaponte@ven.net>

(Resumen El Libertario)

Acabo de hablar con Silviano Castro, el líder de la comunidad indígena de San Rafael de Kamoirán en el Parque Nacional Canaima. Me relató lo siguiente: Las comunidades de Vista Alegre y Kamoirán hicieron una denuncia en días pasados en contra de las nuevas instalaciones militares (del Ejército) en el Parque Nacional Canaima. Supuestamente, a raiz de esa denuncia algún General había dado la orden de desmantelar esos puestos.

Pero aún el día martes 20 de esta semana no los habían retirado, y la comunidad de Vista Alegre decidió cerrar la carretera en protesta. Silviano los tranquilizó refiriéndoles que los militares había solicitado un día más para el retiro de los efectivos.

Al día siguiente, el miércoles no pasaba nada e inclusive la comunidad indígena se percató que los militares estaban cortando más madera del bosque (del Parque) para construir las empalizadas del puesto, así que la comunidad de Kamoirán decidió ir a hablar al día siguiente, jueves, al puesto a preguntar qué sucedía y el porqué aún no se habian ido.

El día jueves, cuando los miembros de la comunidad se disponían a ir después de mediodía hasta este lugar ocupado por el ejército, llegaron unos efectivos de la DISIP. Silviano habló con ellos y les explicó lo que estaba pasando, e inclusive les solicitó que acompañaran a los indígenas hasta el puesto.

La comunidad salió (a pie), los efectivos de la DISIP en su carro y se adelantaron a la comitiva, y Silviano decidió también seguirlos en su vehículo que acababa de terminar de arreglar, lo acompañaba su esposa Teide y decidió además llevar una pequeña filmadora (este equipo lo tiene guardado en estos momentos un amigo de Silviano)

La sorpresa fue inaudita cuando se percató que su pueblo había sido recibido con bombas lacrimógenas y disparos de perdigones para dispersarlos, y un miembro de la comunidad indígena había sido herido a cachazos. También se enteró que un efectivo militar había sido herido en el cuello con perdigones, lo que hace suponer que se atravesó en los disparos de sus mismos compañeros, ya que NINGUN indígena estaba armado con armas de fuego, porque SOLAMENTE iban a conversar y en ningún momento estaba planteado ningún enfrentamiento violento.

Al herido indígena se lo llevaron al hospital de Santa Elena de Uairén, al que lo acompañó lo arrestaron en el mismo hospital los efectivos militares y lo esposaron hasta el día siguiente, sin dejarlo salir del hospital, al igual que a la enfermera indígena que atendió al herido. Al soldado lo llevaron al fuerte Luepa.

A Silviano lo golpearon para intentar quitarle la filmadora e intentaron arrestarlo en el mismo lugar y lo tuvieron detenido sin ninguna orden de arresto escrita en el Salto Kamá. Luego de conversaciones en donde Silviano se oponía a ser arrestado ya que no había cometido ningún delito ni había orden de captura escrita emitida por algún Tribunal, le dijeron que el Comandante del fuerte Luepa quería hablar con él. Convino en ir a conversar a Luepa y en el camino trató de detenerse en el sitio denominado el Oso, donde hay señal para la comunicación con celular, pero los efectivos militares en dos pinhauzers y en las camionetas de la empresa ABB, constructora del tendido eléctrico, lo interceptaron diciéndole que no podía comunicarse con nadie y que debía seguir camino hasta Luepa y que se bajara del carro, a lo que Silviano se negó y entonces recibió amenazas de muerte. Seguidamente siguió con su carro hacia Luepa a hablar con el Comandante del ejército allá. En el camino pensó que debía detenerse en la posada de Kamoirán, donde está la bomba de gasolina para llamar por teléfono a su abogado desde la oficina de la posada, y así lo hizo.

Es allí donde los fectivos militares lo detinen esta vez utilizando la fuerza y golpeando a los empleados indígenas de la posada, y se los llevan presos (sin ninguna orden escrita) hasta el fuerte Luepa. Al día siguiente (ayer viernes 23 de marzo) en la mañana, se los llevan a Ciudad Bolívar, al Vº Batallón de Infantería, en donde Silviano se niega a declarar ante el fiscal militar exigiendo la presencia del fiscal del Ministerio Público y de su abogado dada la ilegalidad de toda esta circustancia.

Lo instan a rendir declaración para dejarlo en libertad y él mantiene su posición.

Finalmente interviene el fiscal del Ministerio Público y los dejan ir así como a su esposa retenida también, y al resto de los indígenas que había hecho prisioneros en la posada de Kamoirán.

Seguidamente en la noche fueron a declarar a la Policía Técnica Judicial, ante el médico forense para que tomara nota de los golpes y maltratos. Y hoy en la mañana irán a declarar ante el Tribunal civil en Ciudad Bolívar.

Esto es todo por ahora.

Mis reflexiones:

1) El papel de la policía política (DISIP) en el Parque Nacional Canaima es la de incitar el hostigamiento entre los efectivos del ejército y las comunidades indígenas?

2) Es el Ejército a quien le corresponde la vigilancia en un Parque Nacional? Hasta donde yo tenía entendido es a la Guardia Nacional, quien de paso está entrenada para tratar con los civiles y tienen conocimiento del marco legal venezolano.

3) Porqué tenía este puesto del ejército bombas lacrimógenas? No estaba planteada ninguna situación de violencia en la Región.

4) Cuál podrá ser la reacción de todas las comunidades indígenas pemonas de la zona ante esta situación de violencia?

5) Es el proyecto del Tendido Eléctrico hacia Brasil más importante que las vidas de las comunidades indígenas?